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Revolución Mundial nº 99 julio- agosto 2007

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¡A detener la “ley del ISSSTE” y los aumentos de precios!

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La clase dominante insiste en sus declaraciones que la crisis económica está en declive y hace aparecer a sus políticas restrictivas como la medicina que ha remediado los males del capitalismo, pero esas medidas aunque son feroces ataques de la burguesía en contra de los trabajadores no han logrado hacer salir del atolladero económico en que se encuentra el sistema. Las últimas tres décadas los ataques en contra de los trabajadores han tomado dimensiones superiores, haciendo caer dramáticamente sus condiciones de vida; no sólo se han acelerado los ritmos de trabajo alegando el necesario cambio de la “cultura laboral” y la “flexibilización del trabajo”, también se han afectado de forma directa los salarios, lo mismo recortándolos mediante “topes o congelamientos saláriales”, o de manera indirecta, incrementando los precios a las mercancías consumidas para su subsistencia, o bien, eliminado los servicios que forman parte del salario, como los de educación, las prestaciones médicas, de pensión y jubilación. Por ello, la actual “ley del ISSSTE” aunque es presentada como una respuesta a los cambios en el comportamiento de la población, es en realidad un mecanismo para abaratar el valor de la fuerza de trabajo dado que es una medida mediante la cual se prolongan los años de labor, se reducen los ingresos recibidos durante la jubilación y se eliminan algunos servicios médicos, lo que a fin de cuentas significa una elevación de los niveles de explotación.

Estas medidas no son usadas solamente en México, ni son implementadas sólo por gobiernos de derecha. En todos los países encontramos la aplicación de estas medidas, defendidas lo mismo por gobiernos de derecha o de izquierda. La misma “ley del ISSSTE”, presentada como un acuerdo entre el PAN y el PRI, estaba contemplada en los propósitos de gobierno del candidato de la izquierda del capital (PRD). López Obrador, en su “6º compromiso” propone: “...revisaremos la edad de jubilación...” y en la justificación de su argumento reivindica el sistema de las AFORES, tan sólo le añade que “...debe evitarse la especulación financiera y asegurar (...) su aplicación para el desarrollo del país...”. De manera que para el PRD (y demás grupúsculos izquierdas de todo pelaje, que aún cuando se presentan como críticos del PRD y Obrador no hacen sino complementar su trabajo de sabotaje) el problema está en quien manejará los fondos de pensión y no en la afectación en las condiciones de vida en los asalariados.

Desde mediados del mes de marzo el descontento de los trabajadores ante la “ley del ISSSTE” se ha expresado y ha despertado la combatividad, lo que no ha dejado de alertar a la burguesía, que responde con una campaña en radio y TV, confundiendo y desprestigiando a los trabajadores descontentos, pero sobre todo, ha alertado a su aparato sindical, para que impida las movilizaciones de los trabajadores.

 

Izquierda y sindicatos sabotean la combatividad de los trabajadores

El descontento extendido entre los trabajadores ante la imposición de la ley del ISSSTE, ha ido acompañado de una gran desconfianza hacia la estructura sindical, por ejemplo, en algunos lugares de trabajo, como los CCH y algunas facultades de la UNAM, se han visto incipientes expresiones de rechazo al control sindical, sin embargo la burguesía se ha cuidado bien de que estas expresiones queden aisladas para no generar “contagio” en el resto de asalariados. Incluso, la misma desconfianza expresada por los trabajadores hacia el sindicato ha sido aprovechada por la burguesía para extender su trampa, en tanto que, en una operación de repartición del trabajo, lanza a la vieja y desgastada dirección sindical cubriendo el escenario social con discursos y llamados a la desmovilización, intentando que dócilmente los trabajadores se sometan a los lineamientos de la nueva ley (como es el caso de la actuación del SNTE y los diversos sindicatos de las secretarías de Estado y hospitales, aglutinados en la FSTSE), es obvio que con esa actuación logra imponer la apatía y desmovilización en un importante sector de trabajadores, pero al mismo tiempo da lugar a que en una parte mayoritaria de trabajadores crezca la desconfianza hacia el sindicato, lo cual es aprovechando por la burguesía para lanzar a su relevo saboteador, es decir, a las estructuras sindicales “nuevas”, “independientes” o de “base” (como la CNTE, o los grupos “opositores” inscritos en los sindicatos), que con una pretendida vocación combativa critican a la vieja estructura “charra” y llaman a la movilización, pero siempre cuidadosos de mantener el control, evitando que los trabajadores reflexionen en colectivo y se organicen, desviando el coraje por el golpeo a sus condiciones de vida hacia la trampa de la “democratización del sindicato”.

La estructura sindical vieja y nueva se encargan de evitar que los trabajadores discutan y extiendan su reflexión, y la mejor forma para aparentar combatividad es imponiendo movilizaciones de desgaste, aún cuando casi siempre los trabajadores asisten sólo para ser anotados en los listados del sindicato y no recibir represalias de esa misma estructura que se dice los representa.

Así, en este proceso iniciado en los primeros meses de este año, inicialmente el sindicato busca crear esperanzas de detener la ley mediante amparos jurídicos, y luego complementa su trabajo de desgaste imponiendo largas caminatas o cierres de calles y autopistas, que suelen culminar en estériles enfrentamientos con la policía, dando así la noticia que cubrirá las planas de la prensa burguesa, pero de ninguna forma ayudará al fortalecimiento de la conciencia y la creación de lazos solidarios de clase...

En todas estas actividades realizadas desde el mes de marzo (desde los paros hasta el “plantón” frente a las oficinas del ISSSTE) aunque han motivado momentos de explosión de verdadera combatividad, no han potenciado las fuerzas de los trabajadores, fundamentalmente porque no han sido resultado de una discusión colectiva; el mismo Consejo Nacional de Huelga, fue una construcción de la estructura sindical, en la que el grueso de los trabajadores se mantienen ajenos, es por eso un simple membrete sin vida proletaria, pero muy útil para extender la confusión. Las Asambleas Generales en las que los trabajadores puedan expresarse, reflexionar, planear y controlar sus movilizaciones han tenido lugar apenas de forma esporádica, y la razón de ello es el temor que imponen... la burguesía no duda en sabotearlas e imponer remedos de asambleas en las que el sindicato impone las decisiones.

Es cierto que un importante número de trabajadores de forma honesta buscan alternativas en la estructura sindical y en las movilizaciones que ésta convoca, eso expresa sin duda el descontento presente entre los trabajadores y la disposición al combate. El mismo “plantón” de la CNTE, aún cuando es una forma con la que se evita que los trabajadores discutan y reflexionen, es visto por muchos explotados como una expresión de lucha y se acercan por ello para apoyar con alimentos o simplemente lo ven con simpatía, pero ese descontento, esa fuerza de los trabajadores postrados en las calles, así como las expresiones de solidaridad que pueden despertar son esterilizadas en tanto no desembocan en un impulso de la conciencia y de la combatividad y mucho menos en una extensión de la movilización, son pues medidas implementadas por el sindicato para desgastar, aislar a los trabajadores.

La otra arista de esta trampa es la orquestada desde el PRD-CND, que, por un lado pretende desviar el descontento hacia la defensa la nación (es decir del petróleo, la electricidad y la economía nacional en general), lo cual lo acompaña con la consigna de la renuncia de Felipe Calderón, con ambas consignas se busca colocar a los trabajadores tras banderas ajenas a sus intereses de clase. Pero al mismo tiempo que busca usar a los trabajadores como carne de cañón, prepara la forma de hacer pasar la “ley del ISSSTE” al presentar una “ley alternativa” en la que pasen el grueso de las medidas y se pospongan las más severas.

Ante el cúmulo de trampas que la burguesía viene implementando, los trabajadores no tienen más salida que el impulso de la discusión y la reflexión colectiva que les permita tomar en manos su lucha.

 

Para luchar contra la “ley del ISSSTE” hay luchar contra la maniobra sindical

Si hasta ahora la trampa sindical ha podido ganar terreno no significa que los trabajadores estén derrotados, es fundamental hacer el balance de las movilizaciones y reconocer la actuación tramposa y saboteadora del sindicato y del aparato de izquierda del capital (en el que lo mismo se encuentra el PRD-CND, que las agrupaciones izquierdistas de corte estalinista como el PCMml, o los trotskistas como El Militante), pero sobre todo es necesario que los trabajadores no esperen la convocatoria del sindicato, es preciso que se organicen por encima (e incluso en contra) de este, llamando a Asambleas Generales masivas y abiertas, en las que cualquier trabajador (sin importar la empresa o sector al que pertenezca, e incluso si es desempleado) pueda expresarse, reflexionar en colectivo y organizar la lucha. Si el sindicato quiere que mantener pasivas y aisladas a las masas de trabajadores en plantones y paros, los trabajadores deben de impulsar brigadas de información hacia los diferentes lugares de trabajo, es decir secretarías, hospitales y escuelas, pero también a las fabricas y demás sitios que incluso no estén inscritos en el ISSSTE, se tiene que explicar que la agresión es contra todos los asalariados y que la única forma de pararla es con la lucha de todos los trabajadores.

RM/14-junio-2007

 

Situación nacional: 

  • Mexico [1]
  • Lucha de clases [2]

Narcotraficantes y militares un mismo bando en las pugnas interburguesas

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La fractura de la burguesía en la región es de tal magnitud que no deja de notarse en todos sus estructuras. Al interno de los partidos es posible ver la multiplicación de pugnas: en el PRI ya no sólo es el pleito de los años 80 y 90 entre los “modernizadores” y los “dinosaurios”, ahora, el ensanchamiento de los conflictos multiplica los grupos en oposición y los escenarios de confrontación. En el PRD las cotidianas luchas entre las “tribus” revelan las dificultades de la burguesía por mantener cohesionado su aparato de izquierda. Las declaraciones encontradas de Calderón con Fox, así como rechiflas hacia Espino, presidente del PAN, hacen ver que también este partido es escenario de confrontaciones de las diversas fuerzas burguesas.

Esta división, que se ensanchó en las elecciones y complicó para la burguesía la decisión para designar a su equipo de gobierno, no ha disminuido, por el contrario se acrecienta cada día más, ampliando los campos de batalla, así, hemos visto que sectores a los que la burguesía procuraba mantener alejados de la disputa toman presencia, a saber: clero, narcotraficantes y ejército.

En los últimos meses se ha visto participar activamente a los militares en el intento por reordenar el mercado de drogas, estas acciones han sido acompañadas de una campaña publicitaria con la que tratan de limpiar su imagen, que, si ya eran reconocidos como una institución criminal [1], su desprestigio ha crecido por el asesinato, sin motivo, que una patrulla militar ha hecho de una familia, así como las violaciones de mujeres que han realizado en Coahuila, Michoacán y Veracruz (en este caso la víctima, que era una anciana, murió por la agresión)... por estos acontecimientos, consideramos necesario dar algunos elementos sobre lo que sucede alrededor de este sector.

 

Ejército y narcotráfico en una disputa temporal

Al tomar el gobierno Calderón lo hace con la oposición de diversas fracciones de la burguesía (ni aún al interno de su partido encuentra apoyo unánime), lo que lo obliga a buscar aliados y apoyos, que si no le permiten imponer disciplina en su clase, por lo menos le otorga una postura de fuerza. Ese es el motivo que ha llevado a Calderón a otorgarle atención mayor a los militares. Se han escuchado argumentos de que este sector (primordial para la burguesía) expresaba desacuerdos con el trato que se le venía dando al sacar a la luz el papel que jugó en la guerra contra la guerrilla de los 70 y 80, haciéndose público (algo sabido ya, aunque no reconocido oficialmente) que los campos militares eran centros de reclusión y tortura. El conjunto de la burguesía se ha preocupado por resanar la fachada de los militares, de manera que se le ha exculpado de su participación en la masacre estudiantil del 68, y se disculpa su papel de torturadores, señalando que no fue la institución sino los individuos... En ese proceso de limpieza del “honor” de la soldadesca crecen las presiones entre los grupos que comercian con la droga, disputándose las regiones y el apoyo de las autoridades civiles y militares.

Es conocida la incorporación de las mafias criminales con marinos y soldados, el mismo General Obregón (durante los años 20) había advertido sus debilidades al decir que “no había general que soportara un cañonazo de 50 mil pesos”. Desde la puesta en práctica de la “operación cóndor”, durante los 70, los grupos de narcotraficantes encontraron que la mejor forma para sobrevivir era buscando la protección de funcionarios de gobierno, dándose a los militares un dominio particular de esta tarea. Sólo por las presiones de la burguesía norteamericana es que se ha conocido la participación de los militares en estas estructuras mafiosas. Recuérdese que el avión “Aravá”, perteneciente a la SEDENA, en los 70 fue usado para trasladar a guerrilleros y lanzarlos (estando aún vivos) al mar y posteriormente (1979), ese mismo avión es ubicado por la policía norteamericana como medio de transporte de droga.

La división de la burguesía ha hecho que los diferentes grupos busquen la forma de hacer el trabajo difícil de sus oponentes, de forma que la alianza con las pandillas del narcotráfico que permitía llevar de forma ordenada el comercio de la droga se ha dificultado, haciendo que la mafia busque crear su propio ejército permanente con desertores de los núcleos de elite del ejército (como lo ha hecho el “cártel del golfo” al crear su grupo los “Z”, sostenido con miembros del GAFES y “kaibiles” del ejército guatemalteco), y que no respeten los territorios de sus competidores, creando un caos en el que las rupturas y las alianzas se presentan de forma muy rápida[2].

En este caos, que convierte al país en un verdadero campo de batalla, la actuación del ejército toma un aspecto relevante, en tanto que le permite, por un lado, asegurar un papel privilegiado dentro del grupo de la burguesía en el poder, y por otro le abre el paso para rehacer sus alianzas financieras y políticas con el narcotráfico, que posibilite poner orden. De no lograrlo se puede ganar el disgusto del Tío Sam, y presionar para repetir el esquema del “Plan Colombia” con el que los núcleos de la burguesía de la región pueden perder movilidad política y cuotas económicas en el control del negocio de la droga.

De manera que el proceso de militarización que se sigue no es un asunto propio de la derecha, es una dinámica a laque ha sido arrastrada la burguesía para buscar ordenar su vida política, no es de extrañar que esa misma estrategia estuviera contemplada por el PRD, que en voz de Obrador ofrecía “dar mayor facultades al Ejército mexicano para combatir al narcotráfico.” (Proceso, 3-02-2007).

No es posible perder de vista que esta militarización aunque es producto de la pugna presente al interno de la burguesía, y servirá a uno de estos sectores, es aprovechada también para brindar un servicio al conjunto de la clase dominante (y en ello todos los sectores están de acuerdo): crear un ambiente de terror, manteniendo el patrullaje de los militares como una amenaza hacia los trabajadores, después de todo, el ejército aunque su tropa es formada con campesinos y artesanos depauperados, así como de jóvenes desempleados (y desesperados), al ser reclutados, son usados como un cuerpo represivo que sirve fielmente a la burguesía, y en tanto no reconozcan la función a la que son sometidos, están condenados a ser simple carne de cañón y sujetos desclasados que en una ceguera política total cumplen al pie de la letra los designios de sus amos.

Tatlin/19-junio-07

Notas:

1. La burguesía trata de presentar a los militares como héroes, sobre todo por la aplicación de los planes de rescate ante desastres (DN-III), sin embargo quien puede olvidar que en los sismos de 1985, era el ejército quien impedía el rescate de las obreras textiles dado que lo prioritario era proteger las cajas fuertes y la maquinaria.

2. Los diferentes cárteles de la droga se han dividido por el momento en dos bandos: cárteles del golfo, de Juárez y de Tijuana, en oposición a la unión de los cárteles de Sinaloa, del “Milenio” y desertores del de Juárez. Sin embargo los intereses encontrados hace que estas alianzas se modifiquen continuamente.

Situación nacional: 

  • Mexico [1]
  • Conflictos interburgueses [3]

Luchar tras los sindicatos es una derrota segura

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En los últimos meses hemos conocido la movilización de trabajadores del sector público, entre los que destaca el magisterio, a propósito del duro ataque a sus condiciones de vida. Ataques disfrazados de “reforma a la ley del ISSSTE” que son en realidad un nuevo golpe masivo contra el proletariado. El Estado tiende cada vez más a eliminar toda seguridad social, condenando a los trabajadores y sus hijos a la miseria.

En medio de esta situación hemos visto desarrollarse reacciones de indignación entre el magisterio, hemos visto manifestaciones y verdaderos intentos por oponerse a estos ataques, todo ello constituye una expresión de voluntad para luchar, testimonio también de un profundo descontento y una combatividad que empieza a desplegarse en medio de confusiones sobre los medios para luchar.

Los sindicatos son enemigos del proletariado

Los sindicatos nacieron en el siglo XIX y eran auténticas armas del proletariado para arrancarle al capital mejoras a sus condiciones de vida. Esta situación correspondía a un momento histórico en que el capitalismo era un sistema en pleno ascenso y las condiciones objetivas para la revolución comunista aún estaban presentes. Aún había condiciones para que el capitalismo otorgara reformas y, por otro lado, era posible la existencia de organizaciones de masa permanentes. Sin embargo, la entrada del siglo XX anunciaba la conquista del mercado mundial por parte del capitalismo y con ello, sus contradicciones se agudizarían al grado de arrastrar a la humanidad a destrucciones brutales (como la Primer Guerra Mundial) amenazando incluso a la humanidad con someterla a un proceso de aniquilación. Así, como hemos señalado “el margen de maniobra que poseían los capitales nacionales y que permitía al proletariado llevar una lucha dentro de la sociedad burguesa por la obtención de reformas, queda reducido a la nada...”. (Los Sindicatos contra la clase obrera). De manera que el Estado “representativo” se convierte en un Estado totalitario, que da forma al capitalismo de Estado, en el que los trabajadores ya no tienen en frente a un patrón individual y aislado, sino a un Estado burgués que coordina, defiende y centraliza los intereses de cada capital nacional. El Estado absorbe todas las esferas de la vida social, integra en su seno a todas las expresiones organizadas para controlarlas, “en estas condiciones, toda organización sindical, forzada por la naturaleza misma de su función a buscar la legalidad, sufre de manera permanente un presión que tiende a transformarla en correa de transmisión del Estado, por el único juego del respeto a las leyes capitalistas cuya aceptación tiene que imponer por tanto a los trabajadores.” (Ídem)

De manera que los sindicatos ya no pertenecen más al proletariado. Su existencia en la actualidad está ligada a las necesidades del Estado para controlar y contener las luchas obreras. Las “simpatías” o la adhesión a su estructura por parte de los trabajadores se deben en gran medida a su pasado. La integración de los sindicatos al Estado se confirma cada vez que los obreros deben enfrentarse a los ataques a sus condiciones de vida y de trabajo. Los sindicatos, sean del color que sean, siempre terminan saboteando los esfuerzos de toma de conciencia y desviando la combatividad de los trabajadores a callejones sin salida.

Los sindicatos en acción saboteadora

Desde que empezaron las muestras de descontento y las acciones de protesta contra el enorme ataque que constituya la “reforma a la ley del ISSSTE”, hubo una estrategia del Estado sustentada en el sabotaje sindical. La burguesía repartió su trabajo de sabotaje: el Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE) hizo “labor de información” que en realidad eran reuniones donde se ocultaba el centro del ataque y se minimizaba su impacto, estas eran las primeras medidas preventivas. En un segundo plano aparece la Coordinadora de Trabajadores de la Educación (CNTE), versión “radical” del primero. La CNTE empieza a “organizar la protesta”, propone calendarios de marchas, organiza un plantón en la Ciudad de México, propone una “consulta cívico nacional” y sus planes abarcan una agenda que va hasta el mes de diciembre ¡un año de “jornadas de acción!.

Todo el descontento ha sido encajonado y controlado por los sindicatos. Nada nuevo, los sindicatos hacen siempre lo mismo, protegen los intereses de los capitalistas y nos piden siempre sacrificios para salvar la “empresa o la economía nacional”. Esa misma estrategia fue la que llevó a cabo el sindicato del IMSS en 2005 cuando se impuso el cambio al sistema de pensión y jubilación. Y ante las demandas de los trabajadores de la educación en Oaxaca (en 2006) por salarios, fue sometido por la labor del sindicato en la petición de la democratización del Estado y salida del gobernador...

Luchar pero no con los sindicatos

El proletariado no tiene elección, debe luchar para enfrentar los ataques. Si hoy aceptamos estos ataques mañana no podremos rechazar los que vendrán. Luchar es la única forma de resistir que conducirá al proletariado a la comprensión de que no se trata de una simple cuestión de “legislación” o de gestión “buena o mala” sino de la quiebra misma de un sistema que debe desaparecer de la faz de la tierra para que la humanidad pueda continuar con su devenir histórico.

Algunas lecciones a sacar para luchar son:

- para poder imponer una relación de fuerza capaz de hacer retroceder los planes de la burguesía debemos combatir el aislamiento. Los ataques son contra toda la clase obrera, todos debemos responder! La “reforma a la ley del ISSSTE” no afecta sólo a los maestros, es un ataque contra el conjunto del proletariado.

- las asambleas generales, no los auditorios pasivos y en manos de los sindicatos, son el medio a buscar para tomar decisiones colectivamente. Son las asambleas generales las que deben de decidir a dónde extender las luchas, qué negociar, cómo y cuándo. Estas asambleas generales deben tomar las decisiones de cómo luchar. En particular, toda lucha debe plantearse como primera medida la busca de la solidaridad de otros sectores, no la solidaridad financiera de los sindicatos, sino la solidaridad activa que consiste en ir al combate juntos.

- la “huelga general” es una mascarada montada por los sindicatos. Fijar el día de “huelga nacional” es poner un día de protesta bajo el pleno control de los sindicatos. Por ejemplo, los sindicatos de maestros ya tienen su “Comité nacional de huelga” sin que aún haya una huelga general y asambleas masivas. El sindicato de la UNAM intentando asegurar el control pretende autoproclamarse como Comité de Huelga...

Cuando una parte de la clase obrera es atacada, corresponde al conjunto una reacción. Es un principio de solidaridad básico para el proletariado, no dejar aislado a un sector de ella misma es vital para asumirse como clase. Entrar en lucha y combatir las barreras corporativistas se vuelve una reacción solidaria fundamental. Es en esta experiencia como la clase debe construir su confianza y su capacidad para entablar un combate por imponer una relación de fuerzas a su favor y para que cada sector se conciba como una parte de una misma clase, de una misma fuerza social portadora de la perspectiva de subversión del actual orden social de explotación y miseria.

Marsán. 21-06-07

Situación nacional: 

  • Mexico [1]

Herencia de la Izquierda Comunista: 

  • La cuestión sindical [4]

Una voz internacionalista en Filipinas

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Desde hace algún tiempo, la CCI ha estado en contacto con camaradas en Filipinas para apoyar ahí, el desarrollo de ideas y principios de la izquierda comunista, y alentar los vínculos entre los comunistas de Filipinas y el resto del movimiento internacionalista a nivel mundial (véase nuestra crítica de “Ka Popoy” Langman publicada en nuestro página Web en inglés). Las discusiones entre la CCI y los camaradas de Filipinas también han llevado a la creación del grupo “Internasyonalismo”, el cual está publicando documentos de discusión en filipino e inglés sobre diversas cuestiones teóricas, así como sobre la situación política en Filipinas y a nivel internacional. Camaradas, les animamos a visitar el sitio Web de Internasyonalismo (https://internasyonalismo.blogsome.com/ [5]), el cual contiene numerosos artículos de reflexión política y análisis de la situación actual en ingles y filipino.

Expresamos también que gracias a los esfuerzos  de los camaradas del grupo Internasyonalismo de Filipinas, hemos sido capaces publicar en nuestra página Web  en idioma filipino, algunos de nuestros textos básicos: esperamos poder publicar más textos en esta lengua en los meses que siguen.

El texto que publicamos abajo es la declaración de Internasyonalismo sobre la significación del Primero de Mayo. Tenemos un acuerdo general sobre el contenido de esta toma de posición, pero aún con mayor importancia, saludamos el espíritu resueltamente internacionalista que se está haciendo escuchar en una parte importante del proletariado del «Lejano Oriente».

 

Celebremos el 1º de mayo sobre la base del internacionalismo

Este año, por el mundo entero podemos ver numerosas organizaciones, partidos y Estados observando el Primero de Mayo, el día internacional de la clase obrera. Podemos leer y escuchar distintas declaraciones y ver movilizaciones de estas organizaciones fingiendo estar de acuerdo con el sepulturero del capitalismo.

La derecha de la burguesía —la explícitamente pro-capitalista y pro-“globalización”—, controla en su mayoría los diferentes Estados y gobiernos en diversos países, como en el pasado, diciendo repetidamente a los trabajadores que no hay otro sistema que pueda salvarlos de la miseria más que el capitalismo y la globalización; que el “enemigo” de la paz y el progreso es el terrorismo (en Filipinas el maoísta CPP-NPA-NDF, el secesionista Moro MILF y los fanáticos islámicos de Abu Sayyaf  y cosas por el estilo). La base de su llamado es defender y desarrollar la economía nacional mientras se refuerza la competitividad en el mercado mundial. ¡Ellos están obligando a los trabajadores a sacrificarse más por su burguesa madre-patria!

Sin duda alguna estos tiburones, hambrientos por las ganancias, una vez más, como lo han hecho en el pasado, prometen a los trabajadores azotados por la pobreza que “una vez que nuestra nación se desarrolle, ustedes se podrán beneficiar de ella, así que vamos a unirnos y ayudarnos unos a otros ¡por nuestro país!”.

Pero en Filipinas, como en cualquier otra parte del mundo, se desarrolla en la clase obrera de forma creciente la  desilusión de las promesas de los explotadores que reinan con el poder. Los trabajadores en Filipinas están más y más disgustados con lo que está pasando con sus condiciones de vida mientras que las distintas facciones de políticos capitalistas los gobiernan alternadamente a través de “revoluciones del poder popular” y elecciones.

La izquierda del capital —el maoísta CPP [Partido “comunista” de Filipinas] y el MLPP, el PMP “Leninista”, diferentes colores de trotskistas, anarquistas, demócratas radicales y sindicalistas, nacionalistas “anti-imperialistas” y demás— usando diferentes términos contra el “capitalismo” y contra la globalización están, en el fondo, unidos para encerrar a los trabajadores en el marco del desarrollo nacional (es decir, del capitalismo nacional), con vocablos que suenen a “música” para los oídos del proletariado filipino: democracia y nacionalismo. Gritan radicales y “revolucionarias” consignas para “derrotar” al sistema putrefacto, pero en realidad es solamente a la fracción de la burguesía en el poder a la que quieren remover, mientras ayudan a la otra fracción para que reemplace a la primera y para movilizarlos por la democracia, lo cual en esencia significa dar a los trabajadores la ilusión de que ¡el sistema capitalista sirve mientras esté en manos del “pueblo”! Engañosamente, explican a los trabajadores que la “dominación extranjera” es la raíz de la pobreza y que arrancando esa “causa” mediante la liberación del país del “imperialismo”, el capitalismo se va a desarrollar. De esta forma, los maoístas podrán decir: ¡la “democracia del pueblo” o la “democracia directa” se convertirá en una realidad!

Aunque el PMP “Leninista” y los trotskistas fingen estar por el derrocamiento del Estado capitalista y con el socialismo, no son distintos de los demócratas que van sembrando ilusiones en que para la clase [trabajadora], “la democracia es un camino necesario para llegar al socialismo”. Mientras tanto, los anarquistas que aborrecen todo tipo de “autoridad”, utilizan la “democracia directa” como su consigna para engañar a la clase explotada sobre la creación y extensión de “comunidades modelo” en las localidades.

 

No hay diferencia básica entre el ala derecha e izquierda del capital respecto al fundamento de sus puntos de vista —defender la economía nacional y la democracia—, ya sea utilizando consignas conservadoras o radicales; abiertamente contra el socialismo el comunismo unas o defendiéndolo sólo de palabra las otras. Entre ellas se ayudan mutuamente para encadenar a los trabajadores filipinos en particular y al proletariado mundial en general, en la mistificación de la democracia y el nacionalismo.

 

La naturaleza del proletariado y de sus luchas

 

El Primero de Mayo es el día internacional de la clase trabajadora. Es prioritario que este día pongamos en claro la naturaleza del proletariado como una clase, la cual por décadas, tanto la derecha como la izquierda de la burguesía han intentado ocultar y deformar  con mistificaciones. Y estas mistificaciones, gracias a la izquierda, dominaron la conciencia del proletariado filipino por casi un siglo.

Los trabajadores no tienen país, ni patria que defender y desarrollar. El proletariado es una clase internacional. Los trabajadores alrededor del mundo, dondequiera que vivan y trabajen, tienen los mismos intereses. Tienen un mismo enemigo —toda la clase de los capitalistas—. Los intereses de los trabajadores no están sujetos a los intereses de ningún país. Por el contrario, sus intereses se convertirán en una realidad si todas las fronteras nacionales son destruidas. El socialismo y el comunismo serán realizados a escala mundial y no en un país o grupo de países.

El internacionalismo es uno de los pilares del verdadero movimiento proletario. El otro, es su movimiento independiente. Independiente de las otras clases, especialmente, de todas las facciones de la clase capitalista. Estas son las diferencias básicas entre el auténtico movimiento proletario y el ala izquierda del capital bajo el capitalismo decadente.

Dado que el proletariado es una clase internacional, sus luchas deben tener también un carácter internacional para triunfar. Es en el marco del avance de la revolución mundial en el que las luchas de todas las fracciones del proletariado deben estar basadas. Es en este contexto en el que se puede comprender que la “lucha por el nacionalismo y la democracia”  bajo la actual época histórica de la decadencia del capitalismo es anti-proletaria y hace descarrilar sus luchas. En la  decadencia del capitalismo, todas las tácticas de apoyo a: la “liberación nacional y la democracia”, la lucha por reformas, “el sindicalismo revolucionario y el parlamentarismo” y por el “frente único”; son todas tácticas contrarrevolucionarias.

 

El Primero de Mayo de 2007 en Filipinas

Básicamente no hay distinción, en esencia, de la “celebración” en Filipinas con el resto del mundo -dominada y controlada por la izquierda del capital-. Los izquierdistas filipinos utilizaron el Primero de Mayo como vehículo de propaganda para su oportunismo electoral, “abogando” por los intereses de la clase y obligándolos a hacer parte en el brutal y fraudulento circo electoral de las diferentes facciones de la clase capitalista. Pero con el lento surgimiento de los revolucionarios en Filipinas, quienes comienzan a re-evaluar su práctica sobre la base del internacionalismo proletario y el movimiento independiente de la clase obrera; quienes han comenzado en la clarificación teórica, podemos decir que de hecho ¡hay algo que celebrar el 1º de mayo de este año!

 

La re-evaluación de un pequeño grupo de comunistas en Filipinas sobre su práctica, es parte del desarrollo que hay en marcha en la conciencia comunista internacionalista en muchas partes del mundo desde fines de los años 60. La conferencia internacional sobre el marxismo revolucionario en Corea a fines de 2006, fue una lúcida manifestación de que incluso en países donde los trabajos de los comunistas de izquierda aún no habían sido leídos y estudiados por casi 100 años, ahora existen revolucionarios y trabajadores que, con sus propias experiencias sobre la decadencia del capitalismo y de la bancarrota de los viejos conceptos y tácticas heredadas de diversas organizaciones izquierdistas, están reflexionando sobre sus viejas teorías, que los 50 años de contrarrevolución las habían hecho parecer como “invariables”.

Aunque la clase obrera en Filipinas, cada vez más desilusionada de este sistema putrefacto está todavía bajo la mistificación de los dogmas de la izquierda en bancarrota, tenemos una gran confianza en que pronto, como parte de una clase internacional y con su propia experiencia, elevará su consciencia colectiva y construirá sus propias organizaciones como parte de los esfuerzos en todo el mundo por construir un partido comunista internacional en el futuro.

 

¡LOS TRABAJADORES NO TIENEN PATRIA!

 

¡PROLETARIOS DEL MUNDO, UNÍOS!

 

INTERNASYONALISMO,

1º de mayo de 2007.

Vida de la CCI: 

  • Correspondencia con otros grupos [6]

90 años de las “jornadas de julio” de 1917

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Hace 90 años se produjo uno de los acontecimientos más significativos de la revolución rusa y de la historia del movimiento obrero en general: el 3 de julio de 1917 los obreros y los soldados de Petrogrado se sublevaron de manera masiva y espontánea reivindicando “la consigna de las masas: todo el poder a los soviets” (Trosky); al siguiente día, miles de manifestantes exigían al soviet de la ciudad que tomara el poder, para luego volver a casa atendiendo las orientaciones de los bolcheviques; a continuación, el 5 de julio, las tropas contrarrevolucionarias se apoderaron de la capital del país desatando una bestial represión antibolchevique y contra los obreros más concientes y combativos.

Este enfrentamiento de tan sólo tres días de duración representa una de las batallas históricas más importantes que han librado la burguesía y el proletariado, un enfrentamiento que se saldó con una derrota parcial y momentánea de este último; un episodio que forma parte de un periodo de luchas del proletariado contra la primera guerra imperialista mundial que estalló en 1914. Es la aceleración de la lucha de la clase que ya había producido en febrero del mismo año un alzamiento revolucionario y que provocó la sustitución del Zar por un gobierno provisional “democrático burgués” y el inmediato establecimiento de los consejos obreros como centro de poder dual. Un combate que no había cesado después sino que se acentuaba contra la continuación de la guerra imperialista ahora legitimada por los demócratas pequeñoburgueses, los mencheviques y los socialrevolucionarios (eseristas) quienes, de febrero a julio, buscaban justificar el asesinato o mutilación de millones de soldados y jóvenes de la clase obrera, “para conseguir de una vez por todas una paz justa y sin anexiones”. Pero esta jornada de combate llevado a cabo por el proletariado ruso, no son simples anécdotas, son experiencias de las que es preciso recobrar las lecciones, en particular reconocer la capacidad de la clase obrera para organizarse de manera autónoma, resaltando el papel que jugaron los soviets y el Partido Bolchevique, estos últimos, haciendo una lectura firme de los sucesos, asumen una actitud que los hace ser poco “populares”, en tanto que ante el empuje de las masas a tomar el poder ellos llaman a no hacerlo en ese momento.

 

La provocación de la burguesía y la actuación firme de los bolcheviques

Los bolcheviques estaban claros que de intentar la toma del poder en julio del 17, se aseguraba una derrota, primero porque si es cierto que las masas obreras reclamaban la toma del poder para el soviet de la capital, éste tenía una influencia mayoritaria de los mencheviques y eseristas, pero además porque la misma clase dominante va preparando trampas[1] [7] para adelantar la revolución, provocando una revuelta prematura en Petrogrado, calculando que sería fácil devastar en la ciudad a la clase obrera y a su vanguardia para luego culpar del fracaso de la ofensiva militar al sabotaje del proletariado y los bolcheviques de la capital contra los que peleaban en el frente. para que las masas obreras se insurreccionaran en un momento no propicio.

Para esta sucia labor contaba con los mencheviques y eseristas quienes gozaban aún de una gran influencia dentro de los soviets tanto en Petrogrado como en provincia; además, aún si contaba con la radicalización de los soldados, todavía existía una cantidad considerable de regimientos leales al gobierno provisional. Pero además como complemento de esto, está la campaña de desprestigio de los bolcheviques y Lenin a quienes acusarán de ser agentes del gobierno alemán.

 

El papel indispensable del partido comunista

El cálculo era frío y perverso, si los bolcheviques mordían el anzuelo secundando a las masas en sus afanes de tomar el poder en ese momento, se desprestigiarían ante el conjunto de su clase como un partido de aventureros, pues, parafraseando a Trosky, no hubieran podido mantener el poder debido a que esta cuestión no hubiera podido ser resuelta en Petrogrado dado que los obreros de provincia estaban retrasados con relación al movimiento de la capital, los del frente no hubieran comprendido ni aceptado la revolución, los campesinos tenían muchas ilusiones con respecto a los social revolucionarios que estaban en pleno proceso de tránsito hacia el terreno de la burguesía, los medios de comunicación estratégicos se hubieran puesto al servicio de los conciliadores contra los bolcheviques, Petrogrado se hubiera visto bloqueado y se hubiera iniciado ahí la desmoralización poniendo inermes a los obreros frente a la soldadesca… en suma, una osadía prematura que se hubiera saldado con un aplastamiento sangriento y  trágico. Frente a esta colosal maniobra, el partido en lugar de lavarse “las manos en el agua de las reflexiones estratégicas”,como dijera Trosky, negándose a participar junto a su clase bajo el pretexto pedante de haber comprendido la trampa, permaneció con las masas e incluso las dirigió aunque no compartía ni sus objetivos inmediatos ni sus ilusiones, dando un revés a las pretensiones de la burguesía quien tampoco consiguió aislar al partido de las masas.

Los argumentos de los bolcheviques que ya hemos comentado se sumaban a la apreciación de que el mejor momento para una insurrección contundente sería cuando la mayoría de los trabajadores y la población se enterara del fracaso en el frente, cuando la maduración de la conciencia de la clase obrera se extendiera masivamente, lo que mostraba la comprensión científica de los bolcheviques del significado y el riesgo de los acontecimientos, como ya lo había patentizado desde la gigantesca manifestación del 18 de junio cuando advertían contra una acción prematura; entonces, el partido decidió dirigir las enormes manifestaciones del 4 de julio pero para garantizar su “carácter pacífico y organizado” dado que aún el nivel de conciencia de las masas era insuficiente; es en este momento cuando el partido comunista logra que las masas retornen a casa convencidos por los razonamientos de su partido de que el tiempo de la revolución no había llegado pero que estaba cerca.

 

“El mes de la gran calumnia” y los pogromos

Al no tener éxito con su provocación de una insurrección prematura, la burguesía desplegó otra trampa, la de calumniar mediante documentos apócrifos, a Lenin y a los bolcheviques de ser espías y estar al servicio del gobierno alemán quien les surtiría de los recursos necesarios para actuar en contra de Rusia. Una bomba que surtió el efecto de poner a los soldados que simpatizaban con los bolcheviques, e incluso a los neutrales, contra estos. Trosky catalogó a julio de 1917 como “el mes de la calumnia más gigantesca de la historia de la humanidad”, pero esta campaña difamante era apenas el anuncio para desatar una persecución.

La mañana del 5 de julio se desató la caza de los bolcheviques, se confiscaron sus recursos, se desarmaron, se culpó de terrorismo a los obreros y se incitó a los pogromos. Lenin y otros bolcheviques fueron obligados a esconderse, Trosky y varios de sus camaradas fueron arrestados. Esto obligó a los bolcheviques a trabajar en la semiclandestinidad poniendo en juego sus grandes capacidades en la defensa de la organización que impediría entonces que la burguesía desarticulara al partido y más aún lo decapitara poniendo en riesgo el triunfo de la revolución que se avecinaba.

 

Un balance muy positivo para la lucha del proletariado.

El balance de esta gesta histórica del proletariado ruso y de su vanguardia comunista actuando en su seno destaca sendas lecciones que la clase obrera debe tomar en cuenta en sus luchas actuales y futuras. El gigantesco potencial que porta la clase proletaria como la clase revolucionaria que sólo podrá ser capaz de destruir al capitalismo y de edificar la sociedad comunista si es capaz de actuar como una clase autónoma con intereses de clase bien definidos. Esta capacidad la demostró en esos tres días dramáticos durante los cuales pasó de un estado inicial de confusión e inmediatismo, acicateada sobre todo por los anarquistas y soldados quienes en realidad fueron los que incitaron a dar una respuesta a la provocación, a la posición mesurada y precavida, en espera del mejor momento del golpe, influenciada por su vanguardia bolchevique. También, se destaca el papel indispensable del partido de clase del proletariado, su liderazgo frente a las tácticas recurrentes de la burguesía de provocar enfrentamientos prematuros. En efecto, tanto su inteligencia política, pero sobre todo su confianza en la clase obrera y en el método marxista que expresan el futuro de la humanidad lo que lo capacita para evitar las tentaciones inmediatistas características de la pequeña burguesía, como también la profunda confianza del proletariado ruso en su propio partido de clase, permitió esta imbricación entre partido y clase impidiendo a la burguesía ir más lejos en sus provocaciones.

El balance que Trotsky hace de estas jornadas apunta justamente sobre esos elementos: “En los días de la revolución de febrero se puso de manifiesto toda la labor realizada anteriormente por los bolcheviques, durante muchos años, y hallaron un sitio en la lucha los obreros avanzados educados por el partido; pero no hubo aún una dirección por parte de este último. En los acontecimientos de abril, las consignas del partido pusieron de manifiesto su fuerza dinámica, pero el movimiento se desarrolló espontáneamente. En junio, se exteriorizó la inmensa influencia del partido, pero las masas entraban en acción todavía dentro del marco de una manifestación organizada oficialmente por los adversarios. Hasta julio, el partido bolchevique, impulsado por la fuerza de presión de las masas, se lanza a la calle contra todos los partidos y define el carácter fundamental del movimiento, no sólo con sus consignas, sino también con su dirección organizada. La importancia de una vanguardia compacta aparece por primera vez con toda su fuerza durante las jornadas de julio, cuando el partido evita, a un precio muy elevado, la derrota del proletariado y garantiza el porvenir de la revolución y el propio.” (Historia de la revolución rusa, tomo II).

La provocación de julio buscaba detener la maduración de la conciencia de las masas que se encontraba en proceso y en perspectiva a la revolución mundial y sus artífices no fue sólo la burguesía rusa sino la burguesía mundial y en particular las democracias aliadas en la guerra, a saber: Francia e Inglaterra.

Las jornadas de julio de 1917 aportaron en ese mismo momento un cúmulo de experiencias políticas insustituibles, en particular, posibilita que los obreros, campesinos y soldados se desprendieran de sus ilusiones que tenían en los mencheviques y eseristas que disfrazados como defensores de los intereses de los trabajadores actuaban sistemáticamente en contra de la revolución proletaria.

Emulando a los bolcheviques, los revolucionarios de hoy deben empeñarse en estudiar la naturaleza, las estrategias y las tácticas de la clase capitalista para desarrollar la capacidad de intervenir de manera eficaz en cada momento de la lucha de clases, para poder alertar a su clase contra las trampas que le tiende su clase enemiga, particularmente a través de los partidos del ala de izquierda del capital que invariablemente presentan estas trampas como grandiosas jornadas de lucha.

RR/junio-2007



[1] [8] La retirada del partido Kadete (de los capitalistas industriales y terratenientes) del gobierno provisional, la presión de la Entente sobre el gobierno provisional para que masacrara a las masas, la amenaza de trasladar al frente a los regimientos de la capital (a los soldados más proclives a la revolución).

Acontecimientos históricos: 

  • España 1936 [9]

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