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Durante varias semanas los medios en México aturden con la campaña anticomunista con ocasión de los cuestionamientos de la oposición electoral a AMLO sobre los libros de texto de educación básica. El 1° de agosto TV Azteca inició con la cruzada diciendo que el “virus comunista que se creía erradicado” había resurgido con la “educación comunista” de la mano de “comunistas trasnochados” dentro de la Secretaría de Educación Pública1. Si bien, se trata de un ejemplo de la división de la burguesía donde las fracciones en pugna usan diferentes recursos para entorpecer a su adversario y ganar adeptos y votos como lo demostramos recientemente en Revolución Mundial 147 revelando cómo Morena y la derecha compiten para liderar la explotación de los trabajadores,2 resalta el hecho que no desperdician el momento para lanzar su ataque en contra del proletariado y su proyecto histórico.
Derecha e izquierda atacan al comunismo
Es obvio que no denunciamos a la burguesía por su odio de clase en contra del movimiento comunista ya que corresponde a su naturaleza burguesa pues tanto los partidos y grupos de derecha, así como los de la izquierda son emanación directa del Estado capitalista y se reparten el trabajo en el abanico de fuerzas políticas para controlar y someter a los trabajadores. Lo que interesa subrayar son sus ataques complementarios:
- Por un lado, el sector de la derecha (incluida la llamada ultraderecha) retorciéndose empinada de puntitas y haciendo muecas de asco contra el comunismo presentándolo como espantajo, como una momia arrumbada que amenaza con cobrar vida si engulle las vísceras de los niños, llama como lo hace por ejemplo el presidente del PAN, Marko Cortés, a que los libros se destruyan en su totalidad o que se mutilen hojas diciendo que se trata de adoctrinar con ellos.
- Por el otro, la izquierda de la burguesía cuyo máximo exponente es el partido Morena, hoy en el poder federal y en dos tercios de las entidades, para quien el comunismo es una “ideología anticuada” y a la que oponen el “humanismo”, esa careta hipócrita de la burguesía que siempre trata de esconder su función de explotación y opresión de la clase obrera. El presidente AMLO además remata con el sarcasmo de que “los conservadores ven comunismo por todos lados…como los ovnis” (La Jornada, 3/09/2023). Es evidente a pesar de que hay una fractura al interior de la burguesía, hay una coincidencia entre el gobierno y los empresarios y la derecha: su temor y odio al proletariado y el proyecto comunista.
La renovación continua de la burguesía para atacar al comunismo
Cuando a finales de los años 80 del siglo XX se produjo la caída estrepitosa de los regímenes estalinistas en la ex URSS, la burguesía lanzó una abrumadora campaña sobre la “muerte del comunismo” logrando asestar un duro golpe a la conciencia y la combatividad del proletariado a escala mundial con el mensaje de que su proyecto de clase había fracasado y que el capitalismo era el mejor de los mundos, sincronizando su veneno en todos los países identificando al comunismo con el estalinismo, que era el régimen económico, político y social del bloque del este, tan capitalista como el resto de los países de occidente y del mundo entero.
Desde entonces, la burguesía ha aprovechado la más mínima oportunidad para renovar esa campaña anti obrera como se ve actualmente en México, pero también en otros países como Argentina donde Javier Milei, candidato en las elecciones presidenciales en curso por el partido La Libertad Avanza (LLA), no solo refresca el viejo argumento de la burguesía de igualar al estalinismo con el marxismo, sino, además, considera a cualquier política económica, por ser dirigida por el Estado como una “manifestación socialista” y además causante de la quiebra económica de Argentina. Una mentira muy usada por la burguesía, desde su derecha y hasta su izquierda, en contra del marxismo es que es este un proyecto estatista. Por eso, más allá de las expresiones esquizofrénicas del personaje, lo que resalta es que el denominador común de todos los ataques es la igualación de comunismo con estalinismo (como en la ex URSS, China, Cuba, Nicaragua, Venezuela…) y a la estatización de la economía como una política del proletariado. Y en esta campaña también aporta su grano de arena la “defensa” que hacen algunos izquierdistas (ala radical de la izquierda del capital) de ese reino de la explotación y opresión que era la Unión Soviética con la apología de sus pretendidos logros educativos3.
El estalinismo es la antítesis del comunismo
La mayor mentira del siglo XX fue igualar estalinismo con comunismo; al contrario, aquel fue su principal verdugo después del aislamiento y derrota de la revolución rusa de 1917 y en la actualidad, la burguesía sigue utilizando al estalinismo para golpear la conciencia de los trabajadores4.
Como proyecto histórico de la clase obrera, el comunismo al concebirse como una sociedad sin clases y por lo tanto sin explotación, es la antítesis del capitalismo incluyendo el estalinista. Y, por supuesto, no tiene nada que ver con ideales trasnochados, sino que su programa no es más que “…la expresión de conjunto de las condiciones reales de una lucha de clases existente, de un movimiento histórico que se está desarrollando ante nuestros ojos” (Manifiesto comunista)5. De ahí que la burguesía se afane periódicamente en echar basura sobre el verdadero significado del proyecto comunista y en esta tarea el estalinismo le sigue prestando un servicio inigualable. Además, esta campaña no es gratuita si vemos que en el mundo las luchas obreras están recordando que el verdadero proyecto comunista sigue más vigente que nunca.
La educación reproduce ideológicamente al capitalismo independientemente del gobierno a cargo
En cuanto al adoctrinamiento que se reclama, hay que afirmar muy fuerte que la educación que se imparte bajo la sociedad capitalista en todo el mundo está diseñada precisamente para formar ideológicamente en los valores burgueses, deformando la historia e inculcando sumisión ante las leyes que garantizan la explotación asalariada, es decir cumple una función en la reproducción de la fuerza de trabajo.
La burguesía alterna sus gobiernos de derecha, centro o izquierda según sus necesidades y dependiendo de sus ropajes ideológicos implementa un tipo de reforma educativa que se acomode a sus estilos, sin embargo, lo que permanece inamovible es la concepción burguesa del mundo (por ejemplo, los programas de estudio de historia y educación cívica) para la cual el capitalismo y la democracia representativa es el mejor modelo de organización social que puede encontrarse y, además, se esfuerzan a toda costa de presentar a la sociedad como una suma de ciudadanos libres e iguales ante la ley intentando borrar toda noción de la existencia de clases sociales antagónicas con intereses irreconciliables, la burguesía y el proletariado enfrentados históricamente por la opresión y explotación asalariada.6
Este es el marco para entender los alaridos histéricos de la campaña en contra del comunismo sostenida por todas las fracciones de la burguesía.
RM, 18.09.2023
1 https://www.youtube.com/watch?v=ziL8XEwj8V4
2 https://es.internationalism.org/content/4973/revolucion-mundial-no-147
3 https://elmachete.mx/index.php/2023/08/04/sobre-las-declaraciones-de-que-la-sep-busca-imponer-una-educacion-comunista/
4 https://es.internationalism.org/revista-internacional/201208/3451/tesis-...
5 Véanse en particular nuestras series sobre ¿Qué es el comunismo?: El comunismo no es un bello ideal, sino una necesidad material, El comunismo no es un bello ideal, sino que está al orden del día de la historia y El comunismo, entrada de la humanidad en su verdadera historia
6 https://es.internationalism.org/cci-online/201410/4054/la-falsificacion-de-la-historia-en-los-programas-escolares