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"Una movilización cada vez más violenta" (The Times), "un incendio que fascina y destruye" (El País), "Incendio frente al ayuntamiento de Burdeos" (Der Spiegel) ...
Los enfrentamientos entre grupos de black-block y la policía durante las manifestaciones contra la reforma de las pensiones ocuparon las portadas de muchos periódicos europeos y extranjeros. Los medios de información extranjeros también difundieron vídeos de contenedores de basura quemados, cristales rotos, proyectiles y granadas, escenificando hábilmente un auténtico apocalipsis. Mientras que, hasta ahora, el movimiento contra las pensiones en Francia estaba sufriendo una auténtica campaña de ocultamiento a nivel internacional, los medios de información extranjeros despertaron de repente de su letargo para tergiversar por completo lo que está ocurriendo en las calles de todas las ciudades francesas desde mediados de enero.
Reducir el movimiento social a disturbios destructivos, que en realidad son muy menores y marginales, ha sido siempre el ejercicio con el que los medios de información se deleitan para intentar desacreditar la lucha. El eco de la lucha en Francia entre la clase obrera de Italia, Reino Unido o Alemania no ha hecho más que acentuar el afán de la burguesía por difundir grandes mentiras.
La lucha contra la reforma de las pensiones: ¿un simple disturbio vandálico?
Muy lejos de algunas concentraciones “de incendiarios" (de contenedores de basura...), son por el contrario millones de personas las que marchan, semana tras semana, en manifestaciones fraternas y siempre tan decididas a luchar y a hacer retroceder este ataque. La activación por parte del gobierno, el 16 de marzo, del artículo 49.3 de la Constitución, permitiendo la adopción de la ley sin el voto de los diputados, seguida, unos días más tarde, de una intervención despectiva de Macron comparando a los manifestantes con "facciosos" similares a las odiosas y vociferantes tropas de Trump o Bolsonaro, han reforzado aún más la cólera y la voluntad de hacer retroceder al gobierno.
En el noveno día de movilización, el 23 de marzo, se reunieron entre 2 y 3 millones de personas: asalariados, pensionados, desempleados, estudiantes de secundaria y universitarios... Todos estaban en la calle para gritar el rechazo aún intacto a ser explotados formalmente hasta los 64 años. Los actos de violencia indiscriminada de algunos centenares de black-blocks, difundidos sin cesar por los telediarios y retransmitidos internacionalmente, no tienen en realidad absolutamente nada que ver con la naturaleza de este movimiento.
Estos actos estériles e inútiles sirven precisamente de garantía para que la CRS (Compañía Republicana de Seguridad), las BRAV-M (Brigadas Motorizadas de Represión de las Acciones Violentas) y otros portadores de "orden" de los explotadores repriman y hagan reinar el terror. Todo esto se hace con el objetivo de disuadir a los trabajadores de unirse a las manifestaciones y también de impedir mítines y debates.
Sin embargo, la estrategia de putrefacción a través de la violencia, orquestada a sabiendas por el gobierno, no ha dado sus frutos por el momento. La masividad y la determinación de los dos días siguientes de movilización, el 28 de marzo y el 6 de abril, seguían ahí. La brutalidad policial desatada contra los manifestantes llevó incluso a parte de la burguesía mundial, a través del Consejo de Europa o la ONU, a advertir a Macron y su gobierno contra el "uso excesivo de la violencia", ya que la muerte de un manifestante podría tener un impacto rotundo en todo el proletariado de Europa Occidental.
Así, a pesar de las provocaciones, las múltiples trampas tendidas por el gobierno, los sindicatos y todas las demás fuerzas de la burguesía, ¡la lucha en Francia continúa! La masividad, la combatividad y la solidaridad permanecen intactas. Esto no deja de preocupar a una parte de la burguesía francesa que, ante el aislamiento y el "hasta el final" de Macron y su gobierno, busca resueltamente una salida1 .
Un movimiento internacional de luchas
La amplitud de este movimiento es tal que inspira a los trabajadores de varios países. En Italia, se preguntan ¿por qué "nadie movió un dedo" cuando se aumentó la edad de jubilación a 67 años en 2011? ¿Por qué no nos negamos a seguir siendo explotados como hacen hoy los trabajadores en Francia? En Alemania, los trabajadores del transporte en huelga han afirmado abiertamente inspirarse en el movimiento de Francia. Lo mismo ocurrió en el Reino Unido y en la República Checa, también en relación con las pensiones. Así pues, lejos de ser una especificidad de los "refractarios galos", la lucha contra la reforma de las pensiones participa activamente en el desarrollo de la combatividad y la reflexión de la clase obrera a escala internacional.
¿Por qué? Porque es toda la clase obrera del mundo la que se ve afectada por la inflación, los ataques gubernamentales, la degradación de las condiciones de vida, la intensificación de la explotación en el trabajo.
Por eso el “enough is enough !” (“basta ya”) coreado en el Reino Unido desde hace meses por los trabajadores de muchos sectores, el "ça suffit!" de los manifestantes en Francia, la reacción de los trabajadores en Grecia tras un accidente ferroviario2... forman parte del mismo movimiento internacional de cólera y descontento: España, Alemania, Grecia, Corea del Sur, México, China, Italia... en todas partes hay huelgas y manifestaciones, en todas partes hay la misma lucha para defenderse de los peores efectos de la crisis del capitalismo.
Como lo muestra el eco internacional de la lucha en Francia, poco a poco va surgiendo un embrión de vínculos entre trabajadores que va más allá de las fronteras. ¡Estos reflejos de solidaridad son exactamente lo contrario del mundo capitalista dividido en naciones competidoras y que alaba permanentemente el culto a la patria! Estos, al contrario, recuerdan el grito de guerra de la clase obrera desde 1848, el del Manifiesto Comunista de Marx y Engels: "¡Los proletarios no tienen patria! Proletarios de todos los países, ¡uníos!”
Así, las luchas actuales son el terreno más propicio para la toma de conciencia de que "todos estamos en el mismo barco", como reivindicaron claramente los manifestantes en Grecia recientemente. Aunque todavía sea un proceso muy frágil y confuso, todas estas luchas nos permiten tomar conciencia poco a poco de que es posible luchar como fuerza unida y colectiva, como una clase, ¡como la clase trabajadora mundial!
Si la combatividad y la masividad por sí solas no han sido capaces de hacer retroceder a la burguesía, el mero hecho de experimentar la lucha colectiva, de medir los callejones sin salida, de enfrentarse a las trampas tendidas por la burguesía y de poder reflexionar sobre ellas para sacar lecciones es ya una victoria y un paso más para las luchas futuras: "A veces los trabajadores triunfan; pero es un triunfo efímero. El verdadero resultado de su lucha no es tanto el éxito inmediato como la creciente unidad de los trabajadores"3.
¿Cómo extender y desarrollar la lucha?
Cada semana, en las marchas, se expresan consignas como "Tú nos impones 64, nosotros te devolveremos el mayo del 68", "Marzo del 2023 es el nuevo mayo del 68". Del mismo modo, la lucha contra el CPE (Contrato de Primer Empleo) en 2006 está en la mente de todos4. Estas experiencias de la historia de la clase obrera son muy valiosas para el desarrollo de las luchas. Constituyen una brújula que permite a la clase encontrar el camino hacia la extensión y la unidad de la lucha.
En 1968, el proletariado en Francia obligó al gobierno y a los sindicatos a acordar salarios más altos mediante huelgas masivas y la difusión de asambleas generales en fábricas y otros lugares de trabajo.
En 1969 y 1972, los mineros del Reino Unido también habían conseguido crear una correlación de fuerzas favorable a la clase trabajadora al ser capaces de salir de la lógica corporativista mediante la extensión de la lucha: por docenas y centenas, habían ido a los puertos, acerías, depósitos de carbón, centrales eléctricas, para bloquearlos y convencer a los trabajadores de allí que se unieran a ellos en la lucha. Este método, que se hizo famoso con el nombre de flying pickets (piquetes volantes), expresaba la fuerza colectiva, la solidaridad y la unidad de la clase obrera.
En 1980, la clase obrera de Polonia sacudió a la burguesía de todos los países reuniéndose en enormes asambleas generales (MKS), decidiendo reivindicaciones y acciones de lucha, con la preocupación constante de extender la lucha.
En 2006, fueron las asambleas generales organizadas por los estudiantes y abiertas a todos (trabajadores, desempleados, pensionados...) las que fueron el pulmón de una lucha que, ante su dinámica de extensión, obligó al gobierno de Chirac a retirar el Contrato de Primer Empleo (CPE).
Todos esos movimientos demuestran que la clase obrera puede hacer retroceder los ataques y hacer retroceder a la clase dominante en cuanto es realmente capaz de tomar en sus manos sus luchas para extenderlas y unificarlas sobre la base de reivindicaciones y medios de acción comunes.
El ocultamiento mediático sobre la masividad de la lucha en Francia, al igual que la demonización ultra-mediatizada de la violencia de las minorías, tiene como objetivo precisamente impedir que el proletariado vuelva a conectar con este pasado, permitiéndole tomar conciencia de sus fuerzas. Por eso hoy, el desarrollo de verdaderos espacios de debate, como las asambleas generales soberanas abiertas a todos, debe defenderse como medio de acción, como el medio por excelencia para reflexionar sobre cómo desarrollar y unificar las luchas. La reapropiación de las lecciones de las luchas pasadas es un impulso fundamental en este proceso y, más ampliamente, en la recuperación de la conciencia de pertenecer a una misma clase que lleva en sí misma la fuerza para derrocar el orden capitalista.
Vincent, 7 de abril de 2023.
1 Durante semanas, los sindicatos han tendido la mano al gobierno para intentar aplacar el movimiento. Pero, por el momento, el Gobierno continúa "con las botas puestas"
2 Ver La combatividad y la solidaridad de los proletarios se expresa también en Grecia | Corriente Comunista Internacional (internationalism.org)
3 Manifiesto Comunista
4 Aunque el movimiento contra el CPE no tiene exactamente el mismo significado, ni la misma importancia histórica que Mayo del 68. Ver Undécima manifestación contra la reforma de las pensiones: ¿cómo ganamos en 2006? | Corriente Comunista Internacional (internationalism.org)