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Por una vez, damos las gracias al GIGC por darnos la oportunidad de recordar lo que es realmente.
Con este fin, reproducimos a continuación (íntegramente, incluidas las notas a pie de página) su pequeño artículo que supuestamente señala nuestro estancamiento y nuestras contradicciones sobre la cuestión del parasitismo, si hemos de dar crédito al título.
Y para beneficio de nuestros lectores, le respondemos justo después.
El texto GIGC: Impasse y contradicciones de la CCI frente al "parasitismo", la TCI y el GIGC
La actitud políticamente responsable y fraternal de la delegación de la CCI en la reunión del comité "No a la guerra, excepto a la guerra de clases" en París -que acogemos con satisfacción- resulta sorprendente. ¿No fue organizada la reunión por iniciativa del GIGC, al que denuncia como "grupo parásito" y "oficina del Estado burgués" (Revolución Internacional 446), y de la TCI, a la que critica por sus concesiones oportunistas al parasitismo? ¿Acaso la presidencia de esta reunión, compuesta por tres camaradas, no incluía a dos antiguos miembros, Olivier y Juan, que fueron expulsados y denunciados públicamente en su prensa y calificados de "nazis, estalinistas, ladrones, chantajistas, matones, lumpen, calumniadores, provocadores, policías" en 2002? Sin embargo, en la reunión pública, ninguna denuncia de los supuestos parásitos y policías. No se advirtió a los demás participantes de que iban a asistir a una reunión celebrada por una "agencia policial". Ningún ultimátum exigiendo la exclusión de la reunión... de sus propios organizadores.
O bien los miembros activos y simpatizantes que componen la delegación de la CCI no creen ni una palabra de las resoluciones y otros artículos públicos que denuncian al GIGC y a sus miembros - a los que, por lo demás, se prohíbe asistir a las reuniones públicas de la CCI -, o bien ha demostrado una concesión oportunista especialmente grave no sólo al llamado parasitismo, sino incluso a los llamados "agentes provocadores del Estado".
Dejamos que la CCI se enfrente a sus contradicciones cada vez más flagrantes y evidentes.
El GIGC, diciembre de 2022
La CCI a sus lectores
El GIGC tiene razón, la CCI intervino en la primera reunión del comité No War But The Class War con una "actitud políticamente responsable". Y, de hecho, no denunciamos a los dos individuos que estaban en el presidium, Olivier y Juan, a pesar de que son unos chivatos.
¿Por qué?
El GIGC se regodea, creyendo que esta postura una prueba de nuestras supuestas dudas o de nuestro supuesto oportunismo.
La causa de nuestra "actitud políticamente responsable" sólo puede escapar por completo al GIGC: nuestra razón de ser no es el GIGC, sino la clase obrera.
Esta reunión fue convocada oficialmente por un "comité" y no por grupos políticos. Estábamos hablando en la reunión de un comité, un comité llamado No War But The Class War, un comité que anuncia enfrentar la guerra imperialista, un comité que despliega en su convocatoria auténticas posiciones internacionalistas, un comité que, en sí mismo, debe representar el raro, difícil y precioso esfuerzo de nuestra clase por organizarse para debatir y levantarse contra la barbarie de este sistema decadente.
Hoy en día, los trabajadores que buscan posiciones de clase son pocos y menos aun los que hacen el esfuerzo de reunirse. Esto es lo que debe ser para nosotros un comité, un precioso lugar de clarificación de nuestra clase, que hay que defender y dar vida. En este sentido, habíamos animado a todos nuestros contactos a venir y participar.
Temíamos que este comité condujera a sus participantes a un callejón sin salida. Porque hoy las luchas de la clase obrera no se dirigen contra la guerra sino contra la crisis económica, por lo tanto este comité corría el riesgo de ser una cáscara vacía, vacía de la vida real de la clase, un comité sin anclaje en la realidad, artificial, y por lo tanto empujando a sus pocos participantes a realizar acciones que no corresponden a la realidad de la dinámica de nuestra clase, un comité que finalmente debilita la defensa del internacionalismo, siembra la confusión y termina desperdiciando las escasas fuerzas que emergen.
Por ello, la CCI había optado conscientemente por intervenir de forma decidida para defender el internacionalismo, posición cardinal de la Izquierda Comunista, y advertir a los participantes sobre lo que para nosotros constituye desde el principio la fragilidad de los comités NWBCW, la dimensión artificial de estos comités "de lucha". Esta fue la postura que defendimos en dos intervenciones, lo que constituye de hecho una "actitud políticamente responsable".
En lugar de "comités de lucha", hoy podrían concebirse círculos de discusión y reflexión de minorías politizadas sobre el tema de la guerra. En cuanto a la formación de comités de lucha, podría efectivamente desempeñar un papel si está motivada por la necesidad de clarificación e intervención frente a los ataques económicos.
Esto es lo que nos parecía prioritario, el tema central de esta reunión y de nuestra intervención.
Intervenir sobre el hecho de que dos individuos presentes en la sala están efectivamente dispuestos a todo para destruir la CCI, que ésta es básicamente su razón de ser, que ya han cometido una increíble lista de fechorías, hasta el punto de actuar como delatores todo ello habría centrado el debate en esta cuestión y desviado así la discusión.
Pero ya que el GIGC lo pide, no querríamos decepcionarles. He aquí un pequeño recordatorio del pedigrí de estos dos caballeros.
Estos señores proceden de la llamada "Facción Interna de la CCI" (FICCI), que era una mini agrupación de antiguos miembros de la CCI expulsados por chivatazo en 2003 en nuestro 15º Congreso Internacional. No fue ésta la única infamia de la que fueron responsables estos elementos, ya que, negando los principios fundamentales del comportamiento comunista, también se distinguieron por actitudes típicamente destructivas, como la calumnia, el chantaje y el robo. Por estos otros comportamientos, aunque muy graves, la CCI no había pronunciado contra ellos una exclusión, sino una simple suspensión. Es decir, aún era posible que estos elementos regresaran algún día a la organización, siempre y cuando, por supuesto, devolvieran el material y el dinero que le habían robado y se comprometieran a renunciar a comportamientos que no tenían cabida en una organización comunista. Si la CCI decidió finalmente excluirlos, fue porque habían publicado en su página web (es decir, a la vista de todas las policías del mundo) información interna que facilitaba el trabajo de la policía1:
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la fecha en la que se iba a celebrar la conferencia de nuestra sección en México con la presencia de militantes de otros países. Este acto repugnante de la FICCI, que consiste en facilitar la labor de represión del Estado burgués, es tanto más despreciable cuanto que sus miembros sabían perfectamente que algunos de nuestros camaradas de México ya habían sido, en el pasado, víctimas de la represión y que algunos se habían visto obligados a huir de su país de origen;
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las iniciales reales de uno de nuestros camaradas presentado por ellos como "el jefe de la CCI", con la precisión de que era el autor de tal o cual texto dado su "estilo" (lo que constituye una indicación muy útil para los servicios de policía).
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la información periódica en su boletín de los resultados del trabajo de espionaje de nuestra organización, incluida la información directamente relacionada con el trabajo de un informador de la policía.
Cabe señalar que antes de proceder a su expulsión, la CCI había enviado una carta individual a cada uno de los miembros de la FICCI preguntándoles si se solidarizaban con estos actos de delación. Finalmente, la FICCI respondió a esta carta reivindicando colectivamente su infame comportamiento. También hay que señalar que cada uno de estos elementos tuvo la oportunidad de presentar su defensa ante el Congreso de la CCI o ante una comisión de 5 miembros de nuestra organización, 3 de los cuales podían ser designados por los propios miembros de la FICCI. Estos valientes individuos, conscientes de que su comportamiento era indefendible, habían rechazado estas propuestas finales de la CCI.
En cambio, esta "FICCI" envió entonces un "Boletín Comunista" a los suscriptores de nuestra publicación en Francia (cuyo fichero de direcciones había sido robado por los miembros de la FICCI mucho antes de que abandonaran nuestra organización) para decirles una y otra vez que la CCI estaba en las garras de la degeneración oportunista y estalinista.
¡Y esto no es todo!
En 2005, antes de una de nuestras reuniones públicas, uno de los miembros de la FICCI amenazó de muerte a uno de nuestros militantes. Llevaba un cuchillo en el cinturón y le susurró al oído que le cortaría el cuello.
De hecho, podríamos seguir y seguir con esta lista, ya que cada "Boletín Comunista" contenía su ración de calumnias.
En 2013, el FICCI adoptó el nuevo nombre de "Grupo Internacional de la Izquierda Comunista" (GIGC). Más concretamente, este nuevo grupo es el resultado de la fusión entre una parte del grupo Klasbatalo de Montreal y la FICCI.
Pero fueron las formas matonescas y el odio de los miembros de la FICCI hacia la CCI lo que inmediatamente tiñó la política y la actividad de este “nuevo” grupo.
Así, nada más nacer, este GIGC empezó a gritar a los cuatro vientos que estaba en posesión de los Boletines internos del CCI. Al exhibir su trofeo de guerra y armar tanto alboroto, el mensaje que estos chivatos intentaban transmitir era muy claro: ¡hay un "topo" en el CCI que trabaja mano a mano con la ex FICCI! Se trataba claramente de un trabajo policial sin otro objetivo que sembrar la sospecha generalizada, el malestar y la discordia en el seno de nuestra organización. Estos son los mismos métodos utilizados por la policía política de Stalin, el GPU, para destruir el movimiento trotskista desde dentro en la década de 1930. Son los mismos métodos que utilizaron los miembros de la ex FICCI cuando hicieron viajes "especiales" a varias secciones de la CCI en 2001 para organizar reuniones secretas y difundir rumores de que una de nuestras camaradas (la "esposa del jefe de la CCI", como decían) era "policía". El mismo proceso para tratar de sembrar el pánico y destruir el CCI desde dentro en 2013 fue aún más despreciable: bajo el hipócrita pretexto de querer "tender la mano" a los militantes del CCI y salvarlos de la "desmoralización", estos provocadores profesionales enviaban en realidad el siguiente mensaje a todos los activistas del CCI: "¡Hay un traidor (o varios) entre vosotros que nos está dando vuestros Boletines internos, pero no os daremos su nombre porque sois vosotros mismos quienes debéis buscarlo!" Este es el objetivo real y permanente de este "grupo internacional": tratar de introducir el veneno de la sospecha y la desconfianza en el CCI para intentar destruirlo desde dentro. Es una verdadera empresa de destrucción, cuyo grado de perversión no tiene nada que envidiar a los métodos de la policía política de Stalin o de la Stasi alemana.
Hemos preguntado públicamente en repetidas ocasiones al GIGC cómo llegaron a sus manos nuestros boletines internos. ¿Había un cómplice dentro de nuestra organización? ¿Los obtuvo la propia policía pirateando nuestros ordenadores y pasándoselos después al GIGC por algún medio? Si el GIGC hubiera sido una organización responsable en lugar de una banda de granujas, se habría apresurado a resolver este misterio e informar al medio político proletario de los resultados de sus investigaciones. En cambio, ha evitado sistemáticamente esta pregunta, que seguiremos haciéndole públicamente.
Su último artículo, que reproducimos íntegramente más arriba, no es una excepción a estos métodos nauseabundos. Lo que sí podemos reconocerle al GIGC es su coherencia.
Sin embargo, a través de este artículo, no es dentro de la CCI donde el GIGC intenta sembrar la división, la sospecha y la desconfianza, sino dentro de toda la izquierda comunista. Al escribir "¿No se organizó la reunión por iniciativa del GIGC, al que [la CCI] denuncia como "grupo parásito" y "oficina del Estado burgués" (Revolución Internacional 446), y de la TCI, a la que critica por sus concesiones oportunistas al parasitismo?”.
El GIGC, digno heredero de la FICCI tiene la función de destruir los principios de la izquierda comunista, de sembrar la desconfianza y la división. El odio de los miembros de la ex-FICCI hacia la CCI prevalece y tiñe toda la política de este grupo, sea cual sea el nivel de conciencia de sus distintos miembros integrados posteriormente. Se trata, pues, de una lucha contra un grupo que, bajo la apariencia de defender las posiciones de la izquierda comunista, defiende objetivamente los intereses del campo burgués2, asumiendo su peor moral y sus peores actitudes.
La lucha contra el oportunismo tiene lugar dentro del propio campo proletario. Toda la historia del movimiento obrero demuestra que es una debilidad constante que gangrena el campo proletario. Se trata, pues, de combatir el oportunismo mediante la polémica más firme y fraternal posible, en el seno del medio político proletario. Esta lucha no sólo se libra entre organizaciones revolucionarias, sino también dentro de ellas. La historia de la CCI demuestra que lleva 50 años luchando contra esas derivas.
Por ello, esos métodos de amalgama, de confusión deliberada del GIGC para sembrar la confusión y la desconfianza, son abyectos.
Parafraseando a Rosa Luxemburgo: Mentir, delatar, embadurnar, cubrir de inmundicia: eso es el parasitismo, eso es lo que es. No es cuando sus protagonistas se dan a sí mismos la apariencia de respetabilidad y filosofía, moralidad y apertura, debate y fraternidad en la plataforma de un presidium de comité, es cuando el parasitismo se asemeja a una bestia salvaje, cuando baila el sabbat del matonismo, cuando sopla la desconfianza sobre la izquierda comunista y sus principios, cuando se muestra desnudo, tal como es en realidad.
CCI 15-1-23
1 El GIGC asume descaradamente su postura policial. De hecho, desde 2005, los documentos relativos a los debates internos de la CCI pueden encontrarse en su sitio web "GIGC / Boletín Comunista Internacional".
2 Esta defensa no se realiza mediante la defensa de un programa burgués. En efecto, como destacan nuestras tesis sobre el parasitismo: "Marx y Engels [...] ya caracterizaban como parásitos a los elementos politizados que, pretendiendo adherirse al programa y a las organizaciones del proletariado, concentran sus esfuerzos en la lucha, no contra la clase dominante, sino contra las organizaciones de la clase revolucionaria". Construcción de la organización revolucionaria - Tesis sobre el parasitismo | Corriente Comunista Internacional (internationalism.org)