Contra las mentiras sobre Mayo 68

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De Emmanuel Macron a Daniel Cohn-Bendit, del periódico de derecha, Le Figaro al semanario de “izquierda democrática”, Marianne, de la cadena televisora BFMTV a Radio France, de la extrema derecha a la extrema izquierda, ya sea criticándolo o celebrándolo, todos a su manera conmemoran el cincuentenario de mayo del 68 cubriéndolo con un montón de mentiras.

¡No, Mayo del 68 no es una “especificidad francesa”!

Nadie puede negar que mayo del 68 tuvo lugar en una dinámica internacional. Pero centrar la atención en la noche del 22 de marzo en Nanterre, en la elocuencia “electrizante” de Cohn-Bendit[1], en el paternalismo sofocante de De Gaulle, en el choque entre "la nueva y la vieja Francia"... esta dimensión internacional queda deliberadamente relegada a un segundo plano para hacer finalmente de Mayo 68 una "especificidad francesa". En realidad, la ola de protestas estudiantiles comenzó en 1964, en la Universidad de Berkeley en California, con demandas por el derecho de palabra, el fin de la segregación racial y el fin de la guerra en Vietnam. Esta ola se extendió a Japón a partir de 1965, Gran Bretaña a finales de 1967, Italia, España, Alemania, Brasil, Turquía y México a principios de 1968. Pero, sobre todo, Mayo 68 pertenece al movimiento obrero internacional. La ola de huelgas que comenzó en Francia en 1967 y alcanzó su clímax en Mayo 68 sacudió al mundo hasta 1974: el famoso Cordobazo argentino, el "Otoño Caliente" italiano en 1969, España y Polonia en 1971, pasando por Bélgica y Gran Bretaña en 1972, Escandinavia, Alemania...

¡No, Mayo 68 no es una “revuelta estudiantil”!

El carácter proletario de Mayo 68 es a menudo enmascarado por el énfasis puesto en el movimiento estudiantil. La versión más sofisticada y retorcida de esta mistificación es evidentemente la que proviene de los izquierdistas y los sindicatos: "¡La fuerza de Mayo 68 es la convergencia de los estudiantes y los trabajadores!" ¡Mentiras! Si Mayo 68 dinamizó la lucha en todo el mundo, fue precisamente porque la clase obrera no siguió al movimiento, sino que, por el contrario, se convirtió en su fuerza motriz.

El movimiento estudiantil de los años 60 fue de naturaleza pequeñoburguesa, siendo uno de sus aspectos más claros su deseo de "cambiar la vida ahora mismo". En ese momento, no había una amenaza importante de precariedad al final de los estudios. El movimiento estudiantil que comenzó en 1964 se desarrolló en un período de prosperidad. Pero, a partir de 1967, la situación económica se deterioró seriamente, empujando al proletariado a la lucha. Desde principios de 1967 se produjeron importantes enfrentamientos: en Burdeos (en la fábrica de aviación de Dassault), en Besançon y en la región de Lyon (huelga y ocupación de Rhodia, fábrica de fibras sintéticas), huelga de Berliet (construcción de remolques de carga), en las minas de Lorena, en los astilleros navales de Saint Nazaire, en Caen.... Estas huelgas prefiguraron lo que iba a suceder a partir de mediados de mayo de 1968 en todo el país. No se puede decir que esta tormenta se desató bajo un cielo azul y despejado. Entre el 22 de marzo y el 13 de mayo de 1968, la feroz represión contra los estudiantes movilizó cada vez más a una clase obrera llevada por sus sentimientos instintivos de solidaridad. El 14 de mayo, en Nantes, los jóvenes trabajadores inician una huelga. Al día siguiente, el movimiento se impuso a la fábrica de Renault en Cléon, en Normandía, así como a otras dos fábricas de la región. El 16 de mayo, otras fábricas de Renault se unieron al movimiento y las banderas rojas ondearon sobre Flins, Sandouville y Le Mans. La entrada de Renault-Billancourt en la lucha fue entonces un faro: era la fábrica más grande de Francia (35,000 trabajadores) y el dicho decía "Cuando Renault estornuda, Francia se resfría”. El 17 de mayo, la ola de huelga golpeó a toda Francia. Era un movimiento totalmente espontáneo y en toda Francia eran los jóvenes trabajadores los que estaban a la vanguardia. No había ninguna exigencia precisa: era la expresión de un descontento general. El 18 de mayo, había un millón de trabajadores en huelga; el 22 de mayo, ocho millones. Fue la huelga más grande en la historia del movimiento obrero internacional. Participaron todos los sectores: industria, transporte, energía, correos y comunicaciones, enseñanza, administraciones, medios de comunicación, laboratorios de investigación, etc. Durante este período, las facultades ocupadas, algunos edificios públicos como el Teatro de Odeón en París, las calles, los lugares de trabajo, se convirtieron en espacios de debate político permanente. “Hablamos y nos escuchamos” se convirtió en un eslogan.

¡No, Mayo 68 no es una “revolución en el estilo de vida”!

De manera fraudulenta al reducirse a su dimensión "estudiantil", Mayo 68 se presenta como el símbolo de la liberación sexual y de la mujer.

Los grandes movimientos de la lucha proletaria siempre han planteado la "cuestión de la mujer". En la época de la Comuna de París en 1871, en la huelga de masas de 1905 y en la revolución rusa de 1917, las trabajadoras desempeñaban un papel inestimable. Pero lo que la pequeña burguesía estudiantil de 1968 ensalzó es otra cosa: es la liberación “aquí y ahora” dentro del capitalismo, es la liberación de la humanidad a través de la liberación sexual y no como producto de una larga lucha contra el sistema de explotación capitalista. En resumen, es el abandono de cualquier forma de reflexión que pretenda realmente poner en tela de juicio las raíces del orden establecido; es la negación de todo el proceso de huelgas, autoorganización y discusión dentro de la clase obrera en Francia durante esas semanas de mayo. La importancia para la burguesía mundial de reducir Mayo 68 a la quema de sostenes es evidente.

¡No, Mayo 68 no es una huelga general y sindical!

Hoy, con la huelga de los trabajadores ferroviarios en Francia, los sindicatos y las organizaciones de izquierda pretenden que otra huelga general es posible. Al igual que en Mayo 68, los sindicatos estarían organizando la “convergencia de luchas” frente a las políticas de Macron[2]. ¡Mentiras! En Mayo 68 los trabajadores retomaron su lucha espontáneamente, sin consignas ni órdenes sindicales. Estos últimos, de hecho, corrieron detrás del movimiento para sabotearlo mucho mejor. La caricatura contemporánea del humorista gráfico francés Siné al inicio de este artículo es muy explícita sobre el resentimiento de la clase obrera hacia el trabajo sucio de los sindicatos.

Los Acuerdos de Grenelle que la izquierda y los sindicatos celebraron como LA gran victoria de 68 fueron el resultado del trabajo conjunto del gobierno y los sindicatos para detener el movimiento y derrotarlo. Estos acuerdos trajeron consigo un aumento del poder adquisitivo muy inferior al de los años anteriores. Un hecho que hoy se oculta es que los trabajadores consideraron inmediatamente estos acuerdos como un insulto: al llegar a presentar a Renault Billancourt en la mañana del 27 de mayo, Séguy, Secretario General de la CGT[3], se enfrentó a abucheos, silbidos y se rompieron muchos carnets sindicales. El 30 de mayo, De Gaulle anunció la disolución de la Asamblea Nacional, las elecciones a finales de junio y la apertura de negociaciones rama por rama. Los sindicatos aprovecharon esta oportunidad para enviar de vuelta al trabajo a los sectores (como EDF-GDF) en los que las propuestas patronales fueron más allá de los acuerdos del Grenelle. Reforzaron esta presión a favor de la vuelta al trabajo a través de todo tipo de maniobras, como la falsificación de votos, la mentira sobre quién había vuelto o no al trabajo y la intimidación en nombre de la lucha contra los "provocadores izquierdistas". Uno de sus mayores argumentos era que los trabajadores tenían que volver al trabajo para que las elecciones, que se suponía que “sellarían la victoria de los trabajadores”, pudieran tener lugar normalmente.

No, Mayo 68 no es “cosa del pasado”

Mayo 68 se presenta como un movimiento del período de prosperidad. En otras palabras, pertenece al pasado, a otro tiempo. ¡Una vez más, nada es más falso!  A partir de 1967, la situación económica mundial comenzó a deteriorarse, abriendo el período de la crisis permanente que hemos conocido desde entonces y confirmando que el capitalismo es un sistema decadente que es necesario derrocar. Mayo 68 confirmó que el proletariado era la clase revolucionaria; que tenía la fuerza para organizarse y desarrollar su conciencia a través del debate en asambleas generales autónomas; que podía oponerse al orden establecido y sacudirlo hasta sus raíces. Sobre todo, ¡Mayo 68 marcó el final de 40 años de contrarrevolución estalinista! Es la expresión más clara del retorno de la lucha proletaria a la escena mundial. La importancia de este evento no debe ser subestimada: Mayo 68 y la ola de luchas que entonces se extendió por varios países, significó que la clase obrera no estaba dispuesta a aceptar todos los sacrificios exigidos por los intereses del Capital, y menos aún a sacrificar su vida. ¡Es esto, y nada más, lo que impidió que la confrontación entre los bloques del Este y del Oeste degenerara en una Tercera Guerra Mundial! Desde entonces, el desarrollo del movimiento proletario ha tropezado con muchas dificultades. La idea de que "la revolución es posible pero no forzosamente necesaria" ha dado paso a "la revolución es absolutamente necesaria, pero se ha vuelto imposible". El proletariado ha perdido la confianza en sí mismo. Pero justamente, la realidad de la fuerza proletaria de Mayo 68 debe ser una fuente de inspiración para el futuro. ¡La burguesía lo sabe y por eso lo cubre con tantas mentiras!

Bmc, 28/abril/2018.

 

[1] Daniel Cohn-Bendit fue uno de los líderes más famosos y el favorito de los medios en la revuelta estudiantil de Mayo 68. “Dany el Rojo” se presentó entonces como anarquista libertario y dirigía el llamado “Movimiento 22 de Marzo” en la Universidad de Paris-Nanterre, la cual fue el origen de la revuelta estudiantil que después se extendió a todas las facultades en menos de dos meses. Hoy, es decir 50 años después, con su doble nacionalidad francoalemana ocupó un puesto en la alcaldía del municipio de Frankfurt, fue eurodiputado bajo los colores del partido de los Verdes desde 1994 hasta 2014. ¡En las elecciones de 2017 fue uno de los primeros que apoyó al nuevo partido de Macron, “En marche!” y se presenta ahora como un “consejero del príncipe” en sus encuentros regulares con el presidente Macron. Proclama hoy “Olvidar Mayo 68!” y hace alarde en cada ocasión de su defensa del sistema capitalista en su modelo de política económica liberal.

[2] Para una toma de posición más detallada del movimiento de huelga actual en Francia que es una trampa que permite maniobras contra los trabajadores, se puede leer nuestro artículo en francés  https://fr.internationalism.org/revolution-internationale/201804/9690/gr...

[3] Confederación General del Trabajo, sindicato dominante de la época, satélite del PCF, el partido estalinista.

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