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A continuación publicamos una hoja redactada y distribuida por un simpatizante de la CCI en la que toma posición ante la brutal represión desatada por el régimen chavista (ahora liderado por el sucesor de Chávez, Nicolás Maduro), ante una multitudinaria movilización convocada por estudiantes el 12 de febrero pasado en el centro de Caracas, para exigir la liberación de cuatro de sus compañeros detenidos y en protesta contra la escasez, el alto costo de la vida y la inseguridad ciudadana. La acción represiva del régimen “socialista-bolivariano” dejó en ese momento un saldo de 3 muertos, decenas de heridos y detenidos.
La movilización de los estudiantes fue el detonante de la inmensa indignación que desde hace mucho tiempo anida en el seno de las masas trabajadoras y de la población duramente golpeadas por la grave crisis económica que sacude al país. Amplios sectores de la población a nivel nacional han aprovechado la acción decidida de los jóvenes para unirse en una protesta generalizada contra el régimen y manifestar su rabia e indignación ante los altos niveles de inflación que vuelve nada los sueldos y salarios de los trabajadores; la acentuada escasez de alimentos, medicinas, productos de higiene, entre otros; los altos niveles de inseguridad pública que han dejado el nefasto saldo de cerca de 200 mil asesinatos en los 15 años del régimen chavista; el deterioro de los servicios públicos de salud, la precariedad laboral y “por la ausencia de cualquier motivo para soñar o para alimentar la esperanza de un plan de vida”, para tomar las palabras del compañero que redactó la hoja. Pese a toda la grotesca propaganda del régimen chavista a nivel nacional e internacional para intentar vender las “bondades” del “socialismo-bolivariano”, la realidad es que éste representa de manera patética la barbarie y la miseria que el capitalismo en descomposición depara al proletariado y a la humanidad ([1]).
Tal como ha sucedido en otros movimientos sociales en el mundo, la burguesía chavista en el poder ha recurrido a su carta más inmediata: la represión abierta y despiadada contra los manifestantes; utilizando no sólo las fuerzas represivas del Estado sino a grupos civiles armados y apertrechados por el Estado pertenecientes a los llamados Colectivos bolivarianos, encargados de amedrentar, crear el terror e incluso disparar contra los protestantes inermes; han sido ellos responsables de varios de los muertos y decenas de heridos que a la fecha han dejado las protestas. Permitiendo el libre accionar de estas fuerzas parapoliciales, el Estado intenta ocultar su responsabilidad en la represión a los manifestantes. Este accionar de los “revolucionarios” bolivarianos no nos debe sorprender; la burguesía a lo largo de su historia se ha valido de elementos desclasados y lumpenizados para conformar sus fuerzas de choque contra el proletariado: lo vimos con los “fasci” de Mussolini y los “camisas pardas” del nazismo; en los regímenes estalinistas como el de Cuba con los Comités de Defensa de la Revolución (CDR); en los regímenes totalitarios de los países árabes (Libia, Siria, Egipto, etc.); y más recientemente en países aliados del “Socialismo del Siglo XXI” como Nicaragua, Ecuador, Bolivia, etc.
La burguesía es consciente de la gravedad de la crisis económica en el país, manifestación de la crisis económica que vive el capitalismo a nivel mundial. Las medidas económicas del régimen lo que han hecho es acelerar una crisis inminente. Pese a los importantes ingresos petroleros, el régimen chavista no puede mantener el inmenso gasto público que exige el mantener sus políticas populistas por casi tres lustros, ni continuar suministrando petróleo barato para sostener una geopolítica que se debilita cada vez más. En este contexto, se dan las condiciones para que las bases chavistas y opositoras converjan en la protesta contra el régimen. Para intentar evitarlo éste ha impuesto un “black out” a los medios de comunicación y controles en internet para que no se divulguen informaciones sobre las movilizaciones de protesta; mientras la red de medios controladas por el Estado busca predisponer a la población chavista contra los estudiantes y las movilizaciones, criminalizando las protestas y presentándose como el garante y portador de la “paz”.
Pese a los obstáculos impuestos por el Estado, dado el contexto económico, político y social, este nuevo movimiento de estudiantes contiene potencialidades que le permitan trascender su fase inicial de contagio a nivel nacional. Para lograrlo debe evitar caer en las trampas del movimiento de 2007 ([2]), que fue desviado y debilitado por los falsos amigos de los partidos y fuerzas opositoras al régimen, que son la otra cara de la moneda de las fuerzas políticas del capital nacional, que no representan ninguna salida a la crisis que nos sume en la barbarie y la precariedad. Es por ello que mostramos nuestro acuerdo con el compañero que escribe el texto en el sentido de que la única salida que tiene este movimiento es la unión con la protesta de los sectores laborales, que pese a la represión y al acoso sindical se han mantenido en pie de lucha en los últimos años: trabajadores de la Zona del Hierro, del sector petrolero, del sector salud, empleados públicos, etc.
Tal como lo hicimos en 2007, saludamos la emergencia espontánea de este nuevo movimiento de jóvenes estudiantes, pues su confrontación contra el Estado contiene elementos que lo inscriben dentro de las luchas proletarias contra el sistema capitalista. Elementos que han estado presentes en los movimientos sociales que han sacudido al mundo desde la Primavera Árabe de 2011, hasta los recientes movimientos en Brasil y Turquía, pasando por el de los Indignados en España y Occupy en EEUU ([3]).
Internacionalismo-Venezuela, 23/02/14
La sangrienta represión del 12/02/2014
Nuevamente la experiencia más acabada del Socialismo del Siglo XXI, según el juicio de los nostálgicos del estalinismo, es sacudida por una oleada de motines que se ha extendido por toda la república y que tiene como agente principal una multitud de jóvenes , proveniente de todos las estratos sociales, que rezuman el descontento reprimido de una población abatida por la descomposición de un modelo social que se nutre en la forma de capitalismo más cruel (el capitalismo de estado en su forma caricatural) que le ha tocado vivir a la nación en los últimos 15 años. La rabia comprimida por un cerco configurado por la inseguridad, por la escasez de casi todo lo que se necesita para llevar una vida más o menos decente, por la ausencia de cualquier motivo para soñar o para alimentar la esperanza de un plan de vida, por el sentimiento de frustración que produce el confinamiento a una realidad social en la que han desaparecido los valores que han animado a la humanidad para continuar su curso en el proceso que permitirá tomar el cielo por asalto.
El 12 de febrero más que el fetiche patriotero del día de la juventud, los muchachos convocaron, al margen de la acción de cualquier letrina política, su marcha para reclamar la liberación de un grupo de estudiantes detenidos en el Estado de Táchira, confinados en centros de reclusión de alta peligrosidad, con un expediente que los calificaba como terroristas; una muestra de la escalada represiva que el socialismo bolivariano del siglo XXI ha venido desatando contra las protestas que a lo largo del 2013 han ido tomando cuerpo en todo el territorio nacional, incorporando, de manera desarticulada, diferentes sectores del campo laboral y en particular a los trabajadores de las empresas básicas[1] (Sidor, Venalum, Alcasa, Ferrominera, Bauxilum, etc. ) y últimamente a obreros petroleros en la planta petrolera de Jóse, que han sido detenidos con el expediente de traidores a la patria. El calificativo de traidores, terroristas, apátridas, pitiyanquis, agentes del imperio, el chavismo y sus sicarios de los colectivos lo han usado indiscriminadamente contra cualquier manifestación de descontento o lucha reivindicativa que desarrollen los trabajadores, no solamente contra los estudiantes.
El 12/02/14 los jóvenes que protestaban quedaron atrapados en la línea de fuego y el campo minado que el chavismo y la oposición capitalista (MUD, Leopoldo López, y la izquierda, desertora del estalinismo, alineada hoy con la derecha)[1], en una división del trabajo no concertada, han creado para esterilizar la protesta, desviándola de los derroteros que la puedan conducir a un encuentro con los sectores proletarios que están del mismo lado de la barricada que los estudiantes y que pueden aportar la organización política y la direccionalidad capaz de contener la oleada represiva y explotadora del estado bolivariano capitalista. El régimen teme el carácter detonante que tienen las luchas protagonizadas por los jóvenes proletarios y los movimientos estudiantiles; conocen por experiencias recientes y particularmente las del 2007, la capacidad y la fortaleza expansiva que tienen esas movilizaciones, que representan el peligro potencial de arrastrar tras de sí todo el descontento y las frustraciones de una población abatida por la lluvia de mistificaciones que a cántaros ha dejado caer el oficialismo sobre ella.
En el 2007 el movimiento de protestas fue empujado al terreno estéril de la defensa de un canal de televisión (RCTV), escenario en el que estaban en disputa dos visiones del capitalismo; al final todo el movimiento quedó reducido a una caricatura en la que el rol principal fue asumido por la frivolidad propia de los artistas de los medios. Al final de la jornada del 12/02/14 el oficialismo tras criminalizar con la jerga de costumbre al movimiento de protesta de los jóvenes, propuso el escenario al que intentará, con el trabajo propio de la oposición, arrastrar al movimiento para esterilizarlo: el Ministerio Público solicitó la emisión de boleta de captura contra Leopoldo López y amenazó con quitar la inmunidad a la parlamentaria opositora Corina Machado bajo los cargos de asociación para delinquir y la comisión de homicidios, al señalárseles como los convocantes de la marcha de los jóvenes.
Ni Leopoldo ni Corina convocaron movilización alguna, y su presencia fugaz en la manifestación se redujo a hacer su calistenia de oratoria capitalista en un intento por cabalgar sobre la combatividad de los jóvenes; pero en el mismísimo momento en que la canalla chavista en su arremetida sangrienta contra los manifestantes se desató en la acción combinada de los colectivos de la muerte, la Guardia Nacional Bolivariana (GNB) y la Policía Nacional Bolivariana (PNB), se esfumaron, no se les vio mas, ni a ellos ni a los otros capitostes de la MUD. La penosa tarea de enfrentar la represión del Estado bolivariano capitalista en las barricadas y recoger a sus muertos la asumen los jóvenes. Los defensores del capitalismo de la MUD al igual que los de la dirigencia chavista se reservan para sí el protagonismo altisonante en los medios.
El movimiento de protestas del presente momento no puede repetir los errores del 2007, plantear su lucha en un terreno que no le es propio es dejarse caer por el barranco de la frustración y la derrota. El ambiente natural en el que la protesta juvenil actual se robustecerá lo constituye la conexión con los sectores sociales que a lo largo de 2013 se han mantenido en pie de lucha contra la ofensiva del Estado bolivariano capitalista, que no han podido generalizarse por no poseer la capacidad expansiva que posee el movimiento juvenil de protestas. Esos sectores contienen en germen el contenido revolucionario capaz de fecundar al actual movimiento de protestas facultándolo para la construcción de una firme plataforma política y organizacional que lo convierta en un bastión de clase con la fortaleza para derrumbar este modelo capitalista putrefacto que el chavismo y sus secuaces pretenden mantener en pie. Esos sectores son los obreros de las empresas básicas, ubicados en la zona de Guayana, los petroleros esparcidos por todo el territorio nacional y los trabajadores del sector público que están rompiendo las amarras con las que el sindicalismo los ató al chavismo. Ese es el campo donde se puede librar la mejor batalla.
H.S., 18/02/14
[1] Ver artículo “El Legado de Chávez: Un proyecto de defensa del capital. Un gran engaño para las masas empobrecidas”. https://es.internationalism.org/en/node/3694 . Para una visión general consultar nuestras Tesis sobre la Descomposición /revista-internacional/200510/223/la-descomposicion-fase-ultima-de-la-decadencia-del-capitalismo
[2] Ver artículo “Movimiento estudiantes en Venezuela: los jóvenes intentan salir de la trampa de la polarización chavismo – oposición”. /cci-online/200707/1938/movimiento-estudiantes-en-venezuela-los-jovenes-intentan-salir-de-la-trampa-d
[3] Para un balance de estos movimientos ver nuestra hoja internacional De la indignación a la esperanza, https://es.internationalism.org/node/3349