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“Los obreros (con sus revueltas y sublevaciones) arrancan algún que otro triunfo pero es un triunfo efímero. El verdadero objetivo de estas luchas no es la consecución de un éxito inmediato sino la extensión y la consolidación de la creciente unión de los trabajadores. Contribuye a ello los medios cada vez más fáciles de comunicación que, creados por la gran industria, son utilizados por los obreros de distintas regiones y localidades para ponerse en contacto. (…) Los burgueses de las ciudades de la Edad Media, obligados a desplazarse por los maltrechos caminos vecinales, necesitaron siglos enteros para unirse con los demás; el proletariado moderno ha creado su unión en unos cuantos años gracias, en buena medida, al empleo de los ferrocarriles” (Capítulo I de El Manifiesto Comunista: “Burgueses y proletarios”).
En estos términos se expresaba Marx en 1848.
Es cierto que el capitalismo ha logrado sobrevivir más tiempo del que Marx había previsto pero la lucha de la clase obrera está también más presente que nunca, en el mundo entero. Hay un factor similar que sigue hoy presente: Allí donde los obreros de 1848 contaban con los ferrocarriles, que ciertamente no habían sido creados para que se sirviesen de ellos, para relacionarse más allá de su territorio, los obreros y los revolucionarios de 2013 cuentan, y cada vez más, con Internet para divulgar sus ideas, para discutir y, confiamos, para forjar progresivamente esa “creciente unión” de la que Marx hablaba. Internet ha modificado profundamente nuestra manera de trabajar y, por encima de todo, la manera con la que nos comunicamos.
Cuando fue constituida la CCI, en 1975, no existía Internet ¡seguro! Las ideas eran entonces difundidas por medio de la prensa escrita en papel, distribuida en cientos de pequeñas librerías radicales que habían emergido de la dinámica puesta en marcha por el Mayo-68 en Francia, continuado por las luchas que siguieron por todo el mundo, y por medio de las cartas (frecuentemente escritas a mano) que trasmitidas por correo postal nos servían para mantener la correspondencia.
Hoy, las cosas han cambiado y no poco: el papel ha sido reemplazado por medios electrónicos y, aunque esas librerías constituyeron en el pasado un lugar privilegiado para la difusión de nuestra prensa impresa en todo el mundo, nuestras ventas de la prensa papel se realizan actualmente sobre todo en las manifestaciones y en las luchas en los centros de trabajo.
Además, desde su formación, la CCI se ha esforzado para que nuestra prensa contribuya al desarrollo de una perspectiva internacionalista en la clase obrera, apoyándose para ello en artículos válidos para distintos países. Hoy proseguimos en esa dirección y la mayor rapidez que se logra utilizando los medios electrónicos ha permitido a las Secciones de la CCI trabajar más fuertemente unidos (en particular a aquellas que tienen en común una misma lengua); queremos obtener los máximos resultados de esta nueva realidad para reforzar más, si cabe, la unidad internacional de nuestra prensa.
Toda esta nueva situación nos empuja a hacer una revaluación de nuestra prensa y del papel relativo de la prensa electrónica y de la prensa papel en lo que es nuestra intervención global. Estamos convencidos que la prensa escrita en soporte papel continúa siendo una parte esencial de nuestros medios de intervención pues es, a través de esta forma, como podemos estar presentes directamente en el terreno de las luchas. Pero la prensa impresa en papel no tiene el mismo rol que en el pasado; por eso debe ser más flexible, poder adaptarse a una situación cambiante.
Nuestras fuerzas son limitadas, por eso hemos llegado a la conclusión de que si debemos en efecto reforzar y adaptar nuestra página (sitio) Web, debemos a la vez reducir el esfuerzo dedicado a la producción de la prensa en papel: una de las primeras consecuencias de ésta reorientación de nuestras publicaciones va a ser pues una reducción de la frecuencia de nuestras publicaciones impresas, en particular de algunos de nuestros periódicos mensuales; World Revolution, nuestro periódico en Gran Bretaña y Révolution Internationale, en Francia, hasta ahora mensuales, no aparecerán, de ahora en adelante, más que una vez cada dos meses.
Además, como habrán apreciado nuestros lectores, el número de verano de la Revista Internacional no ha salido. Nos excusamos por ello. ¿Cómo explicarlo, cuando las necesidades históricas del combate de la clase obrera requieren de los revolucionarios un esfuerzo añadido de intervención en el plano teórico y en el histórico? Es un hecho que nuestras fuerzas militantes no nos permiten hacer frente a una serie de tareas ligadas a la publicación, además de la Revista Internacional hay libros o folletos cuya finalización (actualmente en curso) requiere un trabajo significativo de nuestra parte. Estamos en el inicio de nuestras reflexiones sobre la prensa y no sabemos con precisión qué modalidades serán definitivamente adoptadas en lo que concierne al ritmo de edición de la Revista Internacional.
Pensamos que a lo largo del año llevaremos a cabo nuevas modificaciones, en particular las concernientes a la estructuración de nuestra página Web. Deseamos la implicación nuestros lectores en esta empresa y para este fin publicaremos pronto, en la página, un cuestionario sobre ésta, lo que les permitirá dar su opinión. Mientras tanto, nos alegraríamos mucho si quisiesen transmitirnos sus sugerencias por medio del fórum.
Todo lo precedente se refiere ciertamente a los casos de zonas geográficas donde el acceso a Internet está extendido. Hay regiones donde la ausencia o la dificultad de acceso a Internet nos están diciendo que la prensa impresa debe continuar cumpliendo el mismo papel que en el pasado. Esto es particularmente cierto en casos como los de India y América Latina y trabajaremos con nuestras secciones en India, México, Venezuela, Perú y Ecuador para precisar cómo adaptar de la mejor manera posible la prensa impresa a las condiciones en estos países.
CCI, 18 de enero de 2013