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Tras el estallido en el 2007, de la burbuja inmobiliaria conocida a nivel mundial como la crisis de las "subprime" (préstamos hipotecarios de alto riesgo), la crisis económica mundial no ha dejado de agravarse. En todo el mundo, la burguesía está tratando de responder a esta situación. Reuniones de todo tipo (los denominados G7, G8, G20, FMI, BCE, y un largo etcétera) y todos los "especialistas", Premios Nobel de Economía incluidos, intentan encontrar una solución mágica, que reinicie a cualquier precio la senda del crecimiento económico. Han aparecido muchos libros que, supuestamente, explican todas las causas de esta brutal crisis, ofreciendo recetas para salir de ella.
Uno de ellos es La Gran Depresión, ¿Por qué hemos llegado aquí? ¿Cuál es la forma de salir? del economista francés Michael Aglietta el cual ha recibido el premio a la "excelencia económica" y mucho prestigio entre los "especialistas".
¿Por qué hemos llegado aquí?
Aglietta desarrolla acertada y extensamente, los mecanismos financieros y monetarios que han ocasionado la crisis financiera y la quiebra de bancos en el verano de 2007. Según él, después de la explosión de la burbuja especulativa de las industrias Punto Com en 2001, «...EUA se embarcó en una política expansiva para apoyar la coyuntura (...). Asistimos desde entonces a un crecimiento espectacular de la deuda de las empresas y los hogares... ». En efecto, para apoyar a cualquier precio la demanda, y por tanto el crecimiento artificial para evitar una grave recesión, las autoridades de EUA permitieron la desregularización del mercado del crédito y, animaron sin reservas a su uso, nos dice «...Todo el mundo se benefició del sistema. Los banqueros, reguladores, inversores, políticos, imbuidos por la ideología de la eficiencia del mercado (...), se embarcaron sin reservas en esta huida hacia adelante de los costes de crédito creyendo a pies juntillas en las ventajas de los riesgos de propagación, la diversificación de los activos y, el aumento de la rentabilidad sobre activos con poca fiabilidad.... ». Esta "huida hacia adelante" en la deuda generalizada, que no se basa en un desarrollo real de la producción tenía, necesariamente, que acabar mal. El creciente endeudamiento de todos los "jugadores" (en especial los hogares de norte América) no podía tener más salida que, ¡la bancarrota a mediano plazo! En seguida Aglietta, señala cómo la crisis financiera se ha extendido a la "economía real" y ha causado una cadena de quiebras, cierres de fábricas, el desempleo en masa.
Sin embargo, ni por un solo instante, este gran "experto" se pregunta con rigor las siguientes cuestiones: ¿Cuáles son las causas reales y profundas de esta crisis generalizada de endeudamiento? ¿Por qué el sistema financiero y todas las instituciones políticas (Estados, Bancos Centrales, FMI...) se han visto afectados por esta loca huida hacia adelante? Y sobre todo, ¿la crisis financiera es la causa o el síntoma de una crisis más profunda?
Al no plantear las preguntas adecuadas, este gran "especialista" se detiene en la apariencia de los hechos. Su análisis, a pesar de basarse en hechos reales, es esencialmente superficial. Por ello no puede o no quiere ver: a) que la loca huida hacia adelante de todo el sistema financiero mundial, el crédito fácil y la desregulación sin límites, no son la causa sino el efecto, b) que el capitalismo sufre una enfermedad mortal, c) y que su economía está profundamente afectada por el veneno de la sobreproducción. Por eso no ve que la única "solución" temporal con la que cuenta el capital para evitar la parálisis a que le condena la sobreproducción es precisamente crear un mercado artificial, para poder adquirir bienes a crédito. En consecuencia, M. Aglietta, no quiere ver, que la crisis de sobreproducción no afecta al capitalismo desde 2007 sino desde hace décadas, por lo cual durante tanto tiempo, la deuda mundial está aumentando y las recesiones y los descalabros financieros se suceden una vez tras otra, cada vez más graves.
¿Cómo hacer frente a esta situación?
Esta miopía, que le impide mirar la realidad del ¿Por qué hemos llegado aquí? se convierte en una ceguera total cuando llega la fatídica pregunta ¿Cómo salir de este atolladero?
Inicialmente, nos repite las mismas "soluciones" ridículas de siempre, «...es importante adoptar una reglamentación que amortigüe las convulsiones cíclicas (...) Para ello, debemos primero mejorar el control del mecanismo de la deuda en el sistema bancario (...). Es necesario un control más estricto sobre el creciente volumen de crédito...». La lista de reglamentaciones no cabrían aquí. Algunos jefes de Estado (en particular, N. Sarkozy) ya han dicho en el foro del G-20, lo que M. Aglietta nos viene a decir: «...Lo más importante es, sin embargo, que para lograr la normalización de las transacciones y créditos(...) Tenemos que reformar las finanzas e impedir que escapen a nuestro control...». En fin, solo palabras que se lleva el viento.
Tras estas propuestas vacías de todo contenido, M. Aglietta lanza SU "solución" original: «Es necesario que los poderes públicos actúen de manera coordinada a fin de que la recesión no se convierta en una depresión. Pero esto no será suficiente porque los bancos que, normalmente transmiten los impulsos de los Bancos Centrales están paralizados. Las empresas y los hogares no pueden ni deben aumentar más sus deudas. Por lo tanto, un aumento coordinado de los gastos de los Presupuesto de los Estados, es esencial. Es la deuda pública la que debe reemplazar a la deuda privada para que esta no arrastre a la economía a un pozo sin fondo. En cualquier caso no se puede escapar de una contracción de la deuda privada y, por ello es necesario, un aumento muy grande, pero legítimo, de la deuda pública... ».
Bravo por el Sr. M. Aglietta, ¡bien hecho! Sólo que los Gobiernos de los principales países capitalistas ya han seguido (sin saberlo), sus "originales" recomendaciones. Cierto que hay algunas pequeñas diferencias entre los discursos y la realidad: cada vez hay menos coordinación económica y más guerra comercial. Pero más allá de los detalles, en unas circunstancias de enorme gravedad, e insolvencia generalizada, sólo los Estados pueden hacer frente al hundimiento general de la economía, endeudándose al incrementar enormemente sus déficits públicos y, por otra parte, utilizando la máquina de hacer billetes (poniendo moneda en circulación), es decir, ¡Ninguna novedad respecto de lo que hace tiempo nos ha enseñado la historia¡
Al menos M. Aglietta, tiene razón en este punto: son los Estados quienes han apoyado la economía para evitar que ésta quebrara. Esta es la única razón por la que la economía mundial, el crecimiento y el sistema financiero no se han hundido después de la crisis de 2007. No obstante, esta "medicina", su "solución" pronto se convertirá en una terrible enfermedad. Hoy en día, ante la evolución de la crisis económica mundial debemos preguntarnos: ¿Cuáles van a ser en los próximos meses y años las consecuencias políticas y sociales que vamos a tener que pagar por la situación de dificultades brutales cuando no de quiebra potencial de muchos Estados a nivel mundial?
¿Quién vendrá al rescate de los Estados fallidos?
M. Aglietta no puede eludir plantearse esta cuestión porque está claro que los Estados están con la espalda contra la pared no podrán sostener mucho tiempo la economía a costa de elevar sin límites sus déficits, ya de por sí astronómicos.
Consciente de este "pequeño problema", Aglietta trata de tranquilizarnos, ofreciendo una vez más sus "soluciones". Nos dice que los Estados podrán apoyar el crecimiento económico el tiempo suficiente para permitir que el sector privado, incluidos los bancos y los particulares, puedan reducir en gran medida sus deudas y con esto que el crédito privado reiniciará y tomará el relevo de los Estados[1]. Principalmente dice que el centro de gravedad del mundo económico y financiero pasará de Occidente a los países emergentes de Oriente es decir ¡La misma quimera de siempre! Pero, ¿cómo podemos tomarnos en serio que China o India serán capaces de evitar una posible quiebra del país más poderoso del planeta...los Estados Unidos? ¿De dónde van a sacar esa financiación para soportar el colosal déficit de EUA si un país como China ha perdido este año el 25 % de sus ventas a la exportación y las burbujas especulativas se desarrollan como en cualquier otro Estado Capitalista?
Al final Aglietta no puede responder a la cuestión «¿Cómo salir de la situación actual?», en el mejor de los casos nos dice cosas que nada tienen que ver con la realidad económica actual o futura. No hay ningún fundamento serio en sus análisis y respuestas. Nuestro eminente interlocutor se convierte en un vulgar economista más del montón.
Llegados a este punto nos preguntamos ¿Cómo es que M. Aglietta puede explicar acertadamente todas las complejidades del mundo financiero y, ser tan poco realista a la hora de proponer soluciones para escapar de la depresión? Simplemente porque él, como la burguesía, no saben responder cómo salir de la crisis. No pueden aceptar que para evitar que la economía se hunda demasiado rápido en la depresión, la burguesía no tiene otra opción que seguir inyectando dinero, aumentando el déficit y el presupuesto público y, todo ello es como lanzar sin parar dinero a un pozo sin fondo con inevitables consecuencias: los Estados avanzan hacia situaciones de insolvencia. Ciertamente un Estado Capitalista no se declara en quiebra, cierra la puerta de su negocio y se va a su casa, como lo hacen muchas empresas. La "quiebra" de un Estado significa, concretamente, nuevos y más brutales sacrificios para el conjunto de la sociedad y, en particular, un fuerte deterioro de las condiciones de vida de la clase obrera. Todos los Estados, frente a una situación de déficit abismal, tendrán que: privilegiar un aumento de los impuestos; reducir drásticamente sus costes despidiendo decenas o cientos de miles de trabajadores, reducir drásticamente las pensiones, y la asistencia social, etc; luchar contra una situación de inflación y de pérdida de poder de sus monedas que a buen seguro no van a poder controlar durante mucho tiempo. Tal es la realidad que podemos observar en EUA y Gran Bretaña lo que se ha traducido en una pérdida del 20% del valor del dólar frente al euro y una continua disminución de la libra esterlina. En concreto el eventual regreso de la inflación supondrá un aumento significativo de los precios con la certeza de que los salarios no aumentarán para nada[2].
Ya a finales de 2008 y principios de 2009, Islandia, Bulgaria, Lituania y Estonia fueron la imagen por excelencia del "Estado fallido", le seguirían a finales de noviembre y principios de diciembre 2009, Dubai y Grecia. Por ahora, todos han sido rescatados (por otros Estados o el FMI...). ¿Pero qué sucederá cuando los países más grandes, con un peso más "determinante" en el equilibrio económico mundial, se hundan?, ¿Quién los rescatará?: ¡Nadie! En estos países, la economía está paralizada, y por ello las condiciones de vida y trabajo de la clase obrera sufrirán un terrible declive aún más dramático del que conocemos hasta hoy. Ya hoy España y Portugal muestran signos de debilidad importante, con su corolario de paro y miseria cada vez más evidente.
En Marzo de 2009, se conoció una lista con los diez países más amenazados por la quiebra por ahora, esta lista que no ha dejado de aumentar está compuesto por los ya mencionados más Letonia, Rumania, Gran Bretaña, EUA, Irlanda y Hungría.
En efecto Gran Bretaña y EUA se encuentran en una situación muy delicada y el posible empeoramiento del estado de su economía, supondrá una enorme aceleración de la crisis mundial.
Cuando el Sr. Aglietta como especialista pide que los Estados acudan en apoyo de la economía, hace lo mismo que cualquier burgués aprestándose a realizar ¡un viaje a bordo del Titánic! Ningún Estado del mundo en última instancia, puede impedir que la economía mundial continúe hundiéndose en la depresión más profunda y grave de la historia del capitalismo.
Artículo de Revolution Internationales nº 408 (Enero 2010)
1. Pues sí, ... después de haber explicado que la causa de la recesión actual es la loca huida hacia adelante "hacia cualquier crédito", M. Aglietta propone como remedio ¡nuevos créditos, primero del Estado y luego privados otra vez! Y ¿cómo no llevaría esto una vez más a la economía mundial al mismo callejón sin salida? Esto no lo explica el Sr. Aglietta.
2. No se excluye que, a pesar de todos los esfuerzos de los Estados para prevenir esta catástrofe, si el crédito privado y la demanda no reaparecieran en la escena económica, la deflación podría establecerse de forma permanente.