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El golpe de Estado del 28 de junio dado en Honduras por Roberto Micheletti derrocando a Manuel Zelaya ha dejado al descubierto un conjunto de verdades que las burguesías involucradas tratan de ocultar para mantener su apariencia democrática y progresista (ver RM 112, 113, www.internationalism.org).
El mito de la democracia, veneno que se suministra según convenga
El golpe de Estado en Honduras desmintió la propaganda sobre ‘el avance de la democracia'. El mito democrático, que la burguesía utiliza para validar su sistema de explotación y muerte en todo el planeta, fue zarandeado en Honduras por la reacción de una fracción de la burguesía contraria a la alineación que tomó la fracción en el poder. Zelaya abandonó los intereses del Partido Nacional y de la fracción que representaba para alinearse, a su conveniencia, a los intereses imperialistas del llamado ‘Socialismo del siglo XXI' liderado por Chávez.
El golpe de Estado, con todo su peso ‘antidemocrático', no sólo buscaba reestablecer las ventajas de una fracción de la burguesía Hondureña, sino que venía muy bien a los intereses de Los Estados Unidos (EU) que le conviene frenar el avance del grupo de países que le dificulta desarrollar su política en América Latina. De esta manera, EU quedó atrapado en la disyuntiva de condenar el golpe de Estado y ‘defender la democracia' o de apoyar a los ‘gorilas' golpistas que le favorecían. El mismo problema se presentó a los países en la órbita de los Estados Unidos, pues no podían condenar un golpe de Estado que los beneficiaba. Así, las opiniones divididas entre los propios funcionarios de los EU, y entre los representantes de los países del mundo, unos condenando y otros apoyando el golpe de Estado mostraban que la mentada democracia es sólo una careta que usan las burguesías y sus fracciones de la manera que más les conviene.
Las elecciones del 29 de noviembre -promovidas por el golpista Micheletti, con candidatos golpistas- no hicieron más que exacerbar las diferencias entre los dos grupos imperialistas. Venezuela, Brasil, Argentina, Paraguay, Uruguay, Bolivia Ecuador y Cuba y ‘gran parte de la comunidad internacional' condenaron las elecciones como ilegales pues no se ha restituido al presidente depuesto.
EU fue apoyado al avalar las elecciones por: Panamá, Perú, y Costa Rica. Colombia, y México lo siguen pensando. Según EU y su grupo las elecciones fueron legales. EU, el régimen golpista y sus aliados gastaron más de 600 mil dólares en cabilderos[1]. Entre los contratados están Lanny Davis, el ex abogado del presidente Bill Clinton y su esposa Hillary Clinton, actual secretaria de Estado. El Tribunal Electoral de Honduras declaró el 21 de diciembre a Porfirio Lobo presidente electo pero esto no significa que el conflicto ha terminado, por el contrario.
Los propios analistas burgueses miden los costos políticos del actuar de los EU en el que Obama se ve obligado a quitarse momentáneamente la careta de defensor de la democracia. "Para el principal director de análisis político del Consejo de las Américas, con la decisión del gobierno de Obama de abandonar el consenso regional de defensa de la democracia en el caso de Honduras, ‘hemos perdido nuestra capacidad y autoridad moral para denunciar violaciones de legislaturas y tribunales supremos en otros países, como Venezuela o Bolivia, cuando ellos toman acciones antidemocráticas'. Argumentó que dar legitimidad al golpe de Estado a través de las elecciones es un error, y ‘daña el perfil de Obama en la región'... Para Mark Weisbrot, copresidente del Centro de Investigación Económica y Política, el gobierno de Obama apoyó el golpe de Estado desde el inicio. ‘Han logrado apoyar el golpe y a la vez aparentar respaldo a Zelaya'. ".[2] De esta manera, las dificultades que los Estados Unidos tienen en el mundo para mantener su liderazgo, aumentaron con la actuación de Obama en este conflicto.
Las pugnas inter-imperialistas, más desestabilización
Estos dos grupos imperialistas que se han mostrado claramente en el conflicto de Honduras tienen intereses que chocan en la región, principalmente el deseo de Lula-Chávez y sus seguidores de plantar una cabeza de playa en Puerto Cortéz para favorecer el comercio exterior a través de un canal terrestre en San Salvador y Nicaragua que una el Atlántico con el Pacífico. Este proyecto se contrapone directamente al Plan Puebla-Panamá de EU en México. Brasil se destapa cada vez más como el principal país que se opone a los designios de EU, por ser un país fuerte política y económicamente. Esto pone en evidencia un paso más en la escalada de desestabilización en América Latina.
Con esto se revela que todos los países, aún los más pequeños o ‘pobres', como el Salvador, desarrollan una política imperialista de alianza con potencias imperialistas en contra de los intereses de otras potencias imperialistas, en pugnas en las que la clase trabajadora es la más afectada. "Las relaciones imperialistas constituyen hoy una maraña de desestabilización, caos y guerras que cubre absolutamente todo el mundo. Ningún país, por grande o pequeño que sea, escapa al siniestro juego de las pugnas imperialistas." (RM 113).
Hay quienes afirman que el apoyo de Obama a las elecciones en Honduras es resultado de la ‘presión de las fuerzas conservadoras de EU'. Lo que hay que poner en claro es que aún cuando el lenguaje del nuevo presidente ha sido mejor cuidado por sus agentes de imagen, éste no ha podido ocultar sus verdaderos intereses que no difieren en lo esencial de los de los presidentes anteriores, y que, por el contrario, con la profundización inexorable de la crisis, los apetitos imperialistas se intensifican, lo que significa aún más explotación y más miseria para el proletariado local y extranjero.
La perspectiva para el proletariado
La profundización de la crisis ahonda las pugnas inter-imperialistas, marcadas también por el peso de la descomposición del sistema capitalista, que se pudre entre sus contradicciones, y esto es lo que estamos viendo con los acontecimientos en Honduras. Esta crisis política ha dejado al descubierto que los intereses antagónicos de las burguesías de EU y de Lula-Chávez y sus respectivos aliados están creando otra zona de conflictos que plantea graves amenazas a todos los niveles para las capas explotadas, que son las que pagan las consecuencias de las pugnas imperialistas.
Las fracciones de la burguesía están haciendo llamados a los explotados a tomar partido por uno u otro bando imperialista, por uno u otro representante de la clase. Debemos estar claros que no hay mejora posible en el capitalismo y que cualquier oferta de la burguesía esconde tras de ella más explotación, miseria y muerte.
Para el proletariado no se trata de defender, ni la democracia ni la Nación, ni la legalidad o no de las elecciones, ni elegir entre dictadura o democracia, ni de elegir entre el ‘mal menor' del imperialismo ‘socialista' contra el imperialismo ‘yanki'. La burguesía establece su poder sustentada en la fuerza militar, o en un gobierno democrático o supuestamente socialista, cargados de maquillaje para encubrir su faz sanguinaria y en todos los casos se trata de la MISMA DICTADURA DEL CAPITAL. Suponer que existe un "mal menor" en ese escenario, impide a los trabajadores involucrarse en la lucha verdaderamente proletaria y ayuda a desarmarlos, colocándolos en fila tras banderas y consignas que le son ajenas, en donde son solo simple carne de cañón.
De frente a la política imperialista de todas las burguesías, la clase trabajadora tiene sólo su lucha autónoma por la defensa de sus condiciones de vida y trabajo. Sólo esta lucha pondrá los cimientos para alcanzar la unidad y conciencia entre los trabajadores que permita barrer de una vez por todas a este sistema moribundo que va sembrando la destrucción por todas partes.
Héctor /diciembre-2009.
[1] Según la revista The New Yorker.
[2] https://www.jornada.com.mx/2009/11/27/index.php?section=mundo&article=021n1mun