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El verano del año pasado, los primeros signos de la crisis fueron calificados por los expertos como signos de una efímera, nos decían, tormenta financiera, de las que las economías europeas y española, también nos aseguraban, estaban a buen recaudo. Cuatrocientos días después la cifra de desempleados en España ha subido en 600 mil personas - ¡un 20%! -, y alcanza ya DOS MILLONES Y MEDIO DE PARADOS, más del 10% de la población activa. La devastación de puestos de trabajo avanza a una velocidad de huracán tal que las previsiones de la fundación de investigación de las Cajas de Ahorro - FUNCAS -, esta tasa llegará al 16% - más o menos cuatro millones de trabajadores - en el año 2010.
Enseguida dieron con una nueva martingala con la que anestesiarnos: lo de la burbuja inmobiliaria que resultaría "pinchada" por la crisis internacional. Ya se sabe aquello de "¡no hay mal que por bien no venga!". Lo que en palabras textuales del ministro español de economía se traduce en: «Si la recesión sirve para limpiar la economía, la situación no tendrá importancia». Partiendo de esa premisa bastaría "recolocar" a los parados de la construcción en otros sectores como la industria o los servicios. Esta ha sido la "solución" al desempleo defendida durante meses, no sólo por el Gobierno sino igualmente por los propios sindicatos que también le echan la culpa del desempleo al "ladrillo", y asimismo tratan de infundirnos esperanzas en cambiar el "modelo productivo". Pero hasta la prensa burguesa más de izquierdas se ve obligada a calificar estas propuestas de meras "ocurrencias". En efecto, un año después del "debut" de la crisis, el desempleo golpea no sólo a la construcción, sino igualmente a la industria: 1200 despidos "temporales" en FORD en Valencia que junto a los de industria auxiliar llegaran a los 5000; 600 en General Motors; 4000 en la Renault especialmente en Francia; 900 en la Volvo en Suecia. Lo mismo sucede en el sector servicios: Sólo en el sector de las compañías aéreas se han anunciado los 1200 despidos de Spanair y los 600 de Futura en España, los 1400 de British Airways, los 3000 de Alitalia, etc.
No. Esta crisis no es local ni sectorial. Es mundial, como puede comprobarse con los planes de reducciones de plantillas y la escalada del paro en todos los países. Como tampoco es coyuntural y cíclica, sino histórica. Como mostramos en el artículo de este mismo número de AP: «La burguesía no puede evitar la quiebra del capitalismo», la etapa actual de crisis capitalista actúa inclinando aún más la pendiente que empuja a la humanidad a cotas catastróficas de miseria. De ahí que los políticos burgueses anden echándose las culpas unos a otros (el PSOE a Bush, y el PP... a Zapatero), y cambiándose los papeles como en una comedia bufa: mientras los "ultraliberales" reprochan al Gobierno que éste no intervenga en la economía, el PSOE que demoniza a los liberales hace del "laissez faire" su bandera. Con todo ello se trata al menos de sembrar la confusión y la cizaña entre los principales perjudicados por la crisis económica y especialmente el desempleo, es decir los propios trabajadores.
Así, por ejemplo el gobierno "socialista" español que se muestra incapaz de frenar la brutal escalada del paro se esfuerza en disfrazarse de defensor de las prestaciones sociales. Demagogias aparte[1], lo cierto es que estas prestaciones se fueron recortando progresivamente durante la anterior escalada del desempleo en los años 80 y 90 (con pactos de Gobiernos y sindicatos como la Ley Básica de Empleo o el ANE), no se han incrementado en absoluto en los años de la supuesta "bonanza económica", de modo que hoy tienen un nivel de miseria. Así, por ejemplo, de los dos millones y medio de parados solo 1'7 millones cobran algún tipo de subsidio durante un plazo limitado de tiempo en función del tiempo cotizado. Precisamente porque muchos de ellos son parados de larga duración o porque el tiempo de cotización ha sido relativamente escaso (hay que tener en cuenta por ejemplo los encadenamientos de contratos temporales), lo cierto es que más de 620 mil parados cobran únicamente 413 euros al mes, es decir por debajo de la pensión de jubilación mínima y desde luego del nivel "oficial" de la pobreza, que apenas se supera en el subsidio de desempleo medio de los trabajadores en España: 788 euros/mes. La coartada final del gobierno "socialista" es que,... «con la Derecha nos iría peor». Con ello pretenden colar el manido engaño de hacernos elegir entre Guatemala y Guatepeor. Lo cierto es que tanto la derecha como la izquierda son servidores fieles del capital nacional, y que ambos anteponen la defensa de los intereses de éste a las condiciones de vida y trabajo de los asalariados. Así se ha visto claramente cuando el PP ha aplaudido a rabiar las medidas propuestas por el ministro de Trabajo (el "ogro" Corbacho) para limitar la contratación en origen de los emigrantes, que han sido "desautorizadas" [2] por la vicepresidenta (el "hada" De la Vega). Con estas medidas no se trata tanto de frenar la emigración que es imparable habida cuenta los estragos de la crisis mundial en los países más pobres. Se trata sobre todo de empezar a presionar a los trabajadores españoles para que acepten las condiciones laborales y salariales infrahumanas que tenían que aceptar los trabajadores emigrantes. Y ese es el objetivo último de tan venenosa campaña: sembrar la división y la cizaña entre trabajadores "emigrantes" acusados de abaratar los costes salariales, y los trabajadores "nativos" acusados de detentar el "privilegio" de vivir (¿?) a expensas del Estado mientras desdeñan hacer los trabajos más duros.
Y, sin embargo, la crisis actual muestra una vez más y con más nitidez lo que tienen en común proletarios en activos o en el desempleo, nativos o emigrantes: que no pueden sobrevivir más que a cambio de vender su fuerza de trabajo, y que no pueden efectuar esta venta más que a condición de que eso enriquezca a otro, a los explotadores. Cuando esto no se produce el trabajador es arrojado a un infierno que abarca desde la miseria y la penuria material al sufrimiento moral y psicológico, la soledad y la angustia por el futuro de los tuyos. Si siempre hemos dicho que el desempleo masivo y crónico de las últimas décadas - es decir el enorme despilfarro de la principal fuerza productiva (la clase obrera) - ponía de manifiesto la quiebra histórica del modo de producción capitalista; la escalada de ese crimen contra la vida de millones de seres humanos debe ser una acicate más para el desarrollo de la solidaridad y la lucha unitaria de la clase obrera en todo el mundo.
Etsoem (15 de Septiembre de 2008).
[1] El domingo 7 de Septiembre, ZP declara en la fiesta minera de Rodiezno (León) que su gobierno no va a acudir en auxilio de quienes se han beneficiado del "ladrillazo". Tres días más tarde, una de las dos medidas de su "plan anticrisis" presentadas en las Cortes, consiste en destinar todo el margen de maniobra del Instituto de Crédito Oficial (es decir 3 mil millones de euros) a ayudas a promotores inmobiliarios que pongan en alquiler los pisos que no consigan vender.
[2] Se trata de un verdadero cuento. La verdad es que esa contratación en origen se ha reducido ya en un 53% respecto al año pasado. Así pues una vez más la vieja cantinela de la socialdemocracia que traicionó al proletariado hace más de un siglo: «eso no se dice Eduardo. Se hace pero no se dice», como le decía a Edward Bernstein la dirección de la Socialdemocracia traidora.