Debates sobre el movimiento de estudiantes en Francia

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En las Tesis sobre el movimiento de los estudiantes en Francia que hemos publicado en nuestra Web (ccionline/2006_tesis) se hace un análisis detallado de esta importante experiencia de nuestra clase señalando que «Es de lo más importante que los actores de ese gran combate hagan fructificar ese tesoro sacando todas las lecciones de su experiencia, que identifiquen claramente cuáles ha sido las verdaderas fuerzas, pero también las debilidades de su lucha. Y sobre todo que despejen la perspectiva que se presenta a la sociedad, una perspectiva inscrita ya en la lucha que han llevado a cabo: contra los ataques cada vez más violentos que un capitalismo en crisis mortal va a aplicar inevitablemente contra la clase explotada, la única réplica posible que a ésta le queda es intensificar su combate de resistencia, preparándose así para el derrocamiento del sistema. Esta reflexión, como la lucha que se termina, debe ser llevada a cabo de manera colectiva, en debates, nuevas asambleas, círculos de discusión abiertos, como lo han sido las asambleas generales, a todos aquellos que quieran asociarse a esa reflexión, especialmente las organizaciones políticas que apoyan el combate de la clase obrera .

 

 

Esa reflexión colectiva solo podrá realizarse si se mantiene entre los actores de la lucha, la fraternidad, la unidad y la solidaridad que se han manifestado durante ella. Por eso, ahora que la gran mayoría de quienes han participado en la lucha se han dado cuenta de se ha terminado con la forma precedente, el momento ya no es para llevar a cabo combates de retaguardia, bloqueos ultraminoritarios y desesperados que están, de todas, condenados a la derrota y que podrían provocar divisiones y tensiones entre quienes, durante semanas, han llevado a cabo un combate de clase ejemplar».

Esta reflexión colectiva debe tener un carácter internacional pues las lecciones y experiencias del movimiento de los estudiantes interesan al proletariado de todos los países. Nuestra sección en España ha contribuido a ello publicando los sucesivos textos y hojas de intervención desarrollados por nuestra sección en Francia no solo en nuestra Web sino también en diversos foros (alasbarricadas, kaosenlared, indymedia…). En el mismo sentido de contribución a un debate ha organizado Reuniones Públicas en Barcelona y Valencia.

Recogemos aquí tanto dos debates suscitados por los foros que hemos animado como una síntesis de la discusión habida en las Reuniones Públicas.

LA GRAN MENTIRA DEL SIGLO XX SERA BARRIDA POR LA GRAN VERDAD DEL SIGLO XXI

 

 

En el Foro Kaosenlared y ante nuestro texto publicado sobre el movimiento de los estudiantes en Francia (kaosenlared.net/noticia.php?id_noticia=16346), un lector, que firma Francisco, cuelga el siguiente texto titulado ABAJO EL COMUNISMO:

 

 

¿Sinceramente creen que el capitalismo cayó, y que el comunismo es el futuro?
Díganme, ¿porque entonces la poderosa Unión Soviética, comunista, tuvo que caer ante el centro capitalista, EE.UU.? ¿Será porque el comunismo es un sistema QUE ELIMINA LAS LIBERTADES DE LOS PUEBLOS, mientras sus lideres se proclaman defensores del proletariado viven como verdaderos burgueses; esto es verdaderamente hipócrita y demuestra la falencia de los lideres de la llamada "revolución". Siempre hablan de revolución, nunca de progreso, de crecimiento para todos, de la necesidad de lideres eficaces y honestos; será, claro, porque sus propios lideres no son lo que proclaman ser, y porque la historia misma nos muestra como el comunismo cayó ante el mercado de capitales privados.

 

 

Fíjense en China, el principal referente comunista de hoy en día, donde la economía la movilizan los capitales extranjeros privados, fíjense si no han fracasado en su ideología de izquierda de economía controlada por el estado.

 

 

Fíjense en Corea del Norte, donde la pobreza es extrema y la producción solo alcanza para mantener un  estado en decadencia que se preocupa mas por su imagen y apoyo popular que por su pueblo.

 

 

Por lo menos léanlo, ya se que no lo van a publicar, como es la filosofía comunista (censurar cualquier oposición sin dejar la libre expresión, mostrándole a la gente solo lo que quieren  que ellos vean), a ver si por lo menos les queda algo de dignidad y honor y muestran lo que los demás piensan.

 

 

NUESTRA RESPUESTA

 

 

No podemos desarrollar una respuesta detallada, nos limitaremos a unos breves comentarios. Se puede ver nuestra posición argumentada en:

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Estamos muy orgullosos de ser comunistas. Nos reclamamos de una corriente política –la Izquierda Comunista- que desde principio de los años 20 denunció que el régimen que se estaba imponiendo en Rusia no tenía nada que ver con el comunismo, era su enterrador, su peor enemigo. En 1917, como punta de lanza de un movimiento internacional de la clase obrera, los trabajadores tomaron el poder en Rusia como primer paso de la Revolución Mundial. El movimiento que duró hasta 1923 y tuvo su última expresión en la Comuna de Shangai en China (1926, aplastada por Chiang-Kai-Check con la complicidad abierta del régimen ruso y de la mayoría del partido comunista chino) fue vencido por la burguesía mundial. La expresión de esta victoria en Rusia no fue la restauración de los viejos poderes (Zarismo o República democrática) sino una contra-revolución capitalista realizada en nombre de la revolución de 1917, de los Soviet y bajo la bandera de algo totalmente incompatible con el comunismo: el socialismo en un solo país.

La URSS no tenía nada de comunista como tampoco tienen nada de comunistas los regímenes militarizados de China, Cuba o Corea del Norte. El comunismo sólo puede ser mundial.

Nos han hecho creer que comunismo es “propiedad privada de los medios de producción” y comunismo es “propiedad estatal”.

Sin embargo, el capitalismo es perfectamente compatible con la propiedad estatal de los medios de producción. En países importantes como Francia que jamás se han presentado como “comunistas” un buen número de empresas son de propiedad estatal. Un régimen furibundamente anti-comunista como el de Franco en España estatizó un buen número de empresas. Desde hace casi un siglo, el capitalismo es en realidad un capitalismo de Estado que adopta diferentes formas: desde la “liberal” hasta la basada en una estatización más o menos completa de la economía.

No puede haber comunismo sin abolición del Estado y del trabajo asalariado. Hace más de 150 años lo defendieron Marx y Engels. Se puede leer en Los Principios del Comunismo: https://www.marxists.org/espanol/m-e/1840s/47-princi.htm

A lo largo del siglo XX y como respuesta a la derrota del primer intento revolucionario del proletariado en 1917-23, la burguesía ha levantado LA GRAN MENTIRA DEL SIGLO XX: la identificación de los regímenes estalinistas de Rusia, China, Cuba etc., con el comunismo. Goebbels –ministro de propaganda del régimen nazi- decía que una mentira repetida mil veces acaba convirtiéndose en verdad. La gran mentira del siglo XX ha sido repetida hasta la náusea desde todas las tribunas hasta convertirla en una “evidencia”: tanto Gobiernos como Oposición, tanto la extrema derecha como la extrema izquierda, tanto los intelectuales que proclaman las “bondades” de los paraísos “socialistas” como los que denuncian  sus maldades (a menudo, estos roles son intercambiables: numerosos corifeos de los “padrecitos” Stalin, Mao o Castro se han convertido en furibundos anti-comunistas y viceversa).

Llama la atención que los reproches del lector vengan a cuento de un documento adonde no hablamos de comunismo sino de un movimiento de lucha protagonizado por los estudiantes –futuros trabajadores- de Francia. Aclaremos que el comunismo no es una receta inventada por unos cuantos genios ni una ideología impuesta a la mayoría por una minoría de fanáticos. Como ya expusieron Marx y Engels en 1845: «Para nosotros, el comunismo no es un estado que debe implantarse, un ideal al que ha de sujetarse la realidad. Nosotros llamamos comunismo al movimiento real que anula y supera al estado de cosas actual» (ver en "Feuerbach Oposición entre las concepciones materialista e idealista (Primer Capitulo de La Ideología Alemana)"). Solamente el desarrollo de la lucha internacional del proletariado, la progresión de su conciencia, de su capacidad de organización, de su unidad y solidaridad, podrá llevar a un enfrentamiento general con el capitalismo en todos los países que construya la COMUNIDAD HUMANA MUNDIAL, el comunismo.

Del desarrollo de las luchas actuales del proletariado y especialmente del compromiso de sus generaciones más jóvenes, nacerá la realidad de «un gran movimiento independiente de la inmensa mayoría en beneficio de la inmensa mayoría» (Manifiesto Comunista, 1848) que podrá afirmar la gran verdad del siglo XXI -la emancipación de la humanidad del yugo del capitalismo- contra la gran mentira del siglo XX.

Corriente Comunista Internacional 23-4-06

LAS ASAMBLEAS PULMON DEL MOVIMIENTO DE LOS ESTUDIANTES

 

 

Una persona que firma “Una que estuvo en Francia” ha colgado el siguiente comentario en respuesta a nuestros textos sobre el movimiento de Francia

[https://www.kaosenlared.net/noticia.php?id_noticia=16605]

 

 

Macabro!:  Una que estuvo en Francia

 

 

Ojo con estos tipejos que han colgado la información. Mientras en Francia ciertos revolucionarios hemos comprendido el terreno falso de las asambleas estos tipejos nos vienen con estas mentiras. En Francia las asambleas están valiendo para esto:

 

 

1 - Que los sindicatos se desenvuelvan como pez en el agua. En realidad son los amos y señores. Y si no da igual el sentimiento mayoritario en las asambleas es el de seguir pies juntillas a los sindicatos de estudiantes

 

 

2 - Que las asambleas constituyan servicios del orden para asegurar la manifestación pacífica

 

 

3 - Que se margine a los violentos.

 

 

4 - Que mientras en las calles hay luchas, se pierda el tiempo debatiendo horas y días de cuantos delegados elegir por asamblea, de que caminos seguir en las manifestaciones, discusiones interminables no para la acción sino meramente teóricas En fin, patético. Quien esté en Francia y no sea un imbécil o un sindicalista sabe en que lado están los revolucionarios.

 

 

NUESTRA RESPUESTA

 

 

La persona que ha escrito esta nota nos trata de “tipejos” y mentirosos. No nos vamos a poner a su altura. Nos vamos a limitar a defender de forma argumentada el papel de las Asambleas.

 

 

Según esta persona las Asambleas pierden el tiempo « debatiendo horas y días de cuantos delegados elegir por asamblea, de que caminos seguir en las manifestaciones, discusiones interminables no para la acción sino meramente teóricas». Es difícil saber en qué Asamblea ha podido estar pero su apreciación es claramente rebatida por multitud de testimonios que muestran que las Asambleas han sido el órgano de control colectivo y solidario del movimiento, que en ellas se han tomado las decisiones, que han sido el lugar de una discusión madura y reflexiva. Por poner sólo un testimonio: «Los sindicatos burgueses de estudiantes, se mandan circulares entre ellos con las instrucciones precisas para manipular las asambleas. Al menos, en Montpellier no lo están consiguiendo. Cada vez más, el movimiento se gestiona más asambleariamente.  Son muchos los que están recibiendo sus primeras experiencias en estos campos. Tanto en el de la autoorganización como el de la movilización»

 

 

https://www.alasbarricadas.org/forums/viewtopic.php?t=14455&postdays=0&postorder=asc&start=0 )

 

 

La apreciación que damos en las "Tesis sobre el movimiento de los estudiantes de la primavera de 2006 en Francia" ha sido ampliamente confirmada: «El carácter profundamente proletario del movimiento ha quedado también ilustrado en las formas que se ha dado, especialmente las asambleas generales soberanas en las que se expresa una vida real que no tiene nada que ver con las caricaturas de “asambleas generales” que suelen convocar los sindicatos en las empresas. En ese aspecto, hay, evidentemente, gran heterogeneidad entre unas y otras universidades. Algunas AG tenían mucho parecido con las asambleas sindicales, mientras que otras son el foco de una vida y reflexión intensas, expresando un alto nivel de implicación y de madurez de los participantes. Más allá, sin embargo, de esa heterogeneidad, es de lo más notable que muchas asambleas han logrado superar los escollos de los primeros días durante los cuales no paraban de dar vueltas y vueltas sobre cuestiones como “hay que votar sobre si hay que votar sobre tal o cual cuestión” (por ejemplo, la presencia o no presencia en la AG de personas ajenas a la Universidad, o la posibilidad de éstas tomen la palabra), lo que acarreaba la partida de bastantes estudiantes y que las decisiones últimas las tomaran miembros de los sindicatos estudiantiles o de organizaciones políticas. Durante las dos primeras semanas del movimiento, la tendencia dominante en las asambleas fue la presencia cada vez mayor de estudiantes, la participación cada vez más amplia en las intervenciones, y una reducción proporcional de las intervenciones de miembros de sindicatos o de organizaciones políticas. (…)  en las asambleas mejor organizadas, hemos visto la renovación cotidiana de los equipos (de 3 miembros en general) encargados de organizar y animar la vida de la asamblea, mientras que las asambleas menos dinámicas y menos organizadas estaban más bien “dirigidas” todos los días por el mismo equipo, a menudo más pletórico que en aquéllas ».

Nuestra contradictora habla de que las Asambleas pierden el tiempo con “debates teóricos” mientras en la calle se lucha. En el movimiento de los estudiantes en Francia se ha dado una unidad evidente entre la reflexión colectiva y la lucha en la calle. La decisión de salir a la calle y manifestarse, de buscar la solidaridad de los trabajadores, de buscar la extensión del movimiento, ha surgido de animadas discusiones colectivas. 

Al afirmar que «las asambleas constituyan servicios del orden para asegurar la manifestación pacífica», nuestra contradictora no dice la verdad, está mal informada o se basa en un ejemplo aislado. La decisión adoptada y aplicada por numerosas Asambleas ha sido la de colocar en los bloqueos o en las manifestaciones, equipos que tenían como primera misión discutir y convencer a la gente que se oponía a las manifestaciones o que trataba de agredir a los manifestantes. Esto no tiene nada que ver con un Servicio de Orden sindical o de grupos “izquierdistas”. Estos últimos actúan como auténticos remedos de la policía, buscan el enfrentamiento sin discusión con lo cual impiden ampliar y extender el movimiento, evitar que gane nuevas fuerzas, de esta forma contribuyen al objetivo esencial del Estado burgués consistente en aislar, dividir y atomizar las luchas obreras.

También se queja de que se “aislara a los violentos”. Efectivamente su “lamento” es fundado, la gran mayoría de los estudiantes no cayó en la estrategia de provocación empleada por el Gobierno De Villepin conchabado con los sindicatos y el PCF. Frente a ese intento, como afirmamos en las Tesis antes citadas «La profundidad del movimiento de los estudiantes se expresa también en su capacidad para no caer en la trampa de la violencia que la burguesía le ha tendido en varias ocasiones, incluido el uso de “reventadores”: ocupación policíaca de la Sorbona, ratonera al final de la manifestación del 16 de marzo, cargas policiales al final de la del 18 de marzo, violencias de los “reventadores” contra los manifestantes del 23 de marzo. Aunque una pequeña minoría de estudiantes, sobre todo los influidos por ideologías anarquizantes, se dejaron llevar a enfrentamientos con la policía, la gran mayoría lo hizo todo por evitar que se pudriera el movimiento en enfrentamientos repetitivos con las fuerzas represivas. En esto, el movimiento actual de los estudiantes ha dado pruebas de una mucho mayor madurez que el de 1968 ».

La mayor violencia que se puede ejercer sobre el Estado burgués es un movimiento cada vez más amplio y masivo, que se controla a sí mismo, que sabe lo que quiere, que mide cada paso que quiere dar. Esto puede parecer “pacífico” a todos aquellos que entienden por “lucha de clases” un carrusel de algaradas, choques aquí y allá, barricadas etc.

Finalmente, nuestra contradictora habla de que «los sindicatos se desenvuelvan como pez en el agua. En realidad son los amos y señores». Esta afirmación no se corresponde con la realidad.

En primer lugar, los sindicatos, cómplices evidentes del Gobierno, no movieron ni un dedo contra el CPE. Únicamente cuando vieron que los estudiantes luchaban cada vez más ampliamente y llamaban a los trabajadores a sumarse al movimiento, cogieron el tren en marcha y se pusieron a convocar manifestaciones y a prometer huelgas generales. Esta gesticulación radical la adoptaban como cobertura para impedir que nadie se moviera en los centros de trabajo.

Este juego consistente en prometer el oro y el moro y en la práctica intentar a toda costa mantener pasivos a los obreros en los centros de trabajo, ha empezado a ser cuestionado tanto por los trabajadores como por los estudiantes. En los primeros cundía un malestar evidente que estaba llevando a la aparición de los primeros brotes espontáneos de huelga, especialmente a partir del éxito de las manifestaciones del 28 de marzo y el 4 de abril. Este hecho ha obligado al Gobierno a retirar el CPE.

Los estudiantes, por su parte, han mostrado signos evidentes de desconfianza hacia los sindicatos. En numerosas asambleas se adoptaban acuerdos por los cuales la cabecera de las manifestaciones no debía ser de los sindicatos sino de los propios estudiantes con las consignas por ellos decididas. El 7 de marzo en París, los sindicatos se pusieron testarudos y quisieron imponer su cabecera, los estudiantes –que gozan de una mejor forma física que los bonzos sindicales- corrieron para ser ellos quienes encabezaran la manifestación dejándolos en ridículo, «los sindicatos han sido humillados», decía un periodista.

En cuanto a la UNEF –sindicatos de estudiantes próximo al PS- este se ha visto desbordado y desautorizado en numerosas asambleas. Su pretensión de ocupar la mesa de la Asamblea se ha visto contestada por la adopción de acuerdos muy mayoritarios que señalaban que ésta tenía que ser llevada por estudiantes no afiliados y debía renovarse cada día. La UNEF se ha opuesto a que gente “ajena a la Asamblea” (obreros, jubilados, militantes revolucionarios) pudiese hablar pero numerosas Asambleas han rechazado tal mordaza y han invitado a obreros, jubilados, padres de alumnos, revolucionarios a tomar la palabra y contar sus experiencias. Un pequeño ejemplo entre muchos: una Asamblea en Toulouse invitó a un militante de la CCI a participar en una comisión encargada de organizar charlas sobre la historia del movimiento obrero.

Podríamos seguir pero no queremos extendernos demasiado en esta respuesta cuyo objetivo esencial es defender la validez de una herramienta vital para las luchas futuras: las Asambleas Generales. Esta defensa no pretende cerrar los ojos a sus debilidades pero la crítica de estas sólo puede hacerse a partir de reconocer que son un arma imprescindible. Privar a la clase obrera del pulmón de las Asambleas Generales es condenarla a ser esclava del control de los sindicatos o bien de “minorías selectas” que, aunque rechacen formalmente a los sindicatos, actúan de forma sindicalista sometiendo a los obreros a una “autoridad externa” que los manipula teniéndolos ocupados a través de una cadena de propuestas de “acción” que lo que hacen es desgastarlos, dividirlos, aislarlos y con todo ello quebrar su espíritu de lucha.

Corriente Comunista Internacional 3-5-06

 

 

DEBATE INTERESANTE SOBRE EL MOVIMIENTO DE LOS ESTUDIANTES EN FRANCIA

 

 

Celebramos en Barcelona y Valencia a finales de marzo, Reuniones Públicas extraordinarias sobre el movimiento de los estudiantes en Francia. Damos cuenta aquí del debate, muy intenso y animado, que hubo en ambas reuniones[1].

No podemos abordar todas las cuestiones planteadas. Nos limitaremos a algunas de ellas, en nuestra opinión las más interesantes.

En ambas reuniones, los asistentes, poco numerosos pero muy interesados, se mostraron de acuerdo con algunas insistencias de nuestra presentación:

-         se trata de un movimiento que pertenece enteramente a la lucha de la clase obrera tanto por que se trata de futuros obreros (que en su gran mayoría se verán golpeados por la precariedad o el desempleo) como porque las reivindicaciones y los métodos de lucha son los propios del combate del proletariado;

-         denuncia de la falsificación y deformación que han hecho los llamados “medios de comunicación”: han presentado la lucha como un movimiento sindical y han silenciado totalmente las características proletarias del movimiento (asambleas, solidaridad, búsqueda de la extensión de la lucha etc.)

-         se trata de un movimiento importante que muestra cómo la clase obrera tiende a desarrollar y reforzar su lucha a escala internacional, comenzando a salir del largo periodo de pasividad, desorientación y retroceso en el que se debatió después de 1989. En particular, significa la entrada en lucha, cada vez más masiva, de una nueva generación de obreros que aporta sangre nueva y aire fresco a la de lucha de las anteriores generaciones.

Uno de los puntos que más polarizó las discusiones fue precisamente la unidad entre las diferentes generaciones obreras. La lucha revolucionaria contra el capitalismo no puede ser acometida por una sola generación, necesita la solidaridad, la cooperación activa, la lucha común, de varias generaciones que intercambian mutuamente diferentes elementos: vitalidad, experiencia, reflexión, iniciativa, creatividad… Un asistente en Valencia insistió en algo que compartimos plenamente: esa unidad entre las diferentes generaciones se debe inscribir en la continuidad histórica del proletariado. Efectivamente: el proletariado es una clase histórica que lucha en función del porvenir revolucionario que encierra su combate el cual se levanta sobre la experiencia histórico-mundial de 200 años de luchas contra la explotación y la dominación capitalistas.

Otro punto en el que insistió un asistente en Valencia es el de la necesidad de comprender y difundir las experiencias de las luchas proletarias. Cada sector de la clase obrera está perdido sí no cuenta con las experiencias del resto de su clase. Tiene que comprender las maniobras de los sindicatos, de los gobernantes, de las patronales que suelen actuar de forma coordinada contra los trabajadores. Tiene que superar los obstáculos que hacen fracasar las luchas y eso sólo es posible mediante la acumulación de múltiples experiencias. En la lucha de SEAT en diciembre las Asambleas empezaron a desarrollarse pero no lograron afianzarse, en cambio, la experiencia de los estudiantes en Francia con una importante práctica de Asambleas masivas, bien organizadas, adonde se logra la unidad de todos los participantes y una reflexión muy viva, da respuestas a aquello en lo que la lucha de SEAT fracasó.

La cuestión de las Asambleas es muy importante y centró la discusión en las dos reuniones. ¿Cómo es posible que la burguesía que es una pequeña minoría dentro de la sociedad pueda mantener su dominio sobre toda la población? Lo logra por la división y por la inconsciencia de la clase obrera. Las Asambleas aportan respuesta a ambas cosas: en una Asamblea se puede ver prácticamente la unidad de la clase. En ella no nos vemos como una suma de individuos atomizados que cada cual va a la suya sino como un cuerpo unificado adonde todos aportan lo mejor de sí mismos. Pero al mismo tiempo, la Asamblea es la mejor herramienta para forjar la conciencia de clase: se discute colectivamente para tomar decisiones las cuales todos los presentes se comprometen a aplicar.

Se suele objetar: “las Asambleas pueden ser fácilmente manipuladas por sindicatos y partidos de izquierda”. Se recuerda siempre que los Consejos Obreros en Alemania fueron copados por la Socialdemocracia. Estos argumentos se emplean para desvalorizar a las Asambleas y privar con ello a la clase obrera de una de sus armas más eficaces. Pero esos argumentos olvidan una cosa: es en las propias asambleas, en la confrontación práctica y vigorosa contra los sindicatos y la Izquierda del Capital adonde los obreros aprenderán a reconocerlos como órganos de la burguesía con disfraz “obrero”, donde forjarán las armas para combatir sus trampas, donde los afiliados de buena fe a esas organizaciones comprenderán concretamente que deben romper con ellas. Es en las propias asambleas donde se verá el papel indispensable e insustituible que tienen las organizaciones revolucionarias. Es en ellas donde se verá que sus propuestas, su conducta, sus orientaciones, constituyen una aportación decisiva.

También se abordó la cuestión de la violencia. Toda lucha de clases es necesariamente violenta. Pero ¿en qué consiste la violencia del proletariado? ¿Es idéntica a la violencia de la burguesía o a la violencia de capas sociales desesperadas sin porvenir histórico como la pequeña burguesía o los marginados? A este respecto, el movimiento de Francia aportó respuesta muy valiosas:

-         el gobierno francés, en complicidad con el P”C”F y los sindicatos, hizo todo lo posible para enredar a los estudiantes en una dinámica de enfrentamientos violentos minoritarios con la policía antidisturbios (los CRS). Los estudiantes evitaron en la mayor parte de los casos esa trampa. Mantuvieron manifestaciones y asambleas masivas. Evitaron dividirse y dispersarse. De esta forma lograron la verdadera fuerza contra el Estado burgués. Dispersos en una suma de choques minoritarios se volvían impotentes frente al Estado que posee todos los medios a su alcance y que está fuertemente coordinado. Unidos y organizados masivamente, el Estado se debilita y puede acabar perdiendo el control de la situación pues ya no tiene enfrente unos individuos dispersos sino una masa unida que aprende a saber lo que quiere.

-         Los jóvenes de la periferia de las ciudades fueron azuzados para acudir a las manifestaciones a hacer destrozos e incluso –como sucedió el 23 de marzo- a golpear a los propios estudiantes. Estos reaccionaron con mucha sangre fría e inteligencia política y humana: en lugar de buscar el enfrentamiento cuerpo a cuerpo como los sindicatos querían, organizaron Delegaciones encargadas de discutir con los jóvenes de esas zonas para explicarles que tenían el mismo problema y que había que luchar unidos. De esta forma, aunque en un primer momento esta medida no dio resultados, estaban preparando el porvenir pues para derrotar al Estado burgués hay que ganar para la lucha del proletariado a todas las capas no explotadoras de la población convenciéndolas de que su verdadero interés como seres humanos está en unirse al combate revolucionario del proletariado.

Una asistente planteó que en su centro de trabajo la gente decía: “en Francia los trabajadores tienen fuerza porque los sindicatos están con ellos: organizan manifestaciones, se unen a los estudiantes etc.”. La discusión aclaró que en Francia los sindicatos guardaron durante más de un mes un silencio cómplice ante la imposición del CPE. Sólo se movilizaron tras una semana de luchas de los estudiantes. Vieron que debían “coger el tren en marcha” y decirse “solidarios” con ellos para controlar los centros de trabajo y evitar que el movimiento se contagiara a los obreros. Convocaron las manifestaciones para evitar que estas fueran impulsadas de forma espontánea por estudiantes y obreros. La burguesía tiene dos armas contra la lucha: la policía que actúa desde fuera del movimiento y los sindicatos que actúan desde dentro del mismo. Para realizar esta labor tienen que aparentar que están a su favor y ofrecer sus servicios de “especialistas” para tomar su dirección y sabotearlo progresivamente. Muchos detalles muestran esta labor de quinta columna: intentaron embaucar al movimiento con negociaciones trampa con el gobierno que fueron rechazadas por las Asambleas que se negaron a acudir a tales encuentros mientras aquel no retirara el CPE. Cuando delegaciones de estudiantes iban a las puertas de una fábrica los delegados sindicales salían a su encuentro evitando que hubiera una asamblea directa de obreros y estudiantes. Actuaban pues como policía que trata de impedir que los obreros se vean afectados por “malas influencias”. Pese a ello, en ciertas fábricas de los alrededores de París (Citroen, Snecma) los obreros decidieron desobedecerles y luchar por su propia cuenta.

Corriente Comunista Internacional 20-4-06


[1] Compañeros que no pudieron asistir nos han pedido la repetición de estas reuniones pues estaban muy interesados. Ahora que el movimiento se ha terminado con la retirada del CPE por parte del movimiento tenemos la distancia suficiente para reflexionar sobre sus lecciones y cómo extenderlas.

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