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El pasado agosto tuvo lugar en Lima una Reunión Pública de la CCI sobre el tema Ante la crisis del capitalismo la única alternativa es la lucha del proletariado.
Hubo una asistencia muy numerosa pero sobre todo el debate fue muy profundo y dinámico. Participaron dos grupos internacionalistas de Perú: el Núcleo Proletario de Perú (NPP) y el Grupo de Lucha Proletaria (GLP), también acudió un compañero delegado por los Núcleos Internacionalistas de Ecuador y Oposición Obrera de Brasil quería participar pero por diversos problemas no pudo finalmente asistir[1]. Esto dio -luego volveremos sobre ello- un carácter claramente internacionalista a la reunión[2].
Tras una corta presentación cuyo función no era "impartir doctrina" sino plantear el debate[3] se desarrollaron numerosas intervenciones sobre distintos temas que pasamos a sintetizar recogiendo lo que dijeron los propios participantes[4].
Hubo plena coincidencia en insistir sobre la gravedad de la crisis y el terrible coste humano para el proletariado y otras capas sociales no explotadoras. Así un compañero del NPP afirmó «Estamos ante la crisis más grande del capitalismo y jamás se vio en sistemas anteriores lo que se ve en capitalismo: hambre no por falta de producción sino por exceso de producción».
La crisis no se produce -como nos dicen- por "una mala gestión financiera" o por "la escasa intervención del Estado", sino porque el capitalismo al basarse en el trabajo asalariado y en la producción mercantil está abocado a una sobreproducción sin solución que provoca la barbarie, la destrucción y la miseria de la mayoría.
«La crisis es como un agujero negro que traga vidas e ilusiones», dijo un compañero, la crisis no puede reducirse a cifras macroeconómicas ni a cuentas de resultados, lo principal de la crisis lo vemos en el rostro de sufrimiento de millones de personas que, pese a sus méritos y pese a sus esfuerzos sobrehumanos, se ven arrastradas por un torbellino de miseria, marginación y destrucción. Baste un ejemplo: en Guatemala asistimos a una «severa crisis alimenticia que sufren más de 54.000 familias pobres de este país y que, desde enero, se ha cobrado la vida de 462 personas» (El País 9-9-09).
¿Son compatibles el internacionalismo y el nacionalismo?
Sin embargo, la mayor parte de la discusión no giró sobre la crisis y su naturaleza sino sobre cómo luchar contra ella, ¿es el proletariado la única clase revolucionaria capaz de dar una solución a la crisis del capitalismo? ¿Cuáles son los medios con los que cuenta para este combate? ¿a qué sociedad aspira?.
Pero ahí se planteaba una cuestión de principio sobre el que la discusión llevó un esfuerzo importante de clarificación: ¿es posible ser nacionalista e internacionalista a la vez?
Esto lo planteaba un compañero de orientación trotskista que participó activamente en la reunión. Por una parte señalaba que «el proletariado es una clase internacional y debe ser solidario con las luchas que se producen en el mundo», pero de otro lado dijo que «están vendiendo el Perú a la burguesía chilena», a lo que otro participante añadió «Perú está siendo invadido por el capital chileno».
Diferentes intervenciones respondieron diciendo que el proletariado en Perú tiene como hermano al proletariado en Chile[5], que solamente desde la solidaridad de clase por encima de fronteras, razas o sectores económicos, el proletariado tendrá la fuerza necesaria para luchar. Un compañero del NPP aportó un argumento vital: «El capitalismo es un sistema de producción mundial debido a que el trabajo del proletariado es una colectividad mundial».
Nacionalismo e internacionalismo no se pueden mezclar, son como el agua y el fuego. En los años 30 el símbolo más claro del triunfo de la contra-revolución se vio en las huelgas francesas de 1936 donde en las fábricas ocupadas ondeaban juntas la bandera tricolor de la "Francia eterna" y la bandera roja y los obreros cantaban al mismo tiempo La Marsellesa y la Internacional.
¿No sería una exageración hablar del proletariado como clase revolucionaria?
Junto a la clarificación sobre el internacionalismo, la discusión aportó un esfuerzo de argumentación sobre la naturaleza revolucionaria del proletariado.
Un compañero de orientación anarquista consideró que «no podemos caer en un fetichismo del proletariado pues este se ha reducido y ha sufrido grandes cambios que lo han reducido o han hecho que no tenga conciencia de clase».
Es verdad que a lo largo de más de 3 siglos de historia el proletariado ha cambiado en su composición sociológica, las formas de trabajo, el grado de concentración, la formación técnica y cultural etc. A mediados del siglo XIX el rasgo dominante en la mayoría de los trabajadores era el trabajo de oficios mientras que a finales del XIX y principios del XX predominaba el trabajo altamente mecanizado. Si en los años 70 del siglo XX lo más destacado eran las grandes fábricas hoy lo dominante es el trabajo asociado a escala mundial de tal forma que no se puede decir realmente de ningún producto que haya sido exclusivamente fabricado por los obreros de tal país o tal empresa. Lo importante es la naturaleza cooperativa mundial de la producción lo cual refuerza las bases objetivas para la unidad internacional del proletariado.
Los compañeros del NPP insistieron en que esos cambios no alteran lo esencial: «el proletariado es la clase productora de la plusvalía, es la clase explotada», pero añadieron un argumento suplementario: «¿Quién puede cambiar sociedad? Solo proletariado porque es la clase productora pero sobre todo porque es una clase con una historia». El proletariado es el productor colectivo de lo esencial de las riquezas mundiales. Pero no solo es la principal clase productora de la sociedad, es también una clase con una capacidad de toma de conciencia colectiva a lo largo de sus diferentes generaciones. Su lucha tiene una continuidad histórica que a través de las sucesivas generaciones le permite sacar lecciones de sus combates, aprender de sus errores, formular con más claridad y nitidez sus principios y objetivos. En esto se diferencia de las clases explotadas del pasado -los esclavos y los siervos- que eran también las clases productoras pero cuya lucha no tenía ni continuidad ni porvenir. El proletariado es la primera clase explotada de la historia que es a la vez la clase revolucionaria.
Los medios de lucha del proletariado
Ahora bien, la situación actual del proletariado no permite comprobar esa realidad de manera empírica e inmediata. Las luchas actuales muestran rasgos muy importantes de búsqueda de la solidaridad, de toma de conciencia, pero no alcanzan un carácter masivo y general que permita a los proletarios comprender la fuerza social e histórica de que disponen y al conjunto de la población percibir al proletariado como una clase con una perspectiva propia.
Eso provoca dudas sobre la capacidad del proletariado, los medios con los que cuenta, cómo va a conseguirlos etc., y esas dudas se expresaron con toda libertad en la reunión.
De forma muy directa un compañero planteó: «Si los obreros trabajan 12 y 14 horas ¿qué tiempo les queda para debate y movilización?». Cuando vemos a los obreros intimidados por la crisis, todavía muy atomizados, cuesta trabajo imaginarse que serán capaces de actuar colectiva y masivamente como una clase autónoma con una alternativa propia. Sin embargo, Rosa Luxemburgo, analizando la revolución rusa de 1905, señaló que en las condiciones generales de huelgas de masas «el prudente padre de familia cargado de hijos se transforma en una revolucionario romántico».
La discusión trató de comprender las vías que llevan a esa transformación psicológica que hoy puede antojársenos un milagro. Un medio es la unidad creciente entre lucha reivindicativa y lucha revolucionaria. Esta es una cuestión que no pudo ser profundizada en la reunión. En nuestra opinión no existe oposición entre ambas dimensiones de la lucha del proletariado: la lucha reivindicativa contra la explotación y la lucha revolucionaria por abolir la explotación[6].
Como un compañero de NPP señaló «La lucha de clases no es una lucha de minorías sino una lucha de masas» y a ello corresponde la necesidad de que el proletariado se de una organización masiva y general capaz de aglutinarlo, de servir de vehículo de debate y decisión. En la discusión se afirmó que esta organización históricamente -desde las experiencias de Rusia en 1905 y 1917- son los Consejos Obreros. Una compañera del GLP dijo de ellos que son «una organización unitaria donde todos pueden participar».
Pero aquí un compañero de orientación anarquista preguntó: «Sobre los consejos obreros ¿propugnan ustedes el modelo ruso?». La discusión pudo clarificar que no se trata de tomar los Consejos Obreros de 1905 y 1917 como un modelo infalible, como una especie de receta que habría que cocinar en las marmitas de las luchas futuras. Los Consejos Obreros de 1917-23 en Rusia -y en otros países de Europa y de América- son una experiencia que hay que analizar con el tamiz de la crítica viendo con claridad sus debilidades e insuficiencias, lecciones que son vitales para nuevas luchas que pueda desarrollar el proletariado.
De la misma forma, a la pregunta del mismo compañero sobre si «¿son ustedes partidarios del modelo leninista de Partido?», nuestra respuesta -y la de otros participantes- fue en el mismo sentido: no tenemos modelos a imitar, lo que poseemos son experiencias que nos proporcionan lecciones para la presente época histórica. El bolchevismo aportó un internacionalismo intransigente que le llevó a ponerse a la cabeza de la lucha contra la guerra y comprendió el papel de los Consejos Obreros como «la forma al fin encontrada de la dictadura del proletariado» lo que plasmó en la clara consigna de «Todo el poder para los Soviets». Pero tuvo posiciones erróneas -compartidas sin embargo por otras corrientes proletarias de entonces- como la de que el Partido ejerce el poder en nombre de la clase lo que contribuyó sin duda a la derrota y degeneración de la revolución rusa[7].
El comunismo y la perspectiva revolucionaria
Como dijo una compañera «¿Cual es el fin de la organización del proletariado? ¿cual es el fin de los Consejos Obreros? Creo que solo puede ser uno: comunismo». La reunión debatió sobre el objetivo histórico de la lucha proletaria y lo hizo en respuesta a una reflexión concreta planteada por el compañero de orientación anarquista: «Cuando existía la URSS existía un modelo. También existía el modelo de la lucha guerrillera que creaba zonas liberadas. Pero ahora todos esos modelos se han caído. Un nuevo modelo sería la autogestión, ella crearía verdaderas zonas -barrios, empresas- liberadas por los explotados».
La discusión esclareció que la URSS no era un modelo sino una de las formas que toma el capitalismo de Estado. La guerrilla tampoco lo es porque es una expresión de las contiendas sangrientas entre fracciones de la burguesía que toman como rehenes a proletarios y campesinos.
Pero mirando más profundamente ¿la meta del proletariado puede ser un "modelo de nuevo sociedad"? Diversas intervenciones insistieron en que el error está precisamente en tratar de buscar un "modelo" que por tanto no sería sino una imposición sectaria y doctrinaria al conjunto del proletariado. La Revolución Rusa y toda la oleada revolucionaria mundial que le siguió (1917-23) no fueron en manera alguna un "experimento social de laboratorio" sino la respuesta del proletariado a la situación terrible de barbarie y destrucción que supuso la Primera Guerra Mundial la cual significó la entrada del capitalismo en su época histórica de decadencia, es decir, la época en la cual se convierte en una traba al desarrollo social y de factor de crecimiento y progreso deviene en su contrario dialéctico: factor de destrucción y de barbarie, amenaza para la supervivencia misma de la humanidad[8].
El comunismo no es una arcadia feliz, un estado ideal. El comunismo se basa en superar y resolver las contradicciones que bajo el capitalismo llevan a la humanidad al hundimiento y la destrucción. Así, la sobreproducción que bajo el capitalismo lleva al hambre y el desempleo, bajo el comunismo es la base para la plena satisfacción de las necesidades de toda la humanidad. El carácter social y mundial de la producción que bajo el capitalismo espolea la competencia y la guerra entre naciones, bajo el comunismo es el fundamento para la cooperación fraterna de todos los trabajadores, para la organización de una comunidad humana mundial.
La discusión aclaró que el comunismo es mundial o no será. En ese sentido diferentes intervenciones rechazaron el modelo estalinista de "socialismo en un solo país" o el modelo guerrillero de las "zonas liberadas". Pero la discusión también planteó que la autogestión no se salía de ese esquema nacionalista: ni el "socialismo en una sola fábrica" ni el "socialismo en un solo barrio" son una alternativa al "socialismo en un solo país" del estalinismo[9].
La perspectiva de nuevos debates
Una compañera comentó que «el debate está muy bien. Sirve para que cada uno entienda lo que dice el otro pues cada cual habla con su propia jerga». Creemos que el intenso debate habido el reunión pública sirvió para comprenderse mejor, profundizar en las preocupaciones de cada cual y darles respuesta, superar los particularismos que nos encierran: las jergas, la desconfianza mutua, la incomprensión ...
Una compañera del NPP dio una orientación que compartimos: «Nuestra mayor tarea es desarrollar el debate, crear círculos de estudio. Esta es la función que tenemos a corto plazo. Se trata de medios para el cambio revolucionario. El cambio revolucionario no se puede forzar, deben darse las condiciones para él».
Pensamos que se hacen necesarias nuevas reuniones públicas abordando nuevos temas que profundicen en los diferentes hilos que ha dejado abiertos la discusión. El debate que hemos vivido en Perú forma parte de una tendencia al debate internacional que se va formando, al cual el reciente Encuentro de Comunistas Internacionalistas de Latinoamérica[10] ha dado un impulso y un cauce de expresión. En tal sentido la reunión pública en Perú y las nuevas discusiones que puedan desarrollarse, forman parte de ese medio internacional y constituyen una activa contribución al mismo. Como dijimos en la crónica de la primera Reunión Pública que hicimos en Perú (en 2007) «Luchar por la construcción de un medio donde el debate proletario esté al centro de la vida política es una perspectiva que en Perú, como en el mundo, preparará la futura revolución mundial».
CCI 10-9-09
ANEXO 1: Presentación
Primero que nada queremos agradecer su asistencia, que hayan robado tiempo de su asueto o su trabajo para participar en una discusión sobre la lucha por la liberación de la humanidad.
La presentación será lo más corta posible porque deseamos dar el mayor tiempo posible al debate. Nosotros no venimos aquí ni a dar lecciones ni a imponer una doctrina sino a contribuir a una lucha y un debate colectivo y fraterno.
No vamos a hablar de la crisis capitalista de la cual la vida cotidiana aporta a cada minuto que pasa testimonios elocuentes. Vamos a hablar de ¿cómo el proletariado debe luchar contra la crisis capitalista? ¿con qué objetivos? ¿con qué perspectiva?
Pero debemos empezar planteando una pregunta: ¿por qué ante la enorme magnitud de la crisis actual la respuesta del proletariado es por el momento bastante limitada y no se hace sentir con la fuerza que requiere la situación?
Quizá la respuesta a esta pregunta ocupe una parte del debate y en ese sentido vamos a aportar algunos elementos:
1º Pensamos que en un primer momento la crisis especialmente por la enorme cantidad de despidos que acarrea, por el desempleo considerable que provoca, tiene el efecto de producir miedo e intimidación en las filas de los trabajadores. Miedo a perder el puesto de trabajo y a perderlo todo. Pero también ante el desempleo y los despidos el arma de la huelga -sobre todo si se concibe como una presión sobre la empresa o sobre un sector económico determinado- apenas es eficaz.
2º La sociedad capitalista desde sus orígenes se ha caracterizado por el individualismo, la competencia feroz, el cada cual a la suya. Pero estos rasgos se han acentuado de forma brutal en la época actual. Eso dificulta la lucha de los trabajadores cuyos rasgos son precisamente los contrarios: la solidaridad, la confianza mutua, la cooperación y la acción colectiva.
3º La burguesía dispone además de la represión, de armas políticas e ideológicas para dividir a los obreros, confundirlos, desviarlos hacia terrenos donde van directos a la derrota. Con la mano derecha golpea represivamente y con la mano izquierda divide, siembra falsas ilusiones y conduce a la desmoralización y a la derrota.
Estos 3 factores y otros que podríamos apuntar son elementos que explican la lentitud y el proceso complejo que sigue la lucha obrera a escala internacional.
Sin embargo, estas dificultades no deben ocultar que la lucha obrera está avanzando y aquí y allá se ven signos de su combatividad, de su solidaridad, de sus ganas de luchar. De todo esto no hablan demasiado los medios de comunicación -la prensa, la TV, incluso las Webs más visitadas de Internet- pero si se siguen con atención las luchas obreras vemos hechos significativos que debemos conocer y de los cuales debemos sacar lecciones y popularizarlos en sectores mucho más amplios del proletariado.
No podemos extendernos aquí en una crónica de las luchas obreras más recientes. Pueden leer en nuestra prensa o en Internet informaciones más detalladas. Compañeros de Perú han informado de una lucha reciente en la minería. Podríamos aportar dos rápidas informaciones significativas porque vienen de dos viejos países de Europa: Gran Bretaña y Alemania.
En Gran Bretaña en junio la empresa de refinería de petróleo Total anunció el despido de 640 obreros de las obras de construcción de una central en Linsdey. Para reclamar la anulación de estos despidos trabajadores de más de 30 obras se declararon en huelga no oficial, decisión tomada por Asambleas masivas. La huelga se extendió mediante piquetes que fueron a comunicarse con otros trabajadores, a ganarlos para la lucha. Los sindicatos fingieron en algunos casos estar con los huelguistas pero en Sheffield tras 24 horas de paro desconvocaron la lucha, entonces un grupo de trabajadores tomó la iniciativa de llamar a una Asamblea, ésta decidió revocar la consigna sindical y se reincorporó a la huelga. Finalmente, ante la multiplicación de la lucha solidaria, la burguesía cedió y se anularon los despidos.
En Alemania también durante el mes de junio coincidieron una huelga de estudiantes -que no lo olvidemos son jóvenes que mañana serán desempleados o precarios- con una manifestación general de trabajadoras de las guarderías de todo el país. Los estudiantes reunidos en asamblea decidieron enviar una delegación a la manifestación de trabajadoras y leyeron un mensaje ante más de 30000 de ellas llamando a la lucha común y a unirse a su asamblea.
Son dos pequeños ejemplos que pueden unirse a otros que se vieron en 2008 y 2007 en numerosos países: Dubai, Grecia, Rusia, China, Bangla Desh, Francia etc.
A partir de esos datos que la propia discusión puede ampliar o precisar quisiéramos lanzar una segunda pregunta ¿Dónde está hoy la lucha obrera a escala mundial?
Desde luego estamos todavía lejos de una situación revolucionaria donde las masas obreras se sientan con la conciencia, politización, organización y fuerza necesarias como para plantear la perspectiva de una nueva sociedad que libere a la humanidad de la lacra capitalista.
Estamos en una situación donde lo que predomina en la inmensa mayoría es una conciencia que va creciendo de que ESTO NO PUEDE SEGUIR ASI, de que la sociedad actual hace aguas por todas partes, de que sería necesario cambiarla. Hoy existe una conciencia de la necesidad de cambiar la sociedad, de destruir el capitalismo.
Sin embargo, estar convencidos de la necesidad de destruir el capitalismo no quiere decir ni mucho menos estar convencidos de la posibilidad de hacerlo. Para que una revolución social pueda tener lugar se necesita la unión de las dos condiciones: conciencia de que la revolución es necesaria pero además conciencia de que la revolución es posible.
Esta convicción no existe más que en minorías muy pequeñas y muy dispersas por todo el mundo.
Desde luego que se hayan desarrollado estas pequeñas minorías es un paso muy importante y una muestra de que pese al largo camino que la clase obrera tiene que recorrer todavía, avanza por una buena vía.
Aquí en esta reunión nos hemos juntado un buen puñado de compañeros y compañeras en torno a posiciones internacionalistas y revolucionarias. Pero esto no es un fenómeno peruano. Lo vemos en otros países: en República Dominicana, en México, en Brasil, en Ecuador, en Japón, en Rusia, en Alemania, en Francia, en India, en Filipinas ...
Asistimos a un desarrollo de un medio internacionalista todavía muy minoritario en un buen número de países del planeta. Este desarrollo internacional, su clarificación, su solidaridad, su capacidad de cooperación, el que desarrolle su acción y presencia política, constituyen uno de los factores necesarios para el avance del proletariado hacia una perspectiva revolucionaria.
Esta cuestión nos lleva a plantear a los presentes una tercera pregunta ¿Cuáles son los requisitos necesarios para avanzar hacia una situación revolucionaria mundial?
Una vez más nos limitaremos a aportar algunas ideas con la esperanza de que el debate pueda ir más lejos.
Para que el proletariado pueda lanzarse a una lucha revolucionaria necesita desarrollar en su seno una organización general, masiva, unitaria. La experiencia de 1917 y otras experiencias ha puesto en evidencia que esta organización son los Consejos Obreros. No podemos entrar aquí en muchos detalles pero éstos son una organización abierta, elegida y revocable, basada en la unidad obrera por encima de sectores, razas, regiones ..., renovable, apoyada en el debate. Una organización donde los obreros piensan, discuten, deciden y actúan juntos. Una organización que se levanta sobre Asambleas Generales masivas y abiertas en centros de trabajo, barriadas, distritos ...
Pero esta capacidad de crear Consejos Obreros no viene de la nada ni es resultado de decisiones técnicas o jurídicas sobre formas de organización. Es el resultado de una politización creciente de las masas obreras, de una comprensión de la unidad entre la lucha reivindicativa inmediata y la lucha política general por el cambio de la sociedad. La politización de la lucha obrera, la politización de las masas, es pues otro de los requisitos de una situación revolucionaria.
Pero un factor vital de esta politización es que dentro de la clase obrera se acabe forjando un Partido mundial que sea capaz de mostrar la unidad y los objetivos comunes de sus luchas en los diferentes países; que contribuya activamente a la solidaridad y la convergencia fraternal de los obreros de todos los países; que desenmascare las trampas y ofensivas políticas, ideológicas y represivas que lanzará el capitalismo; en resumidas cuentas, que sea el partido de la lucha por la revolución mundial.
Las minorías actuales en sus debates, en su colaboración mutua, en su accionar, deben tener como norte esa perspectiva del partido de la revolución proletaria mundial.
Bueno, creemos haber expuesto algunos elementos sobre los cuales erguir una discusión fructífera. Lo esperamos todo de ella. Muchas gracias por su atención.
ANEXO 2: Saludo de Oposición Obrera - Brasil a la Reunión Pública
A los participantes de la Reunión Pública de Lima
Estimamos que son de gran importancia los esfuerzos que hacemos para desarrollar encuentros de las organizaciones que tienen un carácter proletario y que defienden el internacionalismo y las posiciones revolucionarias. Somos igualmente conscientes que nuestras organizaciones aunque no tienen una dimensión masiva tienen sin embargo voluntad y capacidad para enfrentar los grandes desafíos que se le presentan a los trabajadores del mundo entero.
Tenemos pues conciencia de que nuestro papel es decisivo para posibilitar que los trabajadores, incluso de manera minoritaria, desarrollan cada día, donde quiera que estén, formas de lucha y de organización, contra este sistema que nos oprime. Que desarrollan todas las posibilidades de agudizar aún más las contradicciones y las crisis que se van gestando y se manifiestan en el capitalismo.
Nuestros esfuerzos deben siempre dar prioridad igualmente a la profundización teórica y a los debates en el sentido del esclarecimiento de esas mismas contradicciones, de forma que nos faciliten los instrumentos y las armas para actuar sobre las fisuras que el sistema del capital contiene.
Lamentamos nuestra ausencia de la Reunión Pública a la que hemos sido invitados al tiempo que agradecemos la invitación la cual nos honra mucho. Esperamos pronto reunir las condiciones para participar en tales eventos que contribuyen a la toma de conciencia de la clase trabajadora y revisten una importancia aún mayor dada la situación actual de crisis y los ejemplos de descontento que vienen multiplicándose en el mundo. Deseamos que el evento esté marcado por el éxito, la camaradería, la solidaridad y la profundidad en las discusiones, como ha ocurrido en nuestra encuentros y como debe ser en nuestra clase.
Oposición Obrera Brasil 10-8-09
[1] Hubo varios encuentros con ambos grupos con la presencia del compañero de Ecuador donde se desarrollaron discusiones sobre sujetos muy importantes: los Consejos Obreros, el proletariado, el Partido Mundial, el periodo de transición entre el capitalismo y el comunismo. En estos encuentros se leyó la carta de los compañeros de Oposición Obrera de Brasil (ver Anexo 2).
[2] Con anterioridad, en 2007 y 2008, hemos celebrado sendas reuniones públicas en Perú. Ver Reunión Pública en Perú: hacia la construcción de un medio de debate y clarificación (https://es.internationalism.org/node/2107) y Reunión Pública en Perú sobre la crisis: un debate proletariado apasionado y apasionante (https://es.internationalism.org/node/2385)
[3] Ver Anexo al final de este documento.
[4] Hemos intentado reflejar fielmente lo que dijeron los participantes pero si alguien considera que hubo tergiversación o interpretación incorrecta le invitamos a que nos escriba para rectificar si procede.
[5] En 1879 se produjo la guerra del Pacífico en la que Perú fue derrotada por su rival chileno cuyo ejército llegó incluso a Lima. Desde entonces, el nacionalismo peruano agita la bandera de la "invasión chilena". Sindicatos y partidos de izquierda son ferozmente anti-chilenos, más incluso que los de derechas. Frente a esa fobia nacionalista, el proletariado debe recordar que en Iquique en 1907 los obreros chilenos, peruanos y bolivianos lucharon juntos en una gran huelga solidaria aplastada por el Estado chileno con la complicidad de sus rivales de Perú y Bolivia.
[6] Para una mayor precisión, la lucha reivindicativa no tiene nada que ver con la lucha sindical la cual presenta una versión deformada y sometida a los imperativos del capital de las luchas económicas de los obreros.
[7] Para conocer nuestra posición sobre el Partido ver El Partido y sus lazos con la clase en /revista-internacional/200604/892/el-partido-y-sus-lazos-con-la-clase y El partido desfigurado: el partido bordiguista en https://es.internationalism.org/node/2132 . Sobre el bolchevismo ver ¿Nos habremos vuelto leninistas? en /revista-internacional/199901/1180/sobre-organizacion-i-nos-habremos-vuelto-leninistas
[8] Como hoy podemos comprobar de manera dramática con la crisis, con las guerras -como las de Afganistán o el tremendo rearme al que se entregan la mayoría de gobiernos de Sudamérica- y con la gigantesca destrucción medio ambiental del que es un exponente la aniquilación de la selva amazónica
[9] No hubo tiempo para discutir la trágica experiencia de 1936 en España y el sentido real de las colectividades autogestionadas de las que se reclama el anarquismo.
[10] Ver en nuestra Web https://es.internationalism.org/node/2556