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Toma de posición de nuestra sección en GB sobre las Olimpiadas
Es la tercera vez que Londres alberga los Juegos Olímpicos, y en cada ocasión nos ha enseñado algo sobre la fase correspondiente del capitalismo.
El dominio de una potencia mundial
Los Juegos de 1908 en un principio iban a ser albergados por Roma; sin embargo, la erupción del Vesubio en abril de 1906 implicó la necesidad de utilizar grandes recursos para la reconstrucción de Nápoles. Como potencia mundial, con un imperio que cubría casi un cuarto de la tierra firme del planeta y un quinto de la población mundial, Reino Unido se encontraba en condiciones de organizar los Juegos incluso con un breve plazo de antelación.
En diez meses fue posible organizar la financiación, encontrar un lugar y construir un estadio. En el aspecto económico, los costes sumaron alrededor de 15.000 libras, siendo los ingresos de 21.377 libras. Los primeros Juegos obtuvieron beneficios, y en ese sentido fueron un éxito. Sin embargo, el diario “The Times” (27/07/1908) se lamentaba de que lo que era “una perfecta armonía deseada por todo el mundo se ha visto afectada por algunas disputas lamentables, protestas y objeciones a las decisiones de los jueces. En muchos periódicos, en todo el mundo, el sentimiento nacionalista ha sobrepasado ciertos límites, y las acusaciones y contra-acusaciones están a la orden del día”. Desde luego no es sorprendente, teniendo en cuenta los crecientes conflictos entre naciones a medida que el imperialismo se convertía en el único modo de funcionamiento del capitalismo, desde la guerra hispano-estadounidense de 1898, la ruso-japonesa de 1905, y el resto de antagonismos que llevaron a la I Guerra Mundial.
En los Juegos de 1908 todos los jueces eran británicos y hubo quejas prácticamente diarias desde el equipo estadounidense. Comenzaron con el rechazo a inclinar la bandera de EEUU ante el rey en la ceremonia de apertura, y continuaron después. En la prueba del tira y afloja con cuerda los norteamericanos se quejaron del calzado utilizado por el equipo formado por miembros de la policía de Liverpool. Al ser sus protestas rechazadas, se retiraron de la prueba. En los 400 metros, los jueces británicos decidieron que la final debía repetirse porque un corredor de EEUU había golpeado con el codo a un británico. EEUU boicoteó la repetición de la final. Al final, Reino Unido obtuvo el mayor número de medallas de oro, de plata y de bronce. Contra equipos de 22 países, con 2000 participantes, los británicos lograron más medallas, 146, que en ninguno de los Juegos modernos. Como había predicho el “The Times” (13/07/1908) “Este año esperamos darle la oportunidad a nuestro competidores de mostrarles que no hemos perdido nuestra astucia”.
Los Juegos de la austeridad
En los 40 años que pasaron hasta los Juegos Olímpicos de 1948 las cosas habían cambiado mucho para el imperialismo británico. Sus aliados, Rusia y EEUU, habían ganado la II Guerra Mundial, pero los USA eran ahora la potencia dominante en occidente, con Gran Bretaña en una posición mucho más secundaria.
Reino Unido había mostrado sus dudas en albergar los Juegos. Con una economía devastada, con un racionamiento de productos básicos (incluidos la comida, la gasolina y la ropa) incluso más severo que durante la guerra, con una alta tasa de desempleo, gran carestía de vivienda y muchas huelgas obreras, Reino Unido estaba desesperada por recibir los fondos norteamericanos del Plan Marshall, pero insegura sobre el impacto que tendrían los Juegos.
Sólo un mes antes de los Juegos tuvo lugar una huelga salvaje en el puerto de Londres durante la cual soldados de reemplazo recién reclutados fueron enviados a los muelles. Por primera vez un gobierno utilizaba la “Emergency Powers Act” (“Ley de Estado de Emergencia”) aprobada en 1920. Esta no fue la única vez que los trabajadores se enfrentaron al régimen de austeridad de posguerra impuesto por el gobierno laborista.
Hubo al menos dos años de preparación para los Juegos. Aunque no se construyeron nuevas instalaciones se utilizó mano de obra de prisioneros de guerra alemanes en algunas construcciones, incluyendo la carretera que llevaba al estadio de Wembley.
No es casualidad que a los Juegos de 1948 se les conociera como los “Juegos de la Austeridad”. Se animó a las distintas delegaciones a que trajeran su propia comida, aunque los participantes tenían derecho a las mismas raciones que los mineros. Los participantes masculinos fueron alojados en campos de la RAF[1], y las féminas en universidades londinenses. Los deportistas británicos debían comprar o traer su propio equipamiento.
Con 4000 participantes de 59 países, los Juegos de 1948 costaron 732.268 libras (por debajo del presupuesto), con unos ingresos de 761.688 libras. Obtuvieron un modesto beneficio, pero Reino Unido no pasó del duodécimo lugar en el medallero, y todo el mundo sabía que EEUU ocuparía el primer lugar antes de que los Juegos empezaran.
Deuda y represión
Aunque algunos países han afirmado haber logrado cubrir gastos, o incluso obtener beneficios, como dudosamente afirmó Pekín 2008, los Juegos han significado un desastre financiero en la mayoría de las recientes citas. La deuda en Montreal fue tan grande que no se pudo pagar del todo hasta casi 30 años después. El presupuesto original para Atenas 2004 era de 1600 millones de dólares: el coste público final se estima en 16.000 millones de dólares, con la mayoría de instalaciones actualmente abandonadas o apenas utilizadas, con grandes sumas de dinero todavía necesarias para mantenimiento y seguridad. Parece claro que los Juegos Olímpicos fueron uno de los factores que contribuyeron en la profundidad de la crisis de la economía griega.
Para Londres 2012 el presupuesto inicial estimado era de 2370 millones de libras, pero en los siete años desde la adjudicación de la sede, las estimaciones de la cifra final se incrementaron hasta diez veces el coste original. De este modo, los organizadores están tratando de hacer todo lo necesario para recuperar el gasto. Los precios de acceso, comida, bebida, y todo lo relacionado con las instalaciones son en su mayoría escandalosos, incluso para una capital cara como Londres. Y los intereses de los patrocinadores oficiales se guardan con sumo celo. Existen normas muy estrictas sobre el llamado “ambush marketing” (publicidad no autorizada), es decir, contra la exhibición de cualquier objeto (que puede incluir prendas de vestir) que lleve el nombre de cualquier empresa que no sea patrocinador oficial.
Pero en la disciplina donde Londres 2012 parece más dispuesto a batir récords es en la represión. En los días más ajetreados habrá hasta 12.000 policías de servicio. Habrá 13.500 militares británicos disponibles, bastantes más de los 9.500 en Afganistán. Se prevé también la presencia de 13.300 guardias de seguridad privados, que pasarán unos días entrenándose con las tropas. Un portavoz de la compañía privada de seguridad manifestó que “parte del entrenamiento se ha centrado en 'alinear valores' entre ambos grupos, de modo que la actuación del ejército y los guardias privados en lo concerniente a la seguridad sea similar” (Financial Times 24/05/2012).
Encima de eso, son bien conocidos los planes de instalar misiles tierra-aire de alta velocidad en un edificio cerca de las principales instalaciones. Es de suponer que esto significaría la posibilidad de alcanzar aviones sobre una zona densamente poblada.
Los organizadores de los Juegos, en colaboración con el Estado británico, parece que han pensado en todo. Aunque podría no ser capaz de llevarlo a cabo, el “Home Office” (Ministerio de Interior británico) tiene intención de realizar controles de seguridad a los 380.000 atletas, jueces, trabajadores y personal de los medios ligados de alguna manera al evento. Habrá carriles especiales en las carreteras reservados para vehículos con acreditación. Las multas por utilizar estos carriles serán de 135 libras. Al entrar en las instalaciones habrá registros y no se permitirá la entrada de agua. Irá contra las normas el tuitear, subir a facebook o a cualquier medio fotos de los eventos.
Habrá más de 200 países representados en los Juegos de Londres, y los organizadores harán todo lo posible por proporcionar un entorno adecuado para la habitual orgía de nacionalismo y de publicidad para los Coca-Cola, McDonalds, Panasonic, Samsung, Visa, General Electric, Procter and Gamble, BMW, EDF, UPS y demás miembros de la banda.
En esto se han convertido los Juegos Olímpicos de la era moderna: nacionalismo y negocio. Mientras tanto, en la preparación para Londres 2012, las autoridades han intentado “recolocar” a 500 familias desde el área donde va a estar el estadio olímpico, Newham, a Stoke-on-Trent, a más 240 km. Los inquilinos de la zona están siendo expulsados de modo que los propietarios puedan alquilar las viviendas a precios desorbitados. Los Juegos se supone que son una inspiración para la juventud. Newham presenta la media de edad más joven de Inglaterra y Gales, con la proporción más alta de niños por debajo de un año. También posee la media más alta de personas en la misma vivienda, las tasas más altas de prestaciones sociales en Londres, así como altas tasas de morbilidad y muerte prematura. El futuro de los niños que viven bajo la sombra de estos Juegos no va a mejorar por el espectáculo de la lucha por las medallas.
Car 5/6/12
Comentario adicional de Acción Proletaria
Nos ha parecido de interés publicar el artículo de análisis y denuncia de las Olimpiadas que ha realizado nuestra sección en Gran Bretaña – World Revolution. Agradecemos antes que nada el trabajo realizado por un compañero próximo que se ha encargado de la traducción. Para el proletariado y para sus organizaciones comunistas el internacionalismo es su fuerza principal y fundamental. Una de las concreciones del internacionalismo es unir los estudios, las experiencias, los análisis, de todas las partes del proletariado mundial. En ese sentido, es vital disponer de un equipo de traductores que lo más rápidamente posible viertan al español lo escrito en otras lenguas por otras secciones de la CCI o por otras expresiones del proletariado internacional. De ahí que no nos cansaremos de saludar la colaboración de un equipo de traductores que actualmente trabajan con lo publicado en lengua inglesa.
Respecto a las Olimpiadas nos parece lo más importante denunciar la máquina de lavado de cerebro que suponen para intoxicarnos con la droga nacional. Se supone que debemos estar contentos por las medallas que consiguen “nuestros atletas”: el cómo lo consiguen eso no importa. De eso no se habla, solo se habla de la dichosa medalla y de la supuesta gloria nacional.
Es evidente que el ejercicio, el juego, la distracción, forman parte de la vida y que su práctica es sana. Pero eso nada tiene que ver con el deporte actual organizado como enorme maquinaria nacionalista y comercial. Como tal es un perfecto microcosmos de lo que es el capitalismo: nacionalismo, competencia pues tiene que ganar uno sobre el cadáver del resto, obtener resultados no importa el precio que haya que pagar.
[1] RAF: Royal Air Force, Reales Fuerzas Aéreas, Ejército de Aviación de Gran Bretaña.