Los gobernantes no pueden detener la caída hacia el abismo económico

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Publicamos a continuación un artículo escrito por la sección en Gran Bretaña de la CCI que muestra que la crisis no se limita a España o a Grecia sino que tiene una naturaleza mundial. Si el problema es mundial la solución solo puede ser igualmente mundial.

Agradecemos la traducción a una compañera que junto a un equipo de compañeros colabora regularmente en la traducción de textos procedentes del inglés.

La cuestión de "la economía", es decir, el creciente desempleo, la deuda e inflación, la disminución de pensiones y sueldos etcétera, estuvo en el centro de las campañas de las recientes elecciones locales en Gran Bretaña, así como en las elecciones presidenciales francesas y las elecciones parlamentarias en Grecia. Todos los partidos que participan en estas, y otras elecciones burguesas, nos dicen que les votemos porque ellos pueden hacer frente a la crisis económica, mientras culpan a otros partidos por habernos metido antes en esta crisis. Todos ellos mienten. Cualquiera que sea la política que lleven, la crisis sólo puede ir a peor.

Gran Bretaña está oficialmente de nuevo en recesión, aunque el crecimiento ha sido tan lento en el último año que probablemente la mayoría de la gente no habrá notado mucha diferencia. David Cameron culpó a la actual Euro crisis; Ed Miliband culpó a David Cameron; Mervyn King no estaba seguro de si las cifras eran correctas pero decidió culpar a los consumidores a los que se les había prestado demasiado dinero por habernos metido en todo este embrollo. Por supuesto, nadie culpó al sistema capitalista.

A pesar del programa de austeridad sin precedentes para reducir la deuda de los gobiernos, el débil crecimiento puede incluso ver una crecida en los préstamos: "Destapando el nuevo pronóstico económico, la CBI dijo que la cifra global de préstamos, crecería de 126 billones de libras esterlinas a 128.2 este año, comparado con el pronóstico oficial de una caída de 120 billones. El préstamo extra sería muy superior a los 18 billones de consolidación fiscal planeada en 2012" (Daily Telegraph 3 de mayo de 2012).

Gran Bretaña no está sola en sus dificultades económicas: "Los comerciantes se estremecieron cuando el departamento de Trabajo estadounidense dijo que se habían creado menos empleos de los que esperaban los analistas y que el mercado laboral en su totalidad se había contraído. Las cifras junto con los datos económicos alarmantes mostraban que el sector servicios en Francia, Italia y España se había reducido en el último mes". (Telegraph 4 de mayo de 2012).

El desempleo en la eurozona es ahora del 10,9%. En España, alcanza en 24,4% con más de la mitad (un 51,1%) de personas con menos de veinticinco años sin trabajo.

A nivel global, el último informe de la Organización Internacional del Trabajo, declaró que "uno de cada tres trabajadores en el mundo, o aproximadamente 1100 millones de personas, están desempleadas o viviendo en la pobreza". Estima que en general, se necesitarían 50 millones de trabajos para volver a los niveles que existían antes de 2008.

Mientras la clase dirigente intenta presentar la crisis como un problema local, resolvible con sólo conseguir un gobierno adecuado, la extensa naturaleza de estos problemas muestra que son el producto de un sistema global en su más profunda crisis económica, mayor aun que la depresión de 1930, e incluso más inmune a ninguna solución, ya que las tormentas económicas por las que hemos atravesado desde 2008 son sólo la culminación de las dificultades que se han ido amontonando desde finales de 1960.

A pesar de trillones gastados en paquetes de rescate y las grandes cantidades de dinero inyectadas a la economía, la presunta "recuperación" está todavía al borde de un abismo. Los programas de austeridad que fueron llevados a cabo para reequilibrar la economía y saldar la deuda están empeorando aún más la situación. Gastar más es insostenible pero los programas de austeridad sólo se centran en la crisis.

Al final, es la clase trabajadora la que paga el precio de la crisis en forma de desempleo, recortes de sueldo, sobrecarga de trabajo y deterioro en los servicios sociales.

Mientras la economía continua su lenta desintegración los trabajadores harán frente a una elección: permanecer pasivos y hacer incluso más sacrificios para mantener un sistema sin esperanza o empezar a defender sus intereses colectivos, resistir a las exigencias del sistema capitalista y abrir las puertas a una solución real a una economía que se encuentra en un callejón sin salida: la transformación revolucionaria de la sociedad.

World Revolution sección de la CCI en Gran Bretaña

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