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Somos un grupo de asalariados de diferentes sectores (ferroviarios, enseñantes, informáticos...), de parados y de precarios. Durante las recientes huelgas en Francia, nos hemos reunido en una Asamblea General Interprofesional -al principio en los andenes de una estación de tren (Gare de l'Est, en París), y después en el local de una Oficina de empleo. Queríamos reagrupar lo más ampliamente posible a los trabajadores de otras localidades de la región parisina. Puesto que ya estábamos hartos del colaboracionismo de los sindicatos, que nos llevaba una vez más a la derrota, hemos querido organizarnos por nosotros mismos, para tratar de unificar los sectores en huelga, extender la lucha, y que sean los propios huelguistas los que controlen su lucha
A la guerra social de los capitalistas, los trabajadores tienen que oponer una lucha de clases
En Gran Bretaña, en Irlanda, en Portugal, en España, en Francia... en todos los países nos atacan duramente. Nuestras condiciones de vida se degradan.
En GB, el gobierno Cameron ha anunciado la supresión de 500.000 empleos en la función pública, recortes de 7000 millones £ en los presupuestos sociales, el aumento al triple de las matrículas universitarias, etc....
En Irlanda, el gobierno Cowen acaba de reducir el salario mínimo a la hora más de un euro y las jubilaciones el 9%.
En Portugal, los trabajadores se confrontan a una tasa de desempleo récord. En España, el "muy socialista" Zapatero, no para de recortar sustancialmente los subsidios de desempleo y las ayudas sociales y sanitarias...
En Francia, el gobierno continúa la caza a nuestras condiciones de vida. Tras las jubilaciones, es el turno de la sanidad. El acceso a los servicios sanitarios se hace cada vez más difícil para los trabajadores: cada vez hay que pagar más por los medicamentos, aumenta el costo de los seguros privados, se suprimen puestos de trabajo en los hospitales públicos. Como todos los servicios públicos (Correos, gas, telecomunicaciones), los hospitales se desmantelan y se privatizan. Resultado: millones de familias obreras ya no pueden tratar sus problemas de salud.
Esta política es vital para los capitalistas. Frente al desarrollo de la crisis y el hundimiento de sectores enteros de la economía capitalista, aquellos encuentran cada vez menos mercados que sean la fuente de beneficios para sus capitales. Y también por eso se ven presionados a privatizar los servicios públicos.
Sin embargo, la capacidad de los nuevos mercados en términos de salidas productivas, es más limitada de lo que exigen los pilares de la economía mundial como la construcción, el automóvil, el petróleo... Y no permitirán, aún en el mejor de los escenarios, un nuevo desarrollo económico salvador.
En ese contexto de hundimiento, la lucha por los mercados será más y más encarnizada entre los grandes trust internacionales. Dicho de otra manera, será una cuestión de vida o muerte para los inversores de capitales. En esa lucha, cada capitalista se refugiará detrás de su Estado para defenderse. En nombre de la defensa de la economía nacional, los capitalistas tratarán de encadenarnos a su guerra económica.
En esa guerra, las víctimas son los trabajadores. Puesto que tras la defensa de la economía nacional, cada burguesía nacional, cada Estado, cada empresario, trata de reducir sus "costes" para mantener su "competitividad". Concretamente no cesarán de intensificar los ataques contra nuestras condiciones de vida y de trabajo. Si les dejamos hacer, si aceptamos apretarnos más el cinturón, esos sacrificios no acabarán nunca y llegarán hasta poner en cuestión nuestras condiciones de existencia.
¡Trabajadores!, neguémonos a dejarnos dividir por empresa, sector o nacionalidad. Rechacemos participar en esa guerra económica de una y otra parte de las fronteras. Luchemos juntos y unámonos en la lucha. La consigna que lanzó Marx está plenamente de actualidad: "Proletarios de todos los países, ¡Uníos!".
Los trabajadores hemos de tomar la lucha a cargo
Hoy los trabajadores de Grecia, de España, los estudiantes de Inglaterra, están en lucha y están en el punto de mira de los gobiernos, de derecha e izquierda, que están al servicio de las clases dirigentes. Y como nosotros en Francia, os tenéis que enfrentar con gobiernos que reprimen violentamente a los trabajadores, a los desempleados, a los estudiantes.
En Francia este otoño hemos querido defendernos. Éramos millones en la calle para rechazar pura y simplemente este nuevo ataque. Nos hemos batido contra esa nueva ley de pensiones y contra todas las medidas de austeridad que nos afectan de lleno. Hemos dicho ¡No! Al aumento de la precariedad y la pobreza.
Pero lo sindicatos nos han conducido a la derrota, impidiendo activamente la extensión del movimiento huelguista:
- En lugar de romper las barreras de la fábrica u otros lugares de trabajo para unir lo más ampliamente posible a los trabajadores, han cerrado las asambleas generales de cada empresa a los otros trabajadores.
- Han hecho acciones espectaculares para "bloquear la economía"; pero no han hecho nada para organizar piquetes de huelga que habrían podido atraer a otros trabajadores a la lucha; lo que sí han hecho los propios trabajadores y precarios.
- Ha negociado nuestra derrota a nuestras espaldas, tras las puertas cerradas de los gabinetes ministeriales.
La Intersindical no ha rechazado nunca la ley sobre las jubilaciones, al contrario, incluso ha repetido que era "necesaria" e "inevitable". Según ella habríamos debido contentarnos con pedir a su lado "más negociaciones gobierno-patronal-sindicatos", "más ajustes de la ley para una reforma más justa y equitativa"...
Para luchar contra todos estos ataques, solo podemos contar con nosotros mismos. Por lo que nos concierne, hemos defendido en este movimiento la necesidad de que los trabajadores se organicen en sus lugares de trabajo en asambleas generales soberanas y se coordinen a escala nacional, para dirigir el movimiento huelguista eligiendo delegados revocables en todo momento. Sólo una lucha animada, organizada y controlada por el conjunto de trabajadores, tanto respecto a los medios como a los objetivos, puede crear las condiciones necesarias para la victoria.
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Sabemos que esto no se ha acabado; los ataques van a continuar; las condiciones de vida van a ser más y más difíciles y las consecuencias de la crisis del capitalismo van a empeorar. Por todo el mundo se plantea la necesidad de luchar. Para eso hemos de tomar confianza en nuestras propias fuerzas:
Somos capaces de tomar las luchas a cargo y de organizarnos colectivamente
Somos capaces de debatir abiertamente y fraternalmente, liberando "la toma de palabra".
Somos capaces de controlar verdaderamente el desarrollo de nuestros debates y la toma de decisiones.
Las asambleas generales no deben estar dirigidas por los sindicatos, sino por los mismos trabajadores.
Vamos a tener que batirnos para defender nuestras vidas y el futuro de nuestros hijos.
Los explotados del mundo entero son hermanos y hermanas de una sola y única clase.
Solo nuestra unión por encima de las fronteras pondrá las condiciones para destruir este sistema de explotación.
Los participantes de la Asamblea General interpro "Gare de l'Estt et Île de France"
Para contactarnos: [email protected]