La lucha de los trabajadores en Grecia frente a una brutal austeridad

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En la hoja que estamos repartiendo en España titulada "Golpe a las pensiones, reforma laboral, recortes presupuestarios: el Capital y su Estado nos atacan en todos los frentes"

(Ver en nuestra Web https://es.internationalism.org/node/2780), decimos que «los "socialistas" de Grecia que llegaron al poder en octubre con la promesa de que "aumentarían el consumo de los trabajadores para salir de la crisis" han hecho exactamente lo contrario: han bajado el sueldo de los funcionarios, han eliminado una paga extra, recortado las pensiones, aumento del IVA », y añadimos que «Los trabajadores en Grecia han empezado a protestar contra los ataques que les caen encima. La solidaridad con ellos para resistir las medidas del "socialista" Papandreu es una solidaridad con nosotros mismos, trabajadores en España, porque si imponen las salvajadas en Grecia se sentirán más fuertes y arrogantes para imponerlas en España. La solidaridad internacional es nuestra fuerza».
Somos conscientes de las enormes dificultades que tiene que afrontar la lucha obrera para expresarse y avanzar, pero está claro que los feroces ataques de la burguesía griega pueden encontrar una resistencia significativa por parte de los trabajadores como se desprende del artículo que publicamos a continuación traducido de World Revolution, nuestro periódico en Gran Bretaña. Si la lucha avanza en Grecia ello constituirá un estímulo para la respuesta que necesitamos dar en España donde los ataques que van a lanzar en el próximo periodo no se quedarán atrás.
La continuación de las luchas tras el movimiento de diciembre 2008
Hace un año, hubo tres semanas de luchas de masas en las calles de Grecia después de la muerte por la policía de un joven anarquista, Alexandros Grigoropoulos. Pero el movimiento en las calles, en las escuelas y universidades tuvo grandes dificultades para coordinarse con las luchas en el lugar de trabajo. Sólo hubo una huelga, la de los profesores de primaria, que, por una mañana, lo apoyó abiertamente. Pese a que hubo un periodo de agitación masiva e incluso una huelga general, resultó muy difícil establecer una auténtica coordinación
(Para un conocimiento de este movimiento y las lecciones que aportó ver en Revista Internacional nº 136 Las revueltas de la juventud en Grecia confirman el desarrollo de la lucha de clases, https://es.internationalism.org/ri/136_grecia) .
Sin embargo, tras el fin del movimiento, las acciones de los trabajadores en Grecia continuaron hasta las fechas actuales. Así, el ministro de Trabajo Andreas Lomberdos se vio obligado a advertir a la burguesía internacional. Dijo que las medidas programadas por los jerarcas europeos podrían llevar al derramamiento de sangre. «No podemos hacer mucho para prevenirlo», añadió. El gobierno Papandreu ha abierto conversaciones con todos los partidos y ha hablado de formar un gobierno de emergencia nacional, una de cuyas tareas sería suspender los artículos de la Constitución que garantizan el derecho de reunión pública, de manifestación y huelga.
Antes de que el gobierno intentara poner en práctica las medidas brutales para reducir el déficit presupuestario del 12,7% al 2,8%, hubo una oleada de luchas. Durante los últimos dos meses, estuvieron en huelga los trabajadores portuarios, los trabajadores de Telecom, los basureros, los médicos, enfermeras, los profesores de guarderías y escuelas primarias, los taxistas, los trabajadores de la siderurgia y los empleados municipales. El 4 y 5 de febrero, hubo una huelga de 48 horas de funcionarios de aduanas y fiscales que cerró los puertos y pasos fronterizos, al mismo tiempo que campesinos realizaban bloqueos en algunos lugares. Las motivaciones inmediatas de cada una de estas luchas parecen diferentes pero vistas en su conjunto son expresión del malestar que causa en los trabajadores el mazazo de austeridad que el Capital pretende asestarles.
En unas declaraciones televisadas, el Primer Ministro Papandreu advirtió que sus medidas iban a resultar "dolorosas". Esto no hizo ninguna gracia a los bomberos y otros trabajadores del sector público que el 29 de enero desfilaron por Atenas expresando ruidosamente su ira contra "el programa de estabilidad".
Tratamiento de choque
El plan de gobierno prevé durante tres años una congelación total de los salarios de los trabajadores del sector público y la reducción en un 10% de los complementos salariales. Se estima que esto equivale a una reducción salarial de entre 5 y 15%. Los funcionarios que se jubilen no serán reemplazados, se prevé aumentar la edad de jubilación para ahorrar costes a la Seguridad Social, el IVA va a subir y, so pretexto de "luchas contra el fraude fiscal", se va a apretar las tuercas a profesionales y trabajadores autónomos.
El hecho de que el Estado se ve obligado a realizar ataques aún más graves en contra de una clase obrera que, como vemos, no ha estado callada, revela la profundidad de la crisis en Grecia. El ministro Lomberdos ha dicho muy claramente que esas medidas «sólo puede aplicarse de forma violenta». Sin embargo, estos ataques contra todos los trabajadores al mismo tiempo, puede hacer que éstos empiecen a luchar de forma común por reivindicaciones comunes.
Los sindicatos se organizan para sabotear la lucha obrera
En un titular un tanto exagerado, The Independent (5/2/10) alerta «Las huelgas ponen a Grecia de rodillas» y las describe como «la primera expresión de una esperada erupción de huelgas ruidosas».
Los encargados de impedir que las huelgas "pongan a Grecia de rodillas" son los Sindicatos. Si examinamos cuidadosamente lo que están programando como "luchas", podemos ver que sus acciones están destinadas a mantener la división más extrema: una convocatoria de huelga en el sector público el 10 de febrero con marcha al parlamento a cargo del sindicato ADEDY. Pero el 11 de febrero, la huelga la convoca el sindicato estalinista PAME, finalmente para el 24 de febrero, el mayor sindicato del país -GSEE- tiene convocada una huelga ¡solamente en el sector privado!. Con este laberinto de acciones divididas y dispersas ¡la clase obrera no pondrá de rodillas al Estado griego!.
El Financial Times del 5-2-10 subraya que «los sindicatos han reaccionado moderadamente a los planes de austeridad del gobierno, lo que refleja una actitud de buena disposición a hacer sacrificios para superar la crisis económica», aunque al mismo tiempo identifica «una reacción violenta contra el programa de austeridad del gobierno por parte de los sindicatos». Este doble lenguaje de los sindicatos revela su inquietud ante la creciente indignación de la clase obrera, ellos saben que si no programan algunas acciones "de fuerza" existe la posibilidad de que los obreros empiecen a desenmascarar la comedia que siempre interpretan: delante de los obreros se alzan muy radicales pero en los despachos de Gobierno y Patronal doblan el espinazo y dicen a todo que si.
De momento siguen con la comedia: dado el aumento de la tensión social, han roto el "diálogo" con el gobierno, pero ¡ojo! únicamente en el tema de las pensiones, lo demás dicen que "es negociable" .... Está claro que la voluntad de los sindicatos, en sintonía con las necesidades del capital nacional, es firmar toda clase de sacrificios pero tienen que tener en cuenta la reacción de la clase obrera.
Para desarrollar su lucha, los trabajadores no solamente tienen que desconfiar de las maniobras sindicales, también tienen que tener en cuenta a otros falsos amigos. El KKE (Partido Comunista Griego), por ejemplo, que tiene cierta influencia, denigró el movimiento de hace un año calificando a los manifestantes de "provocadores" y ¡agentes secretos de fuerzas extranjeras!. Pero ahora, de repente, ha cambiado el discurso y proclama que «los trabajadores y los agricultores tienen el derecho a recurrir a todos los medios de lucha para defender sus derechos». Los trotskistas intentan desviar la cólera obrera hacia sectores particulares del capital: gritan mucho contra los fascistas y contra la influencia del imperialismo americano, para que los trabajadores no vean que su enemigo es todo el Capital nacional y todos los imperialismos.
Recientemente ha habido una huelga muy combativa en Turquía
(Ver "Solidaridad con la resistencia de los trabajadores de Tekel contra el Gobierno y los sindicatos" en https://es.internationalism.org/ccionline/2010_Tekel , así como las declaraciones de solidaridad con esta lucha que han realizado grupos proletarios de Perú y Ecuador: https://es.internationalism.org/node/2779 y https://es.internationalism.org/ccionline/2010_Tekelsolindi) , un país históricamente enfrentado con Grecia. Las naciones pueden estar a malas pero los trabajadores necesitamos unirnos por encima de las fronteras. Para impedirlo, los sindicatos, el KKE y otros grupos insisten en que estamos ante problemas "exclusivamente griegos". Con ello tratan de ocultar que el "problema griego" es una manifestación de la crisis internacional del capitalismo que solo puede ser encarado desde la solidaridad y la unidad internacional de los trabajadores.
Otro dato significativo de la actual situación en Grecia es que están proliferando grupos armados con nombres como Conspiración de las Células de Fuego o Fracción Nihilista, que colocan bombas en edificios públicos. Más allá de la buena voluntad que puedan tener algunos de sus integrantes, estos grupos no tienen ninguna perspectiva que ofrecer a la clase obrera. El Estado se aprovecha cínicamente de sus acciones para redoblar la represión.
Los obreros solo pueden construir su solidaridad de clase, tomar conciencia de su fuerza y desarrollar la confianza en ellos mismos, a partir de sus propias luchas, desarrollando sus propias formas de organización, extendiendo y unificando sus combates. Han de estar en la calle formando parte de una lucha y una organización colectivas. En cambio, individualizados delante del televisor viendo el espectáculo provocado por alguna bomba no adquieren ninguna fuerza ni ninguna conciencia, únicamente un sentimiento de pasividad y de impotencia. El sonido de una asamblea masiva de trabajadores a través de la cual estos controlan y extiende su lucha, provoca más miedo a la clase dominante que el ruido de algunas bombas.
Artículo tomado de World Revolution aparecido el 5-2-10

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