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A principios de mayo, la CCI celebró una reunión pública en Ecuador bajo el título: “El socialismo del siglo XXI sólo puede construirse sobre la base de las posiciones de la Izquierda Comunista”. Esta jornada de discusión sólo pudo ser posible gracias al arduo trabajo de un grupo de compañeros comprometidos en la defensa y difusión de las posiciones proletarias y que además está inmerso en un esfuerzo de clarificación, reagrupamiento e intervención al seno de la clase en esta parte del mundo. De esta manera, tanto la reunión pública como la existencia de este grupo de compañeros en Ecuador tienen un significado histórico importante debido a que son otra prueba más del periodo actual caracterizado por el surgimiento de minorías de la clase trabajadora a nivel internacional.
De frente a la campaña nacionalista que desataron las burguesías de todo el mundo -junto con sus partidos de izquierda y organizaciones izquierdistas- ante los acontecimientos guerreros entre los Estados de Colombia y Ecuador, sólo este pequeño grupo de internacionalistas y la CCI alzaron sus voces en este país para denunciar los verdaderos objetivos imperialistas de esta guerra y para plantear la alternativa proletaria. Los izquierdistas, bajo la ‘denuncia’ del imperialismo de los Estados Unidos ocultaron, como siempre, el carácter imperialista de la totalidad de los Estados en el mundo, incluidos los de los países más pobres, como Ecuador, o de los países que se autonombran socialistas, con el objetivo de someter a la clase trabajadora a la defensa de los intereses de su burguesía nacional y por tanto a la defensa del sistema capitalista en su totalidad y de su dinámica guerrera: “No lejos están los precedentes del accionar de Uribe en la captura de dirigentes de las FARC en territorio Venezolano y ecuatoriano,…en total violación a la soberanía de esos países…Es necesario, por tanto, la formación de un tribunal internacional, que juzgue los actos de terrorismo, genocidio, tortura, espionaje y crímenes a la humanidad, cometidos por el imperio norteamericano y el gobierno de Bush.”[1]
En medio del bombardeo ideológico de la izquierda del capital y de los izquierdistas, la reunión pública en Ecuador abrió un espacio de expresión de la verdadera vida proletaria donde se debatieron fraternalmente las ideas, cuestionamientos y preocupaciones presentados por los asistentes sobre este tema y se defendió el legado del movimiento obrero. La presentación e intervenciones de los asistentes giraron alrededor de dos posiciones fundamentales de la Izquierda Comunista:
- La defensa del internacionalismo proletario ante los llamados a la defensa de la patria.
- La falsedad de la tesis que defiende la posibilidad del Socialismo en un solo país.
Tras la presentación varias intervenciones mostraron su acuerdo sobre el carácter capitalista del gobierno de Correa y el carácter imperialista de la guerra Colombia-Ecuador “donde los más afectados son la población civil, especialmente las capas explotadas”. Dieron testimonios tanto de la situación a nivel mundial, como de la situación en Ecuador y otros países llamados ‘socialistas’ que se inscriben también en “una cultura de violencia y barbarie” que se extiende por el mundo desde hace casi 100 años en que la oleada revolucionaria de 1917-23 fue derrotada. Una intervención ratificó la relación estrecha y directa que existe entre el nacionalismo y las carnicerías imperialistas y cómo el discurso y las posiciones nacionalistas sólo refuerzan a la burguesía nacional. Otra participación recordó que los países que se autonombran ‘socialistas’ están en línea directa con la posición burguesa sobre la posibilidad de la existencia del socialismo en un solo país, idea que surgió tras la derrota de la oleada revolucionaria de 1917-23 y la degeneración de la Internacional Comunista. Otra toma de palabra dijo sobre este punto que la alternativa proletaria ante las guerras imperialistas es oponerse a la burguesía nacional desarrollando sus luchas, sus huelgas.
Aunque se reconocía que no era socialismo lo que existía en algunos países de América Latina llamados ‘socialistas’, también hubo intervenciones que trataban de hacer la diferencia entre el gobierno de Correa ‘semi-nacionalista liberal’ con “mejores reformas liberales y recursos”, de “iniciativas más democráticas que los anteriores” de un ‘nacionalismo más radical’; “ahora hay más libertad que en los años 90”. Varias intervenciones ratificaron entonces que el llamado “Socialismo del siglo XXI” hace parte de las criminales falsificaciones que elabora la burguesía utilizando fraudulentamente el legado del movimiento obrero, para entrampar a la clase trabajadora con un lenguaje supuestamente proletario y mantenerla atada al capital y que no hay diferencia entre éstos y cualquier otro estado imperialista.
Un asistente que muestra de forma clara una actitud abierta al debate, argumentó la diferencia que encuentra en el gobierno de Cuba, para defender la presencia de socialismo en ese país, pero también para preguntar el por qué la CCI lo considera como capitalista. El compañero dijo: “En Cuba no existen los poderes legislativo, judicial y ejecutivo como en los países capitalistas, la organización de la vida política parte de las asambleas populares de barrios. Así como hay variantes de capitalismo: el ‘semi-nacional’ de Correa o Chávez, la democracia parlamentaria, el fascismo, o el del tipo monárquico de España, pueden existir diferentes variantes de socialismo: donde no hay propiedad privada o donde los medios de producción están gestionados colectivamente. Existe también el socialismo burocrático que debe sufrir una transformación, una revolución de frente al Socialismo de Estado que frente a la globalización no se puede articular. Tampoco en Cuba la asamblea de barrios es la que decide, sino los altos mandos, entonces ese socialismo tiene que avanzar hacia una representación democrática, en ambos casos me parece que lo que hay es un periodo de transición”.
Unos asistentes y la CCI respondieron que en Cuba existe la explotación y por tanto el capitalismo. Para que haya periodo de transición el socialismo se debe dar a nivel mundial. En Cuba y en la URSS el capitalismo sigue existiendo independientemente de que no exista propiedad privada de los medios de producción. Esta apropiación también puede tener una forma colectiva por parte del Estado pero de la misma manera los trabajadores se mantienen separados de los medios de producción.
Se recordó que: en el seno de los grupos proletarios, surgió el debate para determinar si los obreros de la URSS tenían que participar en la guerra para defender al Estado Ruso. Trotsky y sus seguidores empezaron a defender al Estado ruso como ‘Estado obrero degenerado’ olvidando la posición marxista defendida por los bolcheviques que el socialismo tiene una base mundial. Como resultado de la contrarrevolución surgió la idea de Stalin según la cual es posible construir el socialismo en un sólo país, rematando con esta tesis la derrota de la revolución de 1917. Bajo el principio defendido por la Izquierda Comunista, no puede existir en ningún país el socialismo dentro de un mundo capitalista por ello, en la URSS y también en Cuba lo que existe es el capitalismo. En 1952 la Izquierda Comunista de Francia explicó el significado de la propiedad colectiva, la explotación y el capitalismo en la URSS[2]. Ante el aislamiento de la Revolución rusa, el partido bolchevique se funde con el Estado, hay separación entre el trabajo y los medios de producción y por tanto se mantiene la explotación de los trabajadores. El error de análisis de Trotsky repercutió en la posición defendida por la Oposición de Izquierdas y aunque Trotsky había muerto antes del estallido de la Segunda Guerra mundial, los trotskistas sí participaron en la guerra en defensa del Estado Ruso lo que significó el paso del trotskismo al terreno de la burguesía. La defensa de la URSS y de su bloque imperialista ha llevado también a que los trabajadores participen en numerosas guerras imperialistas bajo el mito de la ‘liberación nacional’.
Dos intervenciones pusieron énfasis en la pregunta de qué hacer en la postura del verdadero socialismo. “¿Cómo hacer para que en los grupos de izquierda se inicien los pasos para que el socialismo se de?, ¿dónde están los grupos de izquierda para preparar al pueblo para esos cambios, en este y otros países?, es necesario empezar a tomar posiciones para la revolución armada y proletaria”.
Varias intervenciones de los asistentes y de la CCI se desarrollaron alrededor de estos cuestionamientos.
Algunos asistentes intervinieron diciendo que no partimos de cero, que es necesario rescatar la experiencia de la clase trabajadora para no repetir los mismos errores. Hablaron de la importancia de “reconocer la revolución como un movimiento mundial y no local y que transformar la sociedad pasa por una toma de conciencia masiva porque la revolución proletaria es un proceso conciente y masivo”. “La revolución tendría que ser algo totalmente diferente a la supuesta revolución cubana que es un ejemplo de la falsa tesis del ‘socialismo en un solo país’. “La revolución mundial es posible porque la clase trabajadora se encuentra presente a nivel mundial y es necesario que ésta identifique y construya las organizaciones verdaderamente proletarias en vistas a formar el partido mundial”. Se dijo que había movilizaciones de trabajadores también en América Latina que se inscriben en la dinámica internacional y que están en búsqueda de la unidad de la clase trabajadora[3].
Algunas participaciones explicaron que era necesario también reconocer lo que no pertenece a la clase trabajadora y los esfuerzos de la burguesía por borrar al proletariado como el sujeto revolucionario. Que es necesario por ello, que el proletariado identifique los falsos procesos y las falsas organizaciones que tratan de mantenerlo en el marco de la burguesía como son los partidos de izquierda del capital y los grupos izquierdistas. “Es necesario tener claro que el Socialismo no es lo que hay en Sud América ni en Cuba y que el proletario no está listo aún para realizar una revolución. Los grupos como las FARC no derrotan al Estado ni hacen la revolución. Los cambios democráticos o la ‘revolución ciudadana’ no es lo mismo que la revolución social. Las movilizaciones que organiza el gobierno o los diputados, como las jornadas de abril, en las que nos unen como ciudadanos con los burgueses son para neutralizar el descontento de la clase trabajadora y atarnos al gobierno socialdemócrata, deberíamos de despuntar desde nuestras bases como trabajadores”. Una intervención enfatizó el esfuerzo del Gobierno de Correa y de los izquierdistas por diluir a la clase trabajadora en ‘el movimiento ciudadano’ entre las luchas indigenistas, de etnias, de mujeres, etc. pregonando un falso internacionalismo, oponiendo ‘la unidad de todos’ a la unidad de la clase trabajadora e insistió en que los trabajadores no deberían caer en la trampa de este leguaje pseudo-radical.
Otro asistente participó para ampliar la denuncia a la lucha guerrillera diciendo que ‘las guerrillas son la negación de la lucha de la clase trabajadora’. Que los años 70 habían vuelto a mostrar que la verdadera lucha revolucionaria era una lucha masiva y que había que preparar esa lucha masiva pero que no sabía cómo surgiría esta.
La respuesta de la CCI fue: “No hay recetas, el comunismo y el marxismo son un movimiento. Esta alternativa la tenemos que construir entre todos los trabajadores. Es necesario organizarnos pero saber sobre qué bases hacerlo, conocer las verdaderas posiciones de la clase trabajadora, si no esa organización sería una cáscara vacía. Para avanzar hacia la construcción de esa alternativa tenemos que mirar al pasado, reapropiarnos de la historia del movimiento obrero para no cometer errores y para avanzar de manera firme. Tener claras las experiencias de la oleada revolucionaria. Conocer las causas de la degeneración de la Revolución rusa, si se construyó o no el socialismo en Rusia, si realmente hubo una revolución proletaria en Cuba, si lo que existe en Cuba o lo que existió en la URSS es el periodo de transición como se dijo anteriormente. Conocer claramente por qué luchamos. La explotación que existe en Rusia y Cuba no es por lo que luchamos. Hay que tomar ejemplo de la Izquierda Comunista. La Izquierda Italiana supo ver la realidad sin miedo, supo sacar las lecciones de la derrota. De igual manera, Rosa Luxemburgo dijo que el proletariado debe sacar las lecciones de sus derrotas. Este debate en el seno del proletariado por recuperar las lecciones de su historia tiene que continuar, extenderse a todas parte, a los centros de trabajo, a las casas proletarias, etc.”.
Muchas otras cuestiones sólo quedaron planteadas a lo largo de la discusión: La caracterización del capitalismo de Estado, de los sindicatos como instrumentos del capital, la no participación en las elecciones, el carácter de clase del campesinado, el significado de la decadencia y de la descomposición del capitalismo, del desarrollo económico en China, del periodo actual de resurgimiento internacional de las luchas, del desarrollo subterráneo de la conciencia, de la tendencia internacional al reagrupamiento, etc. Todas éstas, y las que fueron discutidas en esta reunión pública, son cuestiones que se plantean actualmente las minorías de la clase trabajadora que están surgiendo por todo el mundo y que ponen en evidencia de manera clara y concreta la realidad de la existencia y desarrollo de un medio internacionalista a escala planetaria que se prepara para retomar sus tareas en las luchas por venir.
La reunión pública en Ecuador fue, por tanto, una expresión de la vida proletaria, del esfuerzo que realiza la clase trabajadora en su toma de conciencia de su objetivo y de los medios para lograrlo en las zonas más variadas del planeta; un momento del movimiento proletario que muestra que aún en condiciones muy difíciles, la clase trabajadora de esa región, y de otras semejantes, también está en marcha segregando las minorías llamadas a formar parte del futuro partido mundial del proletariado. Por ello, la saludamos fuertemente.
Corriente Comunista Internacional/mayo de 2008.
[1] Periódico Nueva Sociedad núm. 2, órganos de prensa del grupo Nueva Sociedad Revolucionaria, de Ecuador.
[2] Ver el artículo "La experiencia rusa" en Revista Internacional nº 131.
[3] Cabe recordar a este respecto luchas en Argentina, Brasil, Perú etc. Ver por ejemplo Luchas proletarias en Perú https://es.internationalism.org/ccionline/2007/peru.htm