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Reunión Pública debate sobre la crisis
- Un debate necesario:
En el anuncio sobre una reunión pública - debate sobre la actual crisis que golpea el planeta proponíamos varios temas de discusión:
«Os invitamos a participar en estas Reuniones Públicas que se plantean como un debate abierto sobre:
- la situación de la economía mundial,
- las causas de la crisis actual,
- las perspectivas que se abren,
- cómo va a repercutir todo ello sobre la vida y futuro de los trabajadores y de la inmensa mayoría de la población
- qué respuesta podemos desarrollar los trabajadores y explotados frente a la situación
Como material para llevar la discusión aportamos nuestro artículo acerca del tema que acabamos de publicar en Acción Proletaria nº 199».
Hemos recibido una serie de respuestas tanto de compañeros de España como de América con los contenidos que se publican en el apartado 3 de este texto.
- Lugar:
- Valencia viernes 22 de febrero a las 19 horas. Librería Primado 102 Líneas 3 y 5 de Metro, estación Benimaclet.
- Barcelona, sábado 23 de febrero a las 17 horas. Centro Social Garcilaso, c/Garcilaso s/n, frente mercado de Felipe II. Metro Sagrera
- Respuestas recibidas
- Txellenne - Madrid:
Saludo la reunión. Aprovecho para agradecer me tengáis informado de las actividades y debates. Echo de menos participar más pero las dificultades a veces nos afectan de cierta manera, sin embargo son parte de la vida (y de la militancia) verdad?. Leer vuestro correo y seguir el debate me renueva.
Salud!
La crisis, el darse cuenta, la
organización...
Sin embargo, es necesario hacer algo para el futuro esté en nuestras manos. Si, por un lado la propia crisis es la prueba evidente de la irracionalidad del sistema ciertamente (y tal como puede ilustrarnos la memoria del movimiento). La sola crisis no lleva el peso de la acción. Incluso asumiendo que cualquier trabajador atando cabos de aquí y allá, de las formas menos a más sistemáticas de darse cuenta, pudiera en un momento dado de su reflexión política, dar con las regularidades o el resumen y ciencia que puede encontrarse, por ejemplo, en el manifiesto comunista. Teniendo en cuenta que, incluso el ciclo de las crisis y el descontento es un hecho conocido y gestionado por la burguesía para renovarse y perdurar (léase el ciclo Republicanos vs. Demócratas, Laboristas vs. Conservadores, Socialistas vs. Nacionalistas y/o Populistas, testaferros vs. Antiimperialistas de toda laya) llegando a pactar sin ningún pretexto, las medidas que sirven de respiradero. La clave siempre vuelve al santo y seña del movimiento, el darse cuenta (de la decadencia) y que este darse cuenta suceda como un fenómeno de masas (por oposición a la idea que sea un conocimiento en manos de una vanguardia, o su puñado de expertos).
Por tanto, saludo la reunión. Me gustaría que se discutieran los asuntos relacionados con la organización. O las formas en que puede afrontarse el asunto de la centralización, o aquello que tuviere que ver con la clave que describe el lema del movimiento, desde los días de la 1ª Internacional "Proletarios de todos los países uníos".
Otro tema que me gustaría discutir es el alcance de la idea de que vivimos bajo la dictadura de la burguesía. Donde incluso sus problemas de clase, es decir, el de la renta en hacerse renta, son tratados como si fueren el objeto de la economía-política de la sociedad. No la economía como ingeniería tal, que tuviere como objeto la producción de bienes para la satisfacción de las necesidades, la supervivencia de la humanidad y la calidad de su supervivencia. Sino la renta y la acumulación per se.
- Sobre la crisis (anónimo):
"En estos momentos de pánico puede ser bueno comprar algo y si es así que? Para los que quieran comprar algo les recomiendo un ETF negativo sobre el Dow Jones ( a medida que la bolsa baje su fondo de inversión subirá). También pueden comprar ORO, PLATA y FRANCOS SUIZOS... Todo lo que suene a refugio hay que tenerlo en cartera!!! BOLSA NO GRACIAS!!!! Me espero al 11.000. " Eduardo Bolinches analista de Bolsa 21/01/08
Antecedentes
Entre 1983 y el 2006 la parte de los salarios en el PIB de la Unión Europea ha
caído un 8,3%.
La caída es de tal magnitud que la alarma ha saltado incluso entre los baluartes de la defensa del capitalismo:
Banque des Reglaments Internationaux (Reunión mensual de los banqueros centrales en La Bâle, Suiza) Working Papers nº 23. Julio 2007: "La parte de los beneficios es inhabitualmente elevada en el presente (y la parte de los salarios inhabitualmente baja). De hecho la amplitud de esta evolución y el abanico de países implicados no tiene precedente en los últimos 45 años"
M. Alan Greespan: Financial Times Londres. 27 de septiembre de 2007: "El desacoplamiento entre la débil progresión de los salarios y de los beneficios de las empresas hace temer un aumento del resentimiento, tanto en EEUU como en otros países, contra el capitalismo de mercado"
Greespan fue el bombero que tras el crac de las punto.com orientó las inversiones al sector inmobiliario.
Raghuram Rajan (nuevo economista jefe del Fondo Monetario Internacional): "El mundo está invirtiendo demasiado poco. La inversión ha disminuido de golpe desde diez años, y sólo ha ido acompañada de una recuperación insegura."
Vamos que desde los mismos centros del poder capitalista reconocen que quizás se han pasado y empiezan a ver las orejas al lobo.
Salvo nuestro eufórico y senil Ramón Tamames con sus alusiones al "win- win"(según él con el capitalismo salvaje todos ganan) que se cree lo que dice, muchos economistas responden con evasivas a los preocupados accionistas y empiezan a vislumbrar que habrá que desempolvar los viejos manuales de economía política.
Estamos en situación técnica de crisis de sobreproducción. Empiezan a ser escasos los economistas sin antejos borrosos.
Para Michel Aglietta (Désordres dans le capitalisme mondial) la crisis de sobreproducción está ahí solapada desde hace años a causa de:
1. De los bajos sueldos de los chinos que han forzado a la baja los sueldos de los trabajadores del norte industrializado.
2. Del excesivo ahorro por parte de los chinos. La tasa anual de crecimiento de China, de un 8-10%, ha sido probablemente el principal estímulo para el crecimiento de la economía mundial durante los últimos diez años. Japón, Corea, Australia, Taiwan y otros países vecinos deben actual crecimiento a las exportaciones industriales hacia China. Sin embargo la inversión en China era el reverso de la desinversión en otros lugares.
Pero en el taller del planeta se pagan sueldos miserables por una producción que se exporta. Los chinos ricos no consumen (maldito Confucio) y sus enormes ahorros se invierten en los mercados financieros internacionales. (Philips, por ejemplo, posee 23 fábricas en China y produce bienes por valor de cerca de 5.000 millones de dólares, pero exporta dos tercios de su producción a otros países porque no hay mercado en China). Los chinos, pero también países exportadores de petróleo, a través de los fondos soberanos (sovereign-wealth funds) invierten sus enormes reservas de divisas en bancos y empresas de occidente, sin participar en la gestión de las mismas. (Con la reciente caída de las bolsas han entrado con más fuerza y van a exigir cuotas crecientes de control)
3. El crecimiento desbocado de China se ha cimentado de forma creciente en la capacidad del consumidor estadounidense de seguir consumiendo gran parte de los ingentes volúmenes producidos en China. Pero el elevado ritmo de consumo de EE.UU. depende de la capacidad de Pekín de seguir financiando a los sectores tanto privado como público estadounidenses a base del descomunal superávit comercial chino con Washington que nutre los mercados financieros.
3. Gracias a los préstamos los norteamericanos de a pie se han endeudado hasta las cejas para poder seguir consumiendo.
4. Financiarizar la crisis Ha sido esta enorme bola de crédito en que se han convertido los mercados financieros, la que ha venido ocultando el desajuste real que genera la crisis en el sistema capitalista.
La desproporción en la distribución de la riqueza ha generado una gran masa de "sin recursos" (individuos y países enteros) cuyo consumo solo es posible a base de endeudamiento mientras la manipulación de los índices de riesgo permite que se conceda saldo a un mundo plagado de insolventes.
¿Como
se consigue que los asustadizos poseedores de capital presten a insolventes?
A base de falsear la información. Los medios de comunicación se han puesto al
servicio del capital financiero para mantener a capa y espada la bondad de los
mercados y acudir a tapar las grietas que preludian el estallido. Reina la
opacidad. Paraísos fiscales, centros "offshore", técnicas contables
dudosas, sofisticados productos financieros,... hacen que la situación real de
la mayoría de las empresa de desconozca.
La opacidad financiera ha favorecido la impunidad, el crecimiento del crimen y las mafias. Las mafias controlan sectores económicos, gobiernos y estados. La ceguera financiera ha propiciado la sustitución de la burocracia por el crimen organizado en buena parte de los países estalinistas.
Los indicadores de riesgo de los mercados son sistemáticamente falseados para hacer creer a los ahorradores que sus fondos están seguros. Se generan continuamente multitud de nuevos "productos" financieros que sustituyen a las poco rentables inversiones en la economía real. Esto facilita la entrada de capital fresco en la bola financiera que sirve para ir cubriendo las insolvencias.
El paliativo de financiarizar la crisis ha funcionado hasta ahora y ha permitido a los medios de propaganda (economistas y periodistas) mantener la ilusión de que aquí no pasa nada.
¿Podrá
seguir manteniéndose esta ilusión? Se trata de un círculo vicioso. Recobrar la
confianza no hace más que retrasar el ajuste cíclico que a menudo requiere el
sistema capitalista, bien estudiado por los economistas clásicos. Sin reajuste
la sobreproducción seguirá aumentando y los mercados acabaran siendo incapaces
de suministrar el crédito
necesario para que siga consumiendo un planeta de insolventes.
Apaga fuegos (o apaga incendios)
Los beneficiados del sistema siguen emperrados en tapar las grietas de la crisis. La magnitud de la bola es tal que los emplastes y los parches son cada vez más espectaculares.
A finales del verano en Inglaterra se transforman los depósitos bancarios del Northern Rock en deuda pública. (El primer crack de un banco inglés desde 1866).
De forma conjunta (por primera vez en la historia) la Reserva federal, el banco central europeo y el de Japón, organismos públicos mantenidos con los impuestos que pagamos todos, aportaron a los bancos privados con problemas 500.000 millones de euros, aceptando como garantía, los bonos hipotecarios que ya sabemos lo que valen. Así se malversan los fondos que habría que empezar a preparar para la crisis en el sector real de la economía.
Promesas de Bush de impedir la quiebra de los bancos americanos a cualquier precio (de nuevo a cubrir las pérdidas privadas con fondos públicos). Compromiso de Bush de impedir la bancarrota de las aseguradoras que tienen como función especializada rembolsar a los bancos los créditos "malos" ligados a las subprime.
La Reserva Federal anuncian el 17 de enero el "remedio milagro" de dar a todos los hogares un cheque de 800 dólares
Bajadas continuadas de los tipos de interés en EEUU. La del verano calmó algo los ánimos pero hundió a la moneda americana. Pero ¿hasta donde pueden bajarse los tipos de interés cuando en términos reales son casi negativos?
La amenaza de crisis global es de tal magnitud que los EEUU no dudan en poner en peligro al dólar como moneda de referencia internacional.
Como se va a extender la crisis:
A fecha de hoy los mercados financieros son como una cámara vieja de bicicleta llena de parches. Tapas un pinchazo por un lado y revienta por otro: Crack del 1987, Crisis del Sistema Monetario Europeo en 1992; quiebra de México en 1994 y efecto Tequila; crisis asiática de 1997 con devaluaciones en cadena; suspensión de pagos de Rusia en 1998; pinchazo de las punto.com en el 2000 con la secuela del caso Enron y las compañías auditoras en el 2001; corralito en Argentina en 2001; hipotecas basura en 2007.
Pero esta vez los parches a base de despilfarro de fondos públicos, declaraciones de alto nivel, y campañas mediáticas de despiste o pura patraña no van a ser suficientes. Habrá que poner cámara nueva. Menos impunidad, menos opacidad financiera y paraísos fiscales y más control y transparencia.
¿Saldremos de la crisis del 2008 con más parches y remiendos o se tratará del último rebote del gato muerto?
La deriva de la especulación hacia el sector inmobiliario tras la debacle de las punto.com (aconsejada y apoyada por M. Alan Greespan) mantuvo el espejismo de la autoregulación del mercado. El dinero volvía a la economía real y generaba inversión y empleo. Parecía como si se hubiera vuelto a la senda correcta del crecimiento sostenido. Pero la demanda de inmuebles no venía de la gente que necesita casa sino mayoritariamente del capital que especulaba con el techo. Las parejas jóvenes seguían sin hijos y viviendo en casa de sus padres.
¿Si ha sido la especulación la que ha generado la demanda, en qué se va a especular ahora? Esta es la pregunta del millón.
Hemos entrado en el círculo vicioso de la gran depresión
El pinchazo de la burbuja inmobiliaria, arrastrará al resto de la economía real. Los precios de los inmuebles empiezan a bajar. No tardaran en desplomarse. Los bancos y la caja de ahorro están pilladas de lleno en el negocio de la hipotecas. Con intereses reales a menudo negativos tenían que vivir de las comisiones usureras vinculadas a las hipotecas. El riesgo que han acumulado en sus activos es tremendo. Del negocio de la hipotecas ya no se puede vivir. ¿De que van a vivir ahora las cajas y los bancos?. En los próximos años los veremos emular a las agencias inmobiliarias intentando desprenderse de los pisos desvalorizados acumulados por las insolvencias de sus clientes.
El hundimiento de las finanzas y del crédito provocará la bancarrota de empresas en EEUU en una primera fase y posteriormente en el resto de países. Será el sálvese quien pueda. Reducción de la producción, despidos masivos.
Europa con una euro cada vez más sobrevalorado ya está perdiendo mercados de exportación. Las tensiones generadas por la crisis pueden forzar la rotura de la UE. (Resistencia a bajar los tipos de interés por parte de Alemania y otros países nórdicos)
Los países exportadores de materias primas verán caer los precios de las mismas a causa de la desaceleración económica.
¿Volverán a subir las bolsas en condiciones de depresión?
Pueden estar tranquilos los inversores con aguante. La fase de depresión es la de la reconversión, la del canibalismo. Las absorciones y las fusiones se van a multiplicar por 100. Dentro de un par de meses cualquier cosa será buena en bolsa.
Hemos entrado en el círculo vicioso de la depresión. El reino del capital. Es en estas condiciones que el capital más agresivo hace fortuna. Los competidores flaquean y los mejor dotados crecen a sus expensas. Las fortunas de hoy van a parecer miseria para la concentración de capital que se avecina.(Microsoft ya ha presentado una opción de compra sobre Yahoo. Desde luego Microsoft es la bandera a seguir).
Pero esta nueva fase de hiperconcentración del capital significará más miseria obrera. A más paro más subirá la bolsa. Pero, ¿podrá el planeta aguantar más esta deriva añadiendo más y más pobres a los más de 3.000 millones actuales?
¿Qué hacer?
La crisis humana, medioambiental, energética, biológica,... confirma la irracionalidad capitalista (tan ensalzado por los neocon de derechas y de izquierdas contaminadas). El capitalismo es un cáncer en fase terminal y exige una respuesta global.
El actual nivel de globalización de la economía hace difícil una salida "nacional" a la crisis como las que se estilaron en los años 30 donde las empresas se amparaban del estado nacional para que las defendiera.
En un mundo global las empresas perdedoras serán fagocitadas rápidamente por las mejor situadas y más agresivas.
Los estados, antes utilizados por los capitalismos nacionales hoy ya no juegan ningún papel determinante para las empresas multinacionalizadas.
¿Que papel puede jugar el estado?
Cuando el Capital lo está desfondando porque ya no sirve a sus intereses, es el momento de tomarlo y reconvertirlo en un aparato de defensa contra el Capital.
Es lo que se está intentando en Venezuela, en Bolivia y en otros países latinoamericanos. Los estados frente a las multinacionales. Confederaciones de estados contra las multinacionales. Eso ex lo que más teme actualmente el Capital.
Pero la coexistencia con el Capital lleva a un callejón sin salida. No es posible coexistir con el capitalismo, la experiencia estalinista debería servir para algo. La toma de los aparatos estatales tiene que tener como objetivo la confederación de estados hasta abarcar la totalidad del planeta.
Las políticas de empleo, de horario laboral, de retribución del trabajo, de redistribución de las rentas, de inmigración, de ayuda a los parados, de reconversión industrial, de cambio climático, de crecimiento sostenible, ect., habrán de tomarse de forma conjunta e integrada a nivel planetario a través de confederaciones y agrupaciones de estados anticapitalistas y organismos internacionales de nuevo cuño.
Habrá que luchar para reconvertir o sustituir los organismos económicos internacionales (BM, FMI, OIC, etc) para romper con la deriva de la igualación a la baja, tan estimada por las multinacionales.
Sólo la extensión del poder de las confederaciones de estados anticapitalistas (control de materias primas, materias estratégicas, de foros sociales y otros organismos internacionales podrá doblegar al Capital imponiendo impuestos a la acumulación capitalista, a los movimientos de capital y forzando la disolución de los paraísos fiscales.
En Europa habrá que redactar una nueva constitución que ponga en primer término a los ciudadanos y no a las multinacionales (como fue el caso de la rechazada por referéndum y aprobada bajo mano y con ligeros retoques este verano en Lisboa).
En fin, no será suficiente con cambiar la cámara pinchada. El mundo habrá de empezar a pensar en cambiar de bicicleta.
- Marcos (República Dominicana - USA):
Muchas personas están analizando la crisis de una manera opuesta, no es el sistema bancario el que ha causado la crisis, la crisis se ha reflejado en el sistema bancario, lo que ha producido la crisis es la super-producción, y la competencia inter-capitalista, donde los mercados de ellos mismos se han ido a lugares que son inalcanzables, el verdadero productor de la super-producción es el obrero, porque es el que produce la gran cantidad de mercancías, pero esas mercancías se abarrotaron en los mercados, y la cuota de ganancia tiende a descender, pero eso no es una indicación de que el capital se esta desplomando solo, es parte de sus leyes inherentes el entrar periódicamente en altas y bajas, así como de esta crisis, pueden también surgir una época de bonanzas entre ellos, cuando uno desplaza a el otro. Si la vasta mayoría de los trabajadores no están en condiciones ideológicas apropiadas y definido como sector social independiente es muy difícil que el capital se desplome el solo, el capital tiene que ser desplomado por los mismos trabajadores, son los trabajadores los únicos sepultureros del capital, así como también se esta haciendo algarabía de que en América Latina existe una situación pre-revolucionaria, eso es totalmente falso, en América Latina lo que se esta dando son pugilatos inter-clasistas, ente burguesías que han entrado en pugnas y quieren usar a la clase trabajadora como escudo para empujar sus programas burgueses, la clase obrera no gana nada poniéndose detrás de sus propias burguesías, al contrario, lo que podría es envolverse en el mismo carruaje del reformismo burgués y de la falsa consigna de la liberación nacional
- S (Barcelona):
Queridos amigos, no es necesario gastar demasiada tinta para confirmar que el capitalismo no tiene lamentablemente alternativa, que el tristísimo fracaso del ser humano, el único animal que presume de lo que no tiene, es cada día más notorio y que las crisis no son sino nuevos escenarios donde los líderes del mundo pueden seguir riéndose de todos nosotros.
Recibid un cordial saludo.
- Presentación
Estimados asistentes:
La preocupación por la actual situación de crisis económica mundial preocupa a muchos trabajadores y se hace necesario un debate sobre cuales son sus causas, qué salidas podría ofrecer el capitalismo, qué repercusiones va a tener sobre la vida de los trabajadores y qué respuesta podríamos desarrollar.
Ese debate YA HA EMPEZADO y lo ha hecho a escala internacional con contribuciones que nos han llegado vía Internet. Aquí pretendemos continuar la discusión. Hacemos primero una corta presentación donde sintetizamos nuestro punto de vista y una primera respuesta a las contribuciones recibidas.
Las malas noticias económicas se suceden: los índices de inflación se disparan (en Estados Unidos 2007 ha visto el peor dato desde 1990), el desempleo vuelve a remontar, los bancos anuncian pérdidas multimillonarias, las Bolsas se pegan un batacazo tras otro, los indicadores de crecimiento para 2008 son revisados a la baja...
Estos datos negativos tienen una traducción concreta en la vida cotidiana de los trabajadores: se plasman en tragedias como quedarse sin empleo, en desahucios por no poder hacer frente a las hipotecas, en nuevas presiones y amenazas en el trabajo, en pensiones que se desvalorizan y hacen de la vejez una etapa de nuevos sufrimientos... Millones de seres anónimos cuyos sentimientos, preocupaciones y angustias no son materia de noticia periodística, se ven duramente afectados.
¿Cómo comprender este nuevo episodio de convulsiones y turbulencias económicas?
¿Se trataría de una de las muchas crisis cíclicas por las que ha pasado el capitalismo a lo largo de su historia de la cual siempre lograría salir dando paso a nuevos momentos de prosperidad?
Para comprender este nuevo episodio hemos de partir de un análisis histórico y mundial y no tanto de conclusiones empíricas e inmediatas.
El siglo XIX es la época de expansión y crecimiento del capitalismo que se extiende como mancha de aceite por todo el globo terráqueo. Sin embargo, periódicamente entraba en crisis como ya lo puso en evidencia el Manifiesto Comunista Sin embargo, esas crisis cíclicas, como había nuevos territorios por conquistar, se superaban más pronto o más tarde, mediante una nueva expansión de la producción que llevaba a una extensión y profundización de las relaciones capitalistas, especialmente en los países centrales de Europa y Norteamérica. En esa época los momentos de crisis eran como los latidos de un corazón sano y las vacas flacas daban paso a una nueva etapa de prosperidad. Sin embargo, ya entonces Marx vio en esas crisis periódicas algo más que un ciclo eterno que siempre lleva a la prosperidad. Vio en ellas las manifestaciones de las contradicciones profundas que socavan al capitalismo en su propia raíz y lo precipitan en la ruina.
Con la llegada del siglo XX, el capitalismo llega a su apogeo, se ha extendido a toda la superficie de la Tierra, prácticamente todos los países se hallan bajo las leyes del trabajo asalariado y el intercambio mercantil. Con ello entró en su periodo de decadencia. Los rasgos esenciales de este periodo son, por un lado, la explosión de guerras imperialistas que manifiestan la lucha a muerte entre los diferentes Estados Capitalistas por repartirse la influencia y el control de un mercado mundial que se ha hecho cada vez más estrecho, que no puede dar salida a los apetitos de una plétora de rivales. Por otro lado, se ve una tendencia más o menos crónica a la sobreproducción multiplicándose las convulsiones y catástrofes económicas. Dicho de otra forma, lo que caracteriza globalmente el siglo XX y XXI es que la tendencia a la sobreproducción -que en el siglo XIX era temporal y se podía superar con relativa facilidad- se vuelve crónica, sometiendo con ello a la economía mundial a un riesgo más o menos permanente de inestabilidad y destrucción. De otro lado, la competencia -rasgo congénito del capitalismo- se hace extrema y al toparse con un mercado mundial que tiende constantemente a la saturación pierde su carácter de estimulo a la expansión para desarrollar únicamente su carácter negativo y destructivo de caos y enfrentamiento.
La guerra mundial de 1914-18 y la Gran Depresión de 1929 son las dos manifestaciones más espectaculares de la nueva época.
Tras la Segunda Guerra Mundial, el capitalismo, al menos en las grandes metrópolis, logró una etapa más o menos larga de prosperidad. Esa fase se fue cerrando a partir de 1967. Primero con la devaluación de la libra esterlina, después con la crisis del dólar en 1971 y la primera crisis llamada "del petróleo" en 1973. A partir de la recesión de 1974-75 se abre una etapa donde las convulsiones se multiplican. Por hacer un resumen, podemos citar la crisis inflacionaria de 1979 afectando a los principales países industriales, la crisis de la deuda en 1982, el desplome de Wall Street de 1987 seguido de la recesión de 1989, la nueva recesión de 1992-93 que conlleva una desbandada de las monedas europeas, la crisis de los tigres y dragones asiáticos de 1997 y la crisis de la "Nueva Economía" de 2000-2001.
Esta sucesión de episodios convulsos ¿podemos explicarla metiéndole con calzador el esquema de las "crisis cíclicas"?
¡Rotundamente no! La enfermedad incurable del capitalismo es la escasez dramática de mercados solventes, problema que no ha cesado de agravarse a lo largo del siglo XX y que se ha puesto de manifiesto con una virulencia inusitada a partir de 1967. Pero, a diferencia de 1929, el capitalismo actual ha afrontado la situación armado con el mecanismo de la intervención masiva del Estado que trata de acompañar la crisis para evitar un hundimiento descontrolado.
¿Cuál es la principal herramienta que emplea el Estado para acompañar el caballo desbocado de la crisis que lo arrastra bajo sus pies e intentar suavizarla, aplazarla, evitar -al menos en los países centrales- sus efectos más catastróficos?
La experiencia nos ha mostrado que dicha herramienta es el recurso al crédito. Mediante un endeudamiento que, al cabo de los años se ha convertido en astronómico, los Estados capitalistas crean un mercado artificial para dar salida, mal que bien, a una sobreproducción que no cesa de aumentar.
Durante 40 años la economía mundial ha evitado un derrumbe estrepitoso recurriendo a dosis cada vez más masivas de endeudamiento. El endeudamiento es al capitalismo lo que la heroína es a un drogadicto. La droga del endeudamiento hace que el capitalismo siga en pie, apoyado en los brazos del monstruo Estado -sea éste "liberal" o "socialista"-. Con la droga alcanza momentos de euforia donde parece que estuviéramos en el mejor de los mundos posibles, sin embargo, cada vez con mayor frecuencia, surgen los periodos contrarios de convulsión y crisis, como lo estamos viendo ahora desde agosto.
A medida que se elevan las dosis, la droga tiene un efecto menor sobre el drogadicto. Hace falta una dosis cada vez más grande para lograr un estímulo cada vez más pequeño. ¡Eso mismo está pasando con el capitalismo actual! Tras 40 años de inyecciones de la droga crediticia sobre un cuerpo perforado por los pinchazos, la economía capitalista mundial tiene cada vez mayores dificultades para reaccionar y remontar el vuelo hacia una nueva euforia.
Es lo que está pasando actualmente. En agosto dijeron que todo estaría controlado con los préstamos de los bancos centrales a las entidades financieras. Desde entonces, se ha llegado a inyectar MEDIO BILLON de euros en 3 meses sin que se haya visto efecto alguno. La ineficacia de estas medidas ha acabado por sembrar el pánico y enero 2008 ha nacido con una caída permanente de las Bolsas mundiales. Para cortar la hemorragia, en Estados Unidos, Gobierno y Oposición mano a mano con la Reserva Federal anuncian el 17 de enero el "remedio milagro" de dar a todos los hogares un cheque de 800 dólares. Sin embargo, semejante medida -que en 1991 fue muy eficaz- provoca el lunes 21 de enero un batacazo de las bolsas mundiales tan grave como el colapso de 1987. El 21, de manera urgente y precipitada, la Reserva Federal reduce ¾ de punto el interés realizando la mayor reducción desde 1984. Sin embargo, el 23 -cuando escribimos este artículo- las bolsas mundiales, salvo Wall Street, vuelven a sufrir un nuevo desmoronamiento.
Hay un problema mucho más inquietante y que está recorriendo como un tsunami la economía mundial: el despertar de la inflación. Esta, que durante los años 70 golpeó duramente los hogares humildes, vuelve hoy con una fuerza inusitada. En realidad, las trampas con el crédito, las acciones del capitalismo de Estado, no la habían eliminado, la habían simplemente aplazado. Todo el mundo teme que ahora se desboque y que los préstamos gigantescos de los bancos centrales, las bonificaciones fiscales y las reducciones de los tipos de interés no logren otro efecto que dispararla sin conseguir el relanzamiento de la producción. El temor generalizado es que la economía mundial entre en una fase llamada de "estanflación", o sea, la peligrosa combinación de recesión e inflación, lo cual para la clase obrera y para la mayoría de las capas trabajadoras significa desempleo y miseria combinados con la carestía de los artículos básicos. A este drama se añade el de, por ejemplo, más de 2 millones de hogares en USA se han hundido en la insolvencia
Son los trabajadores del mundo entero los que están pagando los platos rotos de esta política que trata de prolongar desesperadamente la vida de un sistema en bancarrota.
¿Qué ha pasado en estos últimos 40 años a nivel de las condiciones laborales y de vida de todos los trabajadores? Cuando se miran las cosas con distancia y perspectiva el balance es aterrador. Hace 40 años la mayoría de los trabajadores, incluso los de los países menos ricos, tenían el puesto de trabajo fijo, hoy la tendencia dominante es la precariedad. Desde hace más de 20 años los salarios reales de los trabajadores de los países más ricos no hacen sino decrecer o como mucho estar estancados. ¡No digamos el de los países menos favorecidos donde el salario medio apenas llega a 100 dólares!. El desempleo se ha convertido en crónico. Lo más que han logrado los estados es estabilizarlo o, mejor aún, hacerlo invisible socialmente. A base de campañas sistemáticas sobre la "reducción del desempleo" y una política feroz de atomización e individualización de los desempleados han conseguido que estos vivan su situación como un estigma horrible, se encierren en su casa hundidos en la depresión, escondan su condición pues la prédica oficial es que son unos vagos, unos inútiles o unos fracasados incapaces de beneficiarse de las maravillosas oportunidades de empleo que según la propaganda les corresponderían. ¿Y qué podemos decir de las pensiones? Hoy la generación de trabajadores que tiene 50-60 años no sabe si cobrará la pensión y en todo caso ya no será de la cuantía -no demasiado lucida- de la de sus padres. En cambio la siguiente generación -la que está entre 25 y 35 años- es prácticamente seguro que no cobrará ninguna pensión.
Esta perspectiva catastrófica se viene planteando desde hace 40 años. Sin embargo, la capacidad del capitalismo a través del Estado para acompañar la marcha hacia el abismo tratando de hacerla gradual y escalonada, ha sembrado unas ilusiones y una idea de que "esto es un ciclo eterno de crisis - prosperidad" que ha dificultado ver que detrás de esa espesa capa no había otra cosa que un agujero negro de miseria, guerra y destrucción.
La experiencia de los últimos 4 meses es profundamente aleccionadora: los gobernantes mundiales -con toda su legión de expertos y magos de las finanzas- han ensayado todo el abanico de fórmulas para "salir de la crisis". Podemos afirmar que esos trapicheos están condenados al fracaso. El proletariado, los trabajadores de todo el mundo, no podemos confiar en ellos. ¡Sólo pueden confiar en sus propias fuerzas! Tenemos que desarrollar una experiencia de lucha, de solidaridad, de debate y conciencia, para lograr -en un esfuerzo que será muy duro y difícil- la capacidad para destruir el capitalismo que se ha convertido en el gran obstáculo para la supervivencia de la humanidad. Hoy es más actual que nunca el lema que acuñó la Internacional Comunista en 1919 ¡PARA QUE LA HUMANIDAD PUEDA VIVIR EL CAPITALISMO DEBE MORIR!
De las 4 contribuciones recibidas hasta ahora que agradecemos y saludamos se desprenden algunas cuestiones de debate para las reuniones a celebrar pero igualmente para dar lugar a nuevas contribuciones:
En particular la segunda contribución muestra una descripción muy correcta de la crisis actual.
La tercera contribución plantea un problema muy justo: EL CAPITALISMO NO SE CAERA POR SI SOLO. Solo la lucha consciente y mundial del proletariado podrá derribarlo.
En la primera contribución se plantea ¿cómo organizarse tanto el proletariado como sus minorías revolucionarias?
En la segunda contribución hay a nuestro juicio una ilusión que es peligrosa: creer que sería posible una Confederación de Estados anti-capitalistas a partir de la cual se podría implantar una política social y en beneficio del ser humano.
Pero hay otra ilusión más peligrosa aún: creer que el Estado puede ser una herramienta que el proletariado y la humanidad podrían utilizar a su favor. Por eso creemos que es muy válida la preocupación de la primera contribución que insiste en la necesidad de denunciar la dictadura de la burguesía.
En fin, la cuarta contribución plantea un problema más general: ¿no habría detrás de la crisis actual del capitalismo un problema más grave y profundo que sería la crisis de la propia humanidad, el fracaso del género humano? Nosotros pensamos que el proletariado puede contribuir con su lucha -que engloba tanto el plano económico como el político, el moral, el social etc.- a superar lo que es realmente una crisis histórica de la humanidad a la que ha sido llevada por la sucesión de modos de producción basados en la explotación del hombre por el hombre y la depredación del entorno natural y que ha llegado a su paroxismo con el capitalismo.
Saludos fraternos
CCI