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Lo que publicamos a continuación es la carta que nos ha enviado un lector. Lector que es testigo directo de la brutal represión policial que han sufrido los maestros de Nantes que osaron protestar en defensa de sus condiciones de trabajo y contra las medidas disciplinarias en las escuelas previstas en el Informe Darcos. Los maestros supieron ver que tras la piel de cordero de "reducir la violencia en los centros educativos" se esconden las feroces fauces de la represión pura y dura. Represión que inmediatamente sufrieron en sus propias carnes por el "delito" de protestar contra esas medidas.
Los Maestros no han sido los únicos en sufrir en sus carnes los palos democráticos de la represión policial, como señala y saluda nuestro lector; los trabajadores de Hacienda habían sufrido la misma brutalidad policial y al ver que sus hermanos maestros eran atacados, espontáneamente se solidarizaron con ellos uniéndose a sus concentraciones. La lección que saca nuestro lector es muy importante: ¡La mejor defensa contra la represión del Estado es la solidaridad de los trabajadores!.
El miércoles 11 de Junio se manifiestan los maestros de primer ciclo ante la Inspección del Ministerio de Educación de Nantes protestando contra las medidas Darcos[1]. Mientras una parte de los manifestantes se quedan con los niños delante del edificio, otros invaden pacíficamente pasillos y escaleras para que el Inspector del Ministerio los reciba y escuche sus demandas. La respuesta del alto funcionario es inmediata.... ¡llama a la policía!.
De inmediato las fuerzas del orden hacen acto de presencia. Un cuerpo de policía especialmente violento y muy preparado para este tipo de acciones, por lo que no necesita llevar una parafernalia especial de autoprotección[2].
Sin mediar palabra la policía empuja a los manifestantes hacia la salida con un solo objetivo: cercar a los manifestantes, intimidarlos y hacerles daño. La policía empuja por las escaleras a hombres y mujeres sin el menor miramiento, sin importarles lo más mínimo que se dañen en la caída, sin parpadear ante los gritos y llantos de los que ruedan escaleras abajo. Los que desde fuera se acercan a la rampa para ayudar a sus compañeros no salen mejor parados: la policía los agarra por el cuello y les retuercen los dedos para que suelten su presa.
Así de violentamente actúa la clase dominante cuando defiende sus privilegios, esa misma clase que con atuendo de derechas o de izquierdas, desde el parlamento y demás instituciones del Estado nos habla con buenos modales, y manda a sus esbirros para apalear a unos trabajadores que tratan de defenderse de ataques injustos y repetidos.
Tras la violencia llegan las mentiras más sucias. La prensa publica un comunicado de la Prefectura de Policía en el que se afirma que en la reyerta han resultado heridos tres policías (uno de ellos tiene para 21 días de baja). ¡Aún habrá que decirles que -por su bien- peguen más flojito para no hacerse daño!. El objetivo de tal declaración no es difícil de adivinar: hay que preparar el terreno para las condenas judiciales, complemento indispensable de la violencia policial para imponer el orden y la sumisión, el miedo y la desmoralización.
Y eso es precisamente lo que hacen. A uno de los maestros, que estaba en primera fila tratando de protegerse de los golpes como los demás, lo trinca la policía, lo tira al suelo y lo inmovilizan hincando las rodillas contra su pecho y su cara antes de ponerle las esposas. Los manifestantes se dirigen hacia la comisaría al grito de "¡Samy libertad!". Por la tarde liberan a nuestro compañero pero tiene que presentarse en la comisaría el viernes a las 9 para que se le interrogue. Los maestros que están presentes en ese momento convocan por teléfono o por correo electrónico una concentración a las puertas de la comisaría. Ese viernes 200 maestros se concentran a la puerta, la solidaridad y la indignación crecen por momentos. Los 200 iniciales pronto se convierten en 300 y, por la tarde, en 600. Para hacer saber a su compañero que están ahí y que le apoyan, aplauden, gritan consignas y hacen todo tipo de ruidos con palos en una verja próxima durante horas. En los colegios los maestros se relevan, dejando 3 ó 4 para cuidar a los alumnos mientras que el resto participa en la concentración.
Los empleados de Hacienda que trabajan en el edificio contiguo deciden bajar a la calle y solidarizarse con los maestros. Uno de ellos coge el megáfono para explicar que también ellos han sido victimas recientemente de la violencia policial en las últimas manifestaciones. Los maestros aplauden calurosamente esa intervención.
Tras 6 horas de interrogatorio Samy sale exhausto del juzgado. Desde hace tiempo la policía francesa emplea métodos tan inhumanos como los de la Stasi (policía política estalinista). La presión psicológica es insoportable. A toda costa la policía quiere que confiese que ha opuesto resistencia a las fuerzas del orden, le pasan una y otra vez un video que no prueba en absoluto la culpabilidad de nuestro compañero sino todo lo contrario, la agresividad de los policías. Pero nuestro compañero se desmorona. El juez lo acusa de violencia contra las fuerzas del orden y lo envía a un correccional en espera de que se celebre el Juicio el 23 de Febrero de 2009. Si en el Juicio le condenan perderá su condición de maestro y será expulsado de la Educación Nacional.
"Violencia, mentiras y justicia" son los pilares de un orden fundado sobre la explotación y el beneficio. Un orden que cada vez de forma más explicita da la espalda a cualquier forma de humanidad.
Todos los testimonios concuerdan: las acusaciones contra Samy son totalmente falsas y desvelan la verdadera cara de la democracia burguesa. ¡Todo vale, la mentira, la brutalidad, la falta de escrúpulos!.
El aislamiento nos debilita y nos deja indefensos ante la represión. Los maestros, los empleados de hacienda y de CHU están luchando al mismo tiempo pero cada uno por su lado. Si en lugar de ir cada uno por su lado se unieran su fuerza sería enorme. La actitud solidaria de los empleados de Hacienda hacia los maestros durante el interrogatorio de Samy ha mostrado cual es la forma de defenderse eficazmente de la represión. Pero esta solidaridad no debe ser solo puntual. Para que la burguesía recule hay que unir las luchas desde el principio cerrar filas entre los diferentes sectores ya que todos estamos confrontados a los mismos ataques, presentar reivindicaciones unitarias con negociaciones publicas, controladas por las asambleas generales.
A. E.
[1] Xavier Darcos Ministro de Educación francés, alma mater del Informe, en que entre otras cosas propone, para las escuelas publicas la obligatoriedad del uniforme, hablar de usted a los profesores « para restablece la autoridad y limitar la violencia en las aulas" y según sus propias declaraciones "Vamos a dictar un edicto según el cual un alumno que se ausente muy a menudo puede ser excluido definitivamente por decisión del Director(...) El Ministerio pondrá en marcha talleres destinados a los alumnos más difíciles (...). Progresivamente, con pequeños retoques, estamos restaurando la autoridad". Si es cierto que este tipo de medidas, que asimilan un colegio público de barrio a un reformatorio, las implementa en Francia la Derecha de Zarcosy, que nadie se haga ilusiones sobre que la Izquierda, que supuestamente defiende "las libertades públicas", piensa hacer algo diferente. Así Segolene Royal, la candidata a la presidencia por el Partido Socialista francés en las pasadas elecciones y ex-ministra de educación, apoya indirectamente la obligatoriedad del uniforme cuando dice que "las estudiantes enseñan el tanga por encima de los pantalones, lo que a los ojos de los muchachos reduce a las chicas a su trasero". Por si el mensaje no quedaba claro, Darcos, se encarga de explicarlo mejor: "Si bien la represión no debe ser la única arma contra la violencia escolar, todo acto peligroso seguirá siendo severamente sancionado".
[2] En Intenet circula un video que muestra claramente la violencia del choque. (retrait.mesures.darcos.over-blog.com/article-20393355.htm) a partir del Informativo de la cadena de TV local Nantes7, del 11 junio por la tarde (la lucha de los maestros el es ultimo de los reportajes por lo que si se quiere ver la brutalidad policial hay que esperar unos cuantos minutos).