Preparativos de guerra en Irak, hipocresia de las grandes potencias

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Estados Unidos muestra claramente su determinación de desencadenar la guerra contra Irak. Cada palabra y cada acto de los miembros de la administración americana van resueltamente en ese sentido. USA no deja ninguna ambigüedad sobre su voluntad de intervenir militarmente en ese país. Esa intervención se convierte en el símbolo de la capacidad americana para imponer su liderazgo sobre el resto del mundo. Esta nueva cruzada contra Sadam, tras las intervenciones americanas en Bosnia, Kosovo y Afganistán, es su oportunidad para asegurarse una presencia directa y ejercer el control sobre sus objetivos estratégicos. Elegir Irak como objetivo le permite rematar sus maniobras de cerco a Europa al tiempo que meter mano a una parte importante de las reservas petrolíferas de los europeos.

Desde Enero 2002, con la denuncia del eje del mal hecha por Bush, Bagdag está en el punto de mira y se convierte en la excusa perfecta para justificar una nueva demostración de fuerza americana. Hace once años la invasión de Kuwait por parte de Irak sirvió para justificar la intervención masiva de la gran potencia americana y la masacre de cientos de miles de vidas humanas en nombre de “defender a la población kuwaití”. Hoy USA empuja a una guerra “preventiva”, sin apoyarse si quiera en una amenaza inmediata, esgrimiendo como argumento el “peligro hipotético”. que representa Irak. Estados Unidos se apresta a exorcizar por las armas a un Irak convertidoen la quintaesencia de todos los males de la tierra “para que el mundo seaun lugar más seguro”. Incluso se advierte a la población de que si Irak no se desarma “pacíficamente” será desarmado “militarmente”.

Hoy podemos ver como avanza el cerco a Irak, al igual que cuando la guerra del Golfo en 1990-91. 70.000 hombres de los tres ejércitos principales, superentrenados y equipados con lo último de la tecnología americana, rodean el país: por el Norte en Turquía, por el Sur en Kuwait, Bharein, Qatar, Oman, Emiratos Arabes Unidos, Arabia Saudí y Yibuti. La formación de este ejército, cuyos efectivos deben alcanzar a lo largo del mes de Enero los 150.000 hombres, es un autentico cordón militar frente al cual Bagdag no tiene ninguna posibilidad;pero además permite un control férreo de todo el Golfo Pérsico, el Mar Rojo, y una parte importante del cuerno de Africa, a la burguesía americana y británica. Ya desde antes de anunciar esta guerra, USA e Inglaterra multiplicaron las incursiones aéreas en el sur del país. Basora es un objetivo estratégico privilegiado por su petróleo, lo que no impide que lluevan bombas sobre los obreros que trabajan en ella, eso sí ¡por su seguridad! y para “salvar” a los irakís de su dictador. En nombre de esas mismas patrañas endurecen brutalmente las condiciones de los acuerdos sobre “petróleo por comida”, prohiben los antídotos de los gases tóxicos y nerviosos o los antibióticos que podrían limitar los estragos de un eventual ataque con ántrax, por ejemplo. Esos mismos perdonavidas del terrorismo son los que han perfeccionado las armas más destructoras dirigidas a destrozar, aplastar y aterrorizar a la población irakí con la excusa de llevarles las ”libertadesdemocráticas”. Para colmo del cinismo el ejercito americano ha fabricado “minibombas” nucleares que pueden penetrar dentro de los bunkers y cuyas emanaciones radioactivas serían fácilmente achacables, en un futuro, a Sadam Hussein.

Todo esto lo aprovechan los rivales de Estados Unidos para presentar al Tío Sam como el hacedor de la guerra. Con el pretexto de una oposición moral o de “principios” a la política hegemónica de los Estados Unidos, o con la excusa del estricto respeto al papel soberano de la ONU, Francia, Alemania y Rusia a la cabeza de otros muchos países, no desaprovechan ninguna oportunidad .tanto en el Consejo de Seguridad como en cualquier otro foro para mostrar sus deseos de que las aspiraciones militares de USA sobre Irak fracasen. Un ejemplo, que ilustra el antagonismo entre estos gansters imperialistas lo tenemos en las reacciones frente a declaración de Irak sobre el armamento que posee, que ha dado lugar a un rifirrafe entre USA, que acusa a Irak de mentir descaradamente y califica sus omisiones de “violación flagrante” que justifica el empleode la fuerza, y el resto de potencias que minimizan su importancia y descartan que sea una razón para desencadenar las hostilidades.

Pero la razón por la que, tanto los grandes imperialismos como los pequeños, se oponen a esta guerra no es, como quieren hacernoscreer, que están por la paz. Francia a la cabeza del concierto internacional de hipócritas y mentirosos, al tiempo que cara a la galería critica a Sadam Hussein para salir en la foto de los cruzados antiterroristas, se frota las manos por los avances hacia una solución “diplomática”, al calor de la resolución 1441 de la ONU, pues es una plataforma perfecta para relanzar todo tipo de campañas antiamericanas; campañas que tras el 11 de Septiembre había tenido que dejar en sordina. Si Francia, Alemania, Rusia, etc se oponen a la solución militar es porque, tal y como está planteada, favorece a los intereses de USA y no a sus propios intereses imperialistas, en caso contrario ninguno de ellos tendría, como lo han hecho en el pasado, el menor reparo en prender la mecha de la guerra.

En cuanto a sus pretendidas razones “humanitarias”, evitar la masacre de la población en Irak, es una gigantesca mentira. Por ejemplo al imperialismo francés no le tembló lo más mínimo la mano a la hora de echar leña al fuego en Ruanda durante la guerra del 1994, para defender sus intereses en el Africa negra, que costó la vida a más de medio millón de personas la mayoría muertas a machetazos. Por lo que respecta a Rusia mientras rechaza el “uso de la fuerza” americana en Irak, se emplea a fondo y con una ferocidad inusitada para defender sus intereses imperialistas en Chechenia a costa de un interminable baño de sangre, y demuestra su respeto a la vida humana no dudando en masacrar gaseados a los rehenes del teatro de Moscú (eso sí, para salvarlos de perecer a manos de los rebeldes Chechenos que los habían secuestrado). El imperialismo alemán no sale mejor librado de un recordatorio de sus hazañas bélicas, sin remontarse a su papel de primer orden en el desencadenamiento de las dos guerras mundiales que bañaron en sangre Europa, basta recordar su responsabilidad en el estallido de la guerra en la antigua Yugoeslavia alentando la independencia de las antiguas repúblicas para garantizarse, con su apadrinamiento de los nuevos estados, su ansiada salida al mar. Colmo de los colmos del cinismo, responsable en gran parte del incendio de Kosovo se apresta e enviar sus tropas “en misión de paz” para, aparentando sofocarlo, no quedarse fuera de la carrera por la ocupación militar del territorio. ¡Buena hoja de servicios para quien dice estar “contra el propio principio de la guerra”! según declaraciones de Donald Rumsfeld, y que cuenta con un .pacifista. al frente del Ministerio de la Guerra.

Lo que guía la acción de estos gansters imperialistas no es la paz mundial sino la defensa de sus intereses imperialistas, tanto los que juegan hoy el papel de halcones belicistas, como USA, Inglaterra y a su remolque España, como los que se presentan como palomas pacifistas. La conquista de la paz no es lo que mueve a los países que se oponen a la intervención militar americana en Irak sino su voluntad de cuestionar el liderazgo mundial americano y oponerse decididamente a él.

Por lo que concierne al proletariado mundial esta nueva guerra que se perfila en el horizonte es una manifestación de la barbarie y la destrucción a la que, el mantenimiento,del sistema capitalista conduce a la humanidad; y la respuesta verdadera a los vientos guerreros, a los atentados terroristas, a las masacres, al hambre, no esta en el coro de lamentaciones de las plañideras pacifistas, sino en la erradicación de las causas de la guerra, que son las mismas que las de la miseria y la explotación: la pervivencia de un sistema basado en la obtención de beneficio y no en la satisfacción de las necesidades humanas.

La única forma de acabar con la guerra es acabar con el capitalismo. La única forma de acabar con el capitalismo es la revolución proletaria mundial.

 Articulo adaptado de Revolution Internationale nº 330

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