Huelga y manifestación en la enseñanza en Cataluña: una expresión de la maduración de la lucha obrera

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Nuestros camaradas en Cataluña han participado activamente en asambleas y en la manifestación central de los trabajadores de la enseñanza que tuvo lugar el 14 de febrero de 2008. Para transmitir esta experiencia al conjunto de nuestra clase envían el siguiente informe.

¿Por qué los sindicatos convocan esta huelga en la enseñanza pública de Cataluña y llaman también a las escuelas concertadas a adherirse a la convocatoria?

Para entender las causas que les han conducido a convocarla y el hecho de que tanto la huelga como la manifestación hayan sido tan numerosas hay que retroceder a los últimos cursos en los que se han venido sucediendo los ataques cada vez más duros a nuestras condiciones de trabajo[1].

Empezaron con introducir la famosa "Sexta Hora" lo que significa añadir una hora diaria de clase sólo para alumnos pero que ha trastocado todo el horario laboral de los maestros haciéndolo demencial y totalmente surrealista.

Los cambios continuos de "Leyes de educación" que antes de ponerse en práctica son sustituidas por otras nuevas, con lo que supone de sobreesfuerzo administrativo y pedagógico para adaptarse a ellas tanto para los alumnos como para los maestros[2].

El goteo constante tanto de bajas como de altas de alumnos con diferentes lenguas y nacionalidades, con todo lo que supone su adaptación a la escuela sin que repercuta negativamente en el rendimiento escolar o en su adaptación social.  A ello se une el incremento de alumnos con necesidades educativas especiales y la falta de medios técnicos y humanos para atenderles.

La repercusión negativa en la escuela de la descomposición, cada vez más profunda, del tejido social, con todo lo que ello provoca: agresiones a alumnos o a profesores que son grabadas con los móviles y colgadas en youtube; familias desestructuradas; falta de motivación y pasividad..., una situación producto de una sociedad enferma y que supone para enseñantes, alumnos y familias una pesada carga de tensión psicológica y social.

Con estos antecedentes, el "Patrón", la Conselleria de Educación[3], ha presentado las "Bases" de lo que será la enésima "Ley de educación". Esto ha precipitado que tanto malestar acumulado durante años haya producido el rechazo absoluto y se vea la necesidad de oponerse firmemente comprendiendo que el único modo de hacerlo es la lucha unida y solidaria. Esta ley "futura" no significa ni más ni menos que una reconversión total del sector; un intento de enmascarar el fracaso escolar y culpar del mismo a los enseñantes a tiempo que una medida económica para paliar los efectos profundos de la crisis sobre los presupuestos de educación: lo que supone que ellos gastan menos y nosotros debemos trabajar más. También promueve la competencia entre escuelas, destruye la solidaridad entre los trabajadores y crea diferencias sociales y salariales entre ellos.

Los sindicatos, forzados a convocar estas luchas, se han visto sorprendidos por una respuesta clara y contundente de los trabajadores: la mayoría de las escuelas sin maestros y prácticamente sin alumnos a pesar de los servicios mínimos obligados (un maestro por cada cuatro unidades escolares (clases), el director y personal no docente). Manifestaciones numerosas en todas las grandes ciudades,  sólo en Barcelona hubo alrededor de  50.000 (más incluso que en las de SEAT contra los 600 despidos o las "maniprocesiones" del Primero de mayo), en las que se ha visto la clara solidaridad de los alumnos, maestros y familias que juntos se ven afectados por estas medidas y por este sistema del todo caótico, en lo que se refiere a la enseñanza, suma y sigue en todos los sectores públicos y privados.... Hay un claro temor de que lo que hay detrás del galimatías de esa prevista reforma es el recorte de presupuestos y tras de ello ataques a las condiciones de vida y trabajo de padres, profesores, alumnos y personal de servicios. Estos recortes significan un abandono progresivo de las instalaciones e infraestructuras, tanto de los colegios como de su entorno, menos servicios -por ejemplo de comedores y menos personal -tanto de enseñanza como de servicio.

Los trabajadores del sector de la enseñanza han mostrado su hartazgo por una política que les presiona para que cubran las carencias que se multiplican a base de "buena voluntad", "vocación" y echarle más y más horas. Una situación que no es privativa de la enseñanza sino que se puede ver en otros muchos sectores como sanidad, autobuses, justicia etc.

Está claro que las manifestaciones masivas que se han producido en Barcelona en las últimas semanas: las de maestros del día 14, las anteriores del personal sanitario (médicos y enfermería), de conductores de autobuses, los de la Nissan,...son reflejo del descontento de los trabajadores, de su desconfianza en las leyes que les afectan como tales, en la administración y en un futuro que ven cada vez más incierto.

Pero, al mismo tiempo, también muestran que los sindicatos[4] tratan de mantener el control sobre lo que puede venir con ese descontento generalizado que recorre la enseñanza como a tantos otros sectores y al mismo tiempo se anticipan para aislar unos de otros a trabajadores que cada día y con mayor frecuencia se preguntan ¿Hasta dónde vamos a aguantar? ¿Cuál es la realidad de las promesas sindicales, electorales y gubernamentales?

En la manifestación del día 14 aparecía gente que llevaba pancartas que no respondían a ninguna consigna de partido o sindicato y que expresaban un malestar y a la vez una reflexión. En una de ellas se podía leer  "Es impensable una escuela como debe ser para enseñantes y alumnos bajo la lógica capitalista" y otra decía: "En la manifestación estamos pero tras los sindicatos no vamos".

Por ello, estas movilizaciones no podemos verlas como un fenómeno aislado y local, que habría que encerrar en terreno estrictamente económico y sectorial. Más bien forman parte de una maduración -que está todavía en sus primeros pasos- de luchas obreras desparramadas por el ancho mundo de un capitalismo que hace aguas por todas partes y que rebosa miseria, caos barbarie y descomposición social[5].

Los sindicatos eran oficialmente los convocantes y mantuvieron en todo momento el control de la situación. Sin embargo, es preciso ver un empuje, una iniciativa, una combatividad real, de los trabajadores. Ahora bien, estas tendencias tienen que ser asumidas colectivamente por éstos y transformadas en tentativas para tomar el control de su propia lucha, arrebatándoselo a los sindicatos que mientras mantengan el timón la desgastarán, la frenarán y acabarán traicionándola. El hartazgo, la solidaridad, la iniciativa, tienen que convertirse en lucha autónoma de los trabajadores, en asambleas y manifestaciones masivas donde se afirme la unidad y se forje una conciencia común y el control colectivo de la lucha.

¡Solidaridad con todos los trabajadores en lucha!

Barcelona 27 febrero 2008


[1] Estos ataques fueron negociados con la Administración por esos sindicatos que ahora llaman a la lucha y lo hicieron sin tan siquiera -y como es habitual- permitir la apertura de un debate entre los trabajadores. Ver por ejemplo, el PNE- Pacto Nacional de Educación

[2] Estos continuos cambios en las leyes educativas revelan el fracaso del sistema de enseñanza lo cual se evidencia en numerosos países con Estados Unidos y Gran Bretaña a la cabeza.

[3] Órgano de la Generalitat de Cataluña, gobierno autonómico.

[4] Estas acciones han sido convocadas por ellos

[5] Para reflexionar sobre la situación actual de la lucha obrera internacional ver la editorial de nuestra Revista Internacional nº 132: /revista-internacional/200802/2193/por-el-mundo-entero-ante-los-ataques-del-capitalismo-en-crisis-una

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