Se acaban de publicar en los medios las conclusiones de la investigación parlamentaria sobre el accidente del 24 de julio en Santiago, y todos los grupos están de acuerdo en que ha sido una tragedia imprevista, que sin embargo podría ser evitable en un futuro si se refuerzan todas las medidas de seguridad; sin embargo un análisis crítico, no ligado a intereses partidistas ni del Estado muestra, al contrario, que se trata de una consecuencia inevitable de la crisis histórica de las relaciones de producción capitalistas y de su agravación progresiva.