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Revolución Mundial nº 108, Enero-Febrero 2009

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IV Reunión Panamericana: Resoluciones sobre la situación Nacional

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Crisis Económica

1. Los problemas económicos que enfrenta el capitalismo han tomado un proceso de aceleración en los dos últimos años, sin embargo eso no significa que la actual crisis inició en el 2007; la actual recesión económica no es sino parte del proceso de agudización de la crisis capitalista que se abrió desde fines de la década de los sesenta, y que se revela como una crisis crónica, propia de un sistema en su fase decadente. La expresión de las secuelas más llamativas de este proceso han tenido lugar en el aparato financiero, sin embargo eso no significa que se trate simplemente de una «crisis financiera», por el contrario la realidad muestra que es la profundización de la crisis general del capitalismo, en la que todas las áreas del sistema son afectadas. La clase dominante construye justificantes de la crisis que embonen con su pretensión de que el capitalismo es un sistema perfecto y eterno, de tal manera que el argumento explicativo del actual proceso es que se trata de un problema de «liquidez y pérdida de credibilidad temporal», provocado por una «mala administración». En una continuación de este argumento, aunque intentando darle un toque «crítico», la misma burguesía a través de sus diversos intérpretes y voceros, afirma que se trata de una crisis del «neoliberalismo», lo cual abre la posibilidad de encontrar «políticas alternativas» sustentadas en una participación mayor del Estado, alentando así a los trabajadores a tener esperanzas en la democracia y los gobiernos -como el de Barack Obama en los EUA, o los de izquierda en AL- que se preocupan por construir los instrumentos e instituciones que controlen al «mercado especulativo».

2. La aceleración de la crisis económica marcada por las quiebras de instituciones hipotecarias y bancarias, la caída profunda de las bolsas de valores del todo el mundo, pretende encontrar una solución mediante la intervención de los Estados «rescatando» a estas estructuras. De la misma forma los planes de despidos y los urgentes créditos que los bancos centrales conducen para el apuntalamiento de la industria, hacen ver la preocupación que la burguesía tiene para que la crisis no tome tintes «dramáticos» como en 1929, sin embargo, el hecho de que la expresión de las secuelas sean administradas no evita que la crisis que vive hoy el capitalismo tome dimensiones cualitativamente más graves. Los acontecimientos recientes, aún cuando exponen la gravedad de la crisis, hacen notar que la burguesía en todas las regiones toma las enseñanzas que le dejó 1929 para administrar las secuelas y evitar un colapso general.

3. La intensa actividad del Estado para enfrentar los efectos de la crisis en el período actual no es un aspecto opuesto radicalmente a las medidas liberales y privatizadoras, liberalismo y proteccionismo son políticas complementarias que forman parte de las medidas que corresponden al capitalismo de Estado, que es la forma que la burguesía ha utilizado para organizar al sistema en su fase de decadencia (abierta en 1914). Esta forma de organización no ha dejado de estar presente aún cuando los discursos liberales de la clase dominante hacen creer que el Estado había dejado de tener el papel principal en la conducción y ordenamiento de la explotación.

4. A diferencia de procesos recesivos que tuvieron lugar en años anteriores, lo más fuerte de los disturbios económicos está tomando lugar en los países industrializados (EUA, Inglaterra, Alemania...) eso no significa que sea un fenómeno local. El sistema capitalista es el primer modo de producción que engendra sus crisis no por escasez, sino por exceso de capital y mercancías, pero además al haber expandido su dominio por todo el planeta, hace que la crisis se manifieste no como un fenómeno regional, sino de dimensión internacional, extendiendo todas sus secuelas sin dejar ninguna región a salvo. No obstante, hay que considerar que si bien la crisis en su avance va quebrando bancos y paralizando fábricas, ante todo extiende y profundiza la degradación de las condiciones de vida del proletariado y de las capas de oprimidos.

5. El peso de la inflación (que amenaza con desatarse), los despidos, la afectación a salarios y pensiones, así como el incremento de los ritmos de trabajo, son aspectos que por todas partes del planeta se presentan, degradando aún más las condiciones de vida de los explotados, pero este golpeo también abre la posibilidad de respuestas obreras.

La crisis al exponer las contradicciones del sistema, desnuda en toda su dimensión el hecho de que el capitalismo es un sistema que se basa en la explotación, y sustenta la riqueza de la burguesía en la miseria de los trabajadores. Por eso la respuesta que los Estados organizan para limitar los efectos que la crisis tiene sobre la ganancia, no son sólo medidas de «rescate» a través del accionar del crédito de los bancos centrales y el uso del gasto de gobierno, sino fundamentalmente son aumentos de cargas contra los asalariados y capas oprimidas que los sume en una mayor miseria, pero también anima la reflexión y ahonda el coraje que conduce a la toma de conciencia y a la movilización.

6. Las secuelas recesivas que abaten al sistema se repiten en cada región. En América Latina la agudización de la crisis hace que los problemas se presentan con mayor dureza dada la fragilidad que tienen estas economías, por más que todos los gobiernos declaren haberlas «blindado». Por ello las respuestas contra los trabajadores suelen ser más brutales, repitiéndose los mecanismos de golpeo por gobiernos de derecha e izquierda (presentes en Cuba, Bolivia, Brasil, Venezuela...), poniendo de manifiesto que las políticas de todos gobiernos responden a la misma necesidad: salvaguardar al sistema capitalista. No resulta extraño que las medidas que afectan drásticamente a las jubilaciones de los trabajadores se apliquen en forma casi idéntica en Chile, Brasil, México, Bolivia y Cuba. Por eso los planteamientos de los gobiernos reunidos en el G20, lo mismo que las «soluciones alternativas» (sustentadas en proyectos como el ALBA), son construcciones de los Estados nacionales para poder administrar la crisis, pero son incapaces de solucionarla, menos aún, tienen en su preocupación hacer menos grave la carga de los explotados, por el contrario, esas supuestas medidas «anti recesión» buscarán cargar sobre las espaldas de la clase obrera el peso de la crisis y en estos ataques, derecha e izquierda se verán unidas en el actuar, coincidirán en sus medidas como nunca antes en la historia.

7. La agudización de la crisis en México resalta de manera inmediata las dificultades y quiebras de empresas comerciales e industriales, obligando al Estado, como en el resto del mundo, a definir políticas de apoyo para éstas, en las que se repite el desgastado instrumento del crédito, pero además y fundamentalmente arrecian los ataques en contra de los trabajadores. Si de manera constante el desempleo y los empleos precarios son una carga que afecta la vida de los trabajadores, ahora, con la profundización de la crisis este problema se acrecienta, en tanto que el grueso de capitalistas, sin importar si están dedicados a las finanzas, al mercadeo o a la producción, preparan despidos, afectaciones directas al salario mediante su congelamiento, la retención de éstos e incluso al aplicar los «paros técnicos» contraen directamente en importante proporción los montos salariales.

Lucha de clases

8. La agudización de la crisis económica hace que los ataques a las condiciones de vida de los trabajadores sean mayores, haciendo con ello crecer el descontento, lo cual anima (aunque no de forma mecánica) su combatividad y conciencia. Desde 2003, con las movilizaciones en Francia y Austria, percibíamos que la lucha de clases presentaba un giro que expresaba una ruptura en el reflujo y que se confirmaba en:

- El desarrollo de minorías al interno de la clase obrera en búsqueda de perspectivas revolucionarias. Nuestra Resolución sobre el giro de la lucha de clases (junio 2004) resaltaba que: «...se va confirmando, en el seno de la clase, un proceso de reflexión profunda, aunque hoy todavía subterráneo, lo cual se plasma, entre otras cosas, en algo que se confirma más y más: la aparición de toda una serie de elementos y grupos, jóvenes muchas veces, que se acercan a posiciones de la Izquierda comunista.»

- La conducción de movilizaciones importantes en las que la fuerza solidaria de los trabajadores ha quedado expuesta, bien podemos referir las movilizaciones de estudiantes en Francia durante el 2006 (contra la ley del primer empleo), destacando su importancia por definir sus reivindicaciones con un carácter de clase e impulsar la solidaridad intergeneracional. Esta misma tendencia ha sido confirmada por las huelgas obreras salvajes de Dubai (Emiratos Árabes) en 2006-2007, y las diversas expresiones de trabajadores en EUA, Alemania, España y las mismas revueltas del hambre que han tenido lugar en países de la periferia como Haití.

9. La gravedad de la crisis hace que la burguesía en todos los países tienda a atacar a los trabajadores bajo similares estrategias, lo cual marca la tendencia a que se presente una simultaneidad en la manifestación de la combatividad (lo mismo en los de mayor industrialización como en los de menor), abriendo las condiciones materiales para la huelga de masas. Esta manifestación de descontento evidente no sigue un avance sin interrupciones, la burguesía se mantiene vigilante para desviar el descontento utilizando para ello su aparato de izquierda y la estructura sindical.

10. En México las trampas que la burguesía prepara o fortalece para adelantarse a posibles descontentos sociales se concentran en la continuación de la campaña chauvinista impulsada a través de López Obrador, y que en un principio se centró en la defensa de PEMEX y que ahora se extiende hacia la defensa de la economía nacional. Por otra parte la estructura sindical ha procurado que las expresiones de descontento se pierdan en el impulso de luchas por la democracia sindical, logrando con ello que las reivindicaciones por la defensa de las condiciones de vida de los trabajadores queden sometidas a una falsa idea de que esa estructura, que la clase dominante ha convertido en un engrane más de su maquina de opresión, puede cambiar su esencia con el sólo hecho de cambiar a los individuos que forman la dirigencia.

11. Algunos hechos relevantes de los cuales los trabajadores deben de sacar las lecciones para incorporarlas en sus futuros combates, son las trampas que la estructura sindical ha llevado a cabo. Por un lado se encuentra la trampa a la que se ha tendido al magisterio en el estado de Morelos. Ante la imposibilidad de detener el descontento que ha generado el proyecto gubernamental que incrementa las cargas de trabajo de los profesores de nivel básico, llamado «Alianza por la Calidad Educativa» (ACE), el sindicato, desde su variante «de base», empuja hacia la huelga procurando que se presentara en condiciones de aislamiento. Aunque en un inicio logra despertar la solidaridad entre la población trabajadora, el mismo encerramiento en que el sindicato mantiene a la huelga, hace que se esa solidaridad se esfume. El centro de la trampa es impulsar la formación de un sindicato de base para limpiar la desprestigiada imagen de la estructura sindical oficial. Usando un lenguaje «radical» y de «crítica» este sindicato de base logra bloquear la combatividad conduciéndola hacia acciones aisladas y provocadoras, impidiendo que los trabajadores tomaran la lucha en sus manos y la extendieran hacia otros sectores, ahogando así a las movilizaciones y favoreciendo la represión.

Otro aspecto que debe ser tomado para la reflexión de los trabajadores es la trampa montada para impedir que continuaran y maduraran las manifestaciones masivas de repudio a la «ley del ISSSTE» (que afecta de forma aguda las condiciones de pensión y jubilación de las generaciones en activo y las futuras). El mecanismo usado en esta ocasión fue el impulso de «amparos jurídicos», con la idea de transformar el problema general de los trabajadores en un problema individual, en el que la fuerza de la unidad y la solidaridad de los trabajadores es combatida directamente por el sindicato, extendiendo la idea de que la esperanza de los asalariados se encuentra en la pericia del abogado contratado y la buena voluntada del aparato jurídico.

12. La gravedad de la crisis y el aumento de los de ataques contra los trabajadores, combinados con las trampas de la izquierda del capital y el aparato sindical, exige la presencia de la minoría revolucionaria, llevando argumentos claros para reflexionar que el sistema capitalista no tiene solución a sus penurias, y también precisa que con paciencia y claridad se denuncien las trampas que la burguesía lleva a cabo para impedir que el coraje, la combatividad y la conciencia de los trabajadores se concrete en movilizaciones.

Conflictos inter-burgueses

13. El proceso de descomposición, que se ve alimentado por el desarrollo cada vez más agudo de la crisis, hace que las dificultades de la burguesía por alcanzar una cohesión se acrecienten. Sin duda la pugna enfrascada alrededor de la droga sigue siendo el problema que más divide a la clase en el poder, dado que las bandas mafiosas hacen cada vez más evidente su relación con grupos específicos del Estado. Si bien no es fácil conocer todas las conexiones ocasionales o continuas existentes entre los grupos de la mafia y el resto de las fracciones burguesas, hay los suficientes argumentos y elementos de juicio para entender que el narcotráfico se encuentra enraizado en las estructuras del Estado, y representa una actividad burguesa más, en la que se expresan las diversas diferencias de esta clase como en cualquier otro escenario que pisa (político o económico), sólo que en este se exponen (por la misma condición de la mercancía con la que trafican) de manera salvaje.

14. El atentado del 15 de septiembre, en el que se lanzan granadas de fragmentación en contra de una masa inerme, que mata y hiere a decenas de personas sin ningún motivo aparente, abre un proceso de avance cualitativo de la descomposición en la región, no sólo por la actuación descarada y criminal de la burguesía, sino fundamentalmente por la muestra de una pérdida importante de autoridad del gobierno para imponer un control, ya que no logra cohesionar y ordenar el accionar de los diferentes grupos, pero además abre la práctica de utilizar como rehén a la población civil para presionar a su oponente. No se puede saber de forma exacta los motivos que llevaron a cometer este atentado, bien pudo ser un ataque fallido hacia un personaje del gobierno de Michoacán, un acto de advertencia mostrando su capacidad de fuerza, o bien un atentado preparado, de provocación, para presionar por una mayor autonomía a las fuerzas militares, no obstante, lo que es cierto es que el Estado ha utilizado bien este acontecimiento, no sólo como medio de propaganda para llamar a la unidad nacional (es decir la unidad de los trabajadores con sus explotadores), sino para extender un ambiente de miedo y pretextar una extensión de la militarización. A partir de esto, incrementa las dosis de gasto hacia el ejército y amplía los operativos militares, los cuales habían ya extendido el terror violando a mujeres, asesinando a cualquier civil que no acatara sus órdenes, invadiendo casas con el pretexto de búsqueda de droga o mafiosos: Ahora se expande su responsabilidad interviniendo directamente en la represión de manifestaciones sociales (como lo hizo contra los profesores de Morelos).

15. Otro de los frentes en los que es notorio el avance de la descomposición y por tanto la agravación para alcanzar una cohesión de la clase dominante, es en la ruptura existente en el interior de sus partidos.

Es de destacar el resquebrajamiento del PRD, ya que éste fue un verdadero esfuerzo de la burguesía por integrar en el engranaje estatal a su fuerza de izquierda, no obstante las dificultades de la misma clase dominante ha llevado a que el PRD se divida, haciendo que una tendencia (conocida como «los Chuchos») se acerque a fuerzas del gobierno, lo que hace que su careta de fuerza crítica se deslave, obligando a sectores de la burguesía a plantearse la necesidad de reconstruir a su grupo de izquierda, para ello toman como base a López Obrador, que ya se encamina a integrar ese partido, que pueda ponerse «más a la izquierda» y que cumpla el papel de contenedor del descontento de los trabajadores, ya que estando el PRD en manos de «los Chuchos» es difícil que cumpla esa tarea dado su desprestigio. Es posible que el PRD se mantenga unido hasta el proceso electoral del 2009, en tanto que cada grupo busca acomodarse mejor, pero es evidente que la ruptura tendrá que definirse en camino hacia las votaciones del 2012. Esta ruptura puede ser una debilidad para la burguesía en tanto pierde un engrane importante de su mecanismo de control político y es cierto que puede encontrarse mal colocada en un momento en que se agudiza la crisis y requiere de una izquierda que logre contener el descontento, por ello, ante el surgimiento de respuestas obreras, se puede precipitar la ruptura para la reconstitución de la izquierda del capital.

Noviembre 2008

 

Situación nacional: 

  • Mexico [1]
  • Elecciones [2]
  • Lucha de clases [3]
  • Conflictos interburgueses [4]

Vida de la CCI: 

  • resoluciones de Congresos [5]

La agudización de la crisis muestra que el capitalismo solo ofrece mayor explotación y miseria

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El sistema capitalista está sustentado sobre la explotación del trabajo asalariado, la burguesía no podría contar con la producción ni podría tener ganancias sin la explotación de la fuerza de trabajado de los millones de proletarios del mundo. Nunca antes la humanidad había conocido un sistema capaz de desarrollar tal cantidad de riqueza, pero esta riqueza producida no sólo tiene la característica de ser totalmente ajena a su productor verdadero: el trabajador, sino además sucede que cuanto más crece la economía más se precipita a la crisis capitalista. Mientras en las sociedades del pasado la crisis provenía de la escasez, en el capitalismo ésta proviene del exceso, es decir de la sobreproducción. Pero si en el siglo XIX, durante su fase de ascenso, el sistema al crecer podía ofrecer mejoras duraderas a la clase obrera, a partir de la entrada a su fase de decadencia (1914) el capitalismo, al revelar de forma más aguda sus propias contradicciones, no puede ofrecer sino mayor explotación y miseria. Así, la clase obrera en la actualidad se enfrenta a un sistema que lleva cuatro décadas en crisis y no ve la menor posibilidad para que ésta termine. Durante los últimos cuarenta años hemos escuchado discursos que afirman haber encontrado la solución a la crisis: en los «mercados emergentes» (llamadas así a las regiones de menor industrialización), en la apertura comercial (creando zonas comerciales o monetarias especiales), en la liberalización económica (privatizando y creando «nuevos instrumentos» de especulación), y todo estos sueños han tenido el común denominador de estar sostenidos e impulsados por el CRÉDITO, que si bien puede esconder momentáneamente algunos efectos, pronto se convierte en un problema mayor al expandirse la insolvencia.

La crisis iniciada a fines de los sesenta, en vez de encontrar una salida, cada día toma mayor profundidad, por eso la burguesía en sus ansias por salvar sus ganancias agudiza sus ataques en contra de los trabajadores, de manera que en cada proceso de agudización de la crisis se ve avanzar la degradación de vida de los asalariados. Los trabajadores ya lo viven de forma directa al ser víctima (o estar en amenaza constante) del desempleo, así mismo lo sufre con el congelamiento de los salarios, con el incremento de los precios, con la afectación de las jubilaciones y con las intensidad del trabajo que se impone lo mismo en fábricas y minas, que en hospitales, escuelas y oficinas.

¿Intervencionismo o liberalismo?: falsa disyuntiva para los explotados

Hay una serie de secuelas que ponen en evidencia la gravedad de la crisis. Los capitalistas de todos los sectores de la economía amenazan con recortar personal para los próximos años, aunque en la construcción, la industria textil, automotriz y manufacturera ha iniciado ya con los despidos, de la misma manera el salario que se anuncia para 2009 demuestra que se busca congelarlo bajo el estúpido pretexto de que su crecimiento generaría inflación. Este mismo argumento es el que por años han utilizado para no incrementar salarios, y en cambio la inflación para 2008, que el banco central esperaba cerrar en 3%, termina en 6.23% (que además es una cifra maquillada y muy lejos de la realidad), y dada la afectación de la ganancia capitalista, se entiende que se incrementará el próximo año, en tanto que la congelación de salarios (como se ve con el ridículo aumento del salario mínimo en 4.6%, es decir 1.66 puntos porcentuales por debajo de la inflación) y el aumento de precios se vuelve una medida muy utilizada por la burguesía para apropiarse de una masa mayor de la plusvalía que los trabajadores han generado.

Aún cuando las secuelas recesivas se aceleran, la secretaría de Hacienda en México tiene el descaro de negar el avance de la crisis, mientras el mismo gobierno de los EUA reconoce que la recesión empezó desde diciembre de 2007, el gobierno mexicano rechaza que tal situación este presente en México e incluso niega que exista en EUA. Pero si esto lo hace en el discurso, en los hechos, como el conjunto de Estados, se prepara a defender la ganancia de los capitalistas cargando los efectos de la crisis sobre las espaldas de los trabajadores.

La clase dominante siempre negará que su sistema está marcado por la crisis y para ello no sólo utiliza el discurso simplón de fingir que no pasa nada, los efectos mismos que la clase obrera resiente y las quiebras de empresas de todo tipo terminan por mostrar su falsedad, por ello para retinar el engaño utilizan los llamados a la unidad nacional, a ser más productivos, a ser egoístas y a estar dispuestos a aplastar al colega para sobrevivir, un ejemplo claro de este discurso lo encontramos en el llamado de López Obrador cuando en sus «Carta a la opinión pública» (La jornada, 9-09-08) además de convocar a salvar a la economía nacional, dice a los trabajadores con una fingida preocupación: «Esmérate en tu trabajo, porque habrá más competencia y despidos»...

Pero además la burguesía desarrolla ideas falsas para entrampar la reflexión de los trabajadores e impedir que tomen claridad del significado del capitalismo. Así, una de la polémica tramposa que utiliza para encubrir la esencia del capital, es oponer los tipos de política llevados a cabo por el Estado, suponiendo que algunas prácticas son perversas, mientras que otras tienen efectos virtuosos para el colectivo social: de manera que presentan un esquema donde las políticas neoliberales serían la expresión de un «mal gobierno» y por tanto causantes de la crisis, mientras que otras, como las intervencionistas, supondrían que llevan una preocupación por el beneficio colectivo. Pero ese discurso aún cuando puede estar expresando las diferencias entre las fracciones de la clase dominante, tiene como fin el hacer que los trabajadores tomen partido por un tipo de política y olviden así que tanto intervencionistas como liberales son medidas que, dependiendo el momento, ayudan a proteger la ganancia capitalista y a fortalecer las cadenas de dominio del capital sobre la clase trabajadora.

Es falso que exista una diferencia sustantiva entre el intervencionismo y el liberalismo, en ambos tipos de política el Estado se encuentra ordenando y dirigiendo la explotación y opresión, en ambas formas es el Estado el que comanda la actividad económica; un simple ejercicio puede ayudamos, por ejemplo, preguntémonos: ¿Quién dirigió y definió la forma de las privatizaciones? ¿Quién define y lleva a cabo las políticas durante el neoliberalismo? ¿Quién controla y regula el comportamiento de los países a través de los tratados comerciales regionales (como lo es el TLC)? La respuesta es el Estado. Y si se piensa que hay otra razón de actuación durante la aplicación del intervencionismo, preguntémonos nuevamente: ¿Quién se benefició de las nacionalizaciones y estatizaciones? ¿Dejó de existir la explotación con estas políticas?... Es fácil percibir que el Estado aplicando cualquiera de sus políticas tiene como centro de atención salvar la ganancia capitalista y asegurar el sometimiento de los explotados. Por eso el capitalismo de Estado se vuelve la forma que toma el sistema a partir de principios del siglo XX, para buscar su perpetuación.

De manera que si la crisis es expresión del mismo capitalismo, los trabajadores para enfrentarla NO pueden ni deben unirse con la burguesía, ni ser más productivos, sumisos y competir con sus hermanos de clase, la única salida que tienen es la lucha, en la que unifiquen sus fuerzas con todos los trabajadores en activo y en desempleo que sufren los ataques y degradan sus condiciones de vida. Pero para que esta pueda expresar todo su poder deberá de pasar por encima y en contra de los sindicatos y los partidos de la burguesía, de todos los colores y caretas, que buscan encasillar el descontento en la imploración de «mejores» gobernantes o «mejores» políticas. La crisis pone al desnudo que el capitalismo no puede ofrecer sino mayor explotación y miseria, pero también revela de forma más clara que la única salida se encuentra en su destrucción, y el proletariado es la única clase que capaz de hacerlo y sobre sus ruinas construir una verdadera comunidad humana.

 

Tatlin/Diciembre-2008

 

Noticias y actualidad: 

  • Crisis económica [6]

La clase obrera está respondiendo ya a la crisis del capitalista

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La "crisis financiera" es el pan de cada día de los medios burgueses de comunicación. Todo el tiempo se encargan de opacar el movimiento internacional de la clase obrera, la única clase que tiene una solución a la crisis.

La Organización Internacional del Trabajo (OIT) ha dicho que los salarios en los países industrializados bajará 0.5% durante 2009. Una investigación del Informe Global de salarios del 2008/9 muestra que por cada caída del 1% en el Producto Interno Bruto (PIB), los salarios en promedio caen un 1.55%. La recesión golpea más fuerte a los trabajadores. El director general de la OIT admitió que "Para 1.5 billones de asalariados, los tiempos difíciles están por delante". En detalle "El desarrollo económico lento o negativo, combinado con costos altamente volátiles de alimentos y energía, erosionarán los salarios reales de muchos trabajadores, particularmente los de salarios más bajos." Además la OIT predice que la crisis financiera global dejará, por lo menos, 20 millones más de desempleados. Ya en noviembre la economía de Estados Unidos eliminó 533.000 trabajos, la pérdida mensual más grande de trabajo desde 1974; y a la hora de escribir esto, las "tres" compañías automotrices más grandes en los EU (Ford, GM y Chrysler), al borde de la quiebra, han acudido con la gorra en la mano a Washington, para pedir el auxilio del gobierno. Para noviembre, en Gran Bretaña, las cifras del desempleo son las peores que ha habido en 11 años. Y es la misma historia para el resto del mundo.

Para la clase obrera la crisis llegó desde mucho antes de que los bancos comenzaran a colapsarse y los mercados entraran en pánico. Los trabajadores han estado luchando ya contra el impacto de la crisis económica durante los cinco años anteriores. Estas luchas no son todavía masivas, pero ya son significativas al enfrentarse a las maniobras de los sindicatos y la represión del Estado.

¿Quién controla la lucha?

En Italia, el plan del gobierno para cortar más de 130.000 trabajos en el sector de la educación (dos tercios de las actuales plazas de profesores) ha generado una oleada de protestas de varias semanas entre octubre y noviembre. Había cientos de ocupaciones de escuelas y universidades, cientos de manifestaciones, todo tipo de reuniones, y alumnos que tomaban sus lecciones en lugares públicos y abiertos a todos. A pesar de las acusaciones del gobierno que de que éste era un complot de la izquierda, las protestas no fueron dirigidas por los tradicionales partidos de oposición. Las ocupaciones implicaron tanto a profesores como alumnos. Las manifestaciones atrajeron a padres, profesores, estudiantes y a otros trabajadores. A fines de octubre hubo una manifestación masiva en Roma. Incluso teniendo en cuenta las exageraciones de los organizadores de la manifestación (que hablaban de más de un millón en la calle) éstas atrajeron a cientos de miles de personas de muchísimos sectores.

Junto a las protestas ha habido huelgas en otros sectores, privados y públicos. Particularmente, a principios de noviembre, una huelga nacional del transporte de un día que se extendió a trenes, autobuses y el metro. También ha habido huelgas no oficiales del personal de Alitalia. Como decía un artículo en el International Herald Tribune (11/11/8), sobre la agitación en la línea aérea en quiebra: "Los sindicatos mismos se han deslindado de la huelga." Un analista académico de la aerolínea ha opinado: "Mi sensación es que estas huelgas salvajes son semi-espontáneas y producto de una pequeña minoría, lo que parece indicar que los diversos sindicatos cada vez tienen menos control sobre sus miembros." Aquí hay un reconocimiento franco de que 1. la función de los sindicatos es controlar a los trabajadores y no luchar para ellos, y 2. que cada vez es más difícil para ellos ejercer ese control. Esto describe una situación que no es única a Italia y que tiene relevancia mundial.

Los sindicatos administran la crisis

600.000 trabajadores han participado en una serie de huelgas, manifestaciones y reuniones de balance en Alemania a principios de noviembre. Las acciones no conjuntas, en lugares dispersos, separados por empresas y en diferentes días, ha dividido las energías de los trabajadores obstaculizando la posibilidad de una lucha unida. Esta forma de dividir se debe al sindicato de IGMetall, en su estrategia de negociar antes con los patrones, lo que podría afectar a 3.6 millones de trabajadores. IGMetall amenazó con una huelga total con una demanda de aumento de 8 por ciento, pero en un plazo repartido en 18 meses que da 2.1% de aumento a partir de febrero siguiendo otro 2.1% a partir de mayo. Una vez limitado el potencial de las luchas de los trabajadores, "Berthold Huber, secretario general de IGMetall, dijo que el resultado era «justo» dada «la situación históricamente difícil»" (Financial Times 12/11/8). Pero la recurrente súplica de la burguesía para que los trabajadores se sacrifiquen por la "difícil" situación del capitalismo seguramente va a desgastarse pronto.

Haciendo eco de las protestas en Italia, a mediados de noviembre 100,000 estudiantes salieron de clases y se unieron a manifestaciones de protesta en 40 ciudades alemanas. La cólera por las condiciones en las cuales trabajan (clases con salones atestados, insuficientes profesores, la presión intensa de los exámenes, etc.) demuestran que el sistema educativo no ha tenido éxito para prepararlos a aceptar pasivamente sus futuras condiciones cuando trabajen por un salario.

Luchas a través de Europa

Durante octubre hubo una oleada de huelgas en Grecia. Culminó con una huelga de un día a nivel nacional que incluyó al sector público, el transporte, etc., así como cientos de miles de trabajadores del sector privado. Todavía dominadas por los sindicatos, las demandas van desde las que afectan directamente a los trabajadores (pagos, pensiones), hasta aquellas cuestiones alrededor de las cuales la clase dominante construye campañas, como las privatizaciones y el rescate de los principales bancos. Es significativo que había también una huelga general de los trabajadores de las tiendas de autoservicios al día siguiente. Aunque una vez más los sindicatos todavía dividen y dominan.

Hubo también una oleada de ocupaciones de escuelas, aproximadamente 300, a través de Grecia durante octubre. El gobierno disputó la legalidad de las ocupaciones y arrestó a estudiantes implicados en las manifestaciones. Protestas similares han estado apareciendo desde que la nueva legislación fue introducida en 2005.

En Francia durante noviembre hubo una huelga de 4 días en Air France, y una huelga nacional de trenes de 36 horas.

Durante octubre hubo una huelga a nivel nacional en Bélgica que afectó a varios sectores que protestaban por el alza de precios.

China no es la excepción

Alguna vez hubo la absurda especulación de que la economía china podría rescatar al resto del capitalismo mundial, o por lo menos soportar la crisis que se profundizaba. En realidad, una economía tan exportadora estaba destinada a sufrir cuando sus clientes comenzaran a dejar de comprar. Lejos de permanecer a distancia de la crisis financiera, a mediados de noviembre "China reveló un paquete fiscal de estímulos enorme diseñado para prevenir un sobresalto de su economía el año próximo." (Financial Times 10/11/8). Esto consiste en un paquete masivo de proyectos dirigidos a aumentar la demanda interna ante el declive de las exportaciones. Se trata de medidas muy semejantes a las introducidas por los estados en Europa y EU y que tienen un valor cercano a un quinto del PIB chino

En octubre el Financial Times (29/10/8) reportaba que "los signos de que la economía China podría enfriarse más aprisa de lo esperado aumentan, con una cadena de grandes compañías industriales que anuncian el recorte de la producción esta semana." Esto, a su vez, se debe poner en el contexto de la estadística oficial para la primera mitad del año que admitió por lo menos 67.000 cierres de fábrica. Esto podía fácilmente llegar a seis cifras antes de fin de año. Sin importar que el Ministro chino de Recursos Humanos y Seguridad Social haya declarado que la situación del empleo en China es "severo", existen millones que abandonan el campo para emigrar a las ciudades.

Éste es el verdadero estado de la economía y ya ha habido respuestas extensas.

"China ha llamado a la policía para asegurar la estabilidad en medio de la crisis financiera global después de que miles de personas atacaran a la policía y las oficinas gubernamentales en una ciudad del noroeste ante el malestar ocasionado por un plan para reubicar a los residentes. Después de décadas de desarrollo económico sólido, China está batallando mucho mientras la demanda para sus productos desciende y ocasiona cierres de fábricas, estallan las protestas y crece el temor del malestar popular." Ya ha habido "protestas de trabajo en las principales regiones de exportación del país, donde miles de fábricas han cerrado estos últimos meses, y temen que la crisis financiera global podría provocar un malestar popular más amplio (Reuters 19/11/8).»

Hoy en China hay protestas en contra el alza de precios y del desempleo. Con las futuras pérdidas de empleo que se pronostican ya en millones, es fácil ver porqué el Estado chino se preocupa por las perspectivas de la estabilidad social. El hecho de que la policía es su única opción muestra que el capitalismo chino no espera una respuesta económica a los efectos de la crisis global, y tendrá que recurrir, como de costumbre, a la represión contra las luchas de los trabajadores. Eso no impide que la clase dominante permita el desarrollo de sindicatos "independientes", ya que estos serían más eficaces que los sindicatos oficiales para controlar el descontento social.

La crisis del capitalismo es mundial. Pero también la respuesta de la clase obrera. Lo que es sumamente necesario es que los trabajadores tomen conciencia de la dimensión y el significado verdadero de sus luchas, pues ellas contienen las semillas de una alternativa mundial a este orden social que se tambalea.

Car  6/12/8

 

Noticias y actualidad: 

  • Lucha de clases [7]

La “revolución de febrero” de 1917: las peligrosas ilusiones de unidad y democracia

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La burguesía presenta la Revolución de febrero en Rusia como una auténtica «fiesta democrática» violentado por el golpe bolchevique de octubre visto este como un golpe de Estado «contra la voluntad popular». Y esto es así porque en febrero la clase obrera conquistando el poder político lo entregó a los partidos más vacilantes del movimiento obrero y campesino que ya estaban en franco salto al campo de la burguesía, y con ello lo entregaron a fuerzas plenamente burguesas; mientras que en octubre sucedió lo contrario, fueron los trabajadores y impulsados por su partido bolchevique pero a través de los Soviets quienes organizaron política y militarmente la toma del poder destruyendo el gobierno e instituciones del poder burgués.

Por tanto es de vital importancia entender el peligro democrático para el movimiento revolucionario representado en los eventos de febrero de 1917.

 

Las masas crean el soviet y derriban el zarismo

A principios de 1917 continuaban en Rusia las manifestaciones de trabajadores contra la carestía de la vida provocada por la guerra y que se desarrollaron también en otros países generando una oleada revolucionaria internacional que llego a tocar África y América.

Todos los grupos y partidos políticos pero fundamentalmente bolcheviques desarrollaban una intensa campaña de agitación, formando círculos de discusión y comités de lucha que tomaron un papel importante en los meses siguientes.

En enero se conmemoró la revolución de 1905[1], más tarde ante el anuncio de nuevos racionamientos, frente a los negocios de comestibles se concentró una gran muchedumbre, pidiendo pan a gritos. El 20 de febrero (5 de marzo[2]) fueron saqueadas las panaderías en distintos puntos de la ciudad.

En este ambiente de agitación, el 23 de febrero (8 de marzo) hubo manifestaciones conmemorando el Día de la mujer obrera pero fueron rebasadas por las propias mujeres trabajadoras de Petrogrado quienes estallaron una huelga que a lo largo de 3 días se convirtió en una gigantesca huelga de masas, donde las manifestaciones callejeras, intensificaron el contacto con las tropas, y resistieron los primeros intentos de represión, que dejaron varias decenas de muertos.

El 27 de febrero (12 de marzo) los obreros se mezclan con los soldados que se habían amotinado la noche anterior tomando prisioneros a los oficiales, y crean el soviet de Petrogrado, mientras tanto la Duma[3] junto con algunos generales del ejército, para salvar al país de la revolución, obligó a abdicar al Zar Nicolas II.

 

Febrero, las ilusiones democráticas veneno contra la clase obrera

La creación del soviet fue un paso importante, sin embargo, bajo la férula de los partidos menchevique y socialrevolucionario[4], el soviet negoció con la Duma y permitió el 2(15) de marzo) la formación un Gobierno provisional de carácter burgués liderado por los personajes de siempre: Lvov[5], Miliukov[6], Rodzianov[7] y Kerenski[8].

A continuación para que la burguesía pudiera mantener sus negocios y continuar la guerra, su primer acto a través de este gobierno fue convencer a los obreros de que la revolución había triunfado que la democracia estaba en marcha y que debían volver a la normalidad. Así la burguesía apoyada por mencheviques y social-revolucionarios logró desviar el objetivo de profundizar la caída del zarismo transformándola en una verdadera revolución socialista.

El 18 de abril (1 de mayo), Miliukov, publicó una nota comprometiendo a Rusia con los aliados en la continuación de la guerra, a pesar de las confusiones entre los trabajadores, su respuesta fue inmediata y contagian a los regimientos, surgen así manifestaciones y asambleas espontáneas, contra el gobierno provisional, el 20 de abril (2 de mayo) fuerzan la dimisión de Miliukov, y con ello la caída del gobierno provisional.

El 5-18 de mayo se forma un Gobierno de coalición con una mayor participación de partidos de izquierda, ingresan al gobierno 6 representantes del soviet de Petrogrado, dos mencheviques, dos eseristas y dos independientes, pero aún seguían bajo el control de Lvov y Kerenski, demostrándose que las masas proletarias aún eran presa de ilusiones democráticas aceptando en los hechos la unidad de todos los partidos que solo beneficiaba a la burguesía, un falsa unidad porque en esta dinámica el proletariado era atomizado y perdía su autonomía política poniendo en juego el curso de la revolución.

Mayo registró un importante trabajo de extensión los soviets a toda Rusia, creando alrededor de estos una multitud de órganos de masa: Comités de fábrica, Comités campesinos, Soviets de barrio, Comités de soldados. Por otro lado la contrarrevolución a través de Kerenski, marchó al "frente" para elevar la moral de los soldados llegando a decirles en el colmo del cinismo que «vosotros llevareis la paz en la punta de vuestras bayonetas». Mientras tanto se trata de reestablecer la brutal disciplina militar y la pena de muerte, al tiempo que llaman a los Comités de soldados para que «no se metan con los oficiales».

El gobierno y partidos que lo apoyan peroraban sin descanso sobre la «solución del problema agrario» pero dejaban intacto el poder de los terratenientes y aplastaron a sangre y fuego las rebeliones campesinas, intentando restaurar la pena de azotes en las aldeas. Igualmente en respuesta huelgas del movimiento obrero el nuevo gobierno envía a soldados leales para reprimirlas y aplastar su organización. Así mientras por una lado la burguesía ilusiona a las masas con palabras vacías sobre la «democracia revolucionaria», por otro, las reprime y sabotea los soviets por todos los medios, por ejemplo promovían una representación más privilegiada a los regimientos que a las fábricas, y protegían a los establecimientos pequeños y dispersos contra las empresas gigantescas intentando ganarse el apoyo la pequeña burguesía.

 

Los bolcheviques sufren también la ilusión democrática

Los bolcheviques tomaron parte activa en la organización de las manifestaciones, sin embargo, también estaban atravesados por las inquietudes y preocupaciones de la clase y con ello estaba expuesto a la influencia de la ideología burguesa, de tal suerte que un importante sector planteó que había que unirse a los mencheviques y social revolucionarios, aceptando una falsa unidad, pues se preguntaban: ¿En vez de andar cada uno por su lado por qué no unirnos todos los socialistas?, ¿Por qué confundir a los obreros con 2 partidos distintos reclamándose del proletariado y el socialismo?.

Así las cosas golpeado por el ambiente democrático, el comité central bolchevique en Rusia llegó a plantear la necesidad de elegir representantes que participaran en el gobierno provisional, esta tendencia no cambio cuando Kamenev y Stalin, asumieron la dirección del partido, antes de que Lenin regresara del extranjero, y plantearon una especie complementariedad de los soviets con el gobierno provisional, pero además promovieron una posición defensista en torno a la guerra, es decir ¡continuar la guerra!

Esto fue una grave amenaza para la revolución, el partido que desde 1902 había luchado contra el oportunismo y el reformismo y había sido el más consecuente y decidido en oponer la revolución internacional contra la Guerra mundial, ahora desde febrero corría peligro de diluirse en las aguas turbias de los partidos «socialtraidores».

A su regreso a Rusia el 3 (16) de abril de 1917, y donde fue recibido por los representantes del Soviet de Petrogrado, Lenin y una parte de la base del Partido sobre todo del distrito de Viborg luchó contra esa falsa unidad que en realidad significaba unirse tras la burguesía. Planteó desde el principio no depositar ninguna confianza en el Gobierno Provisional ni en el de Coalición, por el contrario pugnó por el fortalecimiento de los soviets lanzando la consiga "Todo el poder a los soviets" y "Pan paz y tierra", esta última consigna de ninguna manera fue democrático burguesa, pues lo que la circunscribía era un ambiente guerrerista de todas las burguesías involucradas, de tal suerte que la consigna por la Paz les era totalmente ajena y solo un partido auténticamente proletario que había denunciado el carácter imperialista de la guerra era capaz de plantearla y de llevarla buen termino.

 

Las lecciones de febrero

Para llegar a la revolución de octubre el movimiento obrero ruso tuvo que enfrentar serios peligros, el más grave sin duda fue la ilusión democrática de la llamada "revolución de febrero". En esta revolución los trabajadores no diferenciaba entre las diferentes organizaciones políticas, bolcheviques, mencheviques y Social Revolucionarios organizaciones que excepto los bolcheviques empezaron a abandonar su carácter socialista, y teniendo más recursos a su disposición, más agitadores, más propagandistas, más vínculos con la intelligentsia, y pudieron usar estos puntos de apoyo para influenciar y confundir a las masas trabajadoras, haciendo peligrar la revolución.

La lección más importante de este periodo[9], es la necesaria lucha contra el sabotaje desde dentro del movimiento obrero que las fuerzas de la burguesía promueven en aras de una pretendida unidad de todos los partidos que supuestamente luchan por la revolución, pues mientras ellos proclamaron la victoria de la revolución con solo unas conquistas democráticas, los revolucionarios llamaron a no detener la lucha y a fortalecer los órganos de la clase obrera que le permitan establecer su verdadera dictadura política, los consejos o soviets, bajo una autentica independencia y autonomía de clase.

El papel que lograron los bolcheviques después de todo un debate interno durante el mes de abril por comprender esta situación de peligro representada por la "revolución de febrero", fue de vital importancia para el subsecuente desarrollo del proceso revolucionario y la toma del poder en octubre de 1917 y es una lección central que el proletariado debe asimilar para sus combates del futuro.

Vania, 15/12/2008.



[1] En 1905 después de la represión a una manifestación pacifica el 9 (22) de enero, se desató un huelga de masas en Rusia que culmino en la insurrección de Moscú en diciembre de ese año. Esta revolución dejo una gran lección, la creación de los soviets obreros.

 

[2] El calendario ruso de entonces estaba retrazado por trece días respecto al calendario occidental

[3] Parlamento ruso en la que no participaban los bolcheviques, pero si los mencheviques y socialrevolucionarios

 

[4] Partidos que en la practica se estaban pasando al campo burgués por su participación en la guerra, y por considerar que una revolución proletaria era imposible y se debía dejar a la burguesía gobernar, los mencheviques Tcheidze y Skobelev son elegidos presidente y vicepresidente respectivamente, el social-revolucionario Kerenski también es nombrado vicepresidente

 

[5] Príncipe y gran terrateniente, adherido a los KDTs, fue el presidente del gobierno provisional, y aún del gobierno de coalición fue sustituido por Kerenski en julio de 1917.

 

[6] Ministro de negocios extranjeros en el gobierno provisional, líder del partido demócrata constitucionalista (KDT), principal partido de la burguesía liberal

[7] Líder del los "octubristas" partido monárquico de los grandes capitalistas, su nombre se debe al apoyo al manifiesto de octubre de 1905 donde el Zar prometía algunas libertades.

[8] Social revolucionario promotor de la guerra "defensiva" ministro de justicia en el gobierno provisional, y ministro de guerra en el gobierno de coalición.

 

[9] La experiencia de la revolución en Alemania un año más tarde, donde la táctica saboteadora del SPD proclamando la victoria de la revolución y la necesidad de una unidad de todas las fuerzas pretendidamente socialistas, tuvo más éxito ahogando la revolución en la sangre de sus mejores hombres confirma en negativo el peligro de las ilusiones democráticas y de falsa unidad (véanse la serie al respecto de la Revista Internacional 81 a 99 y en la serie que esta en curso a partir de la 132.

 

Historia del Movimiento obrero: 

  • 1917 - la revolución rusa [8]

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