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Revolución mundial nº 98, Mayo- Junio 2007

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Irak: cuatro años de caos sangriento

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En la noche del 19 al 20 de marzo de 2003, se lanzaba una serie de bombardeos sobre Bagdad. Era el principio de la operación “Libertad en Irak”. La segunda guerra de Irak acababa de comenzar. Hace ya cuatro años que esta carnicería imperialista devasta el país. Desde entonces, las confrontaciones armadas, los atentados ciegos, las masacres de poblaciones civiles no hacen más que auamentar inexorablemente. En Bagdad, como en todo Irak, el horror se vive  todos los días. La población iraquí está reducida a la peor miseria, atenazada entre el infierno que constituyen las distintas fracciones armadas: sunnitas, chiítas, kurdos, fuerzas gubernamentales o norteamericanas. Las muertes iraquíes se calculan en cientos de miles. En el país, se calculan dos millones de desplazados y otros tantos refugiados desde el principio de la guerra. El ejército norteamericano ha perdido por su parte más de 3 200 elementos, la gran mayoría de jóvenes soldados, contratados en este horror para escapars de la miseria y el desempleo en su propio país y con la esperanza de ganar algunos dólares. Pero ya, varios millares de estos jóvenes reclutas han abandonado o han desertado de este infierno permanente, pasándose a Canadá o a otros lugares. Estos cuatro años desembocan en un caos sangriento, sin que alguna perspectiva permita esperar una nueva estabilización del país y la región. Las protestas contra la guerra se multiplican: alrededor de 50 000 personas se han movilizado el 17 de marzo en Washington, bajo la bandera “Alto a la guerra en Irak, no a la guerra contra Irán”. Manifestaciones similares tuvieron lugar el mismo día en varias grandes ciudades americanas, en particular, en Nueva York, Los Ángeles, San Francisco, encabezándolas millares de veteranos, para reclamar la retirada de las tropas de Irak. Al mismo tiempo, 400 000 personas se reunieron en Madrid, en conmemoración de las víctimas de los atentados fatales en la estación de Atocha y para reclamar el final de esta guerra. Otras manifestaciones similares han tenido lugar en el país, de Barcelona a Cádiz. Por todas partes del mundo, en particular en Turquía, Corea del Sur, Hungría, reuniones más o menos numerosas reclaman la retirada de los contingentes nacionales de Irak.

Hace algunos días, la primera visita del nuevo Secretario General de las Naciones Unidas, Ban Ki-moon fue una especie de bautismo de fuego: fue (aunque a pesar suyo se veía en todas las televisiones del mundo) la ilustración viva de que ninguna fuerza controla realmente la capital iraquí. En efecto, en una conferencia televisada, en presencia del nuevo Secretario General de la ONU que se tenía en una «zona verde», sector considerado como la más asegurada del país, estalló un obús de mortero a unos metros. Al mismo tiempo que el Presidente iraquí acabara de declarar que consideraba la visita de Ban Ki-moon como «un mensaje atinado del mundo, que confirma que Bagdad está de nuevo en condiciones de acoger personalidades mundiales importantes porque hizo importantes progresos en la vía de la estabilidad.

 

Un debilitamiento irreversible del imperialismo americano en Irak

Cuatro años después del inicio de la guerra, hundida en el mayor  de los desconciertos, la administración norteamericana no sabe ya cómo salir del cenagal iraquí. Lo que sería aún totalmente impensable hace algunas semanas resulta hoy posible. Así pues, «la Secretaria de Estado norteamericana, Condoleezza Rice, ha anunciado que el gobierno iraquí iba a reunir en una quincena  una conferencia internacional sobre Irak a la cual  Estados Unidos había decidido participar, aunque Irán y Siria estuvieran invitados.» (Le Monde, 1 de marzo de 2007). Esta conferencia, presentada por muchos comentaristas burgueses como una de las últimas oportunidades para la paz, sólo ha sido realmente un momento suplementario de confrontaciones entre las dos potencias que se enfrentan indirectamente en Irak: Irán y los Estados Unidos. Esta confrontación ha conocido, solamente algunos días después de la celebración de esta conferencia, una nueva manifestación que no deja ninguna duda sobre el nivel de tensión existente, entre los dos países. En efecto, 15 marinos y fusileros británicos que formaban parte de la coalición militar en Irak, bajo dirección americana, se hicieron tomar por la marina iraní, frente a la costa de Fao en Chatt - al-Arab, en la confluencia de los ríos Tigris y Eúfrates que marca la frontera entre Irak e Irán. Que esto sea en el propio Irak o en el Golfo Pérsico, y a pesar de la increíble armada marítima de las fuerzas de la coalición, nos indica queEstados Unidos no están ya en condiciones de garantizar la seguridad de las tropas de esta misma coalición. Esta prueba de pérdida de control de la situación indica  el debilitamiento irreversible de la primera potencia imperialista del mundo, precisamente en una región que pretende «poner al paso» desde hace cuatro años.

 

La burguesía americana encerrada en una contradicción insoluble

No hay esperanza para Estados Unidos de retirarse de Oriente Medio sin una pérdida de credibilidad enorme. La burguesía americana está hoy así ante una contradicción insoluble. «Los Americanos mantienen con todo un doble lenguaje, lamentan el diario de Teherán (Kayhan).» Condoleezza Rice, Secretaria de Estado norteamericana, afirma por una parte que está dispuesta a entrevistarse directamente con Irán sobre los temas que se refieren a los dos países, y del otro, indica una firmeza incuestionable sobre los expedientes como el nuclear. Pero los norteamericanos tienen necesidad de Irán más que nunca. Esta actitud ambivalente muestra la confusión y la desesperación que reina en la administración Bush «(Correo internacional del 12 de marzo de 2007).»  Estados Unidos están acorralados en hacer una elección entre dos «soluciones» de todas formas desastrosas: o hacen un compromiso humillante con Irán, u optan por una nueva huída belicosa hacia adelante. Irán, hoy en situación de fuerza en la región y apoyado en masa por las fracciones chiítas de Irak, coloca muy claramente los términos de este regateo sórdido entre estas dos naciones imperialistas. Una «ayuda» eventual de Irán para intentar restablecer el orden en Irak deberá pagarse a fuerte precio por la administración norteamericana, principalmente con la aceptación de hecho del programa nuclear iraní. Pero no debe tampoco excluirse que la ya muy desacreditada administración Bush, quiera jugar su última carta y ataque a Irán, tomando el riesgo absurdo de practicar la política de tierra quemada. Tal ofensiva significaría una formidable aceleración del caos regional y mundial, sin que Estados Unidos extraigan el menor beneficio imperialista.

La guerra en Irak (al término de estos cuatro años de hundimiento en un cenagal hecho de masacres y miseria galopante) ya habrá participado directamente en radicalizar y desarrollar el odio entre las comunidades chiítas, sunnitas y también kurdas, a tal punto que toda vuelta atrás parece en adelante completamente improbable. Este conflicto ha concretizado no sólo la incapacidad creciente de los Estados Unidos que deben solucionar el problema iraquí sino también, y bien más allá, el imponerse como gendarme del mundo. En efecto, las intervenciones repetidas y el aumento de las fuerzas militares de la primera potencia mundial, productos del engranaje de las relaciones de fuerza ínter imperialistas y de sus contradicciones, no hicieron más que desarrollar el terror y el caos no solamente en Irak sino en la mayor parte del mundo.

Esta guerra, ya llena de monstruosidades de toda clase, no se acaba, al contrario. Es portadora de las peores masacres para el futuro, lejos de las promesas hechas por todos sus pseudo “liberadores”.

 

Rossi, 26 de marzo de 2007

Noticias y actualidad: 

  • Irak [1]

El falso dilema del fraude electoral o elecciones limpias: Es la democracia una mentira que solapa la esclavitud asalariada

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El desafuero de Andrés Manuel López Obrador provocó en el 2005 un revuelo entre los intelectuales que vaticinaban un “fraude electoral anticipado”. La Convención Nacional Democrática tomó como consigna el 16 de septiembre del 2006 en “rechazo al fraude electoral, rechazo del fallo del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la federación”. En nuestro número anterior denunciábamos también como el guerrillero Marcos, se lanzó en su “otra campaña” en una cruzada por “elecciones limpias”. Tenemos la obligación de denunciar toda esa trampa ideológica que se esconde detrás de la lucha contra el “fraude electoral”.

 

Corrupción y fraude: rasgos que acompañan a los sistemas que viven de la explotación

Desde que existe la sociedad dividida en clases donde los privilegios de una minoría están por encima de una mayoría oprimida, es decir, desde que una minoría de la sociedad se ha hecho cargo de los mecanismos jurídicos y administrativos de un Estado que representa los intereses de una clase explotadora, desde entonces, ha habido necesidad de mentir, de justificar la explotación y, por ende, de generar todo un medio propicio para la corrupción, las prebendas, las intrigas y los fraudes de todo tipo.

Esta realidad ha atravesado los sistemas antiguo, feudal y capitalista. Nos detendremos un poco en el capitalismo. Cuando el capitalismo iba en ascenso, cuando la burguesía estaba en plena expansión y el mercado mundial parecía no tener límites, estos fenómenos se mantenían en un segundo término. La burguesía y sus filósofos lograron consolidar una moral que encajaba perfectamente con sus intereses: la moral del respeto a la propiedad privada, el no robarás, la igualdad, la libertad y la fraternidad. Cuando el capitalismo estaba en expansión, los niveles de ganancias garantizaban un reparto de los beneficios de tal forma que la clase explotadora mantenía su recato y más o menos respetaba las reglas jurídicas y morales de funcionamiento de la sociedad. Incluso fracciones de la burguesía más desarrolladas (Alemania y después en EUA) fundaron su ética en la lucha contra el despilfarro y los lujos adoptando una vida austera más productiva (Max Weber es su expresión más acabada). Sin embargo, esa moral siguió edificada sobre un régimen que vivía de la explotación del trabajo asalariado, que acumulaba riqueza usando las más brutales formas de esclavización que haya conocido la humanidad. A ello hay que agregar que el capitalismo alcanzó su “esplendor” a finales del siglo XIX y su decadencia trajo aparejada una competencia feroz entre fracciones de la clase dominante y entre los Estados. La I Guerra Mundial es la expresión abierta de que el capitalismo había dejado de ser progresista para la humanidad. Una característica fundamental del periodo decadente es la emergencia del capitalismo de estado, el Estado asume el control total de la vida económica y política para poder asumir una competencia despiadada a nivel mundial; para enfrentar las luchas el interior de la nación, especialmente contra el proletariado, y para enfrentar a las burguesías de otros países. En la decadencia el estado de la burguesía va también a mostrar los límites de su moral. El uso de la trampa, el engaño y el fraude se empiezan a convertir en moneda corriente en la sociedad. Mentiras “oficiales”  descaradas, funcionamiento de las fracciones burguesas como bandas delictivas que no dudan en recurrir al asesinado, al chantaje y a la manipulación con tal de avanzar sus objetivos. Se trata ahora de acumular riqueza sin importar el precio, el “fin justifica los medios”, tal es la divisa de una sociedad que nació, como diría Marx, “chorreando lodo y sangre” y que hoy está sumida en un una descomposición que amenaza con arrastrar al género humano al abismo.

 

Lucha contra el “fraude electoral”, un falso camino

La burguesía se ve enfrentada a una lucha encarnizada entre fracciones que intentan hacerse del poder político, la tendencia actual es a la pérdida del control político, sobre todo en regiones donde la burguesía cuenta con aparatos políticos débiles. En este marco, el uso del “fraude electoral” es un recurso que usan para afianzar a una fracción en el poder en detrimento de otra. La misma burguesía norteamericana ha tenido que hacer malabares para mantener a Bush en el poder. Recordemos simplemente que en México durante las elecciones federales de 1988, Cuauhtémoc Cárdenas barrió prácticamente con el PRI, sin embargo la burguesía optó por una “caída del sistema” y aprobó la llegada de Salinas de Gortari al poder. Las trampas electorales no son ajenas al modo democrático de funcionar de la burguesía, en ese terreno es donde más se notan las dificultades del estado. La burguesía se ve obligada a hacernos tragar el cuento de la democracia y sus elecciones como forma de “decidir” y, al mismo tiempo, más escándalos de corrupción se hacen públicos en medios de las luchas intestinas entre fracciones. Los discursos insulsos sobre legalidad y transparencia chocan con la realidad de sobornos, impunidad y trampas por todos lados.

La lucha contra el fraude electoral es un barril sin fondo. Primero porque el capitalismo en plena descomposición se acompaña siempre de este flagelo. Es una utopía el tratar de hacer honesto lo que ha nacido y se mantiene gracias a la mentira y al engaño. La democracia misma es una mentira ideológica que sólo sirve para justificar la explotación de los trabajadores. Segundo, porque la defensa del terreno electoral no aporta ningún beneficio a los explotados. Sabemos que las elecciones son un mecanismo que los Estados usan para mantener la ilusión de que la dictadura del capital sería un “gobierno de todos”, sin elecciones la democracia perdería su quinta columna.

Puntualicemos:

- la defensa de la noción de “fraude electoral” conlleva a la defensa explícita de las instituciones democráticas que oprimen y engañan. Es como Marcos que pide “elecciones limpias” pero que  no cuestiona jamás el engaño de la democracia.

- involucrarse en una lucha por la “defensa del voto” y contra el “fraude electoral” es mantener atados a los trabajadores a la defensa de la ideología que tendrán que destruir. Gane quien gane, derecha o izquierda, todos por igual tendrán que aplicar planes contra la clase obrera.

- los seguidores de la consigna de “no al fraude” pretenden defender un capitalismo sin trampas, pretenden edificar una “democracia perfecta”. La misión de los trabajadores no es “perfeccionar” la democracia, sino acabar con ella ya que es el manto ideológico que cubre la explotación asalariada.

El uso cada vez más indiscriminado de las trampas electorales para favorece a esta o aquella fracción de la burguesía no se puede explicar arguyendo a la llevada y traída “globalización”, debemos analizar el momento histórico de la descomposición de la sociedad burguesa, del enconamiento agudo de las pugnas entre fracciones de l capital en medio de una tendencia a la pérdida de control del aparato político.

Los trabajadores nada tenemos que ganar en ese terreno de la “lucha contra el fraude” y sí en cambio, mucho que perder.

Marsan/20-04-07

 

Los ataques de la burguesía son contra todos los trabajadores...No hay otro camino: ¡la movilización masiva y conciente!

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La modificación a las condiciones de jubilación y pensión, concretados a partir de la “Ley del ISSSTE”, no hace sino acelerar la degradación de las condiciones de vida de los trabajadores. Y aunque la puesta en vigencia de esta ley representa un serio golpe en contra los trabajadores, no puede considerarse como el único. El incremento de precios de las mercancías de consumo diario por los trabajadores, como la tortilla de maíz (que tuvo un incremento en los últimos meses de 6.50 a 8 pesos y ya se amenaza, a partir de mayo, con llevarlo a 10 pesos o más), la limitación a los salarios y la aceleración de los ritmos de trabajo, mediante la denominada “flexibilización laboral”, dejan ver que el golpeteo contra las condiciones de vida de los asalariados es continua y generalizada. Es falso pensar que esta ley (y demás medidas referidas) afectan sólo a algunos sectores de trabajadores, la agresión que se viene poniendo en acción es generalizada, no hay ningún sector en el que los trabajadores no sufran los embates del capital, es por ello que para enfrentarlas se requiere de una respuesta masiva y con clara conciencia. Los trabajadores no tienen más fuerzas que su conciencia y organización para potenciar su masividad, no puede esperar que algún personaje mesiánico (como López Obrador), o un liderzuelo sindical le solucione sus problemas, sólo la extensión de la lucha y la actuación solidaria que teja fuertes lazos entre los explotados podrá permitir que su combate detenga el ataque directo que se hace a sus condiciones de vida.

 


Patrones, gobierno, sindicatos y partidos preparan trampas para anular la combatividad de los trabajadores

 

La clase dominante suele llevar los ataques en momentos adecuados para su accionar político (como el período vacacional) con el fin de asegurar la distracción, y que así el descontento se diluya o disperse, de la misma forma, antes de cada agresión prepara una campaña para ganar “receptividad” o imponer temor que congele e impida se exprese el descontento... pero sobre todo, pone atención en dosificar las medidas y conducir los golpes hacia algunos núcleos de la población asalariada, de manera que se genere un aislamiento y confusión, que impida la unidad y la extensión de la lucha.

En el presente, la profundización de la crisis ha obligado a la burguesía a poner en acción leyes y planes tan brutales que maximizan, a niveles no creíbles, la explotación y miseria de todos los trabajadores. La misma burguesía sabiendo el tamaño del golpe, preparó con sumo cuidado el momento y el escenario para imponer esta ley: primero, alentó o provocó movimientos sociales aislados ante los que actuó violentamente, queriendo marcar con esto una lección de terror, que extendiera el temor, y, enseguida, empuja una campaña ensordecedora para alimentar esperanzas en las elecciones y la democracia. En ese sentido es que lleva a cabo provocaciones, como las de Atenco, Sicartsa y Oaxaca, obteniendo así el pretexto de “mostrar su fuerza”, y enseguida completa su campaña alentando la idea de que no hay otro camino que el de las elecciones y la democracia, procurando imponer la idea entre los trabajadores de que si hay una actuación agresiva o sanguinaria por parte del gobierno la única (o mejor) forma de responder es mediante el “castigo que ofrece el voto”.

Por ello, aunque en la instauración de la ley del ISSSTE al PRD le ha tocado jugar el papel de mártir y presentarse como la víctima que no fue escuchada y terminó siendo aplastada por la mayoría dominante en las cámaras legislativas (PRI-PAN), no puede olvidarse el papel central que ocupa en el encuadramiento de amplias masas obreras hacia la vana esperanza de la democracia y las instituciones burguesas, por ello, no es nada extraño que ahora, el mismo PRD busque desmantelar cualquier posibilidad de que la clase trabajadora tome conciencia de los ataques y exprese su enojo y combatividad en la lucha, al fomentar (a coro con la estructura sindical) como una “gran medida” el uso de los amparos jurídicos contra la ley del ISSSTE, queriendo enredar a los trabajadores con el mismo truco que la estructura sindical presentara en 2005 cuando se impuso la modificación al sistema de retiró para los trabajadores del IMSS, y que le fue muy útil para desmovilizar.

Esta maniobra en 2005 fue presentada de idéntica forma como hoy lo hace el PRD y los sindicatos: hay que usar, dicen, “todas las formas de lucha”... pero la trampa consiste en que ponen a esto como centro de la preocupación y la reflexión, alentando con ello la esperanza en la constitución, las leyes y las instituciones “legales”, buscando así, además de golpear directamente en la conciencia de los proletarios, diluir el coraje, y sobre todo impedir la manifestación de la solidaridad entre los trabajadores. Por ello es, en los hechos, el complemento de las campañas llevadas en los medios de divulgación que sostienen que sólo a los nuevos trabajadores les aplicará de forma completa la nueva ley. Los sindicatos, mediante los amparos están impulsando esa misma separación en sectores, por diferencias de condiciones de antigüedad o prestaciones particulares de cada caso... Alentar esta forma de lucha ajena a los trabajadores tiene como objetivo asegurar la derrota y potenciarla, dado que busca extender un sentimiento de impotencia, que la burguesía puede aprovechar después, para renovar su campaña sobre la necesidad de la reforma del Estado y de que es útil “ganar”, mediante el voto, los puestos de dirección del gobierno.

La otra vertiente que la clase dominante prepara para someter la combatividad, es mediante el desvío del descontento hacia consignas falsas y ajenas a los trabajadores, tales como la defensa de la “soberanía nacional”. Para atizar esta maniobra el FMI ha “recomendado”, que se complete el “paquete de reformas” con la privatización de la industria eléctrica y petrolera. La burguesía sabe bien que su aparato de izquierda y sindical utiliza de manera sistemática el nacionalismo para atar a los trabajadores a preocupaciones falsas. Pero los intereses de la nación, o de la economía nacional no son los de un trabajador. La clase capitalista utilizó en su momento a las empresas estatales para proteger su ganancia, y ahora con la privatización su objetivo es el mismo, es decir, darle un espacio de valorización a su capital y asegurar una ganancia; en cambio la condición de explotado de un trabajador no se modifica si la empresa es estatal o privada. Por eso es la burguesía la única que gana cuando se desvía el coraje y la reflexión de los trabajadores hacia la defensa de la “soberanía”, de la empresa o de instituciones del Estado.

Ante las trampas que ya se empiezan a tejer para desviar el descontento, los trabajadores deben de tener presente que los intereses de la “nación” son los intereses de la burguesía y no los de ellos, y que para detener los ataques no tiene más armas que su conciencia y organización.

 

El capitalismo sólo ofrece explotación y miseria

 

Por todas partes del mundo los ataques de la burguesía vienen incrementándose: En Alemania, el gobierno socialdemócrata amplió la jornada de trabajo en el sector público, en Brasil, el gobierno de izquierda de Lula, ha ampliado el tiempo de trabajo para la obtener la jubilación, lo mismo que en Inglaterra, en EUA el gobierno pretende criminalizar a los trabajadores sin papeles... estos ataques, sin contar el peso del desempleo que se extiende, son expresión de la magnitud de la crisis que vive el capitalismo, y para proteger la ganancia, los gobierno de todo el mundo, lo mismo los de izquierda como los de derecha, no dudan en arreciar los ataques en contra de los trabajadores. La burguesía tiene la desfachatez de presentar estos ataques como “reformas” que buscan mejorar la vida de la población, pero un sistema decadente como el capitalismo, ya no puede ofrecer mejoras. Las medidas que viene poniendo en práctica, no son reformas en sentido estricto, tan sólo son programas de defensa de la ganancia capitalista, la ley del ISSSTE, por ejemplo, tan sólo busca reducir el valor de la fuerza de trabajo. Es por ello que medidas como estas demuestran claramente que para la burguesía los trabajadores no son sino una mercancía más a la que busca abaratar, y más aún, cuando esta ya deja de serle útil se convierte en una carga a la que debe desechar.

En ese sentido los trabajadores no pueden estar esperanzados en que un cambio de gobierno puede limitar sus penurias, deben de tomar conciencia de que el capitalismo sólo le ofrece explotación y miseria, y para enfrentarlo requiere de tomar en sus manos la lucha y extenderla; tienen que hacer ver a sus hermanos de clase que la degradación de las condiciones de vida, por efecto de la ley del ISSSTE no viene sola, sino está acompañada de un incremento de precios y una oleada de desempleo, por eso los golpes no son sólo para los trabajadores del Estado, es un ataque generalizado que sólo podrá enfrentarse con la unidad de todos los trabajadores, sin importar el sector a que pertenezca, o si están desempleados.

 

¡No hay más camino que la lucha!

 

Los trabajadores no deben de permitir que los sindicatos y el aparato de izquierda del capital los dirija a una derrota, deben tomar en sus manos la lucha, impulsar las Asambleas Generales masivas y abiertas, en las que puedan discutir y reflexionar en colectivo todos los trabajadores sin importar al gremio que pertenecen, y en las que se designen responsables que entreguen cuentas a la misma Asamblea y puedan ser revocados en cualquier momento. La ley del ISSSTE y los incrementos de precios, son ataques en contra de todos, e incluso contra las generaciones de trabajadores que aún no están en activo, por eso se requiere una respuesta masiva.

La organización de los trabajadores por encima de los llamados sindicales no es un loco sueño, la experiencia de estudiantes y trabajadores de Francia en 2006 contra el Contrato de Primer Empleo, demuestra que es posible. Por eso los llamados sindicales a “faltas colectivas” o simulación de “paros”, deben ser transformados en verdaderas jornadas de lucha, deben ser momentos de reflexión colectiva, en los que piquetes de trabajadores salgan a explicar a sus hermanos de clase (aún cuando no estén afiliados al ISSSTE) que hay un ataque general, y que no hay más camino que la lucha.

Pero también deben de estar alertas a no dejarse arrastrar por las maniobras del aparato de izquierda del capital y del sindicato que pretende aislar las expresiones de descontento o llevarlas a enfrentamientos desesperados y sin objetivo. Los cierres de calles y carreteras no hacen sino encerar a los trabajadores e impedir que tome vida la solidaridad y la reflexión colectiva. Los Comités de huelga que en diversos lugares de trabajo se están creando, si se mantienen como simple apéndice del sindicato no serán sino instrumentos huecos... los Comités de huelga y la huelga misma deben ser producto de la reflexión colectiva y no una mascarada que sirva para encubrir las trampas del sindicato y facilitar que pasen los ataques en contra de los trabajadores.

30-abril-2007


 

Situación nacional: 

  • Mexico [2]
  • Lucha de clases [3]

La agravación de la crisis económica revela el fracaso del capitalismo

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A entender de la burguesía, tanto de derecha como de izquierda, el capitalismo estaría floreciente y en pleno crecimiento. El increíble dinamismo de la economía china sería una prueba irrefutable. ¿El desempleo? ¿Las oleadas de despidos? ¿La pauperización creciente? Todo ello no serían más que producto de derivas, la falta de dirigentes sin escrupulos, sedientos de beneficios. Con menos liberalismo y más Estado, todo podría ir mejor en el mejor de los mundos. Todo ello no es más que una gran mentira. En realidad, el capitalismo es un sistema agonizante y su crisis económica mundial conoce hoy una nueva aceleración. Cuando la clase obrera sufre ya una degradación permanente de sus condiciones de existencia, ¿qué porvenir nos reserva la clase dominante?

 

La crisis bursátil expresa la aceleración de la crisis económica

El martes 27 de febrero, la bolsa de Shangai  China, conoció una brusca caída de 8.8 % en unas horas, arrastrando tras de si a las bolsas de el mundo entero. En Nueva York por ejemplo, Wall Steet perdió 3.5 %, o sea, la baja más fuerte desde hace cinco años.

¿Cómo es que la baja del mercado de Shangai pudo arrastrar una oleada de ventas de acciones sacudiendo el mundo entero, cuando todos los especialistas alaban día a día la insolente buena salud de los mercados bursátiles? De hecho, los récords de los índices de estos últimos años tiene por única base la especulación. Por todas partes, en todos los sectores y en todos los países, los inversionistas están confrontados al mismo problema: la sobreproducción. Así, la especulación se ha convertido en el único medio de obtener ganancias. En este gran casino de la economía virtual, el objetivo del juego es comprar acciones esperando venderlas más caras en el momento adecuado. Pero ante la menor mala noticia, se levanta un viento de pánico. Todo mundo vende al mismo tiempo, sabiendo bien que la aplastante mayoría de esas acciones no corresponden a nada en la realidad, a ninguna fábrica, a ningún bien. El pequeño sobresalto de Shangai es revelador de las potenciales tempestades en el futuro.

 

La economía China, un coloso con los pies de barro

El hundimiento de la bolsa de Shangai está ligado en parte a lo que los economistas llaman el sobrecalentamiento de la economía china. Sobreinversión, sobrecapacidad de producción, sobreendeudamiento: la economía china está totalmente desequilibrada y se orienta más y más seguramente hacia una recesión de extrema brutalidad. Por cierto, desde hace algunos años, China conocía una tasa de crecimiento muy elevado y un desarrollo industrial acelerado. En 2006, la tasa de crecimiento alcanzó el 10.7 %. Pero los obreros de este país, que viven y trabajan en verdaderos presidios industriales, saben en carne propia lo que significa esta expansión. En realidad, esta expansión se articula alrededor de dos columnas que han llegado al punto crítico de ruptura. La primera es el endeudamiento. ¡La deuda de China creció dos veces más rápidamente que su PIB! ¡Su sistema bancario contiene un 50% de créditos dudosos! La segunda es la necesidad para China de dar salida a una parte creciente de sus mercancías sobre el mercado americano cuando este, al borde de la recesión, está a punto de reducirse considerablemente. En efecto, el mercado interno de China es muy débil, no puede de ninguna forma absorber lo que produce. Su economía es por   tanto totalmente dependiente de las exportaciones. Y en un momento en que la economía americana jala a toda la economía mundial tiende a agotarse sin que algún otro país o continente pueda venir a tomar el relevo.

El primer ministro chino, Wen Jiabao, conciente del riesgo de mayor sobreproducción, acaba de declarar que el objetivo de su gobierno en 2007 será limitar el crecimiento a 8 %. Por tanto va a haber un estrechamiento de la política monetaria. El dinero va a costar más. ¡En pocas palabras, en el futuro, será más difícil invertir a fin de evitar que la economía se acelere más allá de toda razón!

 

Estados Unidos se hunde en la recesión

Durante esta semana negra para las bolsas mundiales, el Secretario de Estado del Tesoro americano, Hank Paulso, estaba de gira en Asia. Para él es importante tranquilizar al Estado chino sobre la solidez de la economía americana, atenuando la gravedad de la crisis inmobiliaria y los riesgos tanto monetarios como financieros. En efecto, toda una parte de la economía china es alimentada por haberes masivos en divisas americanas, dólares que China reinvierte en parte en Estados Unidos y que sirven para limitar la expansión del déficit americano. Por todas estas razones, estas dos economías están confrontadas a una terrible contradicción: están obligadas a librar una guerra encarnizada, y al mismo tiempo, son interdependientes en extremo, la recesión de una implica la recesión de la otra. Y es efectivamente hoy que las dos están a punto de ceder.

A. Greenspan, gran personaje de la política financiera americana, reconoció oficialmente la posibilidad de una recesión en EU en 2007. La causa más visible y más inmediata de este enlenteciminento es sin duda el estallido de la burbuja inmobiliaria en este país. Los precios en este sector de actividad han alcanzado una caída del 25 % y no es más que el principio[1] [4].  Algunos economistas evalúan en un 40 % la sobrevaluación de este mercado. La corrección podría ser de 6000 millones de dólares, ¡casi un tercio del PIB americano! Esta crisis inmobiliaria se extiende ya a Inglaterra: “Es una mala noticia que podría alarmar. Kensington, líder del crédito inmobiliario arriesgó en Gran Bretaña, el viernes 23 de marzo, concedió una pérdida de 23 % de sus acciones”. (Le Monde , marzo 24). Este tiburón de las finanzas dispuesto a prestar dinero a más de 15 mil matrimonios hoy se declara insolvente.
Las consecuencias para la clase obrera van a ser terribles. En Estados Unidos, los matrimonios tenían la costumbre de prestar a medida que el valor de sus apartamentos
aumentaba, gracias al crédito hipotecario. El alza fenomenal de la inmobiliaria de estos últimos años había dado la impresión a estos obreros de que ellos se habían enriquecido. Son por tanto decenas de millones de matrimonios que serán incapaces de hacer frente a los vencimientos de sus inversiones, literalmente arruinados y lanzados a la calle. Peor aún, la inmobiliaria y la construcción han provisto el 40 % de los empleos de estos últimos tres años[2] [5].   La crisis de este sector significa por tanto el lanzamiento al desempleo de decenas de miles de obreros. Estas oleadas de despidos vienen a agregarse a las del sector del automóvil, medianamente afectado y a punto de hundirse. En su plan de “reestructuración” que se extiende desde el cuarto trimestre del 2005 al primer trimestre del 2008, Ford proyecta el cierre simplemente de 40 % de sus fábricas en EU y la “salida” de 50 mil obreros de 130 mil[3] [6].  Uno de los últimos sectores que aún estaba bien en la otra costa del Atlántico, el de los servicios, lo hacía esencialmente gracias al crecimiento de la actividad en el sector financiero. Hay que decir que este sector de actividad va a conocer también días sombríos y a engendrar despidos masivos. El consumo interno de Estados Unidos no puede más que continuar contrayéndose más y más en los meses que vienen. El problema para la burguesía es que este consumo americano constituye el motor principal que hace dar vuelta a la economía mundial. Para Europa, China, Japón, la India, una gran parte de sus mercancías no se podrá vender. ¡
La sobreproducción, factor determinante de la crisis mundial del capitalismo va a conocer nuevas cimas!

 

Una economía mundial a punto de su hundimiento

El contagio de la crisis económica mundial se extiende al frente monetario y particularmente en el dólar, que no puede más que continuar bajando en los meses que vienen. Estados Unidos sobreendeudados más allá de todo límite razonable (la deuda americana es de 7 800 billones de dólares y crece al ritmo de 1.64 millones por día!) van a ver fluir masivamente los capitales extranjeros que venían a apoyar su economía a punto de la asfixia. En América, una violenta contracción del crecimiento ya es inevitable, arrastrando en la tormenta y la recesión generalizada a toda la economía mundial. Nadie está en medida hoy de prever a qué velocidad y con que profundidad este nuevo sismo va a golpear al conjunto de la economía. Pero las consecuencias para el proletariado no son difíciles de imaginar. Los obreros en India y China conocen condiciones de vida peores aún que las de sus hermanos de clase en Europa en el siglo XIX. Bajo el yugo de la más feroz de las explotaciones, los obreros viven en la indigencia y la miseria. Confrontados al fracaso de su sistema y a la guerra económica, la burguesía trabaja fríamente para exportar estas condiciones espantosas en el corazón del capitalismo; Estados Unidos y Europa occidental.

El único porvenir que nos reserva este sistema, es aún y siempre más miseria. Creer en un capitalismo más humano es una quimera, una utopía. No hay más que una sola solución y está en manos del proletariado: construir un nuevo mundo, sin clases y sin explotación.

Tino 28 de marzo, 2007.



[1] [7] Europa 2020  no. 13

 

[2] [8] Solidaridad y progreso, 24 de marzo 2007.

[3] [9] Agencia de Prensa Asociativa, 11 de marzo.

Noticias y actualidad: 

  • Crisis económica [10]

¿Gobiernos de derecha fascistas?: La burguesía agita este espantajo para intoxicar la conciencia de clase de los trabajadores

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¿El gobierno de Calderón es fascista?, ¿el triunfo de la derecha ha vuelto más represivo al Estado? ¿el fraude electoral ha debilitado a la izquierda y ha desatado los peores demonios del fascismo? Estas son las preocupaciones que el ala de izquierda y su extremo izquierdista están tratando de inculcar en la conciencia de los trabajadores al pretender explicar la represión habida en los meses recientes; pero, sobre todo, al evidenciar la alianza que ha hecho la fracción actual en el poder con el ejército, lo cual sería una prueba de su endurecimiento. Para rematar, también se aduce la misma alianza de aquél con el clero, el cual también encarnaría lo peor del fascismo. Nada más falso. Es necesario aclarar aquí varias cuestiones.

 

El clero y el ejército no son neutrales: son pilares de la dominación capitalista

Como lo hemos demostrado ya (ver RM 96, ene-feb- 2007) esta alianza de la fracción en el poder con la estructura del ejército (el cual gozaba de una cierta aureola de imparcialidad política) responde directamente a las dificultades presentadas por la división de la burguesía, un hecho más que evidenciado durante el proceso electoral del 2006 y después de éste hasta nuestros días cuando hemos presenciado un interminable encadenamiento de pugnas dentro del Estado capitalista. Tampoco tiene sustento la afirmación de que si hubiera arribado al poder la fracción burguesa en torno a AMLO las cosas serían diferentes, pues el ejército es el brazo armado más importante del Estado para asegurar y perpetuar la explotación de la clase dominante, de todas las fracciones capitalistas representadas en todos los partidos políticos que pululan al interior de ese mismo Estado.

 

El llamado “ejército del pueblo”, como le gusta llamarlo lo mismo Calderón que López Obrador[1] [11],  no es neutral, ni mucho menos, sino que está al servicio completamente de la clase explotadora. Tampoco es imparcial el clero de todos los credos, el cual siempre se ha especializado, a lo largo de los siglos, en un control ideológico que promete a los explotados el reino eterno en el cielo a cambio de su resignación y sometimiento frente al gobierno de las clases explotadoras.

 

El fascismo fue un fenómeno sobre todo europeo

Pero el espantajo que se está agitando relacionado con el “peligro fascista” movería a risa si no fuera por los objetivos perversos que persigue; por eso es necesario que recordemos algunas cuestiones:

 

En primer lugar, el acceso al poder del fascismo tuvo un auge sobre todo en los años 30 en el continente europeo y se posibilitó por el apoyo de amplias fracciones de la burguesía quien ante la crisis, y especialmente en los países vencidos después de la Primera Guerra Mundial, se lanzaron a preparar un nuevo reparto del pastel imperialista. “Para ello concentraron todos los poderes en el Estado, aceleraron la instauración de una economía de guerra, militarizaron el trabajo e hicieron silenciar todas las disensiones internas de la burguesía.”[2] [12] Junto al estalinismo representaron las expresiones más brutales del capitalismo de Estado, en determinados países y en épocas históricas también particulares. Relacionado con esto, se aduce que también en América Latina se produjo el mismo fenómeno, por ejemplo, en el cono sur durante el periodo de la guerra fría cuando en varios países se instauraron dictaduras militares (Chile, Argentina…), sin embargo, esto se debió, sobre todo, a una estrategia de control de los gobiernos de la región por parte de los Estados Unidos  frente a los intentos injerencistas de la otra cabeza de bloque que en esos años pretendía penetrar también en su patio trasero generalmente mediante los llamados movimientos de “liberación nacional”.

 

La otra causa tiene que ver con la derrota física y política del proletariado después de la oleada revolucionaria de 1917-1923 orquestada por la izquierda del aparato político de la burguesía, una condición indispensable para abrir el curso hacia la guerra imperialista mundial. De este modo, el fascismo en un bloque y la otra cara de la moneda, el antifascismo en el otro bloque “democrático”, fueron formas de alistamiento del proletariado para la guerra.

 

Como ya lo hemos demostrado, a diferencia de esos años, hoy tenemos condiciones diferentes: la clase obrera se mantiene en una dinámica de enfrentamientos de clase desde finales de los años 60, no ha sido derrotada como entonces y por lo tanto no se encuentra en un curso contrarrevolucionario. Luego, existe la condición objetiva que impide a la burguesía ir hacia la guerra mundial debido a la incapacidad, por ahora, de formar dos bloques rivales.

 

Un espantajo para aterrorizar y encuadrar a los trabajadores

Este resumen muy apretado se refiere, como hemos dicho, a la situación de Europa, sobre todo, en un momento histórico y en determinados países, aunque nos sirve para recordar las circunstancias que le dieron origen. Pero entonces, ¿por qué se agita este espantajo? Circunscribiéndonos a esta región del mundo podemos establecer que aunque a nivel general el resurgir de este tipo de ideologías en este momento histórico se debe a que la descomposición social del capitalismo segrega o reactiva sentimientos como el racismo, la xenofobia, la exaltación nacionalista, la obsesión por la seguridad, el cada uno para sí, el fanatismo religioso, el reclamo por el endurecimiento del Estado, lo cierto es que el espantajo del “peligro fascista” tiene el objetivo de provocar una cierta “movilización ciudadana” por la defensa de la democracia burguesa y de sus partidos democráticos, es decir, la burguesía provoca el miedo a la extrema derecha para llamar, particularmente a la clase trabajadora, a la defensa del Estado capitalista; un trabajo que le toca generalmente a sus partidos de izquierda, su ala radical izquierdista y los sindicatos.

 

Tanto la derecha como la izquierda reprimen 

Las pretensiones de la izquierda al “denunciar” el carácter represivo del gobierno de Calderón se reducen a intentar “demostrar” que “si hubiera llegado al poder AMLO otro gallo nos cantaría, es decir, que la izquierda sería diferente a la derecha pues esta tendría motivaciones fascistas. Nada más falso. Ya hemos evocado brevemente la represión bestial de la socialdemocracia contra el proletariado en los países centrales de Europa después de la oleada revolucionaria de principios del siglo XX, pero hay otros ejemplos menos lejanos y más conocidos, por ejemplo, la represión llevada a cabo por la flamante presidenta de Chile Bachelet contra las movilizaciones sociales contra la carestía o también la represión llevada a cabo por el muy izquierdista Evo Morales presidente de Bolivia contra las movilizaciones de mineros el año pasado o las acciones policíacas represivas contra infinidad de movilizaciones sociales perpetradas por los gobiernos del PRD en la ciudad de México durante la última década… y la lista es interminable. La represión no es un monopolio del ala derecha de la burguesía, la utiliza también el ala de izquierda del capital; su función es la de salvaguardar los intereses de la clase dominante. La represión, por ejemplo, en Atenco Michoacán, en Lázaro Cárdenas Michoacán o en Oaxaca, dejando de lado las particularidades en cada caso en cuanto a su contenido de clase, lo que resalta es el afán del Estado burgués para enviar un mensaje a la clase trabajadora: no sirve de nada revelarse contra el status quo pues el estado Omnipotente siempre podrá reprimir con todo su aparato cualquier veleidad de protesta y, sobre todo, cualquier brote de combatividad manifestada por su clase enemiga histórica, el proletariado.

 

Estas breves notas pretenden contribuir a la clarificación de la conciencia proletaria ahí donde se generen discusiones, debates; ahí donde se impulsen reflexiones entre compañeros de trabajo, donde se generen asambleas para discutir la situación de los trabajadores y las alternativas que estos tienen para emprender la defensa de sus condiciones de vida y de trabajo frente a los ataques inmisericordes de la burguesía.

 

EFR/abril del 2007

 

 



[1] [13] Por cierto, este político profesional de la burguesía trató también hasta la saciedad de lograr su propio trato con esta estructura del Estado para sumar apoyos a su campaña presidencial.

 

[2] [14] Revista Internacional Nº 110, tercer trimestre del 2002.

Cuestiones teóricas: 

  • Fascismo [15]

Círculos y foros de discusión: Reflexión colectiva del proletariado, elemento fundamental para el desarrollo de su conciencia

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Analizando el desarrollo de la lucha de clases, desterrando todo tipo de actitudes de amargura, desesperación o entusiasmo ciego, hemos presentado las dificultades que pesaban en la clase trabajadora para el desarrollo de su conciencia, sobre todo desde fines de la década de los 80 cuando la burguesía desata su campaña “sobre la muerte del comunismo”, con la que crea un ambiente de confusión y extiende la desconfianza de los trabajadores en sus propias fuerzas. Esta misma confusión la aprovechó la clase dominante para desviar, de forma sistemática, los esfuerzos de los asalariados para defender sus intereses, involucrándolos en “movimientos ciudadanos” e interclasistas (como el “altermundismo”, o el zapatismo), o nacionalistas y en defensa de la democracia (como los movimientos populistas, encabezados por Chávez, Evo Morales, Obrador…). Sin embargo, pese ha existir una gran confusión en las filas proletarias, su fuerza potencial se mantuvo, en tanto no encontramos una derrota física (como pasó con la generación que vivió la derrota de la oleada 1917-28), por eso el peso de la crisis ha hecho que las campañas ideológicas de la burguesía se desgasten y dejen de tener el mismo impacto. El XIV Congreso de la CCI (2001), analizando la situación que vivía la clase obrera, concluíamos: “… a pesar de las dificultades innegables habidas durante la última década… la clase obrera de las concentraciones más importantes sigue conservando importantes reservas de su combatividad…” (Resolución sobre la situación internacional, Revista Internacional 106). A la vez que se reconocía la existencia de una maduración subterránea de la conciencia de la clase obrera, concretada en el surgimientos de “minorías en búsqueda”, que discuten y se organizan para tomar la teoría marxista y recoger la experiencia y tradición de lucha proletaria. Ese proceso está empujado principalmente por los jóvenes batallones proletarios: “Es muy significativo que muchos de esos elementos en “búsqueda” procedan no sólo de ámbitos politizados desde hace tiempo, sino de una nueva generación de gentes que se plantean por vez primera problemas sobre el capitalismo…” (Ídem)

Ahora, este proceso de reflexión subterránea, se acompaña de movilizaciones de los trabajadores. Cómo lo hemos señalado desde 2003 (cfr. Revista Internacional 114, 3er Trimestre 2003), la presencia masiva de trabajadores en las calles (de Francia y Alemania) enfrentando los despidos y las limitaciones a las jubilaciones y pensiones, marcaba un giro en el desarrollo de la combatividad y la conciencia obrera. Este análisis se ha confirmado en 2006 con las movilizaciones de estudiantes y trabajadores en Francia, en la huelga de los trabajadores de Vigo en España y los del transporte en los EUA. La tendencia al desarrollo del descontento y la combatividad no ha dejado de estar presente en México, cómo se percibió en las movilizaciones de los trabajadores del IMSS en 2005, el descontento entre los trabajadores de la educación en Oaxaca (2006), y en las actuales movilizaciones en contra de la afectación a la jubilación y pensión de los trabajadores afiliados al ISSSTE.

Es en ese contexto que una serie de grupos de discusión toman forma, aglutinando principalmente, a las nuevas generaciones que buscan ubicarse dentro del terreno de combate proletario. Ese es el caso del círculo de discusión que ha sacado la publicación “Fénix”[1] [16], en la cual, en el número 1, se da a la tarea de hacer un balance de las movilizaciones presentes en 2006 en Oaxaca. El trabajo de discusión que este circulo lleva ya, en sí mismo, la tradición proletaria al abordar la reflexión de forma colectiva, pero aún se vuelve más importante cuando asumen una actitud combatiente y buscan hacer un balance de las experiencias de los trabajadores. Rosa Luxemburgo en 1919 señalaba correctamente que “La revolución es la única forma de ‘guerra’ –es incluso una de las leyes de su desarrollo– en la que la victoria final sólo podrá prepararse con una serie de ‘derrotas’”, pero cada derrota se vuelve vana si no se sacan las lecciones de ella, por ello, aún cuando no coincidimos con muchas de las apreciaciones que se presentan en “Fénix”, saludamos su presencia y su apertura para ampliar la reflexión. Compartimos el espíritu que alimenta a “Fénix” y que se expone en uno de sus artículos: “No hay que tener miedo a discutir y a no estar de acuerdo...”

 

 Sólo sacando las lecciones completas de una derrota la clase obrera avanza en su combate

Los 6 artículos que presenta “Fénix” nº 1, son esfuerzos para sacar las lecciones de los sucesos de Oaxaca en 2006, no obstante muchos de ellos quedan atrapados en la impresión de los hechos, pero no logran hacer un balance de los errores y las trampas a la que fueron sometidos los trabajadores de esa región.

Lamentarse solamente, como lo hacen algunos de los artículos, de que hubo represión, no permite avanzar en el balance. Es evidente que el capital sostiene su poder a través de la fuerza (justo para eso son sus aparatos de represión, entre los que se encuentra el mismo marco legal al que se apela[2] [17]), hay sin embargo reflexiones escritas de mayor profundidad, que hay que resaltar porque pueden quedar perdidas por las lamentaciones, los aplausos a la APPO, y las expresiones más confusas, que incluso terminan llamando a ejercer un “voto inteligente en las próximas elecciones...” y a “... conformar un frente opositor organizado que pueda combatir no solamente a los malos gobernantes, sino a los pésimos sistemas políticos que son los que justifican a estos funcionarios...” (pág. 16).

El articulo firmado por Boal, marca los elementos para un balance más sólido y permite responder afirmaciones presentes en otros textos. Algunos ejemplos: mientras el articulo firmado por Rouge afirma que la inicial expresión de combatividad de los maestros en defensa de salario no era nada “fuera de lo común” y en cambio le parece un avance cualitativo la creación de la APPO y con ello la desviación del coraje de los asalariados hacia la solicitud de renuncia de Ulises Ruiz; Boal presenta a la APPO como un frente social, pero para entender que importancia éste grupo tiene, se pregunta: “¿cuáles han sido los objetivos y formas de lucha...?”. Esta pregunta es clave, dado que le permite al compañero reconocer que lo que pasó en Oaxaca expresa descontento real alimentado la miseria, pero ubica claramente el papel que jugó la APPO: conducir “la lucha a un terreno inofensivo: ha controlado y contenido la solidaridad genuina, es decir, existe una desviación de la lucha contra la miseria a una lucha por destituir a Ulises Ruiz...” Para dar solidez a su argumento recobra experiencias de otras regiones: “La caída de un mandatario como ha sucedido en América Latina (Argentina y Bolivia, entre otros) sólo ha significado su sustitución por otro, mientras la causa de la miseria no se toca. El cambio de un gobernante por otro significa pensar que la causa de la miseria y explotación se debe a la mala gestión de un gobierno.”

Aún cuando de manera particular no analiza a las forma de lucha utilizadas por la APPO, y no marca lo estéril y vano que son para los trabajadores los bloqueos de calles, plantones y las mismas barricadas (que en artículos, como el de Rouge, se aplauden), se va a lo central: “El proletariado tiene que lograr su independencia política y ésta se alcanzará con la conciencia...”, remarcando que se precisa ante todo “identificar al enemigo” y llevar a cabo un “accionar masivo y conciente...”

 

Tatlin/16-04-07



[1] [18] https://circulomarxista.blogspot.com [19]

[2] [20] En la página 7 se lamentan de la “violación a las garantías individuales”, y en la página 15, invoca al “derecho a protestar”.

 

Situación nacional: 

  • Mexico [2]

Vida de la CCI: 

  • Correspondencia con otros grupos [21]

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