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Publicamos a continuación el contenido de nuestra intervención en el Foro Alasbarricadas (www.alasbarricadas.org) donde se discutía sobre Chávez y su “revolución bolivariana”. El Foro titulado «Anarquismo, antiimperialismo, Cuba y Venezuela», plantea qué posición a tomar frente a Chávez y su “revolución bolivariana” en Venezuela. Chávez se ha convertido en el nuevo mito con el cual hacernos creer que dentro del capitalismo, dentro de su Estado opresor, dentro de la defensa de la nación, se podría conseguir algún “avance” hacia la “liberación de los pueblos”.
Publicamos a continuación el contenido de nuestra intervención en el Foro Alasbarricadas (www.alasbarricadas.org) donde se discutía sobre Chávez y su “revolución bolivariana”.
El Foro titulado «Anarquismo, antiimperialismo, Cuba y Venezuela», plantea qué posición a tomar frente a Chávez y su “revolución bolivariana” en Venezuela.
Chávez se ha convertido en el nuevo mito con el cual hacernos creer que dentro del capitalismo, dentro de su Estado opresor, dentro de la defensa de la nación, se podría conseguir algún “avance” hacia la “liberación de los pueblos”.
Para mantenernos atados de pies y manos a la lógica del capital, la burguesía de izquierdas se dedica a vendernos falsos modelos de “liberación social”. En los años 30 el gran mito fue la “Patria Socialista” de Rusia –apoyándose en las cenizas de la revolución proletaria aplastada desde dentro por el partido bolchevique degenerado–. Ante el desgaste considerable de este mito, en los años 60-70, la “extrema izquierda” del Capital (estalinistas “críticos”, trotskistas, maoístas, anarquistas oficiales) levantaron nuevos ídolos: Che Guevara, la “revolución” cubana, Vietnam, la China de Mao… Esos engaños tuvieron corta vida. Se comprobó que esos nuevos ídolos tenían los pies… de barro capitalista. Aparecieron “nuevas esperanzas”: los Sandinistas, los Zapatistas, el PT brasileño… ¡a los que también se les ha visto el plumero… capitalista!
Queremos decir que compartimos y apoyamos los argumentos de compañeros anarquistas y no anarquistas que rebaten a los que desde las filas anarquistas piden el apoyo “crítico” (como haría cualquier trotskista que se precie) al Sargento Chávez. No deja de ser paradójico que elementos que se reclaman del anarquismo propongan apoyar de manera “crítica” un “proceso” como el venezolano que se basa en el reforzamiento absolutista del Estado, en la preponderancia del Ejército y del más brutal militarismo, en un feroz capitalismo de Estado y en el culto a la personalidad del “gran líder bolivariano” el radiofónico Chávez. Sin embargo, nos vamos a ceñir al contenido del Foro aportando 3 argumentos para desmitificar el engaño Chávez:
- Su supuesto anti-imperialismo
- Las pretendida conquistas sociales del pueblo
- La llamada “organización del pueblo”.
Los imperialismos disfrazados de “anti-imperialismo”
Rosa Luxemburg en su denuncia de la carnicería de la primera guerra mundial señalaba que «la política imperialista no es obra de un país o de un grupo de países. Es el producto de la evolución mundial del capitalismo en un momento dado de su maduración. Es un todo inseparable que no se puede comprender más que en sus relaciones recíprocas y al cual ningún estado puede sustraerse».
Todo Estado es necesariamente imperialista. El capitalismo es un sistema mundial y todo capital nacional se integra dentro de él. Cada Estado nacional practica una política imperialista adecuada a su posición económica, su papel estratégico, sus capacidades militares etc. Estados Unidos tiene aspiraciones de gendarme mundial. En cambio, las ambiciones de Venezuela son más limitadas – el Caribe y América Latina - pero no por ello menos voraces. La burguesía venezolana anda dividida sobre qué opción tomar: ¿la tradicional alianza con el gran vecino del Norte defendida por los partidos clásicos, la Democracia Cristiana y los “socialistas” de Mister Pérez? ¿O el “desafío bolivariano” que propugna el sargento Chávez? Todo indica que esta última es apoyada por un sector importante del Capital venezolano pues conviene a sus necesidades de expansión y conquista de áreas de influencia. Por ejemplo, ha tejido una alianza ventajosa con el régimen castrista dándole el balón de oxígeno de sustituir el petróleo ruso por el de Maracaibo.
P.Moras, uno de los participantes en el Foro que se reclama del anarquismo, dice «la participación del movimiento anarquista en los procesos de lucha antiimperialista se advierte indispensable». La ideología “anti-imperialista” se basa en reducir el imperialismo a un pequeño grupo de Estados y considerar a los demás como “víctimas”. Este reduccionismo suele llegar al extremo de ver a Estados Unidos como el único imperialismo o como “el imperialismo número uno”. A partir de esta jugarreta “dialéctica” se nos hace apoyar a los Estados que se oponen al tío Sam ocultando que participan del mismo sistema que Estados Unidos y tienen las manos igualmente manchadas de sangre. Además, la matraca sobre “Estados Unidos imperialismo número uno” echa un tupido velo sobre las cínicas ambiciones de sus rivales como Francia o Alemania (o de servidores de estos últimos como el Gobierno Zapatero).
La ideología “anti-imperialista” de Chávez es tan imperialista como la “lucha anti-terrorista” de Mister Bush. Ambas cumplen la misma función: servir de banderín de enganche para que obreros y explotados den su vida por la causa capitalista. Frente a ello reivindicamos la lucha contra todos los bandos imperialistas en vistas a preparar las condiciones para la Revolución Social Mundial que acabe con todos ellos.
La miseria encubierta como “conquistas sociales del pueblo”
La burguesía es la clase más hipócrita que ha existido en la historia. Siempre encuentra un “argumento” para justificar su explotación, sus guerras y su barbarie. ZP – como antes hiciera el adusto Aznar - justifica nuevos contratos basura en nombre de la “creación de empleo”. En Venezuela, Chávez justifica la agravación de la miseria y el hambre en nombre de la ayuda a las masas empobrecidas mediante las “Misiones” con las cuales «se informalizan las condiciones de trabajo, lo que “flexibiliza” (es decir, hace precaria) la fuerza de trabajo a través de las cooperativas, donde los trabajadores perciben salarios de hambre menores que el salario mínimo sin ningún tipo de cobertura social; por otra parte, por cada área de servicio o producción que se cubre a través de las misiones, se desmejoran las condiciones salariales y sociales de los trabajadores formales que hasta ahora laboran en esas áreas, ya que son violadas las contrataciones colectivas y son chantajeados con el despido» (Internacionalismo. Publicación de la CCI en Venezuela).
Respecto a las pretendidas “conquistas sociales” que habría aportado el chavismo, el post de El Libertario, un grupo anarquista venezolano con posiciones sin embargo bastante claras sobre Chávez, denuncia el mito de “la sanidad y la educación” que es la misma milonga que nos cuentan para pedir el apoyo al régimen cubano. Los “progresos en educación y sanidad” sirven para encubrir el avance vertiginoso de la miseria y la explotación en estos últimos 8 años. Los compañeros del grupo argentino Nuevo Proyecto Histórico en su interesante texto “La guerra social por otros medios” aportan datos claros: «Según el Instituto Nacional de Estadísticas (INE), el INDEC venezolano, en el año 1999 la pobreza extrema alcanzaba al 19,9 por ciento y en cambio ahora todo empeoró, ya que afecta al 28,1% de la población. La pobreza era en 1999 del orden del 43% y en el 2005 aumentó hasta llegar al 54%. El 22 por ciento de los venezolanos está desnutrido y el 47% vive con dos dólares por día».
El engaño de la “democracia participativa”
Los barrios pobres de las ciudades, las más remotas estancias campesinas, se han llenado de “Círculos bolivarianos”, “milicias”, “órganos de cogestión” etc. Esta telaraña de “organismos participativos”, la mayoría tutelados por miembros del Ejército, nos la pintan como la alternativa de la “democracia participativa” frente a la vieja “democracia representativa” liberal.
Algunas intervenciones en el Foro se emocionan sobre las “experiencias de autogestión” que estarían en curso en Venezuela. No vamos a entrar aquí sobre la naturaleza de la autogestión, simplemente queremos apoyar la respuesta contundente que hace El Libertario a esas especulaciones: «Por ejemplo, se refiere a obreros y campesinos en lucha, aparentemente aludiendo a los imaginativos cuentos que la propaganda chavista difunde en el exterior sobre las tomas de fabricas y haciendas, situación que solo ha ocurrido en términos muy limitados y bajo control del aparato gubernamental, que ha estatizado empresas agrícolas e industriales en bancarrota o con graves problemas judiciales, operándolas bajo régimen de capitalismo estatal y sin ninguna intención de dejarlas en manos de sus trabajadores».
El Estado venezolano se dota de instrumentos “participativos” cuya misión es controlar a los trabajadores y a la población, someterlos a una férrea vigilancia, chantajearlos (“si no participas en la revolución no tienes derecho a las ayudas sociales”), reprimirlos si hace falta en caso de huelgas o manifestaciones obreras. ¿Qué diferencia hay realmente entre esos organismos de encuadramiento estatal y las “milicias populares” de los regímenes estalinistas o las SA del nazismo? La diferencia está únicamente en la justificación ideológica.
El Estado burgués es una dictadura totalitaria de la clase explotadora sobre la inmensa mayoría de la población. Para enmascararla adopta los más variados disfraces. El más utilizado es la Democracia. En Venezuela, ante el evidente desprestigio de la vieja democracia liberal representada por los partidos tradicionales, los creativos publicitarios de Chávez han encontrado nuevos envoltorios.
El “anti-imperialismo” de Chávez, su “democracia representativa”, sus “conquistas sociales”, constituyen otros tantos reclamos para que lo elijamos –aunque sea “críticamente”– como nuevo “libertador”. Y si rechazamos tales patrañas se nos chantajea atribuyendo « a todo el que tenga una posición principista de independencia de clase que no quiere “mancharse las manos". ¿Esto que quiere decir? Que lo correcto es "mancharnos las manos" o "embarrarnos los pies"», como muy bien denuncia P Mattick, otro participante en el mencionado Foro que se reivindica de una posición consejista.
A esos chantajistas les respondemos muy sencillamente: lo que es práctico para la burguesía no lo es para el proletariado. Para la burguesía resulta muy práctico que los obreros elijamos campo entre los diferentes gángsteres que la componen. Que aceptemos la explotación, la guerra y la miseria en nombre de la “lucha anti-imperialista”.
¡Pero eso no es práctico para el proletariado y para la inmensa mayoría de la humanidad! Lo práctico para el proletariado es defender su autonomía de clase, mantener su independencia en reivindicaciones, organización y métodos de lucha. El arma más perniciosa de la burguesía es obligarle a elegir plato en el menú podrido del capitalismo: entre Chávez y Bush, entre ZP y Aznar, entre altermundialistas y globalizadores, entre demócratas y fascistas, entre militares y civiles… El proletariado debe reconocerlos como servidores incondicionales del Estado Capitalista y luchar de forma autónoma contra todos ellos. Recordemos la letra de “La Internacional”: «Ni en dioses, reyes ni tribunos está el supremo salvador, nosotros mismos realicemos el esfuerzo redentor».
Acción Proletaria.