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Hemos recibido un texto de un compañero de Ecuador sobre la emigración desde este país (en España es una de las poblaciones migratorias más importantes[1]).
El texto defiende la posición, que compartimos plenamente, de que la emigración masiva de los últimos años es un producto de la crisis histórica y mundial del capitalismo, de su hundimiento en la barbarie, que condena a millones de proletarios y otras capas desheredadas de la población, a la miseria más absoluta, de la que tratan de huir buscando refugio en los países "desarrollados". Miseria que no se traduce únicamente en la falta de empleo y la escasez muchas veces de lo más imprescindible para vivir, sino en una auténtica descomposición del tejido social, con sus implicaciones respecto a la insalubridad, el desarrollo del gangsterismo, etc. Todo lo que implica una falta absoluta de perspectiva.
Esta toma de posición tiene además el mérito de mostrar cómo, concretamente, los efectos de la crisis económica en Ecuador han seguido las vicisitudes de la crisis mundial. Aunque los capitales nacionales más débiles, como los de la periferia del capitalismo cargan con la peor parte, el epicentro de la crisis histórica y mundial del capitalismo son los países centrales. De hecho, el espejismo de crecimiento económico de los años 70, que dio lugar a los llamados "países en vías de desarrollo", o como dice el compañero, a la política de industrialización de "substitución de importaciones" en Ecuador, es producto de la política de exportación de la crisis del centro a la periferia, a través de la concesión de créditos masivos a los países del llamado Tercer Mundo para que compraran mercancías europeas y americanas[2]. Esto se demostró con creces poco después con la crisis de la deuda en los años 80, que acabó de golpe con las políticas "desarrollistas" liquidando las mínimas condiciones de vida de la mayor parte de la población trabajadora de estos países. A su vez, esta crisis se saldó con una nueva inyección crediticia especulativa de dimensiones aún más espectaculares, pero que, como la droga en los adictos, que ya no produce ninguna euforia, sino que simplemente ataja la abstinencia, ponía parches con créditos para tapar agujeros de otros créditos en una burbuja especulativa que condujo a las quiebras financieras de los 90. Durante esta década, como señala el texto, la degradación de las condiciones de vida de la clase obrera y de la población no explotadora en general, se convierte en desesperanza, en ausencia de futuro; y eso es lo que está a la base de las oleadas de emigración masivas.
Pero no es sólo en Ecuador donde el capitalismo es incapaz de ofrecer una perspectiva de vida; es fundamentalmente en EEUU y en Europa, en el centro del capitalismo, donde se muestra esa falta de perspectiva. Si estos países representaron en algún momento incluso en la decadencia (reconstrucción de posguerra), una posibilidad de conseguir empleo y garantizar unas mínimas condiciones de vida ( a costa de sobreexplotación como pudieron comprobar los emigrantes españoles en Alemania y Suiza en los años 60), hoy acumulan desempleados y trabajadores precarios. Las empresas que cierran o "reestructuran" no son pequeños talleres, sino buques insignia del capitalismo, como General motors en EEUU, y las instituciones financieras que se hunden no son las bolsas de los tigres asiáticos, sino el Northern rock bank de Inglaterra. La exclusión de los trabajadores emigrantes, a los que el capitalismo condena a morir de hambre en los cinturones industriales de los países desarrollados es ya el futuro que reserva a los obreros autóctonos de estos países a los que condena al desempleo y la miseria.
La condición de ilegales y clandestinos o de "acogidos" de los obreros emigrantes es lo que permite al capitalismo apurar hasta el límite la degradación de sus condiciones de vida, amenazándolos con la expulsión o la marginación; pero es al mismo tiempo también lo que la burguesía utiliza para presionar a la baja las condiciones de los trabajadores "autóctonos". "Los obreros no tienen patria", la clase obrera está unida, por encima de la división en obreros emigrantes y "autóctonos", por su naturaleza de clase explotada, que se ve obligada a vender su fuerza de trabajo para sobrevivir y no tiene otro recurso de vida, lo que le empuja a ser revolucionaria para reivindicar unas condiciones de vida humanas.
Las campañas ideológicas sobre la emigración tratan de ocultar al proletariado mundial el hundimiento del capitalismo, su incapacidad de ofrecer una perspectiva de vida para la mayoría de la población. A los obreros que emigran a los países más "ricos", se les intenta hacer creer que allí podrán encontrar una vida mejor; a los obreros de esos países que se quejan sin embargo de sus miserables condiciones de vida, se les dice que la causa son los emigrantes. El capitalismo se hunde en todo el mundo en una crisis que hoy toma la forma de putrefacción, arrastrando consigo a toda la humanidad a la barbarie. La única alternativa frente a esta situación es la perspectiva de su destrucción y la toma a cargo por el proletariado de la revolución mundial y la transformación comunista de la sociedad.
CCI
SOBRE LA MIGRACION DESDE ECUADOR
En el Ecuador, país de América del Sur que orbita en la periferia del capitalismo, eternamente dependiente del mercado norteamericano, miembro del patio trasero de esta potencia militar y económica, cuyo desarrollo capitalista ha estado marcado por la producción de materia prima, básicamente banano y petróleo (a inicios de los ochenta del siglo pasado la producción de camarón se sumó como elemento sustancial en los ingresos del estado). Gracias a la incorporación de la producción petrolera en la economía ecuatoriana y al fuerte endeudamiento en los años 70 del siglo pasado, al estado ecuatoriano le permitió desarrollar un proceso de industrialización llamado "sustitución de importaciones" iniciado por el gobierno "Revolucionario Nacionalista" del militar: Gen. Guillermo Rodríguez Lara, y continuado por el triunvirato militar conformado por los jefes de las tres ramas de las FF AA que gobernó el último lustro de esa década; esto generó un incremento en los puestos de trabajo y mejoró la calidad de vida de una creciente clase media; el espejismo provocado por el "boom" petrolero ocultó momentáneamente la crisis general del sistema capitalista desatada a inicios de los 60 y que de una u otra manera alertó a sectores de la burguesía nacional a dar paso a la intervención de las FF AA en la gestión del Estado para así mediatizar las posibles repercusiones de los vientos de insurgencias que se desataron por toda América Latina; los petrodólares no pudieron prolongar la mascarada, la crisis del sistema capitalista seguía su curso inexorable a la agudización, los trabajadores comenzaron a salir a las calles a protestar por mejor sueldo y mejoras en las condiciones de vida, manejados por los sindicatos fortalecidos desde el momentáneo "Estado de Bienestar", los conflictos se fueron profundizando dando paso a la salida orquestada desde el aparato estatal: "El retorno al régimen democrático" (1979), sellado por la muerte de más de cien zafreros -obreros agrícolas- del ingenio azucarero AZTRA.
Ni bien inaugurada la nueva democracia el proletariado ecuatoriano se desayunaba con las políticas de ajuste que recetaba el FMI para apalear las consecuencias de la crisis económica que sería el estribillo que usarían todos los gobiernos de turno sin importar de que color fueran; los logros de los 70 se fueron esfumando con la factura que el capitalismo en decadencia le pasaban a los países en la región, la crisis de México en los inicios de los 80, y las de Argentina y Brasil en los 90, dieron impulso a las políticas anti-obreras, recetas del FMI, provocando el cierre de puestos de trabajo, masas de proletarios pasaron a formar parte de la llamada "economía informal", a habitar en los cinturones de miseria de las grandes ciudades, ser parte del lumpe proletariado, carne para las pandillas organizadas de mafiosos vinculados en el narcotráfico, sicariato, tráfico humano, etc. Este cuadro ha sido el mayor motor para la masiva migración de trabajadores en la búsqueda de mejores condiciones de vida.
Después de la debacle bancaria de 1999 -en el medio ecuatoriano se lo conoce como el atraco del siglo-; crisis de las instituciones financieras que para los agoreros criollos de la economía ecuatoriana le atribuyeron, por un lado al desastre en la producción causado por la presencia del llamado "fenómeno del niño" que generó lluvias torrenciales provocando inundaciones, por otro lado, al mal manejo de los fondos por parte de los directores de las instituciones financieras que cayeron cual piezas de un dominó, manejo errado en la medida de que los directores de dichas instituciones utilizaron su posición para otorgarse créditos y a través de empresas fantasmas y vinculadas con ellos manejaron dichos montos para sus propios beneficios, es decir corrupción; esta conclusión que se ha convertido en la verdad esgrimida por todos los medios de información, los analistas económicos y los voceros de las instituciones del Estado ecuatoriano es una verdad a medias, en todo caso una verdad que oculta lo de fondo: la profunda crisis del sistema capitalista, ya que lo ocurrido en Ecuador en 1999 eran las consecuencias de las crisis desatadas en Argentina y Brasil sumadas al derrumbe de las economías "emergentes" del Pacífico del sur, los llamados "Tigres Asiáticos" (1997); el maremoto llegó al Ecuador para ese año y afectó precisamente al sector que está directamente entrelazado con el resto de las economías del orbe. Esta hecatombe financiera fue de tal magnitud que de la noche a la mañana miles se quedaron en la calle, decenas de medianas y grandes empresas cayeron como casas de papel, miles de millones de sucres se esfumaron, esto provocó, así mismo, la proletarización de grandes segmentos de la pequeño burguesía, anunciando una vez más la imposibilidad del sistema capitalista de salir del pantano en que se encuentra, conduciendo al conjunto de la sociedad a sufrir "una epidemia social, que en cualquier época anterior hubiera parecido absurda, se extiende sobre la sociedad: la epidemia de la superproducción. La sociedad se encuentra súbitamente retrotraída a un estado de barbarie momentánea";[3] y así se desató una marea migratoria sin precedentes en la historia ecuatoriana; millones salieron del Ecuador, Europa se sumó a la ruta preferida por los emigrantes -en décadas anteriores EE UU y Canadá eran las rutas preferidas-, concentrados mayoritariamente en España e Italia. Desde aquella época los deseos de miles de salir no ha cesado, los intentos persisten en la medida en que el estado capitalista ecuatoriano al igual que los demás estados de la periferia del capitalismo, no dan respuestas en materia de empleo, seguridad social, salud, etc., y llenos de ilusiones piensan que en los países "desarrollados" las cosas cambiarán; pero esta ilusión ha ido cobrando víctimas mortales, muchos se ahogan tras naufragar la embarcación en que viajan por exceso de personas intentando salir rumbo América Central, otros llegando a América Central mueren en las selvas guatemaltecas, en el desierto al norte de México frontera con los EE UU, o en los rieles del tren que los lleva al "gran sueño americano", los que escogen Europa apenas llegan a cualquier aeropuerto deberán tomar las debidas precauciones para no terminar ser tratados como vulgares delincuentes.
Los que vienen intentando salir rumbo a los EE.UU. lo hacen utilizando los servicios de los "coyoteros", estas empresas mafiosas cuyas ramificaciones llegan hasta las instituciones del estado capitalista ecuatoriano (esto último se demuestra cuando nunca a caído un pez gordo en las redadas que efectúa las fuerzas de seguridad y jamás explican cómo unos simples tripulantes obtienen los respectivos permisos para zarpar, y cuando capturan la embarcación después de un tiempo esta sale libre y "OH SORPRESA" vuelve a ser usado por los "coyoteros"), tras sacarles altas sumas de dinero someten a sus "clientes" en verdaderos esclavos vendidos principalmente en los EE UU (hay relatos de sobrevivientes de naufragios de estas verdaderas galeras de esclavos que cuando se ven amenazados los tripulantes socios de los coyoteros, abandonan la embarcación con todos los ocupantes), "Agosta 12 de 2 005. Se informó que hubo el naufragio de una embarcación con emigrantes frente a las costas colombianas rumbo a Centroamérica. 113 ecuatorianos viajaban en dicha embarcación 9 sobrevivieron"[4] Hemos regresado a la época de los barcos negreros que llenaron los mares en el siglo XVI y que por años fueron los suministradores de mano de obra esclava para el desarrollo de las colonias portuguesas, inglesas, holandesas, francesas, españolas, y de las plantaciones algodoneras de los estados del sur en los EE.UU.; todo por el bien de la acumulación originaria del capital. Así como en aquella época lejana que se pierde en relatos de historia, países como el nuestro se han convertido en exportador de mano de obra esclava, la misma que sometida bajo el yugo del salario miserable, es reprimida y oprimida bajo la sombra del estatus de ilegal, indocumentado, perseguido cual zorro por los aparatos represivos del estado y por grandes sectores de la sociedad manipulados por los ultraderechistas nacionalistas que para ganarse un espacio político y así poder disputar el control del estado levantan slogan nacionalistas llenos de xenofobia, ejemplo reciente las últimas elecciones presidenciales en España. Entre 1 999 y 2 006 897 411 personas han salido del Ecuador, 7% de la población en general, 20% de la población económica activa. Todos los que intentan, por cualquier medio, salir del país en su mayoría son hijos de la clase proletaria y del campesinado pobre; desde ya víctimas del capitalismo y que no dejan de serlo, por cuanto, si logran llegar a su objetivo solo servirá para que el capitalista de aquél país receptor se enriquezca mucho más a costa de la sobreexplotación de mano de obra barata, por otro lado, su condición no varía, seguirá siendo proletario y en cuanto el campesino pobre se proletarizará, y ambos subsistirán en peores condiciones que las de sus hermanos proletarios nativos. Hoy por hoy, después del petróleo el rubro de mayor ingreso para el fisco son las remesas de los emigrantes, esto significa que el estado capitalista ecuatoriano se nutre de manera sustancial de lo que generan los pulmones de millones de ecuatorianos en calidad de esclavos asalariados. "En el 2 001 la economía se apuntaló con las remesas de los emigrantes, con 1 430 millones de dólares (superior a las inversiones petroleras en ese año)" [5]"En el 2 000 las remesas de los emigrantes, con 1 364 millones de dólares, habrían sido superiores a las exportaciones sumadas de banano, camarón, café, cacao ($ 1 167 millones)"[6]; para el 2 001 esta suma era de $ 1 136 millones. En el 2 000 las exportaciones petroleras fueron de $ 1 913 millones, en el 2 001 fueron de $ 2 442.[7] El gobierno actual (Rafael Correa es el presidente) de manera demagógica y populista a invocado a todos los emigrantes a que vuelvan al país y que inviertan sus ahorros en pequeños negocios y así cambien su condición, su famoso "plan de retorno" con todo su oropel levantado -creo una secretaría de estado denominada "Del Emigrante"-, no deja de ser un acto de hipocresía mayúscula; el líder de la "revolución ciudadana" no cuestiona las condiciones de doble explotación en que se encuentran los emigrantes -la una por ser extranjeros reprimidos y sometidos con poco salario a un régimen de sobre explotación y segundo, por ser proletarios-, no dice nada con respecto al coyoterismo -Correa se limita a sugerir el endurecimiento de las penas a los implicados, es decir, se limita a la reforma superficial de las leyes y ordenanzas en las instituciones relacionadas con el tema, mas no profundiza en la búsqueda de soluciones definitivas, tal vez porque es conciente que no puede hacerlo sin irse contra el sustento mismo del capitalista, que es la explotación inmisericorde del proletariado de todas las formas posibles, que es la verdadera pasión de la burguesía-, el discurso ante la ONU donde declaró como un crimen contra la humanidad el trato despótico a los emigrantes no dejó de ser un acto propagandístico para ganarse para sí los votos de estos ante la convocatoria a elección a la Asamblea Constituyente, sino pregunten si la famosa secretaría del emigrante tiene fondos suficientes, un plan efectivo para la unificación familiar -con cada emigrante en el extranjero es una familia destruida: hijos al cuidado de vecinos, abuelos o tíos, esposos separados, toda una tragedia humana-. ¿Pudo actuar con libertad y se vio justificada su existencia cuando ocurrió el intento de expulsión a una madre y a su hija del estado Belga, en el segundo semestre del año pasado? Se evidencio su inoperancia y los límites de la política correísta con respecto a estos temas -ni la esposa de este que siendo de nacionalidad Belga pudo hacer algo a más de señalar lo horrorizada y avergonzada que se sintió por lo ocurrido-, límites impuestos por el propio mercado de la fuerza laboral, de la venta del proletariado, de la explotación de este por parte de un sistema social económico y político que vive exprimiendo la fuerza de trabajo hasta la muerte.
Este fenómeno social como gusta llamar los sociólogos y antropólogos a la emigración, sus orígenes, consecuencias y posibles soluciones; lo analizan de distintos ángulos, le dan las mil vueltas pero al final terminan recomendando a todos los gobiernos de cualquier ralea lo mismo de siempre: "que deben invertir más en educación, en promocionar tal o cual rubro o sector de la economía para la generación de empleos, la capacitación micro-empresarial con el respectivo paquete de créditos, etc.;" al final el resultado es el mismo, nada sustancioso; el destape de la crisis endémica del sistema capitalista (1960) arroja a la calle a miles de miles de trabajadores a diario producto del caos desatado por la libre concurrencia en el mercado donde el pez grande se come al chico, donde la saturación del mercado produce el traslado de corporaciones de toda naturaleza de un lado a otro buscando, ya no nuevos mercados que explotar, sino nichos donde la mano de obra sea súper barata, el estado sea súper corrupto y la sociedad en su conjunto este totalmente desesperada; permitiendo a los grandes capitalistas extraer mayor plus valor y seguir con su tren de vida, aunque este tren este completamente descarrilado y dirigiéndose al despeñadero; este es el origen de todo mal, una sociedad que tiene demasiado y al mismo tiempo padece males que no los puede resolver, una sociedad que hiede a podrida, esto es el capitalismo en descomposición Un solo camino para el cambio radical de esto y otras perlas que hacen del sistema capitalista una amenaza para la supervivencia de la especie humana; un solo sendero, el de la organización del proletariado en clase para si organizado en consejos obreros y que junto con la intervención de su vanguardia, el Partido Comunista Mundial, en la lucha de clase, asuma su rol ante la especie humana derribando el edificio del sistema capitalista desde sus bases y sobre sus ruinas construya el comunismo. Marzo de 2008, Jonás
[1] Según el Boletín estadístico de extranjería e inmigración, editado por el Ministerio de Trabajo y Asuntos sociales, que sólo contabiliza los emigrantes documentados, por nacionalidad de origen, en Diciembre de 2007 el colectivo ecuatoriano era el tercero en volumen, tras el marroquí y el rumano.
[2]«Entre 1974 y 1977 asistimos a la mayor oleada de préstamos de la historia hasta entonces: 78000 millones de dólares concedidos en créditos sólo a países del Tercer Mundo sin incluir a los del bloque ruso. Para darse una idea hay que recordar que los créditos concedidos por el plan Marshall a los países europeos, que ya entonces supusieron un récord espectacular, significaron entre 1948-53 un total de 15000 millones de dólares» («Treinta años de crisis del capitalismo», Revista Internacional nº 96, /revista-internacional/199901/1175/crisis-economica-i-treinta-anos-de-crisis-abierta-del-capitalismo
[3] Manifiesto Comunista
[4] Comunicado de prensa del Ministerio de Relaciones Exteriores del Ecuador, difundido en aquellos días.
[5] Artículo elaborado por Alberto Acosta (Economista, Presidente de la Asamblea Constituyente, miembro del buró del movimiento político PAIS, actualmente gobernando) difundido en Wiki Learning.
[6] Ídem.
[7] Ídem.