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Publicamos a continuación el correo recibido de un lector de Brasil, quien simpatiza con las políticas emprendidas por Chávez (y Lula) a favor de las capas mas necesitadas. Estas manifestaciones de simpatía hacia el chavismo son cada vez mas frecuentes, tal como lo observamos en nuestras reuniones públicas y en los foros donde intervenimos, tanto presenciales como en Internet. Ellas son la expresión de la preocupación genuina de este lector (así como de muchas otras personas en el mundo), por la situación de pauperización que viven los capas mas necesitadas, dentro de ellas millones de proletarios, y del rechazo a la horrorosa política imperialista de los Estados Unidos; quienes ven en Chávez y su “socialismo del siglo 21”, una vía para superar la pobreza y debilitar al “imperialismo yanqui”.
En nuestra respuesta, pretendemos mostrar al compañero, que los “fenómenos” Chávez, Lula, Evo Morales, Correa, etc. no son sino la expresión de la nueva burguesía emergente en varios países de la periferia, que ha podido capitalizar los “sueños de su gente” para acentuar la precariedad y pauperización.
Carta del lector
Como ciudadano del continente sur-americano, veo con desconfianza tantas criticas al chavismo - sean aquellas desde la derecha, sean las de izquierda. Chávez (asi como Lula, en Brasil) es un lider oriundo de las clases económicas más bajas y viene demostrando, en su discurso y practica; desear una situación mejor para las camadas más necesitadas y medias de Venezuela. Ha enfrentado a un golpe de estado burgues y volvió, en los brazos del pueblo, al palacio de gobierno. Si es 'populista' o no, que importa, desde que realice los sueños de su gente? Hasta aqui, muchas de sus politicas han sido de extremada coherencia y coraje. Enfrentarse al gigante mundial es una lucha de David contra Golias, o sabeis, no es cosa facil. Otros lideres recientes del continente le dan la mano: Evo Morales y Raphael Correa. China aumentó considerablemente sus relaciones con Venezuela. Entonces ... saquen sus propias conclusiones.
Saludos!
F
Rio de Janeiro-Brasil
Nuestra respuesta
Estimado F,
Antes que nada queremos agradecerle el envío de su correo. Por medio de éste queremos exponerle brevemente cuáles son las bases de nuestra crítica al chavismo, para intentar ganar su confianza en nuestro punto de vista.
Es cierto que Chávez (al igual que otros jefes de estado como Lula, Morales, Correa, e incluso Bush, con respecto a sus nacionales) en su discurso dice “desear una situación mejor para las camadas (capas) más necesitadas y medias de Venezuela”; sin embargo, en la “práctica” observamos que hay un distanciamiento cada vez mayor entre el discurso y la realidad: detrás de la insidiosa propaganda del chavismo tanto dentro como fuera de Venezuela, que exalta los “logros” de la “revolución bolivariana” a favor de los pobres, lo que existe en realidad es una creciente pauperización de los proletarios y de las capas mas necesitadas, incluyendo a las capas medias; mientras las nuevas elites del chavismo perciben sueldos escandalosos (en algunos casos superiores a 10 mil dólares mensuales, hasta 50 veces el salario mínimo que percibe un trabajador) y hacen grandes negocios al disfrutar de las bondades de la renta petrolera ahora en sus manos[1].
Este distanciamiento entre el discurso y la realidad, no es una cualidad del chavismo, sino que es el comportamiento hipócrita que ha caracterizado a las clases dominantes para con las masas explotadas y oprimidas, a las que necesitan controlar y crearles esperanzas de que es posible que superen su situación de pobreza bajo el sistema capitalista de explotación. Con el chavismo, no ha desaparecido, sino que se ha reafirmado una tendencia innata del capitalismo a concentrar la riqueza en pocas manos y a condenar a una masa cada vez mayor de la población a vivir en la pauperización absoluta, ante la imposibilidad de poder conseguir un empleo que le permita las condiciones mínimas de sobrevivencia; expresión de que el capitalismo ha dejado de ser un sistema socialmente progresivo.
Chávez, hijo de clases bajas
Es necesario aclarar el papel que juega Chávez como líder “oriundo de las clases económicas más bajas”: el hecho de que un líder o gobernante sea de extracción pobre, inclusive proletaria, no significa que éste no se integre a la clase dominante y desarrolle una política a favor de la burguesía. La historia esta plagada de casos de individuos de este perfil que le han sido de extrema utilidad a las clases dominantes, precisamente en momentos de crisis agudas: Lech Walesa en Polonia (en los 80) y Lula en Brasil, para sólo mencionar dos casos, ambos “lideres obreros” le han prestado y prestan un servicio insustituible a la burguesía de sus respectivos países. Chávez, hijo de maestros y oficial del ejército (mayor brazo armado de la clase dominante), también ha venido al auxilio de la burguesía Venezolana, ante la crisis de gobernabilidad que ésta padece desde finales de los 80. El hecho de que a la cabeza del estado se encuentre el hijo de un obrero o un hijo ilustrado de la burguesía mas rancia, son cuestiones secundarias; tanto uno como otro, al asumir la responsabilidad de jefe de estado, inevitablemente pasa a ser el más alto gerente del órgano de dominación del capital nacional (estatal y privado), y como tal él (y sus acólitos) pasa a formar parte de las clases explotadoras, es decir de las clases privilegiadas que viven de la explotación de la clase obrera.
El marxismo siempre ha insistido en que el capital es una relación social, a la cual son arrastrados sus actores principales, la burguesía y el proletariado, los opresores y los oprimidos, por un conjunto de hechos históricos, independiente de su voluntad. En este sentido, independientemente de su “buena voluntad”, Chávez forma parte de las clases dominantes que explotan el trabajo a favor de los intereses del capital nacional. También el marxismo nos ha enseñado que el gobierno del estado bajo el capitalismo, es el gobierno de la burguesía.
El surgimiento de los “fenómenos” Chávez, Lula, Kirchner y más recientemente Morales en Bolivia y Correa en Ecuador, se debe al agotamiento casi generalizado de los partidos socialdemócratas y socialcristianos que gobernaron hasta la década de los 90, quienes sumidos en la descomposición y la esclerosis política, tuvieron serias dificultades para controlar las crisis políticas, y generar nuevas formas ideológicas para controlar el malestar social. Estos líderes, apoyados en su carisma y su extracción popular, han capitalizado el malestar de los proletarios y excluidos sociales, desarrollando políticas populistas que les permiten canalizar los “sueños de su gente” a favor de los intereses del capital nacional. Estos nuevos líderes son los nuevos administradores de la precariedad.
Cuando hablamos de “políticas populistas” no lo hacemos en términos peyorativos, tal como lo hacen los sectores de la burguesía que se le oponen a estos nuevos lideres del capital; sino que nos referimos a los gobiernos que han surgido en América Latina y en otros países de la periferia, tales como el de Perón en Argentina (1946-1955), o el de Getulio Vargas en Brasil (1930-1954), entre otros, en los que se exacerban las ilusiones de los “descamisados”, precisamente en períodos de crisis agudas de gobernabilidad de la burguesía nacional.
Ninguno de estos gobiernos ha solucionado la situación de pobreza de las masas que depositan en ellos sus esperanzas, sino que al ser sustituidos por otros gobiernos burgueses, quedan más depauperadas a la espera de otro Mesías que reviva sus “sueños”. Este es y será el drama de las capas explotadas y depauperadas, hasta tanto el proletariado no se coloque a la cabeza de los movimientos sociales y a través de su lucha revolucionaria supere de raíz las causas de la pauperización y la precariedad, las cuales se encuentran en el propio funcionamiento del modo capitalista de explotación.
David contra Goliat
Es indudable que Chávez se enfrenta al “gigante mundial” y sabemos que no es “cosa fácil” esta lucha entre “David contra Goliat”. Pero esta lucha contra el imperialismo “gigante” de EEUU no es mas que la lucha para fortalecer al “pequeño” imperialismo venezolano en la región, quien hace uso del petróleo (de la misma manera que EEUU hace uso de su poder económico y militar) como arma de chantaje y presión, para fortalecerse a nivel geopolítico aprovechándose de las debilidades que se le presentan al imperialismo norteamericano en el mundo. De la misma manera que la política imperialista de EEUU se hace en detrimento del proletariado y la población norteamericana, la política imperialista de la burguesía venezolana (con el sector chavista a la cabeza), se hace en detrimento de las condiciones de vida de las capas sociales que supuestamente el chavismo dice defender: la parte del presupuesto nacional que se dedica a las fuerzas armadas, compra de armamentos (que tarde o temprano se utilizaran contra la población venezolana o de algún otro país de la región) y “ayudas” a otros países, es superior a la destinada al llamado “gasto social”.
El “anti-imperialismo yanqui” ha servido durante más de un siglo para encubrir a los sectores de las burguesías de la región que se oponen a la burguesía norteamericana, ya que ellos quieren ser los únicos explotadores de las fuerzas productivas de la región y de sus respectivas naciones. En este sentido, no son gratuitas las “asesorías” de la burguesía cubana a Chávez: el “anti-imperialismo yanqui” le ha servido a ésta para someter al proletariado y a la población cubana a la explotación y la precariedad por más de 40 años. Un hecho por lo menos contradictorio es que pese a la confrontación “radical” de Chávez contra EEUU, éste sigue siendo el principal socio comercial de Venezuela. Es la mejor evidencia de que la burguesía no tiene el menor escrúpulo en promover una permanente victimización, con el objetivo de engañar y confundir a los proletarios y la población (tanto de dentro como de fuera de Venezuela). El proletariado debe combatir todo imperialismo, sea grande o pequeño, combatiendo a su propia burguesía.
Chávez “en los brazos del pueblo”
Con respecto al regreso de Chávez al poder después del “golpe de estado burgués”, hay que aclarar que éste regresó al poder no precisamente “en los brazos del pueblo”, sino en los brazos de los militares leales, después de ser liberado por los militares golpistas que lo derrocaron. Éstos decidieron claudicar, al observar la tremenda debilidad de los sectores de la burguesía que estaban a la cabeza del golpe contra Chávez, quien regresó al poder dos días después. El chavismo le ha sacado el mejor provecho a este acontecimiento, al presentarse no sólo como una víctima de los sectores golpistas, sino del gobierno norteamericano quién de alguna manera apoyó el golpe al no condenarlo. Si bien es cierto que parte del “pueblo” clamaba e incluso lloraba por el regreso de Chávez, la decisión de los acontecimientos estuvo en manos de las fuerzas armadas, quienes en última instancia deciden en momentos como estos a cuál fracción de la burguesía dejar en el poder. Lo del regreso de Chávez “en brazos del pueblo” es parte de la mitología que él mismo ha creado, para cubrirse de una aureola de apoyo masivo e incondicional del “pueblo” para engañar a las masas que cifran en él sus esperanzas; mitología que veneran y le hacen publicidad sectores altermundialistas, de izquierda e izquierdistas de la región y del mundo.
Por último, queremos aclararle, y a lo mejor lo ha observado a través de nuestra respuesta, que nuestra crítica no se ubica en el espectro de las que son hechas desde la óptica de la derecha o la izquierda, las cuales consideramos fuerzas políticas complementarias que defienden los intereses de la burguesía. Se ubica en otro terreno, el de la izquierda comunista, heredera del marxismo y que consideramos es la única que de manera objetiva puede hacer un análisis auténtico desde el punto de vista de la clase obrera.
Amigo F, le invitamos a debatir sobre los puntos aquí planteados, pues consideramos que es una forma de ganar confianza en la perspectiva del socialismo revolucionario.
Fraternalmente,
La CCI. 25-02-07
[1] Un magistrado del Tribunal Supremo de Justicia gana $13.953 mensuales; un Rector del Consejo Nacional Electoral, $11.628 (los sueldos en este organismo aumentaron en mas del 1000% en 3 años); un diputado de la Asamblea Nacional, $1.746; sin tomar en cuenta todos los beneficios del cargo. El presidente Chávez dice ganar un sueldo mensual equivalente a $1.400, pero tiene varias multimillonarias partidas del presupuesto nacional para los “gastos de la presidencia”. El salario mínimo oficial (que no ganan la mayoría de los trabajadores) es equivalente a $260. Calculados según la tasa de cambio oficial de 1$=Bs. 2.150.
Altos dirigentes del chavismo, a través de “intermediarios”, invierten en las áreas: financieras, medios de comunicación, agropecuaria, etc.