Submitted by CCI Online on
Recientemente recibimos este texto de los compañeros del grupo TPTG ("Ta Paidia Tis Galarias") en Grecia, y estamos muy entusiasmados al publicarlo, ya que éste representa una de las primeras declaraciones claras sobre el "movimiento asambleario" en Grecia, escrito por compañeros que han estado tomando parte en dicho movimiento. Su análisis de los recientes acontecimientos en Grecia se asemeja mucho a lo que hemos estado diciendo sobre el movimiento de los "indignados" en España que proporcionó un catalizador inmediato para las movilizaciones en Atenas y en otras ciudades griegas. Así como nosotros identificamos una lucha "dentro" del movimiento en España entre un "ala democrática" que tiene como objetivo recuperar las asambleas en beneficio de un proyecto de reforma del capitalismo, y un ala proletaria que está por el desarrollo de la auto-organización y por un cuestionamiento fundamental de las relaciones sociales capitalistas, el texto del TPTG concluye diciendo:
"Una cosa es cierta: este volátil, contradictorio movimiento atrae la atención de todos los flancos del espectro político y constituye una expresión de la crisis de las relaciones de clase y la política en general. Ninguna otra lucha se ha expresado de una manera más ambivalente y explosiva en las últimas décadas. Lo que todo el espectro político encuentra inquietante en este movimiento asambleario es que la ira y la indignación del proletariado de base (y de la pequeña burguesía) no se expresan más a través de los canales de mediación de los partidos políticos y los sindicatos. Por lo tanto, no es tan controlable y sí es potencialmente peligroso para el sistema representativo político y sindical en general... el carácter multiforme y abierto de este movimiento pone en la agenda la cuestión de la auto-organización de la lucha, incluso si el contenido de ésta sigue siendo vago".
En resumen: a pesar de sus muchas debilidades (y el movimiento en Grecia parece sufrir en mayor medida el peso muerto del nacionalismo que su contraparte en España), toda esta experiencia es un momento muy importante en el surgimiento de una forma más profunda de la consciencia de clase y la organización proletarias, momento en el que los revolucionarios necesitan estar activamente implicados. Independientemente de las discrepancias que puedan existir entre nuestras organizaciones, se desprende de este texto que los principios que tenemos en común son aún más importantes: oposición a las maniobras de los izquierdistas y los sindicatos, rechazo total al nacionalismo, y un esfuerzo decidido por contribuir a la aparición de lo que los compañeros del TPTG llaman una "esfera pública proletaria" que hará posible que un número creciente de nuestros hermanos de clase no sólo encuentre la manera de resistir a los ataques del capitalismo a nuestras vidas, sino que desarrolle las teorías y acciones que nos conduzcan juntos a una nueva forma de vida social.
CCI, Julio de 2011
Notas preliminares para un análisis del "Movimiento de asambleas populares "
El movimiento de las asambleas en las plazas comenzó inesperadamente el 25 de Mayo en Atenas. Es incierto cuál fue el grupo inicial que tomó la iniciativa de hacer un llamado a una manifestación en la plaza Sintagma en Facebook para expresar su "indignación" e ira por las medidas de austeridad del gobierno. Parece, sin embargo, que algunas personas en torno a
un grupo político influenciado por la más reciente ideología democrática de Castoriadis estuvieron involucradas, entre otras, en dicha iniciativa. La convocatoria fue favorablemente replicada por los medios de comunicación y durante los primeros días se hizo referencia a una pancarta que supuestamente apareció en las movilizaciones en España: "Shhh, no grites, que despertaremos a los griegos" o algo así. Por supuesto, nadie podía esperar lo que seguiría.
La convocatoria inicial fue una declaración de independencia y separación de los partidos políticos, la representación y las ideologías. También expresaba el deseo de protestar pacíficamente contra la gestión estatal de la crisis de deuda y contra "todos los que nos han llevado a esto". Además, una consigna principal era la "democracia real", que rápidamente se sustituyó unos días más tarde por la de "democracia directa". El esfuerzo inicial, por parte de los organizadores, de establecer un conjunto de normas democráticas específicas para la asamblea fue rechazado por los participantes. Sin embargo, pasados unos días, se establecieron ciertas regulaciones, como el límite temporal de los discursos (90 segundos), el modo en que alguien puede proponer un asunto para la discusión (por escrito, dos horas antes del comienzo de la asamblea) y la manera como se elige a los que van a hablar (mediante sorteo). Hay que mencionar también que alrededor del núcleo central de la asamblea general hay siempre un montón de discusiones, eventos o incluso confrontaciones entre los participantes.
Al comienzo había un espíritu comunitario en los primeros intentos por autoorganizar la ocupación de la plaza y, oficialmente, no se toleraba a los partidos políticos. Sin embargo, los izquierdistas y especialmente los de SYRIZA (Coalición de la Izquierda Radical) [[1]] se implicaron rápidamente en la asamblea de Sintagma y tomaron importantes posiciones en los grupos que se formaron para gestionar la ocupación de la plaza. Más concretamente, se metieron en el grupo de "secretaría" [[2]] y en el responsable de "comunicación". Estos dos grupos son los más importantes porque organizan la agenda de las asambleas, así como el fluir de la discusión. Hay que saber que esta gente no declara abiertamente su afiliación política y se presentan como "individuos". Sin embargo, estos políticos son incapaces de manipular completamente una asamblea tan volátil y heterogénea, dado que prevalece la deslegitimación de los partidos políticos. Es muy difícil, no obstante, participar como un individuo en estos grupos concretos, ya que tienes que enfrentarte a la sombra de los mecanismos de partido de los izquierdistas.
Las manifestaciones organizadas diariamente fueron haciéndose cada vez más masivas y expresaron la deslegitimación total del Gobierno y del sistema político en general. En la más
grande, participaron unas 500.000 personas (el sábado 5 de junio). La composición social de la multitud que está saliendo a la calle todos los días abarca desde trabajadores, parados, pensionistas y estudiantes hasta pequeños empresarios o antiguos pequeños jefes duramente golpeados por la crisis. En estas manifestaciones en la plaza Sintagma se generó desde los primeros días una separación entre los que estaban "arriba" (al lado del Parlamento) y los de "abajo" (en la plaza). Entre los primeros, estuvieron presentes desde el principio grupos nacionalistas y de extrema derecha, que trataron de influir al sector más conservador y/o menos politizado (ya fueran proletarios o antiguos pequeños empresarios proletarizados). Es bastante común que se reúnan frente al Parlamento para ondear banderas griegas, hacer el signo de la mano abierta [[3]] a los diputados, corear lemas populistas y nacionalistas como "¡Traidores!" o
"¡Ladrones!" o incluso cantar el himno nacional. Sin embargo, el hecho de que esta gente sea más conservadora políticamente no significa necesariamente que sea más controlable cuando se intensifican los conflictos con la policía o que se les pueda considerar miembros de los grupos de extrema derecha organizados. Por otra parte, el segundo grupo que forma la asamblea está más orientado hacia la izquierda democrática (patriota, antifascista, antiimperialista), como puede observarse en los comunicados aprobados (consultar https://real-democracy.gr/)
y es también de composición proletaria (trabajadores parados, funcionarios, estudiantes universitarios, trabajadores del sector privado, etc.).
Los izquierdistas han conseguido organizar una serie de debates sobre la "crisis de deuda" y la
"democracia directa" invitando a ponentes procedentes de los sectores
académicos de izquierdas (por ejemplo economistas políticos de izquierdas como
Lapavitsas) que están relacionados con partidos de izquierdas minoritarios
(sobre todo SYRIZA y ANTARSYA [[4]]).
La organización de estos actos reproduce y refuerza la división entre
"expertos" y "no expertos" y el contenido de las presentaciones de los oradores
invitados ha estado centrado en una gestión política y económica alternativa de
las relaciones capitalistas y de la crisis. Por ejemplo, las principales
opiniones expresadas con respecto a la cuestión de la deuda van desde
propuestas de "reestructuración de la deuda" hasta la cancelación de la "parte
más detestable de la deuda", o llamadas a una suspensión de pagos inmediata por
parte del Estado griego o la salida de la Eurozona y la UE. En cualquier caso,
el contenido político expresado en estos actos es el de una ruta alternativa y
más patriótica para el "desarrollo del país" y la creación de un Estado
socialdemócrata. En otras palabras, estos actos tratan de dirigir el debate
hacia un camino alternativo para la reproducción de las relaciones capitalistas
en Grecia que llevará a cabo un Gobierno distinto en el que los izquierdistas
habrán asumido el papel que merecen... En ocasiones se han planteado críticas por
parte de los participantes en la asamblea al prominente papel de los expertos
en los actos, así como a la concepción de la deuda como un asunto logístico y
nacional. Sin embargo, han sido críticas demasiado débiles como para cambiar el
rumbo de la asamblea. La propuesta más conocida de una gestión izquierdista de
la "deuda nacional" viene de la Comisión de Informes Griegos, constituida por
varios políticos, académicos y burócratas sindicales de izquierdas, y que apoya
la idea de la cancelación de la "parte más detestable de la deuda", siguiendo
el modelo de Ecuador. La presencia de esta Comisión se estableció en la plaza
los primeros días, contra las resoluciones aprobadas para excluir a los
partidos políticos y organizaciones con el pretexto de ser ¡una "asociación de
ciudadanos"!
Algunos de nosotros nos hemos implicado en una asamblea temática formada por la general, sobre
asuntos laborales y de desempleo, llamada Grupo de Trabajadores y Parados. En
cooperación con otros compañeros, esta asamblea ha intentado promover la
práctica autoorganizativa de la "suspensión de pagos" proletaria, desde abajo,
para la satisfacción directa de nuestras necesidades. Por supuesto, esta última
es completamente contraria a las propuestas de la izquierda política de
"suspensión de pagos de la deuda soberana". Con este fin se han organizado
intervenciones en oficinas de desempleo, llamando a los parados a unirse al
grupo en la plaza Sintagma y tratando de comenzar discusiones con el objetivo
de organizar asambleas locales de parados (desafortunadamente, este último
objetivo no se ha logrado). También se han organizado tres acciones directas en
la estación de metro de Sintagma, en las cuales, en cooperación con un
colectivo ya activo en este tema, la llamada coalición de comités "Yo no pago",
se bloquearon las máquinas de validación de tickets. Los izquierdistas que
participan en esta asamblea han tratado de reducir sus actividades a las
demandas de la izquierda política, el "derecho al trabajo", el "trabajo
completo, decente y estable para todos", etc., sin ningún interés real en
comunicar sus experiencias de lucha (si es que tienen alguna) y en
comprometerse en la acción directa colectiva. Los resultados de esta
confrontación quedan reflejados en el comunicado que se produjo y que está
disponible en https://real-democracy.gr/en/node/159. Pero
el principal problema es que, aparte de nosotros, algunos
antiautoritarios/anarquistas y los izquierdistas, la participación de otra
gente tanto en las discusiones como en las acciones es casi inexistente, aunque
las acciones organizadas han sido aprobadas por la asamblea general.
Esto lleva a otra observación importante sobre la asamblea de la plaza Sintagma. A pesar de que
la asamblea ha tomado estos días decisiones que implicaban la organización de
acciones directas, al final muy poca gente ha participado en ellas. Parece que
el proceso de democracia directa de votar tan sólo a favor o en contra de una
propuesta concreta en una asamblea tan masiva reproduce la pasividad y el papel
del espectador/votante individualizado.
Esta pasividad e individualización de una parte significativa de la gente fue superada el día de
la huelga general (15 de junio) cuando la necesidad de luchar contra los
intentos del Estado de dispersar la manifestación y reocupar la plaza Sintagma
dio lugar no sólo a la participación de miles de personas en los
enfrentamientos con la policía, sino también a la expresión de una solidaridad
real entre los manifestantes: se liberaba a gente de las manos de los agentes,
el equipo médico ayudó a cualquiera que estuviera en peligro por el gas
lacrimógeno y los brutales golpes de los agentes, el divertido baile de miles
de personas en medio del gas lacrimógeno, etc.
Sin embargo, hubo ciertos poderes fácticos, como los medios de comunicación de masas, los
partidos de izquierdas y los fascistas, que intentaron fomentar la separación
entre los manifestantes por la cuestión de la violencia, acusando a algunos
manifestantes violentos de ser provocadores instigados por la policía. Cuando
el bloque anarquista/antiautoritario y los bloques de los sindicatos de base
llegaron a la plaza Sintagma, y algunos de los compañeros fueron a la zona
frente al Parlamento, un grupo de fascistas utilizaron el lanzamiento de unos
pocos (dos o tres) cóckteles molotov y empezaron a gritar con megáfonos a los
manifestantes que los "kukuloforoi" (encapuchados) [[5]]
eran provocadores policiales que debían ser aislados. Este grupo atacó a los
anarquistas/antiautoritarios y consiguió que otros manifestantes se implicaran
en el ataque. Los anarquistas/antiautoritarios consiguieron hacer frente y
responder con éxito a este ataque. Sin embargo, los medios explotaron este
incidente pintándolo como un ataque de los anarquistas a los "indignados" (como
se llama a la multitud que se manifiesta en la plaza) a fin de fomentar la
separación entre manifestantes "violentos" y "pacíficos" dentro del movimiento.
Se reprodujo el vídeo de este incidente una y otra vez durante todo el día. Sin
embargo, a nivel de la política de la calle, este intento no tuvo éxito, ya que
cuando la policía atacó a la manifestación, se encontró con la respuesta de una
multitud totalmente mezclada.
Aparte de los medios, los partidos de izquierdas intentaron también fomentar la separación entre
manifestantes "violentos" y "pacíficos" a través de su "provocadorología" [[6]]
y las continuas acusaciones y propaganda contra el entorno
anarquista/antiautoritario. Sus fines son por supuesto distintos: quieren
restringir el movimiento a los límites de la legalidad y pacifismo para poder
capitalizarlo políticamente de acuerdo con su idea de participar en un futuro
Gobierno que seguirá un camino izquierdista alternativo para el desarrollo del
capitalismo griego. No hay que olvidar aquí que el Grupo de Trabajadores y
Parados de la plaza Sintagma, en el que participamos algunos de nosotros,
emitió una resolución condenando la "provocadorología" y las falsas divisiones
dentro del movimiento, pero el texto nunca se votó como tema de debate, debido
a la intervención y manipulación de los organizadores izquierdistas, combinadas
con el débil apoyo recibido de otros participantes.
Sin embargo, se han expresado un montón de opiniones referidas al tema de la "provocadorología",
así como al "carácter violento o pacifista de nuestro movimiento". El carácter dinámico y contradictorio de
la asamblea se puede observar en algunas de sus decisiones dos días antes de la
huelga general de 48 horas del 28 y 29 de junio. ¡Los organizadores de
izquierdas lograron ganar una votación para pedir a las fuerzas policiales que
"muestren respeto a los deseos de la gente y al derecho constitucional de la
soberanía del pueblo [...] y no impidan que la gente proteja su propia Constitución"! Al mismo
tiempo, hubo otra resolución que condenaba a "los profesionales de la
violencia, que sirven al sistema y no al movimiento", reflejando la
provocadorología izquierdista contra aquellos que no actúan según la ideología
de la obediencia a la "ley y el orden". Por el contrario, un día después, en
otra decisión la asamblea votó a favor de "quienes se enfrentan a las
fuerzas de la represión. Nadie con un megáfono debería hablar en su contra".
Ese mismo día se desechó la propuesta de "condenar cualquier tipo de
violencia durante las próximas 48 horas de huelga".
Hay que señalar que hasta ahora el "movimiento de las plazas" ha sido realmente efectivo en el
sentido de que ha conseguido ampliar el campo de la oposición a la política
gubernamental, algo que las huelgas generales convencionales y las huelgas
sectoriales aisladas no habían conseguido. Ha obligado a la desacreditada GSEE [[7]]
a convocar una huelga de 24 horas el 15 de junio y otra de 48 horas cuando se
iba a votar el segundo "memorándum" [[8]],
y muchos trabajadores tuvieron la oportunidad de participar en las manifestaciones
desde por la mañana hasta la noche. Aunque no se consiguió evitar la votación
del memorándum, sí que se logró crear una profunda crisis política y de
gobierno. Nunca antes, ni siquiera durante los disturbios de diciembre de 2008,
el sistema político de representación había estado tan irreparablemente
deslegitimado. Sin embargo, los organizadores izquierdistas consiguieron
preservar el papel mediador de los sindicatos -al menos a un nivel ideológico-
a través de un cartel unitario en el que llamaban a la huelga de 48 horas.
Una primera observación sobre esta huelga es que es imposible hacer un recuento estimado
del número de personas que tomaron parte en los acontecimientos que tuvieron
lugar estos dos días. Hubo un flujo continuo de gente hacia y desde el terreno
de lucha en el centro de Atenas (es decir, la plaza Sintagma y las calles
aledañas) y el número de manifestantes fue desde unos pocos miles hasta 100.000
personas. Sin embargo, la participación en la huelga, en la manifestación y en
los conflictos fue algo menor el primer día que el segundo: el número de
manifestantes en la plaza Sintagma el martes 28 de junio no superó los 20.000. [[9]]
En ambos días tuvieron lugar duros enfrentamientos entre los manifestantes y
los policías antidisturbios en una gran parte de la ciudad alrededor de la
plaza Sintagma. Los antidisturbios lanzaron miles de granadas de gases, creando
una atmósfera tóxica y sofocante. Es casi seguro que el segundo día la
movilización fue más intensa y más masiva.
Según la policía, resultaron heridos 131 agentes, 75 personas fueron detenidas y se les imputaron
cargos a 38 de ellas. Según el equipo médico de la plaza Sintagma, más de 700
personas necesitaron primeros auxilios en los centros médicos improvisados en
la plaza y dentro de la estación de metro de Sintagma, y unos 100 tuvieron que
ser trasladados al hospital. Se atacaron bancos, edificios ministeriales,
hoteles de lujo, la oficina de correos de Sintagma y unos pocos comercios y
restaurantes.
No hay duda de que, desde el comienzo, el objetivo del Estado era evacuar la plaza, y aterrorizar y
dispersar a los manifestantes [[10]]. Sin embargo, la postura enérgica y persistente de los manifestantes queda
perfectamente reflejada con el lema "No dejaremos la plaza". Como resultado, el
enfrentamiento con la policía, material y verbal, fue casi continuo. El primer
día, la mayoría de la gente fue expulsada por la policía a las calles que
rodean la plaza, con enfrentamientos más o menos largos, hasta que la policía
consiguió crear un cordón policial alrededor de la plaza, impidiendo que se
acercara nadie. A pesar de eso, unos pocos cientos se quedaron en la plaza
hasta bien entrada la noche.
El segundo día, aparte de la concentración en la plaza Sintagma, se intentó organizar bloqueos
a primera hora de la mañana para evitar la entrada de los diputados al
Parlamento. Aunque fue aprobado por votación en la asamblea de Sintagma, así
como por las asambleas formadas en otros barrios de Atenas, desafortunadamente,
sólo unos pocos cientos de manifestantes participaron en estos bloqueos, que
inmediatamente fueron duramente atacados por la policía, que los desmanteló
rápidamente. Así pues, el plan de evitar que los políticos entrasen al
parlamento no funcionó. En el caso del bloqueo de la avenida Vasileos
Konstantinou, la policía hizo retroceder a los manifestantes a las calles
cercanas, donde montaron barricadas y, tras unas horas de tibios
enfrentamientos con los antidisturbios, empezaron una larga manifestación que
discurrió por las zonas turísticas del centro, para acabar en una gran
concentración en la plaza Sintagma. Hay que recordar que la organización de los
bloqueos fue totalmente ineficiente, ya que las organizaciones izquierdistas,
que habían jugado un importante papel a través de su control sobre los
principales grupos de la asamblea de Sintagma, no hicieron nada para asegurar
una mayor participación y un enfrentamiento real con la policía. Por supuesto,
la actitud de los izquierdistas no es excusa para la incapacidad de la propia
asamblea de llevar a cabo sus decisiones y la pasividad de una gran parte de
sus participantes.
En cuanto a los conflictos alrededor del Parlamento, el segundo día hubo escenas parecidas a
las del primero, pero la policía tuvo mucho más difícil lograr sus objetivos.
Miles de manifestantes participaron en los enfrentamientos el segundo día. La
mayoría de los manifestantes estaban preparados para ello, con máscaras de gas
u otro equipamiento de protección improvisado; muchos llevaban antiácidos,
mientras que algunos iban totalmente equipados para luchar contra los agentes.
En la mayoría de los casos, había una "línea del frente", en la que
transcurrían las batallas y una "retaguardia" en la que la gente coreaba lemas,
ayudaba a los que lo necesitaban e incluso "proporcionaban" gente nueva a la
"línea del frente".
La "gente pacífica" respaldó esos enfrentamientos con la policía: la presencia física de la propia
multitud era en sí un obstáculo para las maniobras de la policía. Los
manifestantes bloquearon el paso de un grupo de motocicletas de los infames
"DIAS" y "DELTA" [[11]] manteniéndose frente a ellos cuando los policías estaban dispuestos a cargar.
Los manifestantes "pacíficos" no estaban asustados por los enfrentamientos, y
sólo las continuas cargas, masivas y violentas, de los antidisturbios y los
policías motorizados consiguieron hacer que abandonaran las calles alrededor de
Sintagma. Contrariamente a lo que muchos habían proclamado los días previos, y
especialmente durante los choques con la policía el 28 de junio, éstos no
"asustaron" a la "gente", sino que, en cierto sentido, expresaron la rabia
acumulada contra un Gobierno totalmente deslegitimado, la brutalidad de la
policía y el empeoramiento de las condiciones de vida de la clase obrera.
Especialmente este día, reaparecieron los rebeldes de Diciembre de 2008 (anarquistas,
antiautoritarios, estudiantes, hooligans, jóvenes proletarios precarios)
en las calles de Atenas, junto con una parte considerable de la clase obrera
más "respetable" y estable, que protestó contra las medidas de austeridad
enfrentándose a la policía. Era la primera vez, desde el 5 de mayo de 2010, que
ocurría tal cosa.
La huelga de 48 horas tuvo otra semejanza con la revuelta de diciembre de 2008: la alegría. Muchos
lemas o cánticos de los manifestantes contra el Gobierno y el FMI estaban
basados en lemas o cánticos de las gradas de fútbol, mientras que durante los
enfrentamientos con la policía, los tambores animaron a los manifestantes y les
incitaron a seguir en sus posiciones.
Ambos días la policía consiguió "limpiar" los alrededores y las calles centrales a última hora de la
noche, y sólo unos pocos "tercos" se quedaron toda la noche en la plaza.
Los miles de personas que participaron en los enfrentamientos, así como su diversidad, desafiaron en
la práctica las teorías conspirativas de los partidos y organizaciones de
izquierdas y de los medios de comunicación sobre los "provocadores" o las
"bandas paraestatales", y demostraron lo ridículo de la propaganda dominante
acerca de esos grupos "específicos" que siempre "crean el caos", etc. Mucha
gente se dio cuenta de la necesidad de lanzar piedras, de hacer hogueras [[12]]
y de montar barricadas en las calles contra los agentes armados, furiosos e
implacables que ejecutan las órdenes del capital y su Estado.
Este cambio fue también el resultado de la superación de las (normalmente verbales)
confrontaciones entre los manifestantes "no violentos" y los "violentos",
durante las movilizaciones del último mes. Muchos "no violentos", especialmente
los mayores, se dieron cuenta finalmente de que detrás de las "capuchas" de los
"provocadores" había gente joven normal y corriente, llena de rabia. En un
caso, vimos a una mujer de unos sesenta años hablando amistosamente con un
"enmascarado" de 16 años sobre el "derecho a responder a la policía", mientras
que al mismo tiempo manifestantes "indignados" bien vestidos discutían con
"manifestantes violentos" sobre temas parecidos. En otros casos, la gente "no
violenta" con problemas respiratorios recibieron la ayuda de manifestantes
"encapuchados" bien preparados. La violencia es sólo un tema más en las
continuas discusiones y disputas sociales y políticas que están surgiendo
dentro de la multitud movilizada, y juegan un importante papel en la forma que
están tomando las movilizaciones y las actitudes contradictorias de muchos
manifestantes. Podemos afirmar que estas disputas crean una limitada esfera
proletaria pública en la que se ponen sobre la mesa asuntos teóricos y
prácticos.
Otro aspecto importante de los días de rabia fue la combinación de disturbios y fiesta.
Durante las luchas había música en vivo, la gente cantaba y, como hemos
mencionado anteriormente, ¡en algunos casos las batucadas acompañaban los
contraataques contra los antidisturbios! La tarde del 28 de junio, hubo un
concierto a pesar de las luchas y los gases, y los manifestantes bailaban
mientras la policía lanzaba gas lacrimógeno a la plaza. Las expropiaciones de
pastas, tartas y helados de una franquicia de cafeterías en la plaza dieron a la
lucha un sabor dulce el día 29, aunque el grupo de provisión de comida más
tarde condenó el saqueo desde los megáfonos, probablemente después de haber
sido reprendidos por algunos "organizadores" de izquierdas. Esa misma tarde, un
gran grupo, formado principalmente por miembros de SYRIZA, intentó evitar que
la gente amontonara piedras para utilizarlas contra un posible ataque de los
antidisturbios. Sin embargo, al no tener un plan alternativo para afrontar el
ataque, pronto desistieron en su empeño. Poco más tarde, se retiró el equipo de
sonido con el pretexto de que podría resultar dañado. La decisión de retirar la
"voz" de la movilización en ese momento particular, cuando los enfrentamientos
con la policía en los alrededores de la plaza aún eran rabiosos, minaba
claramente la defensa de la plaza. Algunos minutos más tarde un montón de
antidisturbios invadieron la plaza y en una operación de barrido
particularmente violenta consiguieron dispersar a la multitud hacia la estación
de metro. Sólo unos pocos cientos volvieron e incluso menos se quedaron en la
plaza por la noche.
Hay que mencionar también que la sensación de rabia contra los políticos y la policía está
creciendo realmente. Aparte de los enfrentamientos, bastante extendidos, esta
rabia también se refleja en las condenas verbales que uno puede oír aquí y
allá: "deberíamos quemar el Parlamento", "habría que colgarlos", "deberíamos
tomar las armas", "tendríamos que visitar las casas de los diputados",
etc. Es digno de mención que la mayoría de estas declaraciones vienen de gente
mayor. Varios casos de "detenciones" a
policías encubiertos por parte de montones de personas también revelan el grado
de rabia acumulada: la noche del 29, los manifestantes retuvieron a un policía
ecubierto dentro de la estación de metro de Sintagma intentando detenerlo,
hasta que voluntarios de la Cruz Roja intervinieron y le ayudaron a escapar
(según algunos rumores, no llevaba arma cuando se fue...).
En cuanto al papel de los sindicatos (GSEE-ADEDY), excepto por su convocatoria de huelga general de
48 horas, que fue más o menos el resultado de la presión desde el "movimiento
de las plazas", en realidad no jugaron un papel importante. Es característico
que sus bloques sólo atrajeron a unos pocos cientos, y el segundo día, cuando
ya se había aprobado el paquete de medidas de austeridad, GSEE organizó su
concentración a última hora de la tarde en otra plaza del centro de la ciudad
(¡que al final sólo fue un paseo hacia la plaza Omonia, que está en la
dirección contraria!) Además, el 30 de junio, la GSEE, fiel a las teorías
conspirativas, publicó un comunicado de prensa en el que condenaba "la
destrucción y los disturbios premeditados entre "encapuchados" y la policía,
que cooperaron contra los trabajadores y los manifestantes [...] La GSEE condena cualquier tipo de
violencia, venga de donde venga, y exhorta al Gobierno a asumir sus
responsabilidades...". Por otra parte, ADEDY adoptó una postura más
cauta: en sus comunicados de prensa del 29 y 30 de junio, condenó el "barbarismo
del Gobierno" y "la brutalidad policial" contra los manifestantes,
¡e incluso convocó una concentración para el 30 de junio en la plaza Sintagma
que nunca organizó!
Algunos puntos generales concernientes al movimiento contra la imposición de las medidas de
austeridad más duras desde la II Guerra Mundial:
1) El nacionalismo (sobre todo en una forma populista) es dominante y está favorecido tanto por
varios grupos de extrema derecha como por partidos de izquierdas e
izquierdistas. Incluso para muchos proletarios o pequeño-burgueses golpeados
por la crisis que no están afiliados a partidos políticos, la identidad
nacional se presenta como el último refugio imaginario cuando todo se viene
abajo rápidamente. Detrás de los lemas contra el "Gobierno vendido y
extranjero" o por la "salvación del país", la "soberanía nacional" y una "nueva
constitución" subyace un profundo miedo y alienación para el cual la "comunidad
nacional" es una solución unificadora mágica. Los intereses de clase se
expresan a menudo en términos nacionalistas y racistas que producen un cóctel
político confuso y explosivo.
2) La manipulación de la principal asamblea en la plaza Sintagma (hay otras cuantas en varios barrios
de Atenas y ciudades griegas), por miembros de partidos y organizaciones de
izquierdas "de incógnito", es evidente y un obstáculo real a cualquier
dirección de clase del movimiento. Sin embargo, debido a la profunda crisis de
legitimación del sistema político de representación en general, ellos también
tienen que ocultar su identidad política y mantener un equilibrio entre un
discurso general y abstracto sobre la "autodeterminación", la "democracia
directa", la "acción colectiva", el "anti-racismo", "el cambio social", etc.
por una parte, y el nacionalismo extremo y el comportamiento a lo matón de
algunos individuos de extrema derecha que participan en grupos de la plaza por
otra parte, y todo esto de una manera no tan exitosa.
3) Una parte significativa del medio antiautoritario, así como una parte de la izquierda
(sobre todo los marxistas-leninistas y la mayoría de los sindicalistas)
mantienen distancias con respecto a la asamblea o son abiertamente hostiles a
ella: los primeros la acusan de tolerar a los fascistas frente al Parlamento o
a los miembros del grupo de defensa de la asamblea y de ser un cuerpo político
pequeño-burgués y reformista manipulado por ciertos partidos de izquierdas. Los
últimos la acusan de ser apolítica, hostil a la Izquierda y al "movimiento
obrero sindicalizado y organizado".
Una cosa es cierta: este volátil, contradictorio movimiento atrae la atención de todos los flancos
del espectro político y constituye una expresión de la crisis de las relaciones
de clase y la política en general. Ninguna otra lucha se ha expresado de una
manera más ambivalente y explosiva en las últimas décadas. Lo que todo el espectro
político encuentra inquietante en este movimiento asambleario es que la ira y
la indignación del proletariado de base (y de la pequeña burguesía) no se
expresan más a través de los canales de mediación de los partidos políticos y
los sindicatos. Por lo tanto, no es tan controlable y sí es potencialmente
peligroso para el sistema representativo político y sindical en general. Así
pues, el papel de la "provocadorología" es crucial: sirve como un exorcismo,
una calumnia contra una parte creciente de la población que, exiliada en la
tierra de nadie de la "actividad paraestatal" debe ser desactivada. En otro
nivel, el carácter multiforme y abierto de este movimiento pone en la agenda la
cuestión de la auto-organización de la lucha, incluso si el contenido de ésta
sigue siendo vago. El debate público sobre la naturaleza de la deuda es un
asunto espinoso, dado que puede dar lugar a un movimiento por la "negativa a
pagar" del Estado griego (problema bastante más allá del horizonte político de
los partidos, los sindicatos y la gran mayoría de la izquierda
extraparlamentaria, estatista como es). Después de la sangrienta votación del
Programa a Medio Plazo, no está claro qué dirección tomará el movimiento de las
asambleas en un momento en que todas las certezas parecen fundirse en el aire.
TPTG
11/7/2011
[1] NdT (Editorial Klinamen): Syriza es una coalición de partidos de izquierda formada en 2004. Su partido principal es Synaspismos, que surgió a finales de los 90 de la ruptura
de una coalición entre el KKE y otros partidos de Izquierda. Actualmente tiene 13 diputados en el parlamento griego.
[2] NdT: Parece ser equivalente a las comisiones de dinamización que se han organizado en muchas asambleas del 15-M.
[3] NdT: El signo de la mano abierta, en griego moutza o faskeloma, es el principal gesto de insulto en Grecia.
[4] NdT: ANTARSYA, acrónimo griego del Frente de la Izquierda anticapitalista griega, es una coalición de izquierdas formada en 2009. En griego, ANTARSYA suena igual que la palabra que significa ‘motín'.
[5] NdT: El término ‘koukouloforoi' (se lee "kukulofori") significa literalmente ‘enmascarado' o ‘encapuchado' y es el término habitual que utilizan los medios para referirse a los manifestantes
violentos.
[6] NdT: Los autores se refieren al clásico mito izquierdista de que los disturbios siempre son provocados por infiltrados policiales o que los disturbios siempre le hacen el juego a la policía, lo que obviamente no significa que no haya provocadores policiales e infiltrados en las manifestaciones que puedan en algún momento provocar disturbios.
[7] NdT: Confederación General de Trabajadores Griegos, el principal sindicato griego de trabajadores del sector privado.
[8] NdT: El memorándum es el acuerdo entre la UE, Grecia y el FMI en el que se acuerdan los recortes y condiciones que debe llevar a cabo Grecia para recibir un segundo rescate. Se
votó y aprobó el 29 de Junio en el Parlamento Griego.
[9] El hecho de que la mayoría de la gente decidiera hacer huelga el segundo día de la huelga de 48 horas, cuando se votaba el "programa de consolidación fiscal a medio plazo",
reveló enfáticamente el carácter ideológico y engañoso de las llamadas izquierdistas a una huelga general indefinida. La gran reducción en los ingresos y los recursos de los trabajadores, combinada con una crisis general de los sindicatos, hace que tal perspectiva sea totalmente imposible, al menos a corto plazo, tanto a nivel objetivo como subjetivo. Por tanto, las llamadas
izquierdistas a una huelga general indefinida están faltas de cualquier contenido real y son utilizadas como propaganda pseudomilitante a fin de ocultar su total incapacidad y/o deseo de comprometerse en la organización de acciones directas relevantes y prácticas que promuevan la "suspensión de pagos" proletaria desde abajo. Los cuadros de todos los partidos y grupúsculos
izquierdistas están mucho más interesados en mantener sus posiciones institucionales en los distintos sindicatos, asociaciones y organizaciones no gubernamentales, que en promover cualquier actividad antagonista de clase que sea real.
[10] Como más tarde quedó de manifiesto en los medios, este objetivo ya se había planeado y decidido el martes en una conferencia de alto nivel de mandos de la policía griega, y
demuestra tanto la importancia que el Gobierno dio a la votación de las nuevas medidas de austeridad, como el absurdo de la teoría de la "provocación" a los agentes mediante la violencia. Además, a partir de las acaloradas discusiones entre los antidisturbios y los manifestantes podemos sacar la conclusión de que esos cuerpos deben de haber recibido algún tipo de entrenamiento ideológico por parte de oficiales, de modo que no tuvieran dudas morales a la hora de ejecutar las órdenes: el argumento mayoritario era que la mayoría de los manifestantes
eran "funcionarios que han perdido sus privilegios"...
[11] NdT: DIAS y DELTA son cuerpos especiales de la policía griega que van en moto.
[12] NdT: Los manifestantes muchas veces hacen hogueras porque se supone que neutralizan los gases lacrimógenos, haciendo el ambiente más respirable.