La solidaridad es la clave al desarrollo de la conciencia de clase

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Como hemos puntualizado en otros artículos sobre la situación nacional en EU[1], el capitalismo americano es actualmente acosado por una enfermedad doble: una crisis histórica de su poder imperialista y una crisis económica que se vuelve más y más inmanejable. La respuesta de la clase dominante a esta situación ha sido una huida hacia delante en la guerra imperialista alrededor del globo y la continuación de los gastados trucos fiscales que han dejado a la economía en un total desastre hasta el presente. Esas políticas han significado para la clase obrera un continuo deterioro de sus condiciones de trabajo y nivel de vida y aumento de la inseguridad social. Debido al retroceso de la lucha de la clase obrera entre la confusión luego del colapso del «comunista» bloque del Este y la supuesta «victoria» del capitalismo democrático, la burguesía ha sido capaz de implementar estas políticas sin una seria respuesta de la clase obrera, única fuerza en la sociedad que tiene una opción real que ofrecer al callejón sin salida del moribundo capitalismo. Sin embargo, en los últimos años hay una mayor evidencia de que hemos entrado en un periodo en el que la lucha de clases estará nuevamente en el centro de la situación social y las políticas de la burguesía de austeridad y guerra no irán sin una respuesta. Para poder ayudar a las futuras luchas a desempeñar todo el fruto de sus potencialidades necesitamos precisar nuestra comprensión de la presente etapa de la lucha de clases. 

 

¿Dónde está la lucha de clases en EU?

Es imposible comprender el actual estado de la lucha de la clase obrera en EU sin situarla en el contexto más amplio de la lucha de la clase obrera internacional. Así, es importante recapitular brevemente las principales características de la actual fase de esta lucha de clases. Hemos visto desde 2003 la tendencia generalizada de la clase obrera internacional a emerger del reflujo de su conciencia y combatividad, y la desorientación general que tuvo lugar luego de la confusión causada por la caída del sistema de los dos bloques a finales de los años 80. Este viraje de la clase hacia el camino de la confrontación contra su enemigo histórico tuvo uno de sus más remarcables momentos en la gran movilización de los estudiantes en Francia en la primavera de 2006. Las luchas en Alemania que se desarrollaron al mismo tiempo que la movilización en Francia, y desde entonces las movilizaciones de la clase en muchos otros países en el centro y periferia del capitalismo alrededor del mundo han confirmado que estamos en una nueva fase de la lucha de la clase obrera a nivel internacional.

Como hemos puntualizado a través de la prensa de la CCI las características centrales de esta fase de la lucha de clases son:

-              la emergencia de una nueva generación de trabajadores que enfrentan por primera vez a su enemigo de clase;

-              el planteamiento de la cuestión de la solidaridad en el conjunto de la clase obrera y entre sus generaciones;

-              la recuperación de los métodos y formas de lucha históricos de la clase obrera, -asambleas generales, huelga de masas-;

-              una tendencia a tomar conciencia de lo que se encuentra en juego en la situación histórica actual.

La clase obrera en EU ha tomado parte totalmente de este resurgir. Como en otros países los trabajadores en EU han sido empujados por los ataques a sus condiciones de trabajo y de vida por un sistema capitalista atascado en una permanente crisis económica, a defenderse y dejar atrás el periodo de desorientación característico de la década de los 90. Como hemos puntualizado en nuestra prensa, el punto más alto de esta orientación fue la huelga de tres días por los trabajadores del transporte en Nueva York en la temporada de vacaciones navideñas en diciembre del 2005. Sin embargo, este no fue un incidente aislado sino la más clara manifestación de una tendencia de la clase a regresar al camino de la lucha como se vio en la lucha de los trabajadores de supermercados en California en 2004 y las luchas en Boeing, los de North West Airlines y trabajadores del transporte en Filadelfia en 2005. Esta misma tendencia a volver al camino de las luchas continuó en 2006, como se expresó en particular por la huelga salvaje de los profesores por dos semanas en Detroit en septiembre y huelga de más de 12 mil trabajadores de 16 plantas de Goodyear Tire & Rubber en EU y Canadá en octubre del mismo año.

Todas estas luchas, enfrentaron las mismas cuestiones: la amenaza de ataques draconianos sobre los salarios existentes y beneficios -corte directo a los salarios, beneficios a los cuidados de la salud y pensiones que afectarían no solamente a la actual fuerza de trabajo, sino a las futuras generaciones de trabajadores. La combatividad de los trabajadores implicados en estas batallas, donde la oportunidad de ganar muchas veces era escasa, ha sido enorme, mostrando la gran reserva de energía existente en la clase que tiene dos generaciones de trabajadores no derrotados. Los trabajadores del transporte en la ciudad de nueva York y Filadelfia y los profesores de Detroit se fueron a la huelga fajo la amenaza de penas legales y financieras por violar las leyes que impiden a los empleados públicos hacer huelga. En todas partes los trabajadores estaban concientes de hacer mayores sacrificios personales. Sin embargo más allá de la combatividad, lo que es más remarcable es el naciente desarrollo de la conciencia contenida en estas luchas, particularmente al nivel de la identidad de clase y solidaridad. Los trabajadores algunas veces entraban en lucha sabiendo bien que no solo se defendían a sí mismos, sino a las futuras generaciones de trabajadores y la clase en su conjunto. Este fue  el mensaje que algunas veces los trabajadores repetían durante la huelga del transporte en Nueva York cuando la principal causa de la huelga era una propuesta de la patronal de un nuevo sistema de pensión para  los futuros empleados que incluían contribuciones más altas para todos los nuevos contratos. Esto expresó un rechazo a «vender a los que aún no nacen» y a defender el futuro de las nuevas generaciones de obreros, una expresión de lucha y del desarrollo de la solidaridad y toma de conciencia en la clase.

Por otro lado, a pesar de la enorme combatividad y la conciencia de clase mostrada por los trabajadores inmersos en estas luchas, ha habido enormes debilidades en esos movimientos. En cada caso la clase dominante logró mantener las luchas bajo el control de los sindicatos, que trataron de aislar a los trabajadores de las luchas de sus hermanos de clase que se encontraban ante la misma andanada de ataques a salarios y beneficios sociales. Aún durante las huelgas como la de los transportes de Nueva York donde hubo tremenda simpatía de la clase obrera local y espontáneas expresiones de solidaridad, la burocracia sindical trató de mantener aislados a otros trabajadores y se limitó a emitir declaraciones de «solidaridad». Este control por el aparato sindical en las actuales luchas, dado el retroceso en la conciencia de clase que ocurrió durante la década de los 90, no es una sorpresa. Los trabajadores tendrán que recordar y recuperar las lecciones de sus luchas pasadas  para confrontar estas instituciones del estado burgués. Será en esta confrontación que los trabajadores nuevamente podrán encontrar sus propios métodos de organización y lucha -asambleas masivas, comités de control obrero, huelga de masas-que aún olvida el naciente movimiento en EU.

Sin embargo, a pesar de las debilidades del actual movimiento, la burguesía no ha dejado de ver sus potencialidades. Luego de cada lucha, ha hecho su campaña para enviar el mensaje de que la lección más importante de estas huelgas es: «la lucha no paga». Y en la mayoría de los casos los trabajadores han regresado al trabajo con una pila de salarios erosionados, beneficios y condiciones de trabajo que los sindicatos hay atacado luego de una larga y desgastante huelga. No obstante, para el conjunto de la clase obrera la importancia de una huelga no se mide ganando o perdiendo las demandas inmediatas, sino por la contribución al nivel de la organización y la conciencia que esta provee para el conjunto del movimiento en su confrontación con el enemigo.

E. Smith, agosto del 2007

Nota



[1] A nuestros lectores en lengua inglesa, remitimos a nuestra publicación Internationalism número 42.

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