Austeridad, desempleo, masacres... - Sólo una revolución mundial puede salvar a la humanidad

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Austeridad, desempleo, masacres...

Sólo una revolución mundial puede salvar a la humanidad

Se avecina el fin de un convulso año y ni Papá Noel ni los Reyes Magos traerán un céntimo de "prosperidad" y "buenas nuevas". El año que viene estará cargado de pesadillas peores de las que hemos vivido en este año. La crisis mundial no está resuelta por más que la burguesía y sus voceros hablen y repitan que "los mercados han ganado confianza", "la reanudación es real, aunque lenta" y demás mentiras que tratan de esconder la realidad de un capitalismo totalmente quebrado. Inglaterra acaba de anunciar el recorte de 500 mil empleos en el sector público, Irlanda deberá poner en marcha medidas de austeridad y despidos nunca antes vividos en ese país. Para que la Unión Europea aprobara el "rescate" de Irlanda, la burguesía de ese país deberá poner en marcha una política de aumento de impuestos y recortes en todos lados, es decir, ataques terribles contra las condiciones de vida de los trabajadores. ¡Como siempre los obreros pagan los platos rotos! El desempleo en España supera los 20.7 % y Zapatero anunció el fin de subsidios al desempleo de larga duración; los ataques contra las condiciones de vida en Francia se han ejecutado, principalmente a través del ataque a las pensiones y a pesar de luchas importantes por parte del proletariado. Francia, segunda economía de Europa, vive una situación donde su juventud está desempleada o con trabajos precarios, lo que la obliga a seguir dependiendo de sus padres. Las nuevas generaciones ya nunca alcanzarán los estándares de vida de la generación que les precede. En la primera potencia mundial, los EUA, el desempleo ronda el 10  % y Obama acaba de anunciar un congelamiento salarial para toda la burocracia federal por dos años. Este panorama en los países desarrollados del capitalismo sólo puede presagiar lo devastador que es la situación para las zonas más pobres del planeta. El desempleo es una amenaza real y latente que atemoriza a grandes masas de trabajadores en todo el mundo, por ello, "Para que la posibilidad de la revolución comunista pueda ganar un terreno significativo en la clase obrera, es necesario que ésta pueda tomar confianza en sus propias fuerzas, y eso pasa por el desarrollo de sus luchas masivas. El enorme ataque que está sufriendo ya a escala internacional debería ser la base objetiva para esas luchas. Sin embargo, la forma principal que está tomando hoy este ataque, los despidos masivos, no favorece, en un primer tiempo, la emergencia de tales movimientos" (Revista Internacional n° 138).

Parecería que el panorama sería completamente pesimista, que no habría salida a la situación, que no habría más remedio que "aguantar lo que venga" y "aceptar los ataques". Sin embargo, una posibilidad empieza a abrirse paso trabajosamente desde lo profundo de la situación social. La lucha de clase, declarada inexistente por intelectuales de la burguesía, empieza a regresar poco a poco a la escena mundial. Un fantasma vuelve a recorrer el mundo, el fantasma de la revolución mundial, pero... "Para que la posibilidad de la revolución comunista pueda ganar un terreno significativo en la clase obrera, es necesario que ésta pueda tomar confianza en sus propias fuerzas, y eso pasa por el desarrollo de sus luchas masivas" (Congreso de RI, sección en Francia de la CCI).

Hoy sólo vemos las primeras escaramuzas, las luchas en España (Vigo, Metro de Madrid, etc.), en Grecia, en Turquía (industrias Tekel), en Francia, en todas ellas la cuestión de la solidaridad, del empezar a recordar que sólo juntos podemos avanzar en el combate, la voluntad de luchar y de incluir a todos los demás, la necesidad de unirnos todos más allá de las categorías, los sectores, las profesiones, es un problema que está ya planteado y cuya solución flota ya en las preocupaciones del proletariado. La burguesía y su aparato (partidos de izquierda y de derecha, sindicatos oficiales e "independientes", los medios de comunicación, sus universidades, etc.), tratarán de borrar nuestra memoria, de deformar el pasado, de prometernos un futuro ligado al sistema. Los sindicatos, principal arma de la burguesía en las empresas, se ponen a la cabeza de las luchas para evitar que el descontento los desborde, para recredibilizarse ante el proletariado. Las luchas recientes,con sus asambleas generales (como en Francia) y los esfuerzos de una minoría para organizarse e intervenir en las luchas, son una expresión de los esfuerzos que realiza la clase obrera para asumir y tomar en sus manos los combates: "Todas estas tendencias que se han manifestado en ciertas luchas desde hace un año señalan que los obreros ya están tan indignados y en cólera contra las medidas que se toman contra ellos o contra sus camaradas que les parece "que ya no se puede dejar hacer" y que es necesario actuar juntos. Esta tendencia ha alcanzado un principio de cuestionamiento de los sindicatos y de sus consignas orientadas hacia el endurecimiento de las luchas pero cada uno por su lado. Por limitada que sea, tal tendencia ya implica un determinado nivel de iniciativa en los obreros, son los primeros pasos que les conducen a tomar las luchas en sus manos" (ídem).

Los trabajadores necesitan de la experiencia de los combates masivos para recuperar la confianza en sus propias fuerzas y para recuperar la memoria colectiva de sus combates pasados. En ese sentido, las minorías segregadas por el proletariado a nivel mundial y que intentan dar a su existencia una forma organizada a nivel internacional, son una expresión no de la "inteligencia" de individuos iluminados, sino la manifestación de una clase colectiva que encarga a una minoría, su minoría, la tarea de difundir y profundizar en el programa de la revolución mundial.

En esta dirección se han reunido en México militantes, minorías simpatizantes de la izquierda comunista, grupos internacionalistas, secciones de la CCI e individuos preocupados por la revolución comunista mundial. La Va reunión Panamericana de Revolución Mundial, sección de la CCI en México, fue un momento de discusión colectiva, de confrontación de argumentos contradictorios en un ambiente fraterno y de confianza. Ha sido un momento importante en la vivencia práctica del internacionalismo y del espíritu proletario. En este número damos cuenta de sus resultados y damos a conocer algunas resoluciones.

La situación histórica demanda de reflexión colectiva, de intervención determinada de las minorías del proletariado en sus luchas e iniciativas. "Lo que está en juego en las luchas de hoy, que manifiestan una evolución significativa, es la acumulación de una combatividad y de un inicio de confianza en si que podrá desembocar en luchas masivas, abriendo entonces una nueva etapa en la dinámica general de la lucha de clase. Hemos de ser muy vigilantes cara a todas  las manifestaciones significativas de esta maduración, suscitar los debates. Esto va a la par de la participación al debate en el medio político internacionalista" (Informe sobre Lucha de clases para la Va Panamericana). Tenemos por delante una segura degradación de nuestras condiciones de vida; la lucha de clases regresa poco a poco como la alternativa histórica y la vieja consigna del movimiento obrero de principios del siglo pasado resuena de nuevo en todos los rincones del planeta: ¡socialismo o barbarie!

Diciembre 2010