La clase obrera está respondiendo ya a la crisis del capitalista

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La "crisis financiera" es el pan de cada día de los medios burgueses de comunicación. Todo el tiempo se encargan de opacar el movimiento internacional de la clase obrera, la única clase que tiene una solución a la crisis.

La Organización Internacional del Trabajo (OIT) ha dicho que los salarios en los países industrializados bajará 0.5% durante 2009. Una investigación del Informe Global de salarios del 2008/9 muestra que por cada caída del 1% en el Producto Interno Bruto (PIB), los salarios en promedio caen un 1.55%. La recesión golpea más fuerte a los trabajadores. El director general de la OIT admitió que "Para 1.5 billones de asalariados, los tiempos difíciles están por delante". En detalle "El desarrollo económico lento o negativo, combinado con costos altamente volátiles de alimentos y energía, erosionarán los salarios reales de muchos trabajadores, particularmente los de salarios más bajos." Además la OIT predice que la crisis financiera global dejará, por lo menos, 20 millones más de desempleados. Ya en noviembre la economía de Estados Unidos eliminó 533.000 trabajos, la pérdida mensual más grande de trabajo desde 1974; y a la hora de escribir esto, las "tres" compañías automotrices más grandes en los EU (Ford, GM y Chrysler), al borde de la quiebra, han acudido con la gorra en la mano a Washington, para pedir el auxilio del gobierno. Para noviembre, en Gran Bretaña, las cifras del desempleo son las peores que ha habido en 11 años. Y es la misma historia para el resto del mundo.

Para la clase obrera la crisis llegó desde mucho antes de que los bancos comenzaran a colapsarse y los mercados entraran en pánico. Los trabajadores han estado luchando ya contra el impacto de la crisis económica durante los cinco años anteriores. Estas luchas no son todavía masivas, pero ya son significativas al enfrentarse a las maniobras de los sindicatos y la represión del Estado.

¿Quién controla la lucha?

En Italia, el plan del gobierno para cortar más de 130.000 trabajos en el sector de la educación (dos tercios de las actuales plazas de profesores) ha generado una oleada de protestas de varias semanas entre octubre y noviembre. Había cientos de ocupaciones de escuelas y universidades, cientos de manifestaciones, todo tipo de reuniones, y alumnos que tomaban sus lecciones en lugares públicos y abiertos a todos. A pesar de las acusaciones del gobierno que de que éste era un complot de la izquierda, las protestas no fueron dirigidas por los tradicionales partidos de oposición. Las ocupaciones implicaron tanto a profesores como alumnos. Las manifestaciones atrajeron a padres, profesores, estudiantes y a otros trabajadores. A fines de octubre hubo una manifestación masiva en Roma. Incluso teniendo en cuenta las exageraciones de los organizadores de la manifestación (que hablaban de más de un millón en la calle) éstas atrajeron a cientos de miles de personas de muchísimos sectores.

Junto a las protestas ha habido huelgas en otros sectores, privados y públicos. Particularmente, a principios de noviembre, una huelga nacional del transporte de un día que se extendió a trenes, autobuses y el metro. También ha habido huelgas no oficiales del personal de Alitalia. Como decía un artículo en el International Herald Tribune (11/11/8), sobre la agitación en la línea aérea en quiebra: "Los sindicatos mismos se han deslindado de la huelga." Un analista académico de la aerolínea ha opinado: "Mi sensación es que estas huelgas salvajes son semi-espontáneas y producto de una pequeña minoría, lo que parece indicar que los diversos sindicatos cada vez tienen menos control sobre sus miembros." Aquí hay un reconocimiento franco de que 1. la función de los sindicatos es controlar a los trabajadores y no luchar para ellos, y 2. que cada vez es más difícil para ellos ejercer ese control. Esto describe una situación que no es única a Italia y que tiene relevancia mundial.

Los sindicatos administran la crisis

600.000 trabajadores han participado en una serie de huelgas, manifestaciones y reuniones de balance en Alemania a principios de noviembre. Las acciones no conjuntas, en lugares dispersos, separados por empresas y en diferentes días, ha dividido las energías de los trabajadores obstaculizando la posibilidad de una lucha unida. Esta forma de dividir se debe al sindicato de IGMetall, en su estrategia de negociar antes con los patrones, lo que podría afectar a 3.6 millones de trabajadores. IGMetall amenazó con una huelga total con una demanda de aumento de 8 por ciento, pero en un plazo repartido en 18 meses que da 2.1% de aumento a partir de febrero siguiendo otro 2.1% a partir de mayo. Una vez limitado el potencial de las luchas de los trabajadores, "Berthold Huber, secretario general de IGMetall, dijo que el resultado era «justo» dada «la situación históricamente difícil»" (Financial Times 12/11/8). Pero la recurrente súplica de la burguesía para que los trabajadores se sacrifiquen por la "difícil" situación del capitalismo seguramente va a desgastarse pronto.

Haciendo eco de las protestas en Italia, a mediados de noviembre 100,000 estudiantes salieron de clases y se unieron a manifestaciones de protesta en 40 ciudades alemanas. La cólera por las condiciones en las cuales trabajan (clases con salones atestados, insuficientes profesores, la presión intensa de los exámenes, etc.) demuestran que el sistema educativo no ha tenido éxito para prepararlos a aceptar pasivamente sus futuras condiciones cuando trabajen por un salario.

Luchas a través de Europa

Durante octubre hubo una oleada de huelgas en Grecia. Culminó con una huelga de un día a nivel nacional que incluyó al sector público, el transporte, etc., así como cientos de miles de trabajadores del sector privado. Todavía dominadas por los sindicatos, las demandas van desde las que afectan directamente a los trabajadores (pagos, pensiones), hasta aquellas cuestiones alrededor de las cuales la clase dominante construye campañas, como las privatizaciones y el rescate de los principales bancos. Es significativo que había también una huelga general de los trabajadores de las tiendas de autoservicios al día siguiente. Aunque una vez más los sindicatos todavía dividen y dominan.

Hubo también una oleada de ocupaciones de escuelas, aproximadamente 300, a través de Grecia durante octubre. El gobierno disputó la legalidad de las ocupaciones y arrestó a estudiantes implicados en las manifestaciones. Protestas similares han estado apareciendo desde que la nueva legislación fue introducida en 2005.

En Francia durante noviembre hubo una huelga de 4 días en Air France, y una huelga nacional de trenes de 36 horas.

Durante octubre hubo una huelga a nivel nacional en Bélgica que afectó a varios sectores que protestaban por el alza de precios.

China no es la excepción

Alguna vez hubo la absurda especulación de que la economía china podría rescatar al resto del capitalismo mundial, o por lo menos soportar la crisis que se profundizaba. En realidad, una economía tan exportadora estaba destinada a sufrir cuando sus clientes comenzaran a dejar de comprar. Lejos de permanecer a distancia de la crisis financiera, a mediados de noviembre "China reveló un paquete fiscal de estímulos enorme diseñado para prevenir un sobresalto de su economía el año próximo." (Financial Times 10/11/8). Esto consiste en un paquete masivo de proyectos dirigidos a aumentar la demanda interna ante el declive de las exportaciones. Se trata de medidas muy semejantes a las introducidas por los estados en Europa y EU y que tienen un valor cercano a un quinto del PIB chino

En octubre el Financial Times (29/10/8) reportaba que "los signos de que la economía China podría enfriarse más aprisa de lo esperado aumentan, con una cadena de grandes compañías industriales que anuncian el recorte de la producción esta semana." Esto, a su vez, se debe poner en el contexto de la estadística oficial para la primera mitad del año que admitió por lo menos 67.000 cierres de fábrica. Esto podía fácilmente llegar a seis cifras antes de fin de año. Sin importar que el Ministro chino de Recursos Humanos y Seguridad Social haya declarado que la situación del empleo en China es "severo", existen millones que abandonan el campo para emigrar a las ciudades.

Éste es el verdadero estado de la economía y ya ha habido respuestas extensas.

"China ha llamado a la policía para asegurar la estabilidad en medio de la crisis financiera global después de que miles de personas atacaran a la policía y las oficinas gubernamentales en una ciudad del noroeste ante el malestar ocasionado por un plan para reubicar a los residentes. Después de décadas de desarrollo económico sólido, China está batallando mucho mientras la demanda para sus productos desciende y ocasiona cierres de fábricas, estallan las protestas y crece el temor del malestar popular." Ya ha habido "protestas de trabajo en las principales regiones de exportación del país, donde miles de fábricas han cerrado estos últimos meses, y temen que la crisis financiera global podría provocar un malestar popular más amplio (Reuters 19/11/8).»

Hoy en China hay protestas en contra el alza de precios y del desempleo. Con las futuras pérdidas de empleo que se pronostican ya en millones, es fácil ver porqué el Estado chino se preocupa por las perspectivas de la estabilidad social. El hecho de que la policía es su única opción muestra que el capitalismo chino no espera una respuesta económica a los efectos de la crisis global, y tendrá que recurrir, como de costumbre, a la represión contra las luchas de los trabajadores. Eso no impide que la clase dominante permita el desarrollo de sindicatos "independientes", ya que estos serían más eficaces que los sindicatos oficiales para controlar el descontento social.

La crisis del capitalismo es mundial. Pero también la respuesta de la clase obrera. Lo que es sumamente necesario es que los trabajadores tomen conciencia de la dimensión y el significado verdadero de sus luchas, pues ellas contienen las semillas de una alternativa mundial a este orden social que se tambalea.

Car  6/12/8

 

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