Publicamos a continuación una hoja difundida por nuestros camaradas en México.
La represión que el Estado ha lanzado en contra de la población de Oaxaca deja al descubierto el verdadero rostro feroz y sanguinario de la democracia. La ciudad de Oaxaca se encuentra desde hace más de 5 meses como un polvorín donde la presencia de cuerpos policíacos y paramilitares han sido el brazo principal para extender el terror estatal. La invasión de domicilios, el secuestro y la tortura son los mecanismos que el Estado utiliza en Oaxaca para restablecer el “orden y la paz”. El resultado de la incursión policíaca de principios de Noviembre no tuvo un “saldo blanco”, como lo dice el gobierno, en realidad ha habido decenas de “desaparecidos”, diversos presos y por lo menos 3 muertos (sin contar las cerca de 20 personas que fueron abatidas por las guardias blancas de Mayo a Octubre de este año).
La clase dominante hace 6 años, divulgó que, con la llegada del gobierno de Fox se entraba a un “período de cambio”, pero la realidad puso al desnudo que el capitalismo por más cambios que haga de personajes o partidos en su gobierno no puede ofrecer ninguna mejora... como nunca ha quedado confirmado que lo único que puede ofrecer este sistema es mayor explotación, miseria y represión. Por eso ante los acontecimientos que se vienen sucediendo en Oaxaca, el conjunto de la clase obrera debe hacer una reflexión profunda, reconociendo que la actuación brutal y represiva que se ejerce no es propia de un gobierno o de un funcionario, sino es la naturaleza del capitalismo y su democracia, tanto de izquierda como de derecha. Al mismo tiempo se precisa reconocer las debilidades y dificultades en que los trabajadores se encuentran metidos. Se requiere hacer un balance general sobre el significado de estas movilizaciones, de manera que las preocupaciones de los trabajadores oaxaqueños se integren en las preocupaciones de todos los explotados, por ello es que se necesita hacer un seguimiento profundo que ayude a la reflexión de los trabajadores de esa región, pero fundamentalmente que ayude a que el conjunto del proletariado a sacar las lecciones de estas movilizaciones y que le permita preparar adecuadamente los próximos combates. En ese afán, presentamos una serie de elementos que ayuden a tal reflexión.
1. La incursión de las fuerzas militares y policíacas en Oaxaca no tiene como objetivo principal el exterminio de la APPO (Asamblea Popular de los Pueblos de Oaxaca), sino fundamentalmente extender el terror como mecanismo de advertencia y amenaza para el conjunto de los trabajadores. El terror de Estado se ha desatado mediante la combinación de fuerzas represivas del gobierno federal y estatal, poniendo en evidencia que aún cuando hay pugnas entre las diferentes pandillas de la burguesía, logran establecer acuerdos para llevar a cabo su tarea represiva. De esa manera, suponer que es posible “dialogar” con un sector del gobierno es alimentar la falsa esperanza de que existan sectores de la burguesía “progresistas” o “abiertos”. Por eso, mantener como objetivo principal de las movilizaciones la salida de Ulises Ruíz del gobierno de Oaxaca, es ampliar la esperanza en que el sistema capitalista al democratizarse o cambiar de personajes puede mejorar. Desviar la reflexión y el descontento social hacia la impugnación de Ulises Ruíz no ayuda al desarrollo de la conciencia, por el contrario, extiende la confusión y alienta la confianza en la posibilidad de que los explotados puedan beneficiarse con un “mejor gobierno”.
2. Es evidente que los revolucionarios saludamos las expresiones de combatividad y de protesta de los trabajadores emprenden contra la explotación y la ignominia en que nos hunde el capitalismo. En ese sentido, en Oaxaca los profesores sintetizan el descontento existente, descontento que refleja una degradación de sus condiciones de vida. Esta lucha que empezó por mejoras salariales atrajo inmediatamente a otros sectores de la clase como lo son los desempleados, jornaleros y vendedores ambulantes, pero también levantó simpatías en estratos no explotadores pero marginados por igual por el capitalismo: campesinos pobres expulsados por la miseria de sus comunidades. Esa fuerza social que se ha expresado en Oaxaca muestra un coraje real y una disposición a la lucha, no obstante, esa potencia ha sido esterilizada porque los objetivos, los métodos y la conducción de las acciones no se mantuvieron en manos de la clase obrera, única clase que puede ofrecer una alternativa histórica a la decadencia del capitalismo.
3. Es un hecho que las pugnas que se desarrollan al interior de la burguesía han logrado copar el movimiento y lo han conducido hacia un callejón sin salida, es decir, hacia el falso dilema de apoyar a uno u otro bando: o a los viejos caciques o a fracciones “democratizadoras”. Por ejemplo, pedir la destitución del gobernador Ulises Ruiz es un apoyo explícito al bando burgués que pretende relevarlo en el poder. En ambos casos la clase trabajadora sale perdiendo y su independencia de clase queda reducida a furgón de cola de uno u otro bando. La burguesía desde antes de las manifestaciones de mayo, buscaba usar a las masas de explotados como “grupo de presión” para afectar a alguna de las fracciones burguesas en pugna. La intervención abierta de Esther Gordillo, de Murat, del mismo Ulises Ruíz, y otros, a través del sindicato de maestros (SNTE-CNTE, incluyendo los sectores “críticos” como el CCL) devela que las pugnas e intereses de la burguesía, sobre todo la de los caciques de la región sureña, son los que han dominado y aprovechado el descontento. De una lucha que empezó cuestionando la explotación capitalista se terminó en el falso razonamiento que atribuye la miseria a la “mala gestión” del bandido en turno.
4. La demostración más clara de cómo el combate ha perdido la claridad de sus objetivos y se desvía hacia el apoyo indirecto de alguna fracción de la clase dominante, es la colocación en segundo plano al problema del aumento salarial, dejando en primer lugar la renuncia del gobernador. Esto permitió que el sindicato y el gobierno federal presentaran el problema del aumento salarial como un asunto técnico, de simple dotación adecuada de recursos a una región mediante la planificación de las finanzas públicas. Lo que representaba una bandera para el conjunto de la clase obrera (aumento salarial y mejora en las condiciones de vida) se convirtió en un asunto “local”.
De la misma forma, empezaron a presentarnos como formas de lucha proletaria las desgastadas acciones del izquierdismo: plantones donde los trabajadores esperan pasivamente, marchas agotadoras, bloqueos y enfrentamientos desesperados. Estas acciones sólo aíslan y dividen a los trabajadores. Su esencia no se intenta buscar la solidaridad con otros trabajadores sino separarlos.
A pesar de la amplia simpatía que esta lucha despertó entre los trabajadores, la clase dominante se ha encargado de evitar que esa simpatía se transforme en solidaridad activa, eso lo obtiene cuando impone consignas limitadas y localistas, evitando que los trabajadores se encuentren en la reflexión abierta y colectiva.
5. La composición social de la APPO (más de 79 “organizaciones sociales”, 5 sindicatos y representantes de escuelas y padres de familia) en la que dominan sectores no asalariados, pero sobre todo, por ceder la discusión y la reflexión al dominio de sindicatos y grupos del aparato de izquierda del capital (enlazados de manera directa o indirecta a los intereses de fracciones de la burguesía), podemos afirmar que su naturaleza no es proletaria. Eso hace que la fuerza potencial de los trabajadores que participan en ella se diluya. Esta fuerza se esteriliza en una estructura en donde a pesar de presentar la forma de una organización basada en “asambleas abiertas”, hay, en la práctica, la manifestación de su verdadera esencia, es decir, el de un frente interclasista que se conduce bajo las consignas del izquierdismo y el cual aprovecha el aislamiento de los trabajadores y la desesperación de capas marginadas de la población. Este hecho queda demostrado con el llamado que ha hecho la APPO para transformarse en una estructura permanente (Asamblea Estatal de los Pueblos de Oaxaca), es decir, en otro partido político, eso sí, más radical. Así, en su convocatoria (9-Nov-06) define a la Constitución creada por la burguesía mexicana en 1917 como un “documento histórico que refrenda la tradición emancipadora de nuestro pueblo...” por lo que llama a su defensa, así como a la del “... territorio y los recursos naturales...” Es decir, su “radicalismo” se reduce a la defensa del la estrecha ideología nacionalista que es verdadero veneno contra los trabajadores. Más aún, en una falsificación del internacionalismo proletario, definen en su convocatoria, la necesidad de “Establecer lazos de cooperación, solidaridad y fraternidad con todos los pueblos de la tierra para la construcción de una sociedad justa, libre y democrática; una sociedad verdaderamente humana...”, y para tal fin indican que pugnarán por “la democratización de la ONU...”.
6. La constitución de la APPO no significó un avance para el movimiento de los trabajadores, su creación está ligada al sometimiento del descontento genuino de los trabajadores. La APPO es la camisa de fuerza en la que se metió la combatividad obrera. Copada por partidos políticos, trotskistas, maoístas, “marxistas-leninistas” y los sindicatos (principalmente el sindicato de maestros) desnaturalizaron e impusieron una orientación y una actuación alejada a los intereses de los trabajadores y del resto de explotados. Las comparaciones que hacen de la APPO con estructuras como el Soviet o un supuesto “embrión de estado obrero” constituyen un ataque artero contra las verdaderas tradiciones del movimiento obrero.
La organización proletaria se distingue porque los objetivos que defiende están en referencia directa a sus intereses y sus necesidades como clase, es decir en la defensa de sus condiciones de vida. No persigue una defensa de la “economía nacional”, de empresas estatales, ni mucho menos de la democratización del sistema que lo explota; busca ante todo mantener una independencia política que le permita asumir el combate contra el capitalismo mundial y su taparrabos: la democracia.
Por eso las luchas reivindicativas de los trabajadores representan la preparación de la crítica radical de la explotación, en tanto se presentan como una resistencia a las leyes económicas capitalistas. Sólo la radicalización de la lucha reivindicativa conduce a la lucha revolucionaria. Son momentos que forman parte de la preparación de los combates revolucionarios que habrá de enfrentar el proletariado, eso las hace ser el germen de la lucha revolucionaria.
7. Los trabajadores, como una clase internacional e internacionalista requiere hacer suyas las experiencias de sus combates pasados, por eso es fundamental, para impulsar el desarrollo de la conciencia, recobrar las lecciones de las movilizaciones desarrolladas por los estudiantes y trabajadores de Francia en contra del Contrato de Primer Empleo (CPE) en la primavera del 2006. Lo fundamental de estas movilizaciones es su capacidad de organización que logra mantener un control tal que impide que sindicatos e izquierdistas desvíen su objetivo central contra el CPE. En el mismo sentido se encuentran las movilizaciones de los trabajadores de Vigo en España (mayo-2006) que logran enfrentar el sabotaje sindical, defendiendo su reivindicación salarial a través del control de sus asambleas y la extensión de su lucha.
La defensa de sus condiciones de vida, la independencia organizativa y la reflexión masiva que estos movimientos lograron, son lecciones que pertenecer al conjunto del proletariado y que debe de hacer valer en sus combates.
10-noviembre-2006
¡Proletarios de todos los países, uníos!
«El balance es demoledor : 3.000 soldados muertos desde el comienzo de la guerra en Irak hace 3 años (de ellos 2800 pertenecientes a las tropas americanas), 655.000 iraquíes muertos mientras los atentados mortales y los enfrentamientos entre fracciones chiítas y sunitas no hacen más que intensificarse.
Los más de 160.000 soldados de ocupación presentes en el suelo iraquí se muestran incapaces de asegurar su misión de “mantenimiento del orden” en un país que se encuentra al borde de la guerra civil» (Revista Internacional nº 127).
Ya nadie puede negar el rotundo fracaso de la aventura USA en Irak. Las recientes elecciones del 6 de noviembre han sido orquestadas por la burguesía norteamericana para salvar la cara:
por una parte, desviar hacia el terreno electoral el creciente descontento del proletariado y de una gran parte de la población ante la guerra;
por otro lado, consensuar una “nueva política” entre sus fracciones dominantes (demócratas y republicanos) para intentar paliar las consecuencias del desastre.
Bush ha comparado Irak con Vietnam. Tal paralelo es «una engañosa subestimación. Entonces la retirada de las tropas americanas de Vietnam permitió una reorientación estratégica beneficiosa de sus alianzas llevando a China a su propio campo contra la antigua URSS. Hoy, la retirada de tropas americanas sería una pura capitulación sin contrapartida alguna conllevando un descrédito completo de la potencia americana. Llevaría consigo simultáneamente el estallido de Irak provocando un agravación considerable del caos en la región» (Revista Internacional nº 127)
¿Cómo es posible que el ejército más poderoso de la Tierra haya hecho el ridículo en las tierras mesopotámicas?
No puede decirse que tal fiasco haya sido debido a la “resistencia popular”. En Irak no hay una guerra “contra el invasor”, como pudo serlo la guerra de independencia española de 1808 contra Napoleón, sino una guerra caótica dentro de la propia clase dominante iraquí dividida en innumerables facciones. Estados Unidos ha destapado la caja de Pandora y la principal víctima ha sido la propia población iraquí. Día tras día son torturados y asesinados por escuadrones de la muerte trabajadores, profesores, médicos, mujeres, desempleados…, en una orgía asesina sin freno ni perspectiva. Todos los días los atentados sangrientos llevan la tragedia a miles de familias.
Tampoco podemos atribuirlo a la incompetencia del actual equipo dirigente de la Casa Blanca. Es cierto que Bush es un estúpido[1] y que la pandilla que le rodea es una mezcla de pícaros como Cheeney - el siniestro e invisible vicepresidente - y de iluminados “neocon”. Sin embargo, la estrategia que puso en marcha en 2001 respondía plenamente a las necesidades y objetivos del capital americano y ya había sido prevista y preparada por la administración Clinton. «En estas guerras se ha ido viendo cada vez más claro cuál es la estrategia global y precisa que persiguen los Estados Unidos: conseguir un completo dominio de Oriente Medio y Asia Central para así cercar militarmente a sus principales rivales (Europa y Rusia), cerrándoles las salidas, y tener en su mano poder cortarles el acceso a las fuentes de energía» (Resolución sobre la Situación Internacional del 16º Congreso de la CCI, publicada en Revista Internacional nº 122). Las operaciones en Afganistán e Irak, el hostigamiento a Irán y Siria, el intento de “solucionar” el eterno conflicto Israel – Palestina, obedecen a la necesidad americana de instalarse mediante la fuerza militar en esa zona estratégica vital para, desde ella, pararle los pies a todos sus grandes rivales: Alemania – cuya expansión siempre ha tenido como meta Bagdad -, Francia y Gran Bretaña que ansían volver a los dorados años 20 en que eran los dueños de Oriente Medio, Rusia que aspira a una salida a los “mares cálidos”, China, deseosa de tener cabezas de puente en Irán y Pakistán.
Para explicar el fracaso de Estados Unidos en Irak hay que comprender la evolución histórica del capitalismo en las 2 últimas décadas. Con la implosión de la antigua URSS el capitalismo mundial entraba en su época de descomposición[2], y se veía cada vez más dominado por el choque caótico de intereses entre los múltiples bandidos imperialistas puesto que todo Estado – por pequeño que sea - es imperialista, y su objetivo natural es expandirse a costa de sus vecinos, rivales o “aliados”. La crisis histórica del capitalismo llevó a la desaparición de los antiguos bloques y a partir de ese momento, todos los Estados pudieron dar rienda suelta a sus propios y contradictorios intereses nacionales.
La primera confirmación de esa perspectiva vino con la primera guerra del Golfo en 1990 frente a la cual señalamos que « frente a la tendencia al caos generalizado propia de la fase de descomposición, y a la que el hundimiento del bloque del Este ha dado un considerable acelerón, no le queda otra salida al capitalismo, en su intento por mantener en su sitio a las diferentes partes de un cuerpo con tendencia a desmembrarse, que la de imponer la mano de hierro de la fuerza de las armas. Y los medios mismos que está utilizando para contener un caos cada vez más sangriento son un factor de agravación considerable de la barbarie guerrera en la que se ha hundido (…) El mundo aparece como una inmensa timba en la que cada quien va a jugar por su cuenta y para sí, en la que las alianzas entre Estados no tendrán ni mucho menos, el carácter de estabilidad de los bloques, sino que estarán dictadas por las necesidades del momento. Un mundo de desorden asesino, de caos sanguinario en el que el gendarme americano intentará hacer reinar un mínimo de orden con el empleo cada vez más masivo y brutal de su potencial militar» (“Militarismo y descomposición”, Revista internacional nº 64, 1er trimestre de 1991).
Este intento de ejercer como gendarme mundial atrapa a la potencia norteamericana en una contradicción insuperable: «sí renuncia a aplicar o hacer alarde de su superioridad militar, eso no puede sino animar a los países que discuten su autoridad a ir todavía más lejos (pero) cuando utiliza la fuerza bruta, incluso, y sobre todo, cuando con ese medio consigue momentáneamente hacer tragar sus veleidades a los adversarios, ello lo único que hace es empujarlos a aprovechar la menor ocasión para tomarse el desquite e intentar quitarse de encima la tutela americana» (Resolución sobre la situación internacional del 12º Congreso de la CCI, Revista Internacional nº 90).
Esta contradicción que va pegada como una lapa a la trayectoria reciente del imperialismo americano es la que ha propiciado una degradación de su posición en el mundo que con el desastre iraquí alcanza el peor nivel de toda su historia[3].
Por ello no es de extrañar que hoy le planten cara Estados de 5ª categoría o incluso bandas terroristas desconocidas. Corea del Norte, un Estado de opereta conducido por un megalómano proxeneta donde la inmensa mayoría de sus habitantes mueren de hambre, se permite el lujo de poseer armas nucleares sin que el Gran Gendarme pueda hacer otra cosa que “abrir negociaciones”. En América del Sur, el payaso Chávez no hace sino reunir aliados contra el “Gran Satán”. Irán se suma igualmente al carro nuclear lanzando continuos desafíos al Gigante sin que éste consiga pararle los pies. Rusia aprovecha todas las ocasiones para ponerle piedras en el zapato (Georgia, apoyo a Irán etc.)…
En el bando de los “aliados tradicionales” Alemania y Francia se oponen a sus iniciativas y en España el gobierno Zapatero retiró las tropas de Irak y hoy tiene el atrevimiento de proponer un “Plan de Paz” para Oriente Medio (asociado a Chirac).
Sin embargo, lo más significativo es la actitud que están tomando los dos Estados que le han mantenido una mayor fidelidad –dentro de lo que se puede pedir entre gángsteres-: Israel y Gran Bretaña.
Desde la eliminación de Rabín en 1995, la burguesía israelí ha ido afirmando sus propias veleidades imponiendo en muchos casos su política como un hecho consumado a Washington. Ha saboteado de forma descarada los intentos de llegar a un arreglo con la burguesía palestina. Estados Unidos no ha podido hacer otra cosa que ir a rastras de sus designios a pesar de que la prolongación indefinida del contencioso palestino debilita su autoridad y le impide ganar implantación en el mundo árabe. Israel tenderá a jugar sus propias bazas pues se ve cada vez más amenazado tanto por la pérdida de autoridad de USA como por el creciente ascenso de Irán.
Por su parte, Gran Bretaña intenta tomar distancias. La más reciente propuesta de Blair – celebrar una Conferencia Internacional para dar una “solución global” a Irak, Afganistán y Palestina con presencia destacada de Irán y Siria - constituye una piedra muy difícil de tragar para Estados Unidos ya que le supondría, de aceptarla, el negociar de igual a igual con los dos paladines del famoso “eje del mal”.
Esta dificultad generalizada de Estados Unidos no abre ninguna perspectiva de “liberación” para los pueblos o de “paz” para el mundo. Muy al contrario: acelera la dinámica ya en curso hacia el hundimiento de partes crecientes del planeta en un caos guerrero sin solución.
Los grupos “izquierdistas” (trotskistas, estalinistas, algunos anarquistas) babean de gusto ante los fracasos norteamericanos. Su identificación del imperialismo con Estados Unidos[4] les lleva a vender la ilusión de que “el debilitamiento de USA es el debilitamiento del imperialismo y por ende del capitalismo”. Eso es una falsificación escandalosa. El capitalismo es un sistema mundial que desde principios del siglo XX ha entrado en su fase imperialista y como dice muy bien el grupo proletario turco Enternasyonalist Komunist Sol[5]«el imperialismo es la política natural que practica todo Estado Nacional o toda organización que funciona como un estado nacional». No es verdad que muerto el perro se acabó la rabia. En primer lugar, el perro rabioso USA seguirá con sus demostraciones de fuerza militar causando miles de víctimas y sembrando el caos allí donde vaya pues esa es la única respuesta posible que tiene frente al caos galopante y al creciente desafío a su autoridad. Sí en 2008 los demócratas ascienden al trono imperial se verán obligados – más allá de unos cuantos toques de maquillaje “multilateral”- a la misma política de huida hacia delante del gabinete Bush.
En segundo lugar, la pérdida de autoridad de USA da alas a toda clase de Estados de cuarta categoría que desarrollan sus fechorías con la misma o peor brutalidad que sus cofrades mayores sembrando por todos los lados un caos indescriptible. Esta realidad se ve ilustrada por dos hechos recientes:
- la posesión del arma nuclear por parte de Corea del Norte ha desencadenado una carrera armamentística de consecuencias imprevisibles: China se refuerza en el terreno nuclear y Japón está iniciando un proceso de rearme. Todo esto no puede sino avivar las tensiones en el Extremo Oriente;
- el reforzamiento de Hezbollah tras la guerra del Líbano coloca a este país al borde la guerra civil entre las sus múltiples fracciones. El área que va de Oriente Medio hasta el Asia Central se encamina gradualmente hacia un estallido de guerras a la vez internas y entre Estados: el ascenso de Irán, la escalada militarista de Israel, las tensiones que pueden volver más pronto o más tarde entre Pakistán e India –potencias nucleares- etc., son los ingredientes de este temible cóctel explosivo.
Durante el siglo XX y lo que va del XXI, la humanidad ha sufrido innumerables desgracias y catástrofes: epidemias, hambrunas, crisis económicas, destrucción medio ambiental, degeneración moral…, pero la peor de todas si cabe ha sido la barbarie de la guerra imperialista.
La guerra imperialista ha tomado diferentes formas: dos Guerras Mundiales (1914-18 y 1930-45); la situación de guerras localizadas durante la Guerra Fría (1945-1989) y a partir de 1989 una nueva forma: las guerras caóticas que han afectado a 4 continentes (Europa –los Balcanes y la antigua URSS-, Asia, África y América Latina –Colombia, Haití)[6]. Estas distintas formas han manifestado el callejón sin salida sangriento en el que se haya atorado el capitalismo.
Contra la guerra la única alternativa es la lucha internacionalista del proletariado. La lucha contra TODOS los Estados (o bandas aspirantes al dominio estatal como los clérigos sanguinarios de Hezbollah) y contra todos los bandos en conflicto. Este pasaje del grupo proletario turco que antes citábamos (Enternasyonalist Komunist Sol) ilustra la política que debe seguir el proletariado para lograr la fuerza necesaria para abatir el capitalismo y con él la guerra imperialista:
«En Turquía como en el resto del mundo, la mayor parte de los izquierdistas han aportado su apoyo total a la OLP y a Hamas. En el conflicto del Líbano se han expresado con una sola voz para decir que ‘todos estamos con Hezbollah’. Siguiendo esta lógica consistente en decir ‘el enemigo de mi enemigo es mi amigo’ han apoyado plenamente esta organización violenta que ha empujado a la clase obrera a una desastrosa guerra nacionalista. Este apoyo de los izquierdistas al nacionalismo no difiere gran cosa de lo que dice el MPH[7]. La guerra entre Hezbollah e Israel así como la guerra de Palestina son guerras interimperialistas y todos los campos utilizan sin excepción el nacionalismo para encadenar a la clase obrera a sus designios guerreros. Cuanto más sean los obreros aspirados por el nacionalismo más perderán toda capacidad para actuar como clase. Por ello ni Israel, ni Hezbollah, ni la OLP, ni Hamas, deben ser sostenidos bajo ninguna circunstancia».
Smolny 18-11-06
1]El escritor Norman Mailer lo ha calificado como «el peor presidente de la historia de Estados Unidos: ignorante, arrogante y estúpido»
2Ver en la Revista Internacional nº 62 nuestras Tesis sobre la Descomposición
3 Tras superar 2 difíciles momentos (la invasión inglesa de 1812-14 y la guerra de Secesión de 1861-65), Estados Unidos no ha hecho más que acumular éxito tras éxito –incluso el fracaso en Vietnam fue, como hemos dicho antes, ampliamente compensado por el paso de China a su órbita-. Sólo a partir de 1990 con el fracaso en Yugoslavia y Kosovo y ahora en Irak y Afganistán se ha invertido la tendencia.
4 Ver ¿Qué es el imperialismo? en nuestra web: www.internationalism.org [5].
5 Ver en Révolution Internationale nº 372 «Internacionalistas contra la guerra del Líbano», en francés.
6 A estas expresiones de enfrentamiento abierto hay que añadir la nueva forma que ha tomado el terrorismo con los atentados masivos iniciados en 2001 que deben ser considerados como una variante particular de la guerra imperialista
7 MPH: Partido del Movimiento Nacional. Se trata del grupo fascista turco llamado Los Lobos Grises
Publicamos a continuación una Resolución sobre la situación en España, con el que la sección de la CCI en este país toma posición ante la situación actual y las perspectivas de la lucha de clases en España.
1.- La lucha de clases entre el proletariado español y la burguesía se encuadra en el mismo marco internacional que se abrió con el viraje social de la primavera francesa en 2003, pero que tuvo una dimensión internacional con las mayores movilizaciones en Austria desde 1945, y las luchas del metal en Alemania. Estos movimientos vinieron a poner fin al retroceso en la combatividad y la conciencia que padeció nuestra clase a raíz del hundimiento del bloque soviético y del estalinismo. Las luchas y movilizaciones masivas frente a los ataques del capitalismo que se concretaban en el endurecimiento y deterioro del sistema de jubilaciones, unían a todas las generaciones obreras, significativamente a la generación del 68 que fue capaz de acabar con la contrarrevolución y a las nuevas generaciones proletarias. Este viraje social cristalizó en España en las luchas del verano del 2003 en la refinería de Repsol en Puertollano y en las huelgas de los obreros de los astilleros del otoño de 2004, aunque todavía en estas luchas no se aprecie esa unión entre las dos generaciones obreras y los sindicatos tuvieran margen de maniobra para aislarlas y derrotarlas. En la lucha de SEAT de finales de 2005 sí vemos la primera tentativa de unión entre las dos generaciones obreras y la necesidad de luchar confrontándose a los sindicatos, aunque la burguesía supo maniobrar para aislar la lucha utilizando la desmovilización de las vacaciones de Navidad y las maniobras rastreras del sindicalismo “radical” encarnado en este caso en la CGT. La lucha de SEAT, como antes la de Astilleros, no logró echar atrás los despidos, y terminó con una derrota en el terreno económico, pero su principal contribución está en la experiencia de lucha que en ella se desarrolló contribuyendo a la maduración de la reflexión, la unidad, la fuerza y la confianza en sí mismos de los trabajadores.
En la primavera de 2006 asistimos a un cambio cualitativo en la dinámica de la lucha de clases internacional con las movilizaciones de los estudiantes franceses contra el ataque por parte del gobierno que intentó implantar el CPE: «La nueva movilización de las jóvenes generaciones de proletarios en Francia contra el CPE en las facultades, en los institutos, en las manifestaciones y en la solidaridad de todas las generaciones en torno a esta lucha, confirma la apertura de un nuevo período de confrontación entre las clases. La capacidad de las asambleas de tomar realmente en mano la lucha, la combatividad y también la reflexión, la madurez manifestada en ellas, y especialmente la capacidad para zafarse de la mayor parte de las trampas que la burguesía ha tendido al movimiento, todo esto muestra la eclosión de una profunda dinámica de desarrollo de la lucha de clases. Esta dinámica tendrá un impacto en las futuras luchas obreras» (Revista Internacional nº 125). Asistimos verdaderamente al germen de la huelga de masas, que es la forma en que se manifiesta la lucha del proletariado en la decadencia del capitalismo.
La huelga del metal de Vigo en mayo de 2006 viene a confirmar el punto de inflexión de la primavera francesa. En esta lucha los trabajadores expresaron, aunque a una escala más reducida, las mismas tendencias de las movilizaciones en Francia, sin que ello fuese producto de una transmisión mecánica, pues seguramente los trabajadores de Vigo no conocían todas las enseñanzas de las luchas en Francia (que primero fue silenciada por la burguesía más allá de las fronteras francesas, y luego sistemáticamente deformada por los medios de desinformación), sino como resultado del cambio en las condiciones generales de la lucha del proletariado internacional. Desde el principio los trabajadores de Vigo se dotaron de asambleas para organizar y dirigir la lucha, asambleas públicas en plena calle, abiertas no sólo a los trabajadores del metal sino también a los demás obreros. Los obreros se plantean ganar la solidaridad de los demás trabajadores, principalmente de las grandes empresas metalúrgicas a las que envían delegaciones masivas. Frente a las provocaciones policiales de la burguesía los trabajadores saben evitar la trampa y la provocación. La lucha de los trabajadores de Vigo surgió contra la precariedad y consiguió plantear y conquistar una reivindicación profundamente unificadora: el aumento de salario lineal igual para todos.
2.- La burguesía como es lógico no se ha quedado cruzada de brazos y ha contraatacado con todo su arsenal y aparato mediático. En la huelga del metal de Sevilla, pocos días después de la de Vigo, los sindicatos no permitieron que la situación “se les fuera de las manos”, y dispersaron a los obreros en múltiples cortes de carreteras que en vez de ganar la solidaridad del resto de trabajadores la entorpecía. Frente a los auténticos métodos proletarios de lucha y búsqueda de la solidaridad, los sindicatos aíslan las luchas con unas supuestas acciones “espectaculares”: durante este verano hemos visto como los trabajadores de astilleros de Sevilla se tiraban al río Guadalquivir impidiendo el paso de embarcaciones, o como empleados de Mercadona en Barcelona se “crucificaban” en las puertas de los supermercados de esta cadena. Esta ofensiva antiobrera se intensificó con la provocación y encerrona a los trabajadores del aeropuerto del Prat de Barcelona, donde se desarrolló un auténtico linchamiento moral de la lucha a través de los medios de “comunicación”, que insistían venenosamente en la idea de que las luchas obreras son insolidarias con el resto de los trabajadores. Por último la reconversión de TVE se saldó con más de 4000 despidos, consiguiendo los sindicatos imponer la desmovilización con las consabidas pantomimas, desvirtuando las asambleas, etc., y aislando a los trabajadores aprovechando las vacaciones para aprobar el plan de reconversión.
3.- A pesar de todas estas dificultades, lo que empieza a dominar la situación social a nivel internacional es la tendencia a una mayor afirmación de la presencia del proletariado en la escena social. La combinación del desarrollo de luchas cada vez más abiertas, tendiendo cada vez a ser más masivas, en las que la clase obrera pondrá en juego progresivamente lo que caracteriza el proceso hacia la huelga de masas, con la continuación y profundización de la maduración de la conciencia y la reflexión en sectores cada vez más amplios de ella, la unión en el combate de la dos generaciones proletarias actuales,…todo lo que se ha expresado en germen en las lucha actuales es lo que necesariamente va a pugnar por desarrollarse en el futuro.
Evidentemente, eso no quiere decir que ya desde hoy el camino hacia la huelga de masas esté expedito. Todo lo contrario, ya hemos visto en el punto anterior cómo la burguesía reacciona en España, lo que forma parte de la reacción internacional de la burguesía contra un proletariado que está superando quince años de retroceso. Por ello no veremos inmediatamente una proliferación de luchas. A diferencia de otras etapas de la lucha de clases, hoy las luchas obreras son muy difíciles puesto que el chantaje del paro hace que no sea fácil entrar en huelga. Del mismo modo, las deslocalizaciones son utilizadas como armas de intimidación permanente contra los obreros. La precariedad y la consiguiente inestabilidad laboral que ocasiona no hacen fácil las expresiones clásicas de lucha. Finalmente, el flujo constante de emigrantes que necesitan un periodo más o menos largo para reconocerse como parte de la clase obrera hace igualmente difícil la manifestación de luchas. Sin embargo, estos factores, que en una primera etapa pueden retrasar la aparición de luchas abiertas, tendrán posteriormente un efecto inverso: estimulantes de la unificación de los obreros, de una superación más firme de las divisiones por sector, región, corporativas, de generación etc.
4.- ¿Qué futuro nos ofrece el capitalismo y la burguesía en el período de descomposición?: «inseguridad, guerra, hambre y, de guinda, la promesa de una degradación irreversible del medio ambiente cuyas consecuencias empiezan ya a manifestarse con unos desajustes climáticos, y que en el futuro serán sin duda mucho más catastróficas que las de hoy (tempestades, huracanes, inundaciones mortíferas, etc.). Y una de las cosas más indignantes es que todos los sectores de la clase dominante tienen la cara dura de presentarnos los atropellos y los crímenes de los que son responsables como si fueran acciones inspiradas por la voluntad de llevar a la práctica unos grandes principios humanos: la prosperidad, la libertad, la seguridad, la solidaridad...» (Revista Internacional nº 126).
A pesar de la absurda propaganda de la burguesía española que ha pasado del “España va bien” del gobierno Aznar al “España va pluscuamperfectamente bien” de Zapatero, lo cierto es que el capitalismo español se adentra cada vez más en un período de convulsiones económicas y políticas de alcance histórico. En el terreno económico, el auto-bombo del gobierno por haber alcanzado el 8º puesto del ranking mundial, no puede disimular que, en la guerra a muerte que libran todas las burguesías nacionales por sobrevivir en la crisis económica del capitalismo mundial, el capitalismo español pierde posiciones a una velocidad de vértigo. Cuando Zapatero sustituyó a Aznar el déficit exterior rondaba los 40 mil millones de euros, pero estos dos últimos años ha crecido a un ritmo superior al 30% anual hasta alcanzar los casi 69 mil millones, lo que equivale al 7.6% del PIB, porcentaje incuso superior al 6,5% de EE.UU.
El capital español está en una especie de tierra de nadie ya que no cuenta con la tecnología y la productividad de las principales potencias capitalistas, ni con el nivel salarial de los países del Tercer Mundo. Prácticamente todos los sectores de la economía productiva española están abocados a una crisis, desde los sectores industriales (en el automóvil, los astilleros, los electrodomésticos, el textil..., se suceden los despidos y los cierres de empresas) hasta las producciones agrícolas. Los ingresos del sector agrícola dependen casi más de las subvenciones para dejar de producir que de la propia producción.
Las producciones más boyantes del campo en España son las casas de turismo rural y la construcción de urbanizaciones con campos de golf incluidos, apuntándose a la burbuja especulativa inmobiliaria que corroe los cimientos de la economía española pero de la que no puede escapar. Hoy el 14% de las empresas españolas se dedica a la construcción que representa más del 22% del PIB español. En 2005 se construyeron en España 900.000 viviendas, más que entre Alemania, Francia y Reino Unido.
El crecimiento del PIB, que fue del 3.4% en 2005, está basado en una huida ciega en el endeudamiento. El FMI, la OCDE, y hasta el mismísimo Banco de España, no cesan de advertir que lo que está financiando el consumo de los hogares españoles es pura y simplemente una bestial escalada en el endeudamiento de las familias y las empresas que, en pocos años, ha liquidado el ahorro interno. Si hace dos años la deuda de los hogares representaba el 90% de la renta disponible de éstos, hoy es ya del 115%, cuando en Francia sólo alcanza el 35%. La quiebra de los fondos de inversiones y de pensiones Forum Filatélico y Afinsa, que han volatilizado el equivalente al 0,5% del PIB español y los ahorros de 300.000 familias, pone de manifiesto la fragilidad del sistema financiero español, encenagado en la especulación inmobiliaria, cuando el “salvavidas” que eran los bajos tipos de interés, empieza a deshincharse.
El avance de la crisis económica del capitalismo mundial, tenderá a imponer a los capitales nacionales más fuertes la necesidad de blindarse, sacrificando para ello a los más débiles, recortando las subvenciones (a partir de 2.008 al capital español se le acaba una parte importante de los “fondos de cohesión”), o exigiendo una austeridad más draconiana. El capital español no solamente está en una posición mucho más débil, sino también mucho más dependiente de lo que quieran hacer sus competidores. Eso le hace más vulnerable a nuevos embates de la crisis económica mundial, cuyos hachazos se verán agravados por el pinchazo más o menos abrupto de la burbuja especulativa inmobiliaria.
5.- Igualmente inexorable resulta la degradación de la posición imperialista del capital español en el contexto del “cada uno a la suya” que preside las relaciones internacionales en el período de descomposición capitalista. El desprestigio y debilitamiento a raíz de la guerra de Irak y su posterior retirada, así como la vulnerabilidad mostrada el 11-M, se ha visto continuada con una progresiva pérdida de posiciones en América Latina (tanto en los regímenes “bolivarianos” como en los pronorteamericanos las inversiones de las empresas españolas se ven sometidas a todo tipo de chanchullos y maniobras) y en el Magreb (una zona donde interviene el imperialismo USA a través de Marruecos - verdadero rompecabezas para la diplomacia española y que está lejos de haber mejorado, como dice el gobierno, sus relaciones con España - y donde los intereses e influencia del imperialismo francés son también muy grandes). El Magreb sigue siendo, como a lo largo del siglo XXº, la zona más caliente y sensible de las relaciones exteriores del capitalismo español, por lo que éste tiene que implicarse a fondo para defender sus intereses: defensa de Canarias, Ceuta y Melilla, y ahora el grave problema de la inmigración ilegal proveniente de África.
Si las ambiciones imperialistas de Aznar rozaban el ridículo (que llegó al paroxismo con la invasión militar de la isla de Perejil), el viraje del PSOE, la “vuelta al corazón de Europa”, ha llevado a lo astracanesco. Zapatero se hizo el primer abanderando del “sí” a una constitución europea que fue más tarde rechazada en los países centrales de la Unión Europea. Además, ante el creciente caos mundial que tiene su principal epicentro en Oriente Medio, anda recetando esa pócima vacua llamada “alianza de las civilizaciones”. Toda la política exterior española carece de coherencia y no puede disfrazar su pérdida de influencia política y económica en Europa. Para tratar de reaccionar contra esa degradación de su status, el capital español trata de “figurar” en todos los conflictos, enviando tropas a Afganistán, Haití, África Central y últimamente al Líbano, lo que ha hecho del gobierno Zapatero, el gobierno español con más tropas desplegadas en el extranjero.
6.- En nuestra época, el período de descomposición del capitalismo, la clase dominante, incluso la de los países centrales, se ve afectada “por el cada uno a la suya” y el deterioro de su aparato político. Esto no debe ilusionarnos pues ya hemos visto que la burguesía es capaz de utilizar los efectos de la descomposición en campañas ideológicas en contra del proletariado. La burguesía española ha sido capaz por ejemplo de desatar asfixiantes campañas ideológicas con el antiterrorismo y ahora con el “pacifismo”, con el famoso “proceso de paz” y la tregua de ETA.
El 14 de marzo de 2004, la burguesía española tuvo que improvisar la constitución del gobierno Zapatero del PSOE. La forma forzada en que la derecha (una de las debilidades del aparato político español es que el Partido Popular se ve obligado a englobar desde el centro hasta la extrema derecha) tuvo que pasar a la oposición, ha erosionado todo el esfuerzo de más de veinte años para reconducir a esta fracción de la burguesía española dentro de las formas democráticas. Se concretó el peor escenario puesto que el PP se escora cada vez más a la derecha (rápidamente ha desandado el famoso “viaje al centro” de los años 90) y es prisionero de sus fracciones más extremas. Eso puede llevar a inutilizarle como “recambio” en la alternancia democrática al PSOE.
La izquierda del capital – que como demostró en los 15 años de gobierno de Felipe González es la fracción más coherente del aparato político de la burguesía - tampoco se encuentra a la altura de las circunstancias y de las necesidades del capital español. A pesar de las loas al “talante” de ZP, lo cierto es que este gobierno ha demostrado una gran incompetencia e impotencia ante el debilitamiento del capital español en todos los extremos: debilitamiento económico, imperialista y mala cohesión del estado nacional. Su estrategia en contra de los nacionalismos periféricos, principalmente contra el vasco, pero también contra el catalán, ha consistido en reinventar el famoso “café para todos” del año 1978 (cesión de competencias a las autonomías para “diluir” las reivindicaciones de los nacionalismos vasco y catalán). El estatuto de Cataluña debía servir de piedra de toque para esta operación. Pero el nacionalismo catalán ha tratado de zafarse de esta operación cosmética tratando de conseguir más competencias, lo que ha abierto una auténtica caja de Pandora de reclamaciones centrífugas, recordando la época de las repúblicas cantonales del siglo XIX. Así hoy vemos a Andalucía declararse “entidad nacional”, al mismo tiempo que en otros estatutos como el valenciano se incluyen cláusulas para reivindicar posteriormente el techo de competencias que logren otras “nacionalidades históricas”. Lo que debía ser el principio de la solución lo que ha hecho en realidad es agravar el problema.
Otro tanto podemos decir de la estrategia gubernamental ante el “alto el fuego permanente de ETA”: esta negociación entre gobierno y ETA-Batasuna tiene como objetivo final desalojar al PNV del gobierno vasco. Hay que decir que es una operación política sumamente arriesgada, donde nadie se puede fiar de nadie, y donde la llave la acaban teniendo precisamente los sectores más difíciles de disciplinar por el interés de conjunto del capital nacional. Todo esto confirma nuestro análisis de que la mala cohesión del estado nacional español que la burguesía no fue capaz de solucionar en el período ascendente, se agravó en la decadencia, y tiende a agudizarse aún más en el período de la descomposición.
7.- La burguesía española tiene otro grave problema en su aparato político y es que hoy por hoy, las fracciones que, como Izquierda Unida, están llamadas a jugar un papel clave en la mistificación del proletariado, se encuentran en cambio atrapadas por un descarado apoyo al gobierno ZP. Por otra parte la burguesía española no cuenta con un aparato izquierdista “potente” como puede ser el caso de Lutte Ouvriére en Francia o la premeditada alianza de la izquierda socialdemócrata y el estalinismo en Alemania. Ante esa escasa presencia del izquierdismo, la CNT sería la organización de la izquierda del capital más preparada tanto por su hoja de servicios a la burguesía (1936 y 1977) como por ser expresión del llamado “sindicalismo revolucionario”, aunque arrastra un problema con el lastre de desclasados y lumpen que alberga en su seno.
Estos problemas no ponen sin embargo en cuestión la capacidad de la burguesía española, en lo inmediato, para desplegar su estrategia antiobrera. Además la burguesía española tiene una amplia experiencia histórica de confrontar a la clase obrera. El gobierno Aznar desarrolló en sus ataques con el mismo discurso y la misma estrategia que los gobiernos de izquierda de la época, (presentando los ataques como reformas de mejora). El PSOE, aún más preparado que la Derecha, no ha cometido los errores del gobierno francés y a la vista de las movilizaciones contra el CPE, el gobierno español y la burguesía han maniobrado con campañas mediáticas como la del “botellón”, la provocación a los trabajadores del aeropuerto del Prat y la posterior campaña, la dispersión de los ataques y una reforma laboral tratando de resguardar a todo el aparato sindical. Los Sindicatos a pesar de su desgaste han permanecido en un perfil bajo, y la burguesía los está resguardando para las luchas futuras.
8.- El capital español también se ve confrontado a otro fenómeno de la descomposición como es la inmigración proveniente de los países del Tercer Mundo. Es cierto que, como otros fenómenos de la descomposición, lo utiliza frente al proletariado, a nivel económico para tratar de bajar el salario real, y a nivel ideológico desatando campañas xenófobas y fomentando la insolidaridad en las filas obreras. Pero al capital español le resulta sumamente difícil guardar el equilibrio entre sus necesidades, y la exigencia que le imponen los países centrales de la Unión Europea: que sea el implacable guardián (ya lo vimos en la verjas de Ceuta y Melilla) de las fronteras de los países europeos contra la marea humana que trata de sobrevivir huyendo de la miseria, la guerra y la barbarie que asola cada vez más regiones del planeta.
9.- Por último, nuestra intervención en la lucha de clases y en el combate por ganar a las nuevas generaciones, ratifica nuestro convencimiento de que el curso histórico hacia los enfrentamientos de clase decisivos entre la burguesía y el proletariado está abierto. El desarrollo de la lucha de clases a nivel internacional también nos confirma que, en los próximos dos años, el proletariado español va a proseguir sus combates en defensa de sus condiciones de vida y trabajo contra los crecientes ataques de la clase enemiga, combates que irán unidos a un desarrollo de la toma de conciencia de que los sufrimientos que hace padecer a la humanidad el capitalismo en descomposición, sólo podrán resolverse destruyendo este modo de producción condenado por la historia desde hace un siglo.
AP (CCI).
Octubre de 2006.
Los días 2, 3 y 4 de noviembre de 2006 tuvieron lugar unas Jornadas sobre la Autonomía Obrera en las cuales hemos participado[1].
Voluntad de lucha contra el capitalismo, preocupación e inquietud por lo que puede deparar a la humanidad su evolución actual;
Rechazo de las vías parlamentarias y sindicalistas que nos “ofrece” el sistema para “poder influir en la sociedad”;
Rechazo de los sindicatos y de los partidos del Capital (en su amplio abanico que va desde la extrema derecha hasta la extrema izquierda);
Defensa del proletariado como la clase revolucionaria de esta sociedad;
Defensa de la necesidad de una lucha autónoma como clase.
Cara a las continuas campañas ideológicas de la burguesía que nos venden toda clase de falsas alternativas y de falsas luchas, estas posiciones constituyen un punto de partida para buscar y desarrollar la claridad necesaria para luchar con fuerza contra el Capital.
En este marco, en una atmósfera de debate sincero y abierto, todos aportaron argumentos, defendieron distintas apreciaciones, expusieron diferentes enfoques ante los problemas. Los asistentes salieron satisfechos de las Jornadas con el sentimiento de haber llevado una discusión honesta y de haber podido conocer posturas que desconocían o que conocían de oídas o deformadas por terceros.
Las 3 fuerzas motrices de la lucha proletaria son la unidad, la solidaridad y la conciencia. Esta última no se desarrolla mediante el adoctrinamiento o la imposición dogmática, sino a través de la experiencia y del debate: un debate contradictorio donde la exposición de las diferentes posturas aporte los elementos necesarios para una clarificación. Un debate abierto, que vaya al fondo de las cosas, que no tema ni a la crítica ni a la autocrítica.
La cultura del debate es pues una de las armas fundamentales del proletariado. Frente a una sociedad instalada en el irracionalismo, el lavado de cerebro y la búsqueda de chivos expiatorios, el proletariado reivindica una actitud de análisis, de enfoque consciente y amplio de los problemas.
Muchos de los asistentes no nos conocíamos entre nosotros, o bien, lo que es peor, teníamos visiones inexactas de los otros, prejuicios inevitables, fruto de ese desconocimiento. La atmósfera de sinceridad y fraternidad, el ver con actitud abierta y respetuosa las posiciones de los demás, ha podido vencer ese problema y abrir un camino hacia la confianza que es absolutamente necesaria dentro de las filas del proletariado y de todos los que luchan por su causa.
La lucha de la clase obrera tiene un fundamento económico y un objetivo político (la destrucción del Estado burgués y el poder mundial de los Consejos Obreros), sin embargo, tiene, simultáneamente, un profundo sedimento humano, vital, subjetivo, de fraternidad, solidaridad, confianza y respeto mutuos, espíritu abierto etc., sin el cual todo cambio radical de la sociedad actual –cuyos fundamentos son la mentira, la manipulación, la competencia feroz, el cada uno a la suya- no podrá realizarse.
En las Jornadas se expusieron diferentes concepciones de la autonomía del proletariado. Más que analizarlas pensamos que es importante ver sus puntos en común:
1º Las luchas del proletariado a lo largo de los siglos XX y XXI ya no tienen las mismas características que tuvieron en el siglo XIX. Un cambio fundamental se ha operado en sus condiciones, objetivos y medios. Para ello es importante conocer con precisión y detalle las diferentes experiencias vividas a lo largo de los últimos 100 años por el proletariado. Las Jornadas –tanto en las presentaciones como en las intervenciones- aportaron un rico filón de experiencias [2]
2º Estas luchas tienden a ser independientes de los sindicatos, de los partidos del Capital y en sus momentos de mayor fuerza evolucionan hacia un enfrentamiento radical con el Estado burgués.
3º La organización de la lucha surge de la iniciativa de los obreros mismos formando Asambleas y Comités elegidos y revocables (Consejos Obreros en una situación revolucionaria)
4º Contribuir a la autonomía del proletariado significa combatir las ideologías (antifascismo, nacionalismo, defensa de la democracia, defensa de la economía nacional, de la empresa o del sector) que la niegan pues lo atan de pies y manos a los intereses del capital o de sus diferentes fracciones.
Algunos participantes expresaron un problema muy importante: ¿por qué organizaciones creadas por el proletariado se han convertido en aparatos al servicio de la clase enemiga que enturbian su conciencia y sabotean su lucha?
Este problema se planteó respecto a la CNT y su actitud en 1936. Sin embargo, se puede extender a otras muchas organizaciones: los antiguos partidos obreros –socialistas y comunistas- que traicionaron y se integraron en el Estado Capitalista; del mismo modo, organizaciones nacidas de una lucha obrera que al hacerse permanentes fueron absorbidas por el sistema.
¿Por qué se produce esta degeneración? Quizá podrá ser un objeto de futuros debates por lo que aquí simplemente queremos apuntar una observación. Se debe distinguir entre los distintos tipos de organismos pues las causas de degeneración de cada uno de ellos son a nuestro juicio diferentes:
Los sindicatos al tener como función la defensa de la condición obrera dentro del régimen de trabajo asalariado perdieron toda función favorable a la clase obrera desde el momento en que el capitalismo se convirtió en un sistema decadente, cuando la única alternativa posible no es su reforma sino su destrucción;
Los organismos que tras una huelga intentan hacerse permanentes pierden la vida que los animaba –la movilización y la solidaridad de los obreros- y desde ese momento no tienen más remedio que acomodarse a una práctica sindical;
Las organizaciones políticas proletarias se ven amenazadas por la presión de la ideología burguesa que las impulsa a abandonar las posiciones independientes del proletariado para adoptar de forma oportunista las posiciones de la burguesía.
Corriente Comunista Internacional 14-11-06
1 Ver kaosenlared.net/noticia.php?id_noticia=25007.
2 Compañeros hablaron de experiencias como el MIL o los comandos autónomos. Otros abordaron la gran lucha de Vitoria 1976. Se discutió ampliamente de la lucha espontánea de julio 1936 protagonizada por el proletariado español. Nosotros expusimos la experiencia de la revolución rusa de 1905, la huelga de masas en Polonia 1980 y el movimiento de los estudiantes en Francia en la primavera de 2006.
Enlaces
[1] https://es.internationalism.org/tag/situacion-nacional/mexico
[2] https://es.internationalism.org/tag/situacion-nacional/lucha-de-clases
[3] https://es.internationalism.org/cci-online/200610/1101/el-grupo-comunista-internacionalista-escupe-sobre-el-internacionalismo-prolet
[4] https://es.internationalism.org/tag/corrientes-politicas-y-referencias/parasitismo
[5] http://www.internationalism.org
[6] https://es.internationalism.org/tag/noticias-y-actualidad/irak
[7] https://es.internationalism.org/tag/situacion-nacional/espana
[8] https://es.internationalism.org/tag/situacion-nacional/conflictos-nacionalistas
[9] https://es.internationalism.org/tag/situacion-nacional/situacion-economica-0
[10] https://es.internationalism.org/tag/situacion-nacional/lucha-de-clases-0
[11] https://es.internationalism.org/tag/situacion-nacional/posicion-imperialista-0
[12] https://es.internationalism.org/tag/2/29/la-lucha-del-proletariado