Un debate muy interesante sobre la situación actual de la crisis capitalista

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¿Dónde estamos en la evolución de la crisis?

¿Estamos saliendo de la crisis? ¿Hay países que salen y otros que se hunden como Grecia, Portugal y España? ¿Se trata de una crisis donde el centro de gravedad geo-económico se traslada desde Europa y Norteamérica hacia China? [1]

Para responder a estas cuestiones la discusión empezó trazando un cuadro descriptivo de la situación:

- Crisis de la deuda pública en una serie de países europeos: Grecia, Irlanda, Portugal, España..., y potencialmente: Bélgica, Italia, Hungría....

- Enorme esfuerzo de endeudamiento en USA y Japón sin lograr sin embargo que la producción arranque. En estos dos países se le da directamente a la máquina de crear dinero.

Es verdad que hay países más afectados y otros que se defienden mejor pero la discusión clarificó que sería un error considerar que esos países "mejores alumnos" constituirían el punto de partida de una salida a la crisis, que el capitalismo se reestructuraría a partir de ellos.

Esto llevó a tratar el caso de China. China, que festeja la segunda plaza de la producción mundial desbancando a Japón, sufre signos muy inquietantes: inflación que tiende a descontrolarse, desempleo que crece y no puede ser absorbido, burbuja inmobiliaria...

¿De dónde viene el espectacular crecimiento de China? ¿Por qué ha ascendido a segunda potencia económica del planeta? ¿De la misma manera que Gran Bretaña fue el centro de la economía mundial en el siglo XIX y luego fue sustituida por Estados Unidos en el siglo XX, sería China el gran triunfador del siglo XXI?

Es necesario comprender cuál es la raíz del ascenso chino. Entre finales de los 80 y 2007 una parte importante de la producción mundial es trasladada a China debido a los costes irrisorios -principalmente laborales- que tiene este país sometido a la férrea dictadura de un supuesto "Partido Comunista". Este fenómeno llamado Deslocalización lleva a crecimientos espectaculares del 10% o más en China. Esto ha sido utilizado por los adalides del capitalismo para demostrar que éste es capaz de crecer y desarrollarse[2]. Sin embargo, conviene hacer las siguientes precisiones:

1ª Se trata de un plan organizado por los Estados occidentales de traslado de una parte de su producción a China, India y otros, como respuesta a la crisis global del capitalismo, para aliviar unos costes que podían ahogar sus economías la deslocalización logra menores costes.

2ª Se trata de una producción a crédito basada esencialmente en un endeudamiento fuera de control especialmente de USA, gran parte de cuyos bonos del tesoro que financian ese consumo es absorbido por China.

Gran Bretaña marcó el porvenir a los demás países en el siglo XIX. En un contexto de expansión de las relaciones de producción capitalistas con enormes áreas en estado pre capitalista que ofrecían un gigantesco terreno de expansión[3], Francia, Alemania, Italia, Estados Unidos, Japón etc., a través de puntos de partida y métodos muy diferentes, experimentaron un desarrollo espectacular de las relaciones capitalistas de producción.

En cambio, en el siglo XX, el predominio de Estados Unidos no se ha visto acompañado de desarrollos de la producción y las relaciones capitalistas similares. En un contexto de agotamiento de las áreas de expansión capitalista lo que ha sucedido es una creciente parálisis, el reparto y nuevo reparto -empleando la guerra y la estrategia imperialista- del mundo entre diferentes potencias. A los nuevos Estados les ha sido muy difícil crearse un "lugar en el mundo" y lo han tenido que hacer a través del capitalismo de Estado recurriendo a la guerra y al más brutal terror sobre su propia población.

China no escapa a esta situación por más que coyunturalmente y por las razones antes apuntadas -que responden a la situación de crisis crónica del capitalismo y a no a una dinámica de expansión mundial-. Sus transformaciones son mucho más superficiales que las que tuvieron lugar en el siglo XIX pues los rascacielos y las industrias ultra-modernas coexisten con una mayoría de áreas agrarias en estado deplorable. Por otro lado, nada excluye que finalmente bajo el peso de la agudización de la crisis -que durante un periodo elevó su papel al "cielo capitalista"- acabe derrumbándose cayendo en el infierno capitalista.

Del empobrecimiento relativo al empobrecimiento absoluto

Más allá de los cambios en el equilibrio entre los distintos estados capitalistas, hay algo que la discusión se mostró unánime: asistimos al peor y más sistemático ataque a las condiciones de vida de la clase obrera y de la gran mayoría de la población.

Entre 1950 y 1975 vemos lo que en términos marxistas se llama el empobrecimiento relativo de la clase obrera: los salarios y las condiciones de vida crecen en menor medida que la producción global y la productividad pero se sitúan dentro de una tendencia alcista al menos en los países más desarrollados.

Entre 1975 y 1993-94 asistimos a un deterioro lento pero inexorable que a partir de 1995 se acelera fuertemente. Sin embargo, este deterioro pudo ser parcialmente enmascarado por el recurso masivo al crédito que se impulsó en los hogares obreros.

Desde 2007-2010 se produce un cambio brutal de tendencia, estamos viendo en todos los países una marcha inexorable hacia lo que Marx llamó el empobrecimiento absoluto de la clase obrera, concepto largo tiempo ridiculizado por los economistas al considerarlo "anticuado" y demás sandeces pero que hoy comienzo a ser una cruel y siniestra realidad. Bajo la etiqueta de "Reformas", "Ajustes", "Recortes", "Planes de Austeridad"- se produce:

- Desempleo en alza

- Inflación creciente

- Escalada de la miseria.

- Liquidación del Estado del Bienestar y evolución hacia "el estado del malestar"

La tendencia al empobrecimiento absoluto revela la gravedad de la crisis capitalista

Al llegar a este punto, la discusión abordó una objeción que frecuentemente se hace: "el capitalismo siempre ha atacado a la clase obrera", el deterioro actual de las condiciones de vida obrera no es necesariamente un signo de hundimiento del capitalismo.

Es verdad que el capitalismo se expandió -acumulación primitiva y primera etapa del maquinismo- sobre la base de un enorme deterioro de la vida de la clase obrera: recordemos las jornadas de 16-18 horas, los salarios de hambre, las condiciones de vivienda infames etc. que persisten en Gran Bretaña hasta mediado del siglo XIX.

Sin embargo no se tienen que analizar la situación a partir de fotografías, mediante una especie de comparativa de fenómenos. Se tiene que ver la dinámica histórica y el contexto global. Desde ese punto de vista, la miseria y las terribles condiciones de la primera mitad del siglo XIX se situaban en una dinámica general de expansión y desarrollo, mientras que la pauperización que hoy se está dando expresa una dinámica inversa de convulsiones y tendencia al hundimiento del sistema.

Por ello hemos de ir a las raíces mismas de la crisis. Hay que partir de un axioma: el capitalismo no puede crear su propio mercado. El mercado donde colocar lo que se produce no es infinito, tiene unos límites históricos.

Está claro que estos límites no son los de un depósito de agua que se llena y no permite más, se trata de tendencias históricas elásticas. El capitalismo a través de la intervención sistemática del Estado trata de estirar la cuerda "más allá de lo posible", echando mano de la creación artificial de sectores económicos, desarrollo del gasto, medidas sobre los tipos de interés etc., y, sobre todo, recurriendo en dosis gigantescas a la droga del crédito.

El Estado interviene sistemáticamente en la economía y en la vida social. Desde la guerra de 1914, asistimos -con diversas variantes y altibajos- a lo que llamamos la tendencia general al capitalismo de Estado[4]. El Estado como órgano supremo de defensa del capital toma las medidas necesarias para prolongar su vida y llevar la economía hasta sus últimas posibilidades. Esto se puede comprobar considerando -de manera esquemática- la historia del capitalismo desde la guerra del 1914:

- 1918-29 El crecimiento productivo se relanza y se realiza sobre mecanismos clásicos del capitalismo sin recurso a la intervención del Estado, salvo excepciones: Italia.

- 1929-33 Gran Depresión que tendrá una réplica en 1937-38

- En respuesta, la Gran Depresión se desarrolla masivamente el capitalismo de Estado cuyos exponentes son los planes quinquenales en la URSS, el New Deal de Roosevelt, el Plan de Man en Bélgica, la estatización brutal propugnada por el nazismo...

Estos planes acaban convergiendo en el armamentismo generalizado, base de la mayor guerra de la historia: la 2ª Guerra Mundial.

Tras la 2ª Guerra Mundial, el capitalismo logra -al menos en ciertos países- el mayor crecimiento de su historia. Es la época que se ha dado en llamar "Los 30 gloriosos". ¿Cuáles son sus raíces? Fundamentalmente la conjunción de 3 factores:

- La explotación de las últimas áreas extra-capitalistas existentes en el mundo así como la mejor y más sistemática integración en el campo capitalista de mercados mal integrados o insuficientemente desarrollados

- La intervención masiva del Estado y una cierta coordinación a nivel del bloque occidental de las políticas de los Estados

- El recurso al crédito: el Plan Marshall (1948) será el exponente más destacado[5]

A partir de 1967-75, el capitalismo entra en una fase de crisis abierta. Para combatirla, en un primer momento se emplean medidas keynesianas que aumentan la masa monetaria de los distintos países. Ello provoca una inflación desbocada que alcanza su zénit a finales de los años 70.

La consecuencia es una dura recesión en 1981-82. La respuesta es la "política neoliberal" cuyos adalides son Reagan y Tathcher. Para que la economía capitalista siga creciendo y poder garantizar las ganancias a los capitalistas, la "nueva política", impulsa desde el Estado un crecimiento espectacular del capital financiero lo que degenera en un capital ficticio, como lo llamaba Marx, es decir, un capital que no responde a ninguna riqueza ni a ningún valor realmente producido[6]. Este capital ficticio opera de manera especulativa hinchando exponencialmente los activos financieros los cuales sirven de aval ilusorio para contraer deudas enormes.

Los años 90 y la década del 2000 comprueban una incapacidad creciente para seguir manteniendo el ritmo de la producción: se necesita una masa de crédito cada vez mayor para obtener un crecimiento productivo cada vez menor.

Esta situación lleva a periódicas crisis que toman la forma de enormes seísmos financieros: el crack bursátil de 1987, la recesión de 1990-91, el desorden monetario de 1993-94, la crisis de los tigres asiáticos de 1998, la burbuja punto.com y su violento estallido en 2000-2001

La etapa abierta en 2007

A cada una de esos seísmos, el capitalismo responde con la huída ciega en el endeudamiento. La última etapa es la de 2002-2007 con una gigantesca burbuja de especulación inmobiliaria. Los emiratos petroleros de Arabia, España, Estados Unidos, Australia, Grecia, Irlanda... se llenan de edificios por doquier, de rascacielos imponentes, de todo tipo de urbanizaciones de alto nivel. Esto "tira de la producción": cemento, energía, electrodomésticos, mobiliario, acero, vidrio... Las cifras del PIB se disparan, las arcas de los estados se llenan con la recaudación de impuestos. Se realizan fabulosos negocios con comisiones millonarias para políticos de todo pelaje. La mayoría de viviendas y oficinas están vacías, los que realmente las necesitan no pueden comprarlas. El tráfico inmobiliario es estrictamente especulativo: se compra para vender más caro. Al calor de esa escalada, el crédito para el consumo se dispara: a cuenta de la casa, la oficina, el pequeño negocio, el banco te concede suculentos préstamos con los cuales comprar todo lo imaginable.

La economía se instala en una extraña espiral: la edificación impulsa a los demás sectores económicos y el crédito estimula el consumo. Parecería que el capitalismo se encaminaría por la senda del "crecimiento ininterrumpido". Los más optimistas -y rematadamente ciegos- hablan de "círculo virtuoso" anunciando un crecimiento ilimitado.

El espejismo se derrumba en el verano de 2007 con la crisis de las subprime. En 2007-2008 se produce el estallido de esa burbuja y la entrada en la Gran Recesión. El estallido de la burbuja inmobiliaria lleva a la crisis actual que marca una situación peligrosa y que tiene visos de prolongarse en el tiempo: la Insolvencia del capital. En los últimos 70 años la marcha irresistible hacia el abismo de la insolvencia ha recorrido varias etapas: créditos que se amortizaban realmente con el crecimiento de la producción; desde 1985 con el Plan Brady se reconoce que el principal de los créditos ya no se puede reembolsar y se organizan planes para al menos cobrar los intereses. Pero con la crisis actual, los intereses corren peligro de no poder ser reembolsados, lo que plantea la insolvencia neta.

Las causas de la insolvencia

Durante el periodo ascendente del capitalismo (siglo XIX) la moneda era convertible en oro o plata. Con ello se garantiza más o menos una paridad proporcional entre la masa monetaria y la masa de mercancía producida. Más allá de alteraciones coyunturales, la moneda es globalmente equivalente a la riqueza producida.

Durante el periodo de la Primera Guerra Mundial, los gobiernos ante los enormes gastos de guerra y las destrucciones que causaba, se vieron obligados a suprimir la convertibilidad de tal forma que la masa monetaria se disparó sin guardar ningún paralelismo con la producción real. Ello acarreó el desorden económico y la inflación, que se prolongaron en la posguerra, especialmente en algunos países (Alemania). Sin embargo, en los años 20, se volvió a la convertibilidad con el oro.

Con la Gran Depresión de 1929, la mayoría de gobiernos abandonaron definitivamente la convertibilidad en oro. Para relanzar la economía, los gobiernos la inundaron de papel el cual no tenía correspondencia con lo realmente vendido y por tanto no era convertible.

En 1944 se firman los Acuerdos de Bretton Woods por los cuales la única moneda que mantiene con el oro una convertibilidad relativa es el dólar norteamericano mientras que las demás establecen un complicado sistema de paridades respecto a él. Mientras duró la fase de prosperidad de la que antes hemos hablado -los 30 gloriosos- esto pudo funcionar. Sin embargo la vuelta de la crisis abierta del capital a través de sucesivos episodios (1967, 1971 y 1973) lo hizo estallar en mil pedazos.

En 1971, el gobierno norteamericano abandona la convertibilidad del dólar. Desde entonces las monedas flotan sin ningún suelo que las ancle aunque sea mínimamente a una masa determinada de producción. Ello permite un crédito y un endeudamiento jamás vistos en la historia y provoca dos fenómenos que constituyen las dos caras de una misma moneda: la inflación monetaria y la inflación de activos financieros. A partir de los 80 con la llamada "nueva política monetarista", la depreciación alarmante de la moneda se trasladó a otra área menos visible para el gran público pero mucho más peligrosa: la inflación de activos financieros.

Sin embargo, la crisis de 2007 ha señalado la imposibilidad de seguir manteniendo ese expediente. El capital ha entrado en una etapa de insolvencia generalizada. Esta insolvencia provoca una espiral involutiva terrible: para seguir endeudándose, los Estados tienen que reducir gastos lo que provoca despidos en masa, caída de los sueldos, menos prestaciones sociales, menos subvenciones, menos pedidos de compra etc. Con ello se reduce la masa productiva lo que obliga a un nuevo endeudamiento, nuevos pagos de intereses leoninos, nuevos planes de austeridad... El círculo virtuoso del que se hablaba antes de 2007 se ha convertido en un círculo vicioso...

Acción Proletaria 28-3-11

 


 

[1] Nuestra organización realiza un análisis regular sobre la marcha de la crisis capitalista. Ver la toma de posición más reciente en Revista Internacional nº 144: /revista-internacional/201102/3053/el-capitalismo-en-el-callejon-sin-salida

[2] ¡Tiene gracia que estos defensores del sistema pasen por alto que es un partido oficialmente "comunista" quien gobierna lo que presentan como país modelo del capitalismo!

[3] En 1850, la producción plenamente capitalista apenas dominaba el 5% del globo terrestre

[4] Esta tendencia general al capitalismo de Estado no solamente se manifiesta en países como Cuba, China, Corea del Norte o en la antigua URSS, sino que igualmente se expresa de otra forma -neoliberal, combinación entre la burocracia estatal y la burguesía privada- en los demás países, es por así decirlo una tendencia universal y no tiene nada que ver con el "socialismo" sino que constituye la defensa más consecuente y extrema del capitalismo.

[5] Cabe señalar que dicho Plan movilizó un total de 8000 millones de dólares en créditos, cifra que es pura calderilla en comparación con las cifras billonarias de endeudamiento que se vienen manejando desde hace más de 20 años.

[6] El crédito es una suma de dinero que se adelante para la producción y que será devuelto con una vez vendido lo producido. En ese sentido el crédito era un instrumento imprescindible en el período histórico de ascenso del capitalismo pues permitía la concentración de capitales, la movilización de los recursos para la producción etc. Este crédito era rápida y fácilmente reembolsado -salvo momentos de crisis cíclica-. En cambio, lo que vemos desde hace más de 30 años es un crédito que no se reembolsa jamás, que se devuelve con nuevos créditos y que, por tanto, no se ve respaldado por aumento real de la riqueza global.

Cuestiones teóricas: