En contra de lo que se cree, el movimiento obrero jamás se ha limitado a lo "político" y lo "económico", su campo de lucha y reflexión es no solo el mundo entero sino todos los aspectos de la actividad humana. El movimiento obrero y con él Marx ha hecho suya la frase del esclavo romano Terencio «Nada de lo humano me es ajeno». Puesto que la liberación de la humanidad debe ser completa y no puede quedar limitada a meras formas económicas o políticas (como así aconteció con la liberación que la burguesía propició cuando era una clase revolucionaria), el campo de preocupación de los revolucionarios es la humanidad en todos sus aspectos.
En particular, los revolucionarios del pasado prestaron una sostenida atención al arte, la cultura, la ciencia etc. Por limitarse al capítulo de la literatura cabe resaltar los textos de Rosa Luxemburgo sobre poetas y novelistas rusos[1] o el escrito de Trotski Literatura y Revolución[2].
Esta tradición del movimiento obrero fue machacada y adulterada por el estalinismo que presentó como arte o literatura "proletarias" las asquerosas y patéticas producciones del "realismo socialista" y otras basuras al servicio del capitalismo de Estado ruso.
Hoy cuando florece un movimiento internacionalista en un buen puñado de países es necesario recuperar esa tradición del movimiento obrero y en ese sentido saludamos con calor la contribución del compañero de la República Dominicana.
CCI
Una de las características que tienen las mayorías de los biógrafos cuando escriben sobre un personaje, es sobredimensionarlo, haciéndolo inaccesible para el común de los mortales.Eso pasa con Marx, a quien nos los quieren presentar como una personalidad rígida, carente de sensibilidad hacia el arte, ajeno a la cotidianidad, conexa a todo ser humano viviente. Esa no es la verdad. Sabemos que Marx fue riguroso en la exposición de sus tesis científicas como lo demuestran sus obras, comenzando con los manuscritos de 1844, hasta la publicación de su obra cumbre: El capital. Marx sabia reconocer los meritos de otros, aún fueran sus contrincantes, sabía pagar todas las deudas contraídas con los que fueron sus antecesores.
Para los que han leído La sagrada familia[3] sé les hace difícil asimilar a un Marx haciendo el papel de un caballo para que sus nietos lo jinetearan por toda la casa con la algarabía de un día de fiesta, o ver al Marx que escribió Miseria de la filosofía, ir con las prendas de la familia a una casa de empeño para poder cubrir las necesidades del dia,pero lo mas difícil para quienes han leído su introducción general de la critica a la economía política de 1857,es ver a un Marx influenciando a los mejores poetas de su época y,el mismo escribiendo poesías.la primera relación de amistad que tuvo Marx con un poeta, fue con el mas universal de los poetas alemanes: Enrique Heine. Según el escritor alemán Heinrich Gemkow,la amistad de Marx significo mucho para la evolución estética de Heine.
De febrero de 1844 data una temprana confesión del poeta: «Mis versos (...) han de respirar una política mas alta». En esos meses de convivencia regular con Marx, Heine escribió una de las obras imperecederas de la literatura alemana: Alemania, cuento del invierno. En ella profetizaba "Una nueva generación" capaz de desterrar algún día, para siempre, la opresión y la miseria de la vida de los pueblos, es aquí algunos versos y la influencia que tuvo Marx sobre el poeta Heine:
¡Un canto nuevo, un mejor canto
Oh, amigos, compondre para
Vosotros!
Es aquí, en la tierra, donde queremos
Forjar el reino de los cielos.
Queremos ser felices en la tierra
Y no seguir languideciendo;
Que el vientre ocioso no vuelva
A devorar
El producto de esas manos
Laboriosas.
Marx siempre estuvo ligado a los poetas y, a la poesía.cuando fue deportado a Francia, siendo redactor de la nueva Gaceta Renana, siendo cerrado el periódico, su ultimo número se despidió con estos versos inmortales de Ferdinand Freiligrath:
Con el desafió y
El tembloroso desdén en los labios.
En el puño de la espalda radiante.
Exclamando agonizante!: La
Rebelión!
Así, con honor, he caído (...)
¡Adiós, adiós tu, mundo en la lucha!
¡Adiós, ejército combatiente!
¡Adiós tu, campo que la pólvora ennegreció
¡Adiós espadas y lanzas!
¡Adiós, adiós pero no para
Siempre,
Pues el espiritu, humano, no hay
Quien lo mate!
¡Pronto me veréis de nuevo,
Erguida!
¡Pronto volveré, como siempre combativa!
Después de haber publicado El capital, Marx no abandonó su sensibilidad por la poesía ni su solidaridad con los poetas, en 1871, huyendo de los esbirros de Thier, venia un joven comunero.Traía bajo el brazo unos versos compuestos por él. Este joven llamado Eugene Portier recibió la ayuda de Marx y, estos versos se convirtieron en el grito de guerra de todos los obreros del mundo:
Arriba los pobres del mundo
De pie los esclavos sin pan
Y gritemos todos unidos:
¡Viva la internacional!
Removamos todas las trabas
Que oprimen al proletariado
Cambiemos el mundo de faz
Hundiendo al imperio burgués.
Agrupémonos todos
En la lucha final
Y se alcen los pueblos con valor
¡Por la internacional!
En su juventud, Marx le dedicó mucho tiempo al canto popular aleman, Gemkow, en su biografía sobre Marx; habla de la gran admiración que sentía Marx por la lírica de Heine y Aderbert Von Chamisso.
Marx escribió varios cuadernos de poesía, todos dedicados a quien seria su futura esposa: Jenny Von Westphalen, Aunque estos cuadernos reflejaban la nostalgia de Marx por la ausencia de Jenny, los versos que transcribo a continuación y, que fueron escritos por Marx, nos muestran como la poesía fue en él un arma para el combate y una forma de plasmar sus inquietudes por un mundo mejor:
A jugarse el todo
Sin tregua ni descanso;
Sin guardar silencio apático,
Muerta la voluntad de acción.
No andar nunca caviloso y
Miedoso bajo un yugo servil.
Pues las ansias, los anhelos
Y la acción, nuestro son aún.
J.D.
[1] Se puede encontrar El espíritu de la literatura rusa en www.marxismo.org/files/10ElespiritudelaliteraturarusaLavidadeKorolenko_0....
[2] https://www.marxists.org/espanol/trotsky/1920s/literatura/indice2.htm