Dos nuevas Reuniones Públicas conjuntas en Brasil (OPOP-CCI)

 

 

La CCI (Corriente Comunista Internacional) y OPOP (Oposição Operária) en conjunto realizaron dos reuniones públicas a finales de mayo de 2006, una el día 27 en Salvador y la otra el día 31 en Vitoria da Conquista. En esta oportunidad el tema tratado en las reuniones fue: “El Movimiento de los Estudiantes Contra la Precariedad”, donde los compañeros de OPOP (sólo en Salvador) presentaron las movilizaciones del 2003 lideradas por los estudiantes de Salvador contra el aumento del pasaje (la llamada “Revuelta de Buzu”, en alusión al nombre que los habitantes de Salvador dan a los autobuses de transporte colectivo); la CCI presentó el movimiento de los estudiantes en Francia en la primavera (europea) de 2006 contra el Contrato de Primer Empleo (CPE).

 

Estas reuniones públicas, al igual que las realizadas en noviembre de 2005 (ver en nuestro sitio en Internet  el artículo “Cuatro Intervenciones Públicas de la CCI en Brasil”) fueron organizadas de manera conjunta entre OPOP y la CCI. Sin embargo, en esta oportunidad las presentaciones de ambas organizaciones fueron decididas en común y cada una estuvo de acuerdo con su contenido y orientaciones. Aunque en la organización de estas reuniones participaron algunos contactos de la CCI en Brasil, es indudable que sin el importante trabajo de los compañeros de OPOP, las mismas no hubieran sido posible, ya que los compañeros: colocaron carteles en algunos sitios de Salvador; tanto en esta ciudad como en Vitoria repartieron hojas invitando a las reuniones, además de hacer invitaciones verbalmente. Es una muestra ineludible de cómo, dos organizaciones del campo proletario pueden unir sus fuerzas para realizar intervenciones en común, pese a las diferencias políticas que tenemos sobre algunas cuestiones. El aspecto central que nos une es el internacionalismo proletario, que nos lleva a desarrollar intervenciones en común como las aquí reseñadas, que se orientan en la dirección de fortalecer el debate en el seno de la clase obrera y el desarrollo de su conciencia.

 

Pese a la intensa lluvia en Salvador que entorpeció la participación – en relación a este tipo de reuniones – asistió un número razonable de personas, fuera de momentos con acontecimientos que impliquen movilizaciones importantes. En Vitoria la asistencia fue bastante más numerosa. En ambas reuniones fue notoria la asistencia de jóvenes (mayoritaria en el caso de Vitoria), aunque también tuvieron presencia significativa las viejas generaciones; principalmente elementos que han formado parte del « movimiento » que estuvo al origen de la formación / ruptura con el PT, y que parecen haber realizado una ruptura, mas o menos completa, con ese partido. Uno de ellos anima al grupo “Refundación Comunista” (que nada tiene que ver con el grupo de nombre similar en Italia). En el caso de Vitoria, la participación se vio beneficiada debido a que el mismo día de la reunión hubo una huelga de profesores de esa ciudad y de los profesores de la universidad regional. De esta manera, estuvieron presentes en la reunión profesores que se habían movilizado en una manifestación en horas de la tarde, así como estudiantes de la universidad que no tuvieron clase debido a la huelga de profesores.

 

Las reuniones celebradas fueron una oportunidad para que los asistentes conocieran los análisis de dos organizaciones marxistas, de las movilizaciones que realizan las nuevas generaciones de proletarios contra la precariedad que a toda costa intenta imponer el capital contra la clase obrera y el conjunto de la sociedad, en Francia, Brasil y todo el mundo. Esas reuniones son el mejor medio con que cuentan los grupos políticos proletarios para contrarrestar el “black out” y la tergiversación que hace la burguesía de las luchas que realiza la clase contra el capital.

 

LAS PRESENTACIONES

 

Experiencias aunque aparentemente distintas, distantes en la geografía mundial y en el tiempo, tienen muchos elementos en común que las ubica de manera inequívoca como movimientos en el terreno de luchas del proletariado:

 

-Su origen es el mismo: la agudización de la crisis del capitalismo, la cual lleva de manera inevitable a cada burguesía a acentuar los ataques a las condiciones de vida contra el conjunto del proletariado (activos y desempleados, viejos y nuevos proletarios); incluso, como en el caso francés del CPE (Contrato de Primer Empleo), a atacar las condiciones de vida de los futuros proletarios.

-Son luchas que trascienden el marco de los movimientos estudiantiles y de meras reivindicaciones de este sector, ubicándose de plano en un marco más amplio de luchas contra los ataques a las condiciones de vida del proletariado.

-Son movimientos que expresan la reflexión que se está gestando a nivel de las nuevas generaciones de la clase aunque de manera incipiente, de que el capitalismo no puede ofrecer ninguna perspectiva a la sociedad; que ningún gobierno, sea de derecha como el de Chirac en Francia, o de izquierda, como el de Lula en Brasil, representa una salida a la pauperización que nos impone el capitalismo.

-Son luchas que tienden a darse de manera espontánea sus propios medios y métodos, fuera, e incluso enfrentando el control de los sindicatos tradicionales y de los gremios estudiantiles. En el caso de las luchas contra el CPE en Francia, el movimiento se basó en asambleas generales controladas por los propios estudiantes  Las formas organizativas que se da el movimiento perduran sólo mientras éste expresa una vitalidad de lucha, y desaparecen con su reflujo.

 

“La Revuelta de Buzu”

 

En este contexto, los compañeros de OPOP expusieron el análisis y enseñanzas de las movilizaciones de agosto-septiembre de 2003 en Salvador contra el aumento del pasaje del transporte colectivo. Esas movilizaciones fueron lideradas por los jóvenes de esa ciudad, alumnos de secundaria en su mayoría, en la cual no participaron estudiantes universitarios. Aunque este movimiento fue poco divulgado fuera de Brasil, tuvo repercusiones importantes en otras ciudades de ese país: Fortaleza, Florianópolis, Río de Janeiro y Sao Paulo. Este movimiento ha sido descrito y analizado por OPOP en su artículo “Cuando “nuevos” personajes entran en escena”[1].

 

Desde sus inicios, el movimiento se ubicó como un movimiento de las masas trabajadoras en su conjunto, ya que el aumento de pasajes decretado por el gobierno local afectaba por igual a trabajadores activos o desempleados. El movimiento expresaba una lucha de las nuevas generaciones, la mayoría de ellos hijos de proletarios y ellos mismos futuros proletarios, contra la precariedad en que viven millones de brasileños. En su presentación, los compañeros de OPOP, mencionaron el dramático hecho de que, según declaraciones de las propias autoridades locales, cerca de 55 millones de brasileños tienen que transitar largas distancias a pie debido a que no tienen ingresos suficientes para pagar el costo del pasaje del transporte colectivo! En ese sentido, es perfectamente comprensible que en la medida que el movimiento se extendía y radicalizaba, eran mayores las expresiones de simpatía del conjunto de la población y de los trabajadores, quienes vieron identificados sus intereses con los de los jóvenes protagonistas del movimiento.

 

Otra característica de este movimiento fue que él mismo gestó de manera espontánea sus propios líderes y medios de lucha. Los jóvenes utilizaron como método de presión las manifestaciones de calle, el bloqueo de las principales vías de Salvador (una de las ciudades más importantes de Brasil – después de Sao Paulo, Río de Janeiro, etc.) y las estaciones de transferencia de los autobuses. Los jóvenes se organizaron en piquetes, que emergían desde las instituciones educativas hacia los diferentes sitios de la ciudad; éstos piquetes decidían la duración de los bloqueos y a cuáles vehículos se les permitía la circulación durante las acciones. Es indudable que en el movimiento estuvieron presentes los dirigentes de los gremios estudiantiles, principalmente de las grandes escuelas, pero los verdaderos líderes del movimiento emanaban del propio movimiento.

 

Obviamente, la burguesía tuvo que tomar medidas ante un movimiento que se prolongaba en el tiempo. En un primer momento intentó utilizar a las organizaciones estudiantiles, quienes convocaron una asamblea en el gimnasio de deportes de los trabajadores bancarios para plantear los acuerdos a que habían llegado con el gobierno, con la intención de hacer abortar el movimiento. La asamblea fue poco concurrida y saboteados los oradores adversarios; mientras que el movimiento continuó en las calles. Luego, el gobierno negoció ciertas “concesiones” con los gremios estudiantiles y patronos, pero sin echar atrás el aumento del pasaje, lo que permitió a la burguesía crear una matriz de opinión contraria al movimiento, lo que fue debilitándolo. Eso le permitió al gobierno recurrir al expediente de la represión, que no pudo utilizar cuando el movimiento estaba en plena efervescencia.

 

Aunque el movimiento no logró echar atrás la medida de aumento de pasaje, la “Revuelta de Buzu” del 2003 ha quedado como referencia de un movimiento liderado por los jóvenes, en su mayoría estudiantes de secundaria, futuros proletarios e incluso proletarios de “medio tiempo”, que sigue vivo para el conjunto de la clase obrera de Salvador y de todo Brasil.

 

La lucha de los estudiantes en Francia contra el CPE

 

El reciente movimiento de los estudiantes en Francia contra el CPE, el cual, teniendo una amplitud mayor que el de Buzu y ubicado en un país del llamado “primer mundo”, expresa que las nuevas generaciones de actuales y futuros proletarios, no están dispuestos a aceptar sin resistir las medidas de precarización que intenta imponer la burguesía en todos los países para descargar los efectos de la crisis capitalista sobre las espaldas de las viejas, nuevas y futuras generaciones de proletarios. Mencionamos a continuación los principales ejes de la presentaciónMovimiento de los estudiantes en Francia de la primavera de 2006: Una rica experiencia para la lucha de clases internacional”, la cual puede ser leída en su totalidad en nuestro sitio en Internet.

 

En primer lugar denunciamos el trabajo de desinformación y tergiversación que desarrollaron los “medias” burgueses tanto en Francia como en el resto del mundo, para ocultar las verdaderas características de un movimiento, el cual representa la expresión mas importante de los últimos 15 años de la confrontación entre explotados y explotadores en ese país. Un movimiento que generó manifestaciones de hasta 3 millones de personas en un mismo día en todo el país, y que forzó a retroceder a la burguesía francesa debido a las crecientes manifestaciones de simpatía y solidaridad que se desarrollaron con los jóvenes en lucha, lo que abría posibilidades reales de que los trabajadores activos también entraran en lucha.

 

Las movilizaciones de los estudiantes en Francia se inscriben de manera inequívoca en las luchas del proletariado, ya que los estudiantes lucharon contra medidas que intentaban acentuar la precariedad sobre las nuevas generaciones de proletarios. En ese sentido, no se tratan de meras luchas estudiantiles, tal como las quiso presentar la burguesía a través de sus medias, sino que expresan la reflexión que se está dando dentro de las nuevas generaciones de que el capitalismo lo que nos ofrece como perspectiva es una mayor pauperización.

 

La presentación mostró como la fuerza de este movimiento estuvo en su capacidad de organizar Asambleas Generales (AG) donde se tomaban las decisiones trascendentales, a las cuales se invitó al conjunto de los trabajadores, de dentro y de fuera de las universidades y liceos. Las AG fueron el verdadero “pulmón” del movimiento: eligiendo delegados responsables ante ella y revocables, promoviendo y organizando el más amplio debate de las ideas, nombrando comisiones para extender el movimiento a otros sectores de estudiantes y a los trabajadores activos. El control de la lucha por los propios actores, es una de los aspectos claves que ubica de la manera mas clara a este movimiento en el campo proletario.

 

La presentación también analizó cómo el movimiento trató la cuestión de la violencia, tanto la generada por los cuerpos de represión, como la violencia hasta cierto punto permitida de algunos grupos (ultra minoritarios) de jóvenes de los barrios contra el movimiento. El tratamiento de esta cuestión fue de primer orden para el movimiento, pues trató concientemente de no caer en las provocaciones de violencia de los cuerpos de represión.

 

Los dos últimos aspectos desarrollados en la presentación estuvieron relacionados con las perspectivas que se abren para la lucha del proletariado después de este importante movimiento de los jóvenes hijos de la clase obrera: por una parte, no se trata de un movimiento aislado de las movilizaciones que la clase ha realizado desde el 2003 contra los ataques a la seguridad social y de luchas mas recientes, donde se han desarrollado elementos importantes de la solidaridad de clase. Por la otra, el movimiento de los estudiantes en Francia muestra un paso importante de las nuevas generaciones proletarias en el desarrollo de la conciencia de clase, con una puesta en cuestión, aunque de manera incipiente, de la capacidad del sistema capitalista para dar una salida a la creciente barbarie y pauperización.

 

LAS DISCUSIONES

 

Las discusiones fueron muy ricas; en ambas reuniones el tiempo fue corto para desarrollar la cantidad de cuestiones que plantearon los participantes. Un aspecto que sorprendió gratamente a los participantes fue que a través de la presentación que hizo la CCI, se percataron que el movimiento en Francia tenía una dimensión que los medias en Brasil (así como en el resto del mundo) habían tergiversado completamente al presentarlos prácticamente como una continuación de las revueltas que se habían dado en este país a finales del 2005, cuando mostraban las escenas de violencia y los destrozos ocasionados en los barrios periféricos de París y otras ciudades importante de Francia. Varios de los participantes dijeron que en los movimientos de los estudiantes contra el CPE, los medias presentaban con más énfasis las acciones de violencia de confrontación contra la policía.

 

Otro aspecto que llamó positivamente la atención de los asistentes fue que el marco que dieron ambas organizaciones para analizar los movimientos de Buzu y contra el CPE, les permitió percibir que estos movimientos, donde las nuevas generaciones de proletarios fueron la vanguardia, no eran acontecimientos aislados en el espacio y en el tiempo, sino que forman parte de un despertar lento pero persistente de ese “viejo topo” del cual hablaba Marx para referirse al movimiento que realiza el proletariado, muchas veces imperceptible, en la búsqueda de la superación revolucionaria del sistema capitalista .

 

En ese sentido, ambos movimientos, se inscriben dentro de los que desde el 2003 inició el proletariado en Francia y Austria contra los ataques a los sistemas de seguridad social, y las luchas de los trabajadores del sector público en Brasil contra los ataques del gobierno de izquierda de Lula a los mismos sistemas. Así como las huelgas de la Mercedes en el 2004 en Alemania, las del metro de Nueva York en el 2005 y la de los metalúrgicos de Vigo en mayo de 2006 en España, en las cuales se han destacado las expresiones de solidaridad de clase.

 

En las discusiones se plantearon diversas cuestiones de interés, las cuales fueron respondidas por miembros tanto de OPOP como de la CCI. Hacemos un resumen de las discusiones principales que desde nuestro punto de vista se presentaron:

 

¿La espontaneidad del movimiento, es algo nuevo frente a los sindicatos?

 

En efecto, una de las características que tuvo el movimiento tanto de Buzu como el de las movilizaciones contra el CPE ha sido su carácter espontáneo; tanto desde el punto de vista de la forma como surgen, como de las formas organizativas que se da el propio movimiento. Éste surge de manera espontánea como respuesta de las jóvenes generaciones de futuros proletarios ante la precariedad que intenta imponer la burguesía a través de sus medidas para enfrentar la crisis económica. También de manera espontánea, el movimiento tiende a organizarse dándose sus propios medios de lucha. En el caso del movimiento de los estudiantes en Francia, se pudieron conformar AG soberanas con delegados elegidos y revocables por ésta; comités de huelga; etc., debido a la propia dinámica del movimiento y a la debilidad de las fuerzas de encuadramiento sindical en estos sectores, la cual obviamente es más fuerte en las sitios de trabajo. De esta manera el movimiento pudo contrarrestar la acción de los sindicatos y de las organizaciones estudiantiles, que tienden a mantener el movimiento dentro de los canales de la legalidad burguesa y a controlarlo para asfixiarlo.

 

La espontaneidad no es una novedad en las luchas del movimiento obrero. El proletariado desde que comienza a conformarse como clase, lucha de manera espontánea contra las condiciones de explotación que impone el capital. Como toda clase revolucionaria en la historia, tiende a organizarse para la defensa de sus intereses; es así como surgen los sindicatos en el siglo XIX. Sin embargo, al éstos órganos a integrarse al estado capitalista en el siglo XX (principalmente mediante el enrolamiento del proletariado a los frentes de guerra durante la primera guerra mundial), el proletariado tiende a darse espontáneamente los medios organizativos para defender sus intereses de clase, cuya máxima expresión en períodos de lucha revolucionaria son los consejos obreros, formados por primera vez en Rusia en 1905. Las AG autónomas (es decir, controladas por los propios obreros) que tienden a formar los trabajadores en su lucha cotidiana contra el capital, vienen a ser la prefiguración de esos consejos obreros que tenderá a formar la clase cuando su lucha revolucionaria la lleve a un enfrentamiento mas decidido contra el estado capitalista. En este sentido, los estudiantes en Francia, seguramente sin conocer esta experiencia organizativa de la clase, de manera espontánea asumieron formas organizativas de lucha genuinamente proletarias.

 

Ahora bien, el hecho de que las luchas sean espontáneas, no quiere decir que son luchas improvisadas, ni fáciles. El surgimiento de las luchas es el resultado de condiciones históricas, que tienen que ver con el nivel de la crisis capitalista y con el grado de “maduración subterránea” de la conciencia que se da en el seno de la clase obrera, de que el sistema capitalista no es capaz de ofrecer salida alguna a la humanidad. Por ejemplo, detrás de las reacciones de los estudiantes contra el CPE, no dejan de estar presente los ataques que desde hace años recibe el conjunto del proletariado francés (y mundial) contra la seguridad social, los salarios, las pensiones, etc. que tiene una incidencia sobre el conjunto de las familias proletarias. Por otra parte, ante el surgimiento de luchas con estas características, que tienden a quedar fuera del control de partidos y sindicatos, la burguesía utiliza todo su arsenal ideológico y político para intentar controlar el movimiento, tal como colocar a la cabeza del movimiento a partidos, grupos y sindicatos mas “radicales”; tales como los grupos trotskistas o tendencias de sindicalismo de base. También hacen su trabajo los “medias”, sindicatos y partidos tanto de derecha como de izquierda; quienes no dudan en calificar de “anárquica” toda lucha que tiende a quedar fuera de su control, e incluso llegan a estimular acciones violentas para desvirtuar el movimiento y justificar la represión. Situación que estuvo presente por ejemplo en el movimiento de Francia del 2006.

 

¿Cómo puede tener continuidad un movimiento de esas características?, ¿Cuál es el saldo organizativo del movimiento en Francia?

 

Cuestión muy importante que estuvo presente en ambas reuniones, que de alguna manera expresa una genuina preocupación de clase por conocer los avances organizativos que se puedan obtener de un movimiento de una envergadura y características como el de Francia, que generó manifestaciones de millones de personas, en las que participaron trabajadores de varias generaciones e incluso a futuros proletarios. Posiblemente le “aguamos la fiesta” a algunos de los participantes, al decirles que a pesar de que el movimiento hizo recular a la burguesía francesa, no quedó “como saldo” ninguna nueva organización, ni dentro ni fuera de los sindicatos u organizaciones estudiantiles.

 

En primer lugar hay que dejar claro que éste movimiento no se dio como objetivo “la revolución”, sino derrotar al CPE, lo que se logró por lo menos temporalmente.

 

Desde el punto de vista organizativo, el movimiento, al calor de las luchas, generó diversos medios y formas. Como dijimos, las AG fueron “el pulmón” del movimiento y en sus debates y decisiones se expresaba su vitalidad. Pero estas formas organizativas permanecieron mientras el movimiento se mantuvo con vida y pudo contrarrestar las maniobras del gobierno, partidos y sindicatos (de trabajadores y de estudiantes), en sus intentos por desbaratarlo. Ante la envergadura de las movilizaciones y ante la posibilidad real de que los trabajadores activos se sumaran al movimiento, la burguesía echó atrás el CPE, con lo cual el movimiento entró en reflujo hasta desaparecer y con él las AG y los lideres naturales del movimiento.

 

Quizás la expectativa que hay detrás de quienes formulan estas preguntas, sea que de alguna manera el movimiento haya podido gestar nuevas organizaciones de defensa de sus intereses de clase, diferentes a los sindicatos, que sean capaces de permanecer en el tiempo; ya que muchos de los presentes comparten nuestra posición de que los sindicatos son órganos del capital dentro de la clase. De la misma manera que los proletarios en lucha tienden a gestar sus organizaciones autónomas, éstas desaparecen con el reflujo de las luchas, tal como ha sucedido con el movimiento contra el CPE. Esto se debe en parte a la propia dinámica del movimiento, y a la presión que ejercen los sindicatos oficiales y no oficiales ya establecidos. Por otra parte, la experiencia del movimiento obrero muestra que las organizaciones de poder de la clase son capaces de permanecer en el tiempo, sólo en períodos pre-revolucionarios cuando el proletariado tiene la fuerza y conciencia capaz de retar el poder del estado burgués, tal como lo hicieron los consejos obreros en Rusia en 1905 y 1917, y los obreros en Alemania y otros países europeos durante la oleada revolucionaria que siguió a la Revolución Rusa. Fuera de estos momentos, cualquier organización de clase que permanezca en el tiempo, es inevitablemente integrada dentro del estado burgués.

 

Un ejemplo significativo de esta realidad fue el de los "Cobas" en Italia en 1987. "Cobas" significa comité de base. La lucha de los profesores en Italia, en 1987, fuera y contra los sindicatos, llevó a la constitución de Cobas que fueron reales órganos de lucha, constituidos de delegados electos por las asambleas de lucha. Bajo la influencia de organizaciones de extrema izquierda (como los trotskistas), una parte de ellos se mantuvieron como órganos representativos de los profesores después de haber acabado la movilización. Lo que sucedió fue que ellos pasaron a cumplir la función de un nuevo sindicato, más radical, al servicio del estado capitalista.

 

Esto no quiere decir que las luchas del proletariado, y en particular un movimiento de esta envergadura, no dejen ninguna huella en el seno de la clase. El “saldo” que dejó el movimiento es fundamentalmente político: cómo organizarse mejor para futuras luchas; cómo contrarrestar las maniobras del estado, principalmente a través de sus sindicatos y partidos, tanto de derecha como de izquierda. Pero el principal saldo positivo está a nivel de la conciencia de clase: de como un movimiento que se basa en sus propias fuerzas, que desde el comienzo se esfuerza por desarrollar la solidaridad de clase entre proletarios de diferentes sectores (activos, desempleados y futuros proletarios) y de varias generaciones, es capaz de desarrollar una fuerza tal que puede llegar a retar al estado burgués. La gran enseñanza del movimiento de los jóvenes en Francia es que las nuevas generaciones de proletarios no están dispuestas a soportar pasivamente la precariedad y la pauperización que impone el capital.

 

También un saldo en positivo de este movimiento son los círculos de discusión y las redes de elementos que se conformaron para sacar las lecciones del movimiento, cuyas repercusiones quizás no se perciban de inmediato tanto en Francia como a nivel mundial. Las organizaciones, grupos y elementos que luchamos por una perspectiva proletaria, debemos también desarrollar la reflexión y el debate sobre estos movimientos; tarea a la que la CCI se ha dedicado con el mayor entusiasmo, promoviendo, entre otras actividades, reuniones públicas en varios países, tal como las realizadas en Brasil.

 

¿Cuál es la comparación entre el movimiento de los estudiantes contra el CPE y las revueltas de los jóvenes de los barrios a finales de 2005?

 

Esta cuestión también fue planteada por varios de los participantes, y reviste mucha importancia debido a que tiene que ver con cuáles son los métodos de lucha del proletariado. A la base de ambos movimiento se encuentran la crisis del capitalismo, que lanza al desempleo, la precariedad y la exclusión social a millones de jóvenes; la desesperanza que el sistema capitalista ofrece a los hijos de la clase obrera; y la indignación que esta situación genera en ellos.

 

Sin embargo, hay dos aspectos que muestran una diferencia fundamental entre los dos movimientos: la cuestión de los métodos de lucha y la cuestión de la solidaridad. En este sentido, dijimos en la presentación:

 

“Sin embargo, las revueltas de los suburbios, debido a que expresan fundamentalmente una desesperación total ante esta situación, no pueden ser consideradas como una forma, aunque se aproximada, de la lucha de clases. En particular, los componentes esenciales de los movimientos del proletariado – la solidaridad, la organización, el control colectivo y conciente de la lucha en sus propias manos – no sólo estuvieron totalmente ausentes en las revueltas, sino que fueron negados.”

 

El movimiento de los estudiantes fue viva lección de como un movimiento que utiliza métodos proletarios de lucha puede trazar una perspectiva a los jóvenes y capas desesperadas de la población, que utilizan la revuelta para expresar su indignación. Así, los jóvenes de los suburbios que participaron en las manifestaciones, asumieron métodos de lucha totalmente contrarios a los de las revueltas de 2005.

 

Fueron algunos grupos de jóvenes de los barrios, probablemente manipulados por el estado, quienes participaron en acciones violentas de enfrentamiento contra la policía y que en algunas oportunidades llegaron a atacar a los manifestantes. Sin embargo, ante ellos la respuesta del movimiento no fue recurrir al “ojo por ojo; diente por diente”, sino mas bien el movimiento, en algunos lugares, decidió enviar delegaciones a los suburbios para explicar a los jóvenes que la lucha contra el CPE era también una lucha a su favor, pues atacaba las medidas que imponía el estado que a la larga acentúan el desempleo y la exclusión social.

 

La discusión permitió aclarar que el proletariado en su lucha no puede recurrir a cualquier método de lucha, que la revolución proletaria es sobre todo constructiva y que no puede utilizar el resentimiento social y el espíritu de venganza como motivaciones para la lucha. Se insistió en que todo movimiento de clase lo identifica la solidaridad y la no violencia en el seno de la propia clase obrera.

 

¿Como se compara este movimiento de los estudiantes de 2006 con el de mayo de 1968?

 

También esta cuestión fue planteada, en particular por algunos de los participantes que conocieron y fueron influenciados por los movimientos de mayo de 1968 en Francia.

 

Ambos movimientos son expresión de movimientos sociales que de alguna manera anuncian un cambio importante a nivel de la lucha de clases. Mayo del 68 abrió una dinámica de lucha de clases que se extendió hasta los años 80, a través de numerosos e importantes luchas en varios países: el otoño caliente de Italia en el 69, el Cordobazo en Argentina en el mismo año, las luchas en España y otros países de Europa en los años 70; la muy importante y significativo huelga de masas de los obreros polacos, etc. En ese sentido las repercusiones de las movilizaciones contra el CPE trascienden las fronteras de Francia (la presentación mencionó que como una consecuencia de las movilizaciones de los estudiantes en Francia, la burguesía alemana había decidido posponer la aplicación de medidas similares).

 

A la base de ambos movimientos está la crisis inexorable del capitalismo. Sin embargo, hay una diferencia importante entre uno y otro: en mayo 68 la crisis capitalista apenas hacía de nuevo su aparición después de las décadas de “bonanza” que siguieron a la II Guerra Mundial, mientras que el movimiento del 2006 se da en un contexto de varias décadas de crisis del capitalismo, que ha golpeado sin cesar las condiciones de vida de las familias proletarias y ha hecho crecer de manera exponencial las capas de sectores excluidos sociales. En ese sentido, los jóvenes que protestaban en el 68 no sentían el peso de la crisis tal como los jóvenes que hoy protestan contra el CPE; por eso no se consiguen en éste consignas un tanto fantasiosas, como “abajo la sociedad de consumo” o “paren el mundo que me quiero bajar”, que tuvieron mucha resonancia en el 68.

 

Movimientos como el de los estudiantes contra el CPE expresan un mayor grado de madurez de las nuevas generaciones de proletarios, quienes se plantean interrogantes sobre cuál futuro les ofrece esta sociedad. El hecho de que los jóvenes decidan “entrar a la escena” y oponerse a la precariedad es una característica significativa del período actual comparado con el 68. Es por ello que el movimiento de los estudiantes de Francia, al igual que el de Buzu, rompe con los esquemas de los “movimientos estudiantiles” tradicionales que en la mayoría de los casos defienden reivindicaciones meramente gremiales, inmersos en un medio interclasista e incluso nacionalista. Movimientos como los del 2006, a pesar de sus limitaciones, expresan un inequívoco carácter de clase al que hay que saludar.

 

¿No hay una semejanza en la actitud de los sindicatos en la lucha contra el CPE y en las luchas de 1936 en Francia qué fueron concluidas por los acuerdos Matignon?

 

Para poder comparar la actitud de los sindicatos en estos dos momentos particulares, es necesario analizar el contexto en que se dieron tales acontecimientos. Para eso hay que volver a la significación de mayo 68. Este acontecimiento expresó una ruptura en la dinámica mundial de la lucha de clases. Como ya dijimos, mayo 68 abrió un período de desarrollo de la lucha de clases. ¿Qué significa eso?,  ¿Qué antes del 68 no había luchas obreras? De ninguna manera. La realidad muestra lo contrario. Lo que fue diferente antes y después del 68, fue la dinámica del desarrollo de la conciencia en la clase obrera. Después del 68, el desarrollo de la lucha de clases a nivel mundial, contribuyó con el profundizamiento de la conciencia de clase sobre varias cuestiones esenciales tales como: la naturaleza capitalista de los regímenes llamados socialistas, el papel de los sindicatos contra la lucha de la clase, la naturaleza burguesa de los partidos socialistas y comunistas, la función de las elecciones, etc. Era una dinámica de marcha hacia confrontaciones masivas entre las clases.

 

Todo lo contrario sucedió con la derrota de la ola revolucionaria mundial de 1917-23, que provocó un retroceso general de la conciencia en la clase obrera sobre cuestiones también esenciales, lo que quedó evidenciado con el alistamiento de los obreros en la Guerra mundial y su adhesión a los discursos nacionalistas de cada burguesía nacional. Contrariamente a lo que sucedió durante la Primera guerra mundial, la clase obrera no fue capaz, a través de su lucha revolucionaria, de poner un término a la Segunda; y después de esta última, continuó sufriendo una explotación acentuada, sin tener la capacidad de poner en cuestión, aunque de manera embrionaria, la explotación capitalista a través de sus luchas.

 

Era una dinámica de sometimiento creciente de los obreros al orden capitalista.

 

En ambos casos, el papel de los sindicatos fue de actuar a favor del orden capitalista: durante la contrarrevolución, para debilitar aún más la lucha y la conciencia de la clase obrera; después del 68, para intentar impedir su desarrollo. En las luchas de mayo del 36, los sindicatos consiguieron hacer lo que habría parecido inimaginable menos de 20 años atrás: qué las manifestaciones obreras desfilaran tras las banderas roja y de Francia! Los sindicatos celebraron los acuerdos de Grenelle como una gran victoria de la clase obrera mientras que este simulacro de victoria (poco tiempo después, las victorias fueron recuperadas por el capital) solo sirvió para llevar a los obreros a identificarse con el interés nacional, incluso para defenderlo en la Guerra mundial. Los sindicatos tuvieron un control perfecto de las luchas de mayo del 36, mientras el movimiento contra el CPE consiguió en muchos aspectos importantes mantenerse fuera de su control directo. Pero en ambos casos, los sindicatos actuaron como lo que son en realidad: enemigos de la clase obrera.

 

¿Cuáles fueron los intentos de la izquierda en Francia para retomar el movimiento?

 

Aguda e interesante pregunta que fue planteada por uno de los participantes. Es indudable que un movimiento de estas dimensiones, que sorprendió a la propia burguesía francesa y puso al desnudo su torpeza y contradicciones, no podía dejarse a su libre desarrollo. Por ello, la burguesía a través de sus medias y sus órganos de control (sindicatos y partidos de derecha e izquierda) trató de explotar las debilidades de un movimiento, donde la mayoría de sus participantes era primara vez que se planteaban una lucha.

 

El movimiento tuvo muchas ilusiones con respecto al verdadero papel de los sindicatos. En su búsqueda de la solidaridad de los trabajadores activos, varias de las decisiones de las AG en este sentido fueron desvirtuadas en llamados a los sindicatos para que estos convocaran a los trabajadores a la lucha. También fueron desvirtuadas las aspiraciones de los estudiantes, a través de llamamientos de los sindicatos a la “huelga general”. Estas ilusiones estuvieron alimentadas por grupos supuestamente “radicales” a los ojos de los estudiantes, tales como los grupos trotskistas como la “Liga Comunista Revolucionaria”. Estos grupos, de manera bastante inteligente controlaron progresivamente los órganos de coordinación del movimiento, donde “filtraban” y manipulaban los acuerdos de las AG; situación que el movimiento no controlaba. 

 

También hicieron los suyo los partidos de la izquierda tradicional francesa (PS, PCF, etc.),  a quienes no les quedó otro camino que “apoyar” el movimiento: aparte de movilizar su maquinaria sindical para intentar controlar el movimiento, introdujeron el veneno de la ideología de la democracia burguesa, haciendo planteamientos alusivos a la incapacidad de Chirac y la derecha, proponiéndose como la mejor opción para formar gobierno ante las elecciones presidenciales de 2007.

 

También en las universidades estuvieron presentes las ideologías de los grupos altermundialistas[2], tales como ATTAC[3], denunciando a la globalización y a las políticas neoliberales como las causantes de la pobreza en el mundo, abriendo las puertas a la ilusión de que puede existir un capitalismo “bueno” con políticas económicas “mas humanas”. Tampoco dejaron de estar presentes intervenciones de quienes mostraban su apoyo a Chávez, Evo Morales y Lula, precisamente los responsables de llevar adelante los planes que pauperizan a los trabajadores y al conjunto de la población de sus respectivos países.

 

Estas ilusiones deberán ser sujetas a la crítica, como resultado de la reflexión y discusión de quienes participaron en el movimiento, y se plantean sacar un balance de este movimiento. También deben formar parte de la reflexión de los elementos y grupos mas politizados de la clase.

 

También en las discusiones fueron planteados otros aspectos no directamente ligados con el tema de discusión:

 

¿Representan proyectos como el del chavismo una salida a la crisis actual?

 

De ninguna manera. La crisis actual tiene su génesis en las propias contradicciones del modo de producción capitalista, y el chavismo es un gobierno burgués, tal como lo son los gobiernos de Chirac en Francia, el de Lula en Brasil o el de Bush en EEUU. Todos ellos son gobiernos que se sustentan en la explotación de la clase obrera. El proyecto chavista surgió como una necesidad de la burguesía venezolana, tras el agotamiento y descomposición de los partidos socialdemócratas y socialcristianos que gobernaron en Venezuela durante las 4 últimas décadas del siglo pasado. Este agotamiento de los partidos tradicionales de la burguesía, es lo que está a la base del ascenso de gobiernos de izquierda a nivel mundial, tales como el de Lula, Kirchner, etc., para sólo mencionar casos de América Latina.

 

La particularidad de la “revolución bolivariana” de Chávez radica en que es tal el grado de descomposición y debilidad de la burguesía venezolana, que no tuvo la capacidad de contrarrestar la conformación de un gobierno populista izquierdista de corte “radical”, que ha logrado colocar en el poder a una “nueva” burguesía, que intenta excluir a los sectores burgueses que gobernaron en el pasado, sustentada en el apoyo de las capas mas excluidas de la sociedad. Aunque el populismo es un recurso al que recurre cualquier burguesía bien sea de derecha o izquierda en momentos de crisis política y económica, los sectores mas concientes de la burguesía tienden a contrarrestar sus expresiones más “radicales”, ya que una burguesía nacional dividida queda debilitada para enfrentar la crisis capitalista. En la medida en que una burguesía es más fuerte, existen menos posibilidades de que emerjan gobiernos de corte populista radical. Se observa, por ejemplo, en los gobiernos de Lula y Kirchner, que aunque coquetean con el populismo, mantienen una cohesión en el seno de la burguesía. En este sentido, hay menos posibilidades de que surjan gobiernos de este corte en países como Francia o en otros países industrializados, donde las clases burguesas son históricamente más fuertes.

 

Otra particularidad del chavismo es su frenético “antiimperialismo”, fuente de admiración a nivel mundial de sectores de la izquierda, izquierdistas y altermundialistas. La burguesía chavista en el poder ha sabido explotar a su favor las debilidades y dificultades de EEUU en su política imperialista a nivel mundial, para desarrollar su propia política imperialista hacia su “patio trasero” (El Caribe, Centroamérica y algunos países suramericanos) sustentada en los altos ingresos petroleros. No nos sorprende este apoyo de izquierdistas y altermundialistas a la burguesía chavista, pues para ellos existe un único imperialismo, el de EEUU; por ello están dispuestos a apoyar a cualquier gobierno o sector que se oponga a Bush, así tenga las manos llenas de sangre tal como las tiene la burguesía americana. A ellos hay que decirles que el  gobierno “antiBush” de Chávez nunca ha dejado de suministrar petróleo a EEUU ni de pagar la deuda externa, de la cual los bancos americanos son los principales acreedores. El “antiamericanismo” de Chávez es una trampa “caza bobos” para intentar confundir a los elementos y grupos que de manera honesta se oponen a la política imperialista de los EEUU, para intentar ocultar que en el capitalismo decadente, todo país en mayor o menor grado, tiende a desarrollar su propia política imperialista.

 

Otro punto “a favor” de la “revolución bolivariana” de Chávez son sus supuestos logros a favor de la eliminación de la pobreza. Mediante una política sustentada en la promoción y financiamiento del estado del cooperativismo, la cogestión y la autogestión, el chavismo desarrolla la precariedad y flexibilización laboral, pues estos modelos de gestión tan apreciados por anarquistas y altermundialistas, sirven para camuflar unas relaciones de explotación basadas en salarios de hambre y sin los trabajadores tener los beneficios que prevé la propia legalidad laboral. En este sentido el gobierno de Chávez desarrolla una política tan explotadora y “neoliberal” como la que realiza la burguesía norteamericana y  las otras burguesías del mundo.

 

¿No es correcto quedarse dentro del PT para asumir la responsabilidad de defenderlo contra la creciente influencia de la burguesía en su seno?

 

La actitud a adoptar delante de la degeneración de una organización del proletariado es una cuestión muy seria. De hecho, la responsabilidad de los revolucionarios es de llevar el combate hasta el fin contra la influencia creciente de la ideología de la burguesía dentro de una organización realmente proletaria. "Hasta el fin" puede significar, sea hasta la victoria contra el oportunismo; sea, por lo contrario, hasta que no exista ninguna vida obrera dentro del partido, es decir, ninguna posibilidad de llevar por buen camino al partido definitivamente pasado al campo del enemigo de clase. Fue un tal combate el que asumieron las fracciones de izquierda dentro de los partidos en degeneración, social-demócratas y después comunistas.

¿Será qué tal comportamiento se aplica también al PT? De hecho no; por la simple razón que éste nunca ha sido un partido de la clase obrera. Nació burgués y siempre lo será. Él no surgió como instrumento de la lucha del proletariado, como los partidos social-demócratas o comunistas antes de traicionar, sino como una mera creación del estado burgués con el objetivo de canalizar la lucha de la clase para debilitarla.

 

“LA IMPORTANCIA DE ESTOS ESPACIOS PROLETARIOS”

 

Estas fueron las palabras de uno de los participantes en la reunión pública; mas, era el espíritu que se sentía entre los participantes después de finalizadas las reuniones. Tanto la CCI como OPOP compartimos este espíritu y nos sentimos altamente motivados a seguir trabajando en conjunto para que estos “espacios proletarios” se mantengan y se desarrollen. A pesar de los aspectos pendientes por discutir entre ambas organizaciones, en lo fundamental se mostró un acuerdo con las respuestas que se dieron a los diversos puntos planteados por los asistentes.

 

Una vez mas la CCI agradece a los compañeros de OPOP su dedicación y entusiasmo en la organización de estas reuniones, sin los cuales no se hubieran podido realizar. Pero sobre todo agradecemos a los compañeros que respondieron a nuestro llamado, quienes mediante sus intervenciones contribuyen a tejer una perspectiva proletaria mundial. Les invitamos a que participen en las próximas reuniones que vamos a organizar y a que nos hagan llegar sus comentarios sobre este balance que hacemos de este importante encuentro del proletariado que se ha realizado en Brasil en mayo de 2006.

 

CCI 

Julio 2006

 

 

 

 

[1] Este artículo será publicado próximamente en el site de la CCI, junto con otros artículos recientes de OPOP. Para conocer varios de sus artículos, visitar su site: https://sites.uol.com.br/opop

[2] Corriente ideológica de cobertura mundial que se ha desarrollado desde finales de los años 90, que incluye a grupos, organizaciones, partidos, sindicatos, intelectuales y gobiernos, que tienen como bandera la lucha contra “el neoliberalismo”, “la globalización” y el “imperio del mal”, o sea, los EEUU. Tomó popularidad  con el radicalismo de las manifestaciones de Seattle a finales del 99, con ocasión de la cumbre de la Organización mundial del comercio (OMC). Posteriormente, con el objetivo supuesto de crear un foro alternativo al Foro de Davos, varios de los pioneros del movimiento altermundialista (entre los que se cuenta Ignacio Ramonet, director del mensual francés le Monde diplomatique ), con el apoyo del PT de Brasil, iniciaron la celebración en la misma fecha que se celebra el de Davos, el Foro Social Mundial que se organizó las tres primeras veces en Puerto Alegre (en 2001, 2002 y 2003), ciudad símbolo de “la autogestión ciudadana”.

La altermundialización, es una reacción adaptada de la burguesía ante el desprestigio sufrido por los partidos comunistas y socialistas después del derrumbe del bloque ruso en 1989, frente al agotamiento de las campañas de “muerte del comunismo” y a los inicios de una toma de conciencia en la clase obrera. Aunque los partidos comunistas y socialistas participan del altermundialismo un poco tras bastidores, la burguesía ha tenido la inteligencia de agrupar a tendencias izquierdistas, anarquistas, postmodernistas, ecologistas, etc.; de tal manera que ningún movimiento social prácticamente escape a su influencia.

El altermundialismo de alguna manera ha venido a sustituir la ideología de la izquierda del capital de las “luchas de liberación nacional” de los años 60, que permitió a las burguesías de los países de la periferia llevar al proletariado y a la población a los frentes de guerra de las grandes potencias imperialistas de entonces (EEUU y la URSS). Hoy, el movimiento altermundialista de alguna manera contribuye ideológicamente al mismo objetivo, al dar su apoyo a la lucha de los “pueblos oprimidos” del Oriente Medio y Afganistán. También sirven de sustento al sometimiento y explotación del proletariado de los países bajo supuestos regímenes “revolucionarios” como los de Venezuela, Bolivia, Cuba, Corea del Norte, Irán, etc.

 

[3] Organización nacida en Francia, pionera del altermundialismo y que aparece como el “teórico” principal de esa corriente.

Esta organización (ATTAC, cuyas siglas en español significan: Asociación para el impuesto de las transacciones financieras y de ayuda a los ciudadanos) nació oficialmente en junio de 1998, tras una serie de contactos en torno a un editorial de Ignacio Ramonet de diciembre de 1997. Para ilustrar el éxito del ­movimiento altermundialista, ATTAC tenía ya más de 30 000 miembros a finales del 2000. Hay, entre ellos, más de 1000 personas morales (sindicatos, asociaciones, asambleas locales), unos cien diputados franceses, muchos funcionarios, sobre todo profesores, y cantidad de famosos, políticos o artistas, organizados en unos 250 comités locales. En la actualidad existe en alrededor de 50 países.

Ese poderoso instrumento ideológico se creó sobre la idea de la  “tasa Tobin”, del nombre del premio Nóbel de economía, James Tobin, para quien un impuesto de 0,05% en las transacciones de cambio de divisas permitiría su regulación, evitando los excesos de la especulación. Para ATTAC, ese impuesto permitiría, sobre todo, recoger fondos que luego se dedicarían al desarrollo de los países más pobres.

Para un desarrollo mas completo de la posición de la CCI sobre el altermundialismo y ATACC ver en nuestro sitio el artículo de la Revista Internacional “La altermundialización: una trampa ideológica contra el proletariado”

 

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